juan_herrera: Tomando en cuenta los antecedentes, las actuales prácticas y las enseñanzas (denominadas doctrinas, teología, etc.,) de la ICR ¿es procedente decir que los católicos son cristianos?
Kephas: A ver... talvez tenga que citar a un martir de los primeros cristianos... cito a san Justino martir, sí, hombre, el pensador cristiano martirizado bajo el reinado del emperador Marco Aurelio, tiene un carta fechada en el remotisimo año de 155, en la que el filósofo trata de explicar al emperador romano Antonino Pío (en un lenguaje que el César pagano pueda entender) qué es lo que hacían exactamente los cristianos en aquellas extrañas reuniones dominicales...
Nota: cualquier parecido con la misa de hoy... NO ES coincidencia.
El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo
sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo.
Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los Profetas.
Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para
incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas [ésta es la parte
de la misa que hoy conocemos como Liturgia de la Palabra].
Luego nos levantamos y oramos por nosotros... y por todos los demás
dondequiera que estén, a fin de que seamos hallados justos en nuestra
vida y nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos para
alcanzar la salvación eterna [la actual Oración universal de los fieles].
Luego se lleva al que preside pan y una copa con vino y agua
mezclados [alusión a la preparación de la Presentación de las Ofrendas].
El que preside los toma y eleva alabanzas y gloria al Padre del
universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo, y da gracias
largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones
[se trata de la parte central de la Liturgia de la Eucaristía, en cuyo
núcleo central está la Consagración, momento que Justino -al contrario
que Pablo en 1 Cor 11- omite por razones obvias].
Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo ha
respondido "Amén", los que entre nosotros se llaman diáconos distribuyen
a todos los que están presentes el pan y el vino "eucaristizados"
[ni que decir tiene que se refiere a la Comunión].
A nadie le es lícito participar en la Eucaristía, si no cree que son
verdad las cosas que enseñamos y no se ha purificado en aquel baño que
da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo
nos enseñó.
Porque no tomamos estos alimentos como si fueran un pan común o una
bebida ordinaria, sino que así como Cristo, nuestro salvador, se hizo
carne y sangre a causa de nuestra salvación, de la misma manera hemos
aprendido que el alimento sobre el que fue recitada la acción de
gracias, que contiene las palabras de Jesús y con que se alimenta y
transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la carne y la
sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó.
Los apóstoles, en efecto, en sus tratados llamados Evangelios, nos
cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando
gracias, dijo: "Haced esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo". Y
luego, tomando del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias y dijo:
"Esto es mi sangre", dándoselo a ellos solos. Desde entonces seguimos
recordándonos unos a otros estas cosas. Y los que tenemos bienes
acudimos en ayuda de otros que no los tienen y permanecemos unidos. Y
siempre que presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo
por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.
San Justino Martir, Al emperador Antonino Pío y a los hijos adoptivos Marco Aurelio y Lucio Vero, al senado y al pueblo romano dirijo esta alocución y súplica en defensa de los hombres de toda estirpe, injustamente odiados y perseguidos año 155 DC.