Para Daniel23 (sobre el culto a la Virgen Maria)

2 Septiembre 2003
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Esta es la continuacion de el mensaje http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php?s=&threadid=12942 , que no era el lugar indicado para hablar sobre el tema. Ademas aqui puede leerlo y participar mas gente.



He leido el texto que has puesto, y aqui van algunas objeciones (habria muchas mas, pero seria demasiado largo):

En Mt. 1:24, 25 se lee que José "... recibió a su mujer. Pero no la conoció HASTA QUE dio a luz a su hijo primogénito" (VRV-95). La Nueva Biblia Española (NBE) traduce: "SIN HABER TENIDO RELACIÓN CON ÉL, María dio a luz un hijo". La Versión Nácar-Colunga (NC) dice:"... No la conoció HASTA QUE dio a luz un hijo". La Biblia de Jerusalén (BJ) traduce:" Y no la conoCÍA HASTA QUE ella dio a luz a un hijo". La versión Cantera Iglesias (CI) vierte: "Y NO SE UNIÓ A ELLA HASTA QUE diera a luz un hijo". La Nueva Versión Internacional (NVI) traduce: "Pero no tuvo relación conyugal con ella HASTA QUE dio a luz un hijo".


La clave de este versículo está en una preposición(les pido disculpas siestos aspectos gramaticales resultan un poco extraños para algunos, no se desanimen, que la gramática española no es tan difícil; echen mano a un buen manual de gramática española). En el texto griego aparece una preposición que tengo que transcribir por carecer de los signos del griego como: "JEOS JOU" (Léase: "jeos ju"). Literalmente "jeos ju" significa HASTA QUE, y así se traduce en todas la veces que aparece en el NT, excepto una o dos veces, en Mt-14:22 y 26:36, en donde se traduce como "mientras" o"entre tanto" (pero este sentido no cabe en Mt.1.25). Sólo queda un significado posible: la preposición "hasta que" significa el final de un período de tiempo, después del cual terminó la abstinencia sexual de José y María. El sentido, entonces, sería: José no tuvo relación con María hasta que ella dio a luz, pero después de dar a luz, sí la tendría, en sus relaciones maritales normales. Esto es lo que la gramática nos estaría indicando.


La Biblia dice que José no "conocía" a María (no tuvo relaciones sexuales con ella) "hasta" que ella dio a luz. Según el estudio el uso de la palabra "hasta" implica que José y María tuvieron relaciones después de ella dar a luz. Pero esto es una errada interpretación del lenguaje bíblico. Hay muchos pasajes de la Biblia en que la palabra "hasta" NO indica un cambio posterior de estado. Por ejemplo, 1 Corintios 15,25: "Porque debe él (Jesús) reinar hasta que ponga a todos sus enemigos bajo sus pies." Obviamente Cristo NO dejará de reinar después de vencer a sus enemigos. Mas bien será entonces cuando su reino se haga evidente a todos. La Biblia nos dice que "Cristo reinará para siempre" (Lc 1, 32-33). Otros ejemplos del uso de la palabra "hasta" sin cambio posterior de estado: A.T: Gen 8, 5y 49,10; Sam 20,3; Judit 12,14 y 16,23. En el N.T.: Mat 28,20; 1 Tim 4,13 y 6,14; Rom 8,22; Fil 1,5.

Si a esto añadimos los datos, repetidos frecuentemente, de los hermanos y hermanas de Jesús, tenemos que concluir que José y María, después del nacimiento del Señor, mantuvieron una relación conyugal normal.

La Biblia nos habla de los "hermanos de Jesús" pero jamás menciona otros hijos de María sino solo a Jesucristo. Es necesario entender que el arameo, lenguaje de Jesús y de los Apóstoles, utilizaba la misma palabra para referirse a hermanos, como a parientes y miembros del clan familiar.

Luc. 2.7 afirma que Jesús era el "hijo primogénito" de María. Es muycierto que la palabra "primogénito" (en griego: prototokos, liteteralmente: "el primero parido") no significa necesariamente que otros hijos siguieran al primero. En otros contexto, primogénito puede referirse al primero en honor, como cuando se dice que Cristo es el primogénito de los muertos. Pero en Lucas este no es el contexto. La prueba de que Lucas sí sabe que María tuvo otros hijos es que en su evangelio él utiliza en tres oportunidades la palabra "MONOGENÉS" ( literalmente, "hijo único", "único engendrado") para referirse a alguien que tiene "un sólo hijo". En 7.12: el hijo único de la viuda. En 8.42, la hija única de Jairo, y en 9.38, el hijo único de alguien que pidió una liberación de espíritu malo.

El "primogenito" o "primer nacido" era un título de privilegio y por eso se hablaba en la cultura judía de "primer nacido" aunque no tuviese hermanos. Una vez mas vemos el error de traducir e interpretar sin conocer el lenguaje, la cultura y el contexto de aquellos tiempos. Ejemplos: David es llamado el "primer nacido" (salmo 89,28) aunque es el octavo hijo (1 Sam 16). Jesús es llamado el "primer nacido" de toda la creación (Col 1,15) aunque muchos nacieron en la carne antes que El. San Pablo quiere indicar la primacía de Jesús. Según la ley del A.T., los varones primeros en nacer debían ser redimidos 40 días después del nacimiento (Ex 34,20). Estos eran "primogenitos" sin saberse si serían o no hijos únicos.


Otra prueba mas de la virginidad perpetua de Maria es que en En la Anunciación, el ángel dice a María que concebirá un hijo. María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» (Lucas 1,34 )
¿Por qué María hace esta pregunta?. "Conocer" para los hebreos significa tener relaciones. Si ella tuviera planes de tener relaciones con José o con otro hombre, entonces la pregunta sería absurda. Por eso, desde el principio (como se puede constatar al leer los Padres de la Iglesia), los cristianos han entendido en este pasaje que María tenía un voto de virginidad que debía mantenerse aún en caso de matrimonio. Sabemos que algunos judíos hacían este voto (Ej.: los Esenios). Además habían mujeres consagradas vírgenes para el servicio del Templo.

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No hay que creer en lo que digan todos los estudios. Yo tengo fé en todos los dogmas y de lo que dice la iglesia verdadera, que esta guiada por el Espíritu Santo (por lo tanto no hay posible error), y se fundamenta en una correcta interpretación de la Revelación, tomando en cuenta la Biblia y la Tradición Apostólica.

Ademas el Papa Juan Pablo II (entre otros) y muchos Santos, siempre han recomendado tener especial devoción por la Virgen Maria. Mejor creer en ellos, que no en un simple estudio.

Yo mismo puedo dar testimonio de una curacion a traves de la oración a La Virgen Maria. Jesus si nos escucha si acudimos a Él a traves de Maria.

Bendiciones :angel:
 
Jesus si nos escucha si acudimos a Él a traves de Maria.


Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere. (Juan 6:44)




Pd. Jamás he acudido a Jesucristo a través de María, y Él SIEMPRE ME HA ESCUCHADO
 
"Lo que la Biblia claramente enseña es que la bienaventurada María era virgen al concebir, y que permaneció en tal condición hasta el nacimiento de Jesús (Mateo 1:25). Aunque la concepción de Jesús fue un milagro obrado por el poder del Espíritu Santo, parece claro que el embarazo y el parto fueron completamente normales. No se menciona ningún milagro en conexión con ellos (Mateo 1:25; Lucas 2: 6-7).
Nada hay en las Escrituras que afirme, implique o exija la perpetua virginidad de María. Por el contrario, el NT menciona en varias ocasiones a los “hermanos y hermanas” de Jesús (Mateo 12:46-47; 13:56; Marcos 3:31-32; Lucas 8:19-20; Juan 2:12; 7:3-10; Hechos 1:14; 1 Corintios 9:5). ¿Quiénes eran ellos?
Antes de considerar diversas explicaciones, recordemos que la palabra griega adelphos, hermano, se refiere primariamente a hijos de la misma madre o padre; por ejemplo, Mateo 1:2, 11; 4:18; Lucas 3: 1, 19; Juan 1: 40.
Secundariamente puede aludir a parientes cercanos [Génesis 13:8] , a vínculos raciales o nacionales (Hechos 2: 29,37; Romanos 9:3), o espirituales y religiosos (Mateo 18:15; Romanos 1:13). Ahora bien, entender la expresión “los hermanos” de Jesús en este último sentido es imposible, pues ellos son claramente distinguidos de los discípulos: “Después de esto, [Jesús] se fue a Capernaum, acompañado de su madre, sus hermanos y sus discípulos” (Juan 2:12). Por otra parte, durante el ministerio terrenal de Jesús sus hermanos no creían en Él (Juan 7:5). Consideremos pues otras explicaciones.

A) Los hermanos y hermanas de Jesús eran hijos de un matrimonio anterior de José.
Según esta noción, que es la explicación oficial de la Iglesia Ortodoxa Griega, José era un anciano viudo cuando se casó con María. Sin embargo, estos presuntos hermanos mayores no se mencionan jamás en las narraciones de la infancia de Jesús, y por otra parte Lucas 2:23 dice que Jesús fue el primogénito de la familia, es decir, el hijo mayor.

B) Los hermanos eran parientes cercanos, por ejemplo, primos.
Esta es la explicación corriente de la Iglesia Católica Romana, y tiene en su favor el uso habitual del vocablo hebreo ah (y su correspondiente arameo aha), hermano, en el sentido de pariente. Sin embargo, esta opinión tiene varios puntos débiles.
En primer lugar, no hay ningún ejemplo claro de este uso en el Nuevo Testamento.

En segundo lugar, ninguna de las listas de hermanos que incluyen nombres propios mencionan al pariente más famoso de Jesús, es decir su primo Juan el Bautista.

En tercer lugar, parece decisivo que los Evangelistas, que escribieron en griego, hacen siempre una cuidadosa distinción entre un pariente y un hermano en sentido propio.
Así, el ángel Gabriel llama a Isabel, la prima de María, su “parienta” [griego syngenis] y no su “hermana” (Lucas 1:36). Según Marcos 6:4, Jesús dijo: “En todas partes se honra a un profeta, menos en su propia tierra, entre sus parientes [griego syngeneus] y en su propia casa [el núcleo familiar, padres y hermanos].” También puede verse Lucas 14:12 y 21:16.
Si los Evangelistas hubiesen querido referirse a los familiares de Jesús y no a sus hermanos y hermanas carnales, con toda probabilidad hubiesen empleado el término griego usual, como hace Lucas en 1:58 y 2:44. En lugar de esto, y sin ninguna aclaración, escribieron uniformemente “hermanos” [adelphoi].

C) Los hermanos y hermanas de Jesús eran hijos de la misma madre.
Esta es la explicación más natural y evidente, y quienes la rechazan lo hacen por consideraciones dogmáticas más que por los datos escriturales. Contra lo que a veces se insinúa, esta opinión no menoscaba en absoluto a la bienaventurada María, ya que para los hebreos la fertilidad era un signo de bendición divina.
Esta obvia explicación ha sido objetada con el argumento de que los hermanos de Jesús citados por nombre en Mateo 13:55 y Marcos 6:3 , es decir Jacobo (Santiago), José, Judas y Simón, eran hijos de otras mujeres .
Tal objeción se basa en el hecho de que otras mujeres que se mencionan en el NT tenían hijos con los mismos nombres; ver por ejemplo Mateo 27: 56; 28:1; Marcos 10:35 con Mateo 20:20; Lucas 24:10. Sin embargo, en tiempos de Jesús todos estos nombres eran muy comunes, lo que torna imposible probar que se trate de las mismas personas.

Otra objeción es que Jacobo, el hermano del Señor (ver Hechos 12:7; 15:13) habría sido la misma persona que Jacobo el Menor, uno de los Doce Apóstoles, y por tanto no un hijo de María. Esta idea se basa en que en Gálatas 1:19 Pablo llama “apóstol” a Jacobo, el hermano del Señor (en esta opinión quizá un primo). Sin embargo, es un hecho que Pablo llamó “apóstoles” a cristianos que ciertamente no pertenecían al grupo de los Doce, como por ejemplo Andrónico y Junias (Romanos 16:7). La palabra griega apostolos significa “enviado” y al parecer San Pablo la utilizó en un sentido más amplio. En 1 Corintios 15: 5-7, Pablo nombra primero a Cefas (Pedro) y los Doce, y luego, como si fuese un grupo diferente de cristianos, a “Jacobo y todos los apóstoles”.
El hecho de que a uno de los Jacobos que se mencionan en el Evangelio se lo llamase “el Menor” (o “el Chico”, o “el Bajito”) no implica en absoluto que sólo hubiese dos Jacobos.
De todos modos, lo que resulta definitivo y concluyente es que los llamados “hermanos del Señor” no eran discípulos suyos antes de la Resurrección: Compárese Juan 7:5, “Y es que ni siquiera sus hermanos creían en él” con Hechos 1:14, “Todos ellos se reunían siempre para orar con algunas mujeres, con María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.”

Otra objeción a la opinión que sostenemos es que si Jesús hubiera tenido hermanos, les hubiese encomendado a ellos el cuidado de su madre. Un momento de reflexión nos permitirá darnos cuenta de que lo mismo se aplica a sus otros supuestos parientes: podría haber encomendado el cuidado de María a alguno de sus primos.
Sin embargo, para Jesús el parentesco más importante era el espiritual. “Cualquiera que hace la voluntad de Dios, ése es mi hermano, y mi hermana y mi madre” (Marcos 3:35). “Una mujer entre la gente gritó: ¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió! Él contestó: ¡Dichosos más bien los que escuchan lo que Dios dice, y le obedecen!” (Lucas 11: 27-28). Obviamente, Jesús tuvo más confianza en su discípulo que en sus hermanos carnales.



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Estimados coforistas:
Dado que me parece que la discusión sobre "María Santísima" se ha desvirtuado un poco y además es espantosamente larga, coloco esto como tema nuevo.

LOS HERMANOS DE JESÚS
En el Nuevo Testamento se mencionan en varias ocasiones los hermanos de Jesús:
Mateo 12:46-47;
Mateo 13: 55;
Marcos 3:31-32;
Marcos 6:3
Lucas 8:19-20;
Juan 2:12;
Juan 7:3-10;
Hechos 1:14;
1 Corintios 9:5
Gálatas 1:19
Cabe preguntarse quiénes eran ellos, y cuál era su relación exacta con el Señor Jesús. Antes de considerar diversas explicaciones, recordemos que la palabra griega adelphos , hermano, admite varios significados:
1. El significado primario es la relación de consanguinidad de dos personas que son hijos de los mismos padres, o del mismo padre o madre (el significado normal de “hermano” en español). Pueden hallarse muchos casos de este uso; por ejemplo
Mateo 1:2 (Judá y sus hermanos, adelphoi)
Mateo 1:11 (Jeconías y sus hermanos)
Mateo 4:18 (dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés)
Mateo 4:21 (otros dos hermanos, Jacobo el hijo de Zebedeo, y su hermano Juan)
Lucas 3: 1 (Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de Iturea)
Juan 1: 40 (Andrés, hermano de Simón Pedro)
2. Secundariamente puede aludir a parientes cercanos, según el uso hebreo de llamar “hermano” (hebreo ’aj) a parientes, como los casos de Lot, sobrino de Abram y de Jacob, sobrino de Labán:
Génesis 13:8 (Abram dijo a Lot: «... somos hermanos»)
Génesis 29:15 (dijo Labán a Jacob: «Por ser tú mi hermano me vas a servir de balde?)
Una razón de esta costumbre es que no existe en el hebreo bíblico una palabra específica para “sobrino” ni para “primo”; sin embargo, sí hay un término para “tío” o “tía” (respectivamente dod, Levítico 10:4; 20:20; doda, Levítico 18:14), así como para “descendiente” o “progenie” (néked, Génesis 21:23; Job 18:19; Isaías 14:22).
3. Ya en sentido más amplio, otro uso del término “hermano” tiene que ver con relaciones raciales y nacionales:
Hechos 2:29 («Hermanos, se os puede decir libremente...»)
Hechos :37 (dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: «Hermanos, ¿qué haremos?»)
4. Finalmente, la palabra también puede emplearse para significar vínculos espirituales y religiosos:
Mateo 18:15 («Por tanto, si tu hermano peca contra ti...»)
Mateo 18:21 («Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano...?»)
Hechos 15:24 («Los apóstoles, los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles...»)
Romanos 1:13 (Pero no quiero, hermanos, que ignoréis...)
1 Corintios 1:10 (Os ruego, pues, hermanos, ...)
Ahora bien, en el tema que nos ocupa los dos últimos usos quedan descartados con respecto a los hermanos y hermanas de Jesús, el tercero por ser muy amplio para el contexto de estos dichos, y el cuarto –vínculos espirituales o religiosos- porque diversos pasajes subrayan la incredulidad de los hermanos de Jesús antes de la resurrección (por ejemplo, Juan 7:5); volveremos sobre este tema más adelante.
Restaría entonces explorar las primeras dos posibilidades.

1. SE TRATABA DE “HERMANOS” EN EL SENTIDO NORMAL DEL TÉRMINO
Dentro de esta interpretación caben dos posibilidades:

a. Eran hijos de José y María, nacidos después que Jesús
Esta explicación es sugerida por Mateo 1:25, donde se dice que José no conoció a María (en el sentido bíblico de tener relaciones íntimas con ella) hasta que nació Jesús. En el mismo sentido apunta Lucas 2:23, donde Jesús es llamado el primogénito. Ahora bien, estos textos no son concluyentes por sí mismos. Acerca del primero, puede argüirse que Mateo se limita a establecer el hecho de la concepción virginal, sin decir explícitamente nada de lo que ocurrió después de nacido Jesús. Con respecto al término primogénito, es posible argumentar que este es un término técnico para referirse al primer hijo nacido, sin que ello implique que tuviese que tener hermanos.
Si no supiésemos nada más, las objeciones mencionadas dejarían el asunto como un problema insoluble. Sin embargo los cuatro evangelistas canónicos mencionan como una cuestión de hecho la existencia de los hermanos de Jesús. Igualmente el apóstol Pablo se refiere a ellos, nombrando específicamente a Santiago. En ninguno de estos textos se insinúa que fuesen otra cosa que hermanos consanguíneos, según el sentido normal del término, y por tanto hijos de María.
Esta opinión se refuerza cuando se examina el modo en que se mencionan los hermanos y las hermanas de Jesús en Mateo 13:54-56,
Vino a su tierra y les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban y decían:
“¿De dónde saca éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, saca éste todas estas cosas?
En este texto se alude al supuesto padre de Jesús, luego a su madre , a sus hermanos y a sus hermanas. Con esto se describe un grupo familiar primario: padre, madre, hermanos y hermanas.
A esto debe agregársele que si bien en el Nuevo Testamento no se emplea el término anepsiôs que significa «primo» o «pariente», sí aparece otro término que significa colectivamente “parentela” (sungeneia, Lucas 1:61; Hechos 7:3,14). Este vocablo deriva de sungenês o sungeneus, que significan «pariente», y se emplea reiteradamente en el Nuevo Testamento: Marcos 6:4; Lucas 1:58; 2:44; 14:12; 21:16; Juan 18:26; Hechos 10:24; Romanos 9:3; 16: 7, 11, 21. Según Lucas 1:36, el ángel Gabriel llama a Isabel la «parienta» (sungenis) de la Bienaventurada María (Lucas 1:36), no su «hermana» (adelfê).

Las objeciones comunes contra esta interpretación son:
a. Que María no pudo haber tenido otros hijos por cuanto había hecho un voto de virginidad. Esta idea busca fundamento en la pregunta de la Bienaventurada María al ángel Gabriel, luego de que éste le anunciase que iba a concebir: «¿Cómo será esto?, pues no conozco varón». La interpretación de esta sencilla declaración -que podría naturalmente tomarse como una reacción ingenua de sorpresa frente al anuncio del ángel- en el sentido de un voto de perpetua virginidad se remonta a fines del siglo IV, cuando fue propuesta Gregorio de Nisa (aprox. 330-395). Sin embargo, la evidencia del texto mismo es en extremo tenue para decirlo suavemente. Y lo mismo puede decirse acerca de la evidencia histórica de mujeres hebreas comprometidas en casamiento que hiciesen votos de virginidad perpetua.
b. La segunda objeción es que los hermanos de Jesús nunca son llamados “hijos de María”. Esto es cierto, pero puede explicarse fácilmente por el hecho de que los evangelistas y Pablo aluden a los familiares de Jesús desde el punto de vista de su parentesco con él, no con María. Del mismo modo en que María es “la madre del Señor”, se refieren a Jacobo y los otros como “sus hermanos” y “sus hermanas”, esto es, del Señor.
c. La tercera objeción es que si se trataba de hermanos menores de Jesús, por la cuestión de la autoridad reconocida del primogénito en la cultura judía, ellos no se hubieran atrevido a cuestionar el ministerio del Señor. A esto puede responderse 1) que no puede esperarse demasiada consistencia de quienes, como ellos, pretendían nada menos que impedirle a Jesús proseguir su obra; 2) que si pensaban seriamente que Jesús no estaba simplemente equivocado, sino «fuera de sí» las consideraciones acerca de la primogenitura pasarían a un segundo plano; y 3) que no hay razón para pensar que parientes más lejanos pudiesen tener más ascendiente sobre Jesús que sus hermanos menores.
d. La cuarta objeción es que de haber sido hijos de José y María, sería difícil explicar cómo uno de estos hermanos llevaba el nombre de su padre. Sin embargo, la objeción carece de fuerza porque si bien esto era inusitado en tiempos del Antiguo Testamento, no ocurría otro tanto en el siglo I de nuestra era.
“En períodos posteriores la patronimia (nombrar a un niño varón como su padre: cf. Lucas 1:59-61) y la paponimia (nombrar un niño varón como su abuelo) no eran poco comunes. La práctica se puso de moda durante el período persa, y puede explicar la identificación popular de Darío con Ciro (si esta es la intención) en Daniel 6:28 (texto masorético 29)...
Donde un oficio era heredado, como en el caso de la realeza y el sacerdocio, había una tendencia a reutilizar los nombres personales frecuentemente en generaciones sucesivas. Más aún, después del tiempo del exilio de Judea , los nombres no se basaban muy a menudo en acontecimientos relacionados con el nacimiento, a juzgar especialmente por la relativa popularidad de la patronimia y la paponimia...”
Names, proper, en International Standard Bible Encyclopedia. Grand Rapids: William B. Eerdmans, 1986, 3:486, 487-488.
Un caso en el Nuevo Testamento donde esta costumbre aparece es a propósito de Juan el Bautista, a quien los que vinieron a circuncidar al niño querían llamarlo como su padre, Zacarías. Fue Isabel, por indicación del mismo Zacarías, la que impidió tal imposición e indicó por escrito que se llamaría Juan; esto extraña a los presentes, pues no había nadie en la familia que llevase tal nombre (Lucas 1:57-64). A propósito de este texto, escribe el dominico Manuel de Tuya:
“Aunque primitivamente no se hacía así, en la época neotestamentaria se ponía el nombre el día de la circuncisión. Se solía poner el nombre del abuelo, y aunque era raro ponerles el nombre de sus padres, había casos en que se hacía así en el judaísmo tardío. Por eso, dada la avanzada edad de Zacarías, querían llamarle con su nombre.”
Evangelio de San Lucas, en Profesores de Salamanca: Biblia Comentada, 3ª Ed. Madrid: BAC, 1977, Vb: 35.
Además de este ejemplo del Nuevo Testamento, el autor mencionado cita el ejemplo del padre y el abuelo de Herodes el grande, los cuales se llamaban ambos Antipas (Flavio Josefo, Antigüedades de los judíos XIV, 1:3) y el de Anán hijo de Anán, quien bajo el procurador Albino fue sumo sacerdote en el año 62 de nuestra era (ibid., XX, 9:1). De modo que no es particularmente extraño que un hijo de José y María llevase el nombre de su padre.

e. La quinta objeción es que, si los hermanos de Jesús eran sus consanguíneos, es incomprensible que el Señor desde la cruz haya encomendado a su madre María al cuidado de su discípulo amado en lugar de encomendarla a sus propios hermanos. La respuesta más simple a esta objeción es que sus hermanos, que no creían en él y que habían intentado alejarlo de su ministerio, no estaban presentes junto a la cruz, como sí lo estaban en cambio la Bienaventurada María y el discípulo amado. Durante su ministerio terrenal, el Señor anunció que las familias se dividirían por causa de Él (Lucas 12:49-53), e insistió en la prioridad absoluta del parentesco espiritual sobre el carnal (Mateo 10:37; 12:46-50 y paralelos; Marcos 10:29). Así como sus hermanos no le creyeron a Él, es probable que no comprendiesen a la Bienaventurada María. En cambio el discípulo amado, tan cercano al Señor, era perfectamente idóneo para hacerse cargo de la anciana y fiel María.
Cuando Mateo 1:25 y Lucas 2:23 se leen en el contexto de los diez textos que se refieren a los hermanos del Señor, se hace obvia la fuerza acumulativa del argumento que toda esta evidencia sostiene. En otras palabras, esta hipótesis es la que requiere menos conjeturas y está basada en la más firme evidencia escritural.
Así lo entendió, entre los Padres, Tertuliano a principios del siglo III:
“«¿Quién es mi madre y mis hermanos? ... Él estaba justamente indignado de que personas tan cercanas a Él «permaneciesen fuera», mientras que unos extraños estuviesen dentro aferrándose a Sus palabras. Esto es particularmente así dado que su madre y sus hermanos deseaban apartarlo de la obra solemne que tenía entre manos. Más que negarlos, Él los desautorizó. Por tanto, a la pregunta previa, «¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?» añadió la respuesta: «Nadie sino los que escuchan mis palabras y las hacen». De este modo transfirió los nombres de las relaciones consanguíneas a otros q quienes consideraba más estrechamente relacionados con Él por causa de la fe de ellos ... No es sorprendente que prefiriese gente de fe a sus propios parientes, que no poseían tal fe.”
(Contra Marción IV, 19; igualmente Sobre la carne de Cristo, 7).
También fue defendida en el siglo IV por Helvidio. Sin embargo, debido a que a algunos se les antoja imposible, si no intolerable, la idea de que la Bienaventurada María haya sido la feliz madre de otros muchos hijos aparte de Jesús, se han formulado otras hipótesis en intentos de sostener la noción de que María jamás engendró a otro hijo que a su primogénito. A continuación examinaremos dos de tales hipótesis.

b. Eran hijos de José de un matrimonio anterior
Según esta hipótesis, José se habría casado con María en segundas nupcias, y los hermanos y hermanas de Jesús no habrían sido consanguíneos suyos, sino parientes por tener el mismo padre de crianza y legal.
La fuente de esta interpretación ha de hallarse en los evangelios apócrifos, en particular el Protoevangelio de Jacobo. En esta obra que probablemente debe datarse en la segunda mitad del siglo II, se narra que María fue criada en el templo, pero cuando cumplió doce años los sacerdotes decidieron buscarle un esposo para sacarla de allí y evitar que lo contaminara. Zacarías consultó al Señor y un ángel le ordenó convocar a todos los viudos para elegirle un marido; el Señor daría un signo para que supieran quién era el elegido. Entre ellos estaba José, sobre el cual descendió una paloma.
“Y el sacerdote le dijo a José, «Has sido elegido por sorteo para recibir a la virgen del Señor en tu custodia». Pero José le respondió, «Tengo hijos y soy anciano; ella no es sino una niña. Me opongo pues de lo contrario seré el hazmerreír de los hijos de Israel». Y el sacerdote le dijo a José, «Teme al Señor tu Dios ...». Y José tuvo miedo y la recibió en custodia.” (9:1-2).
Básicamente la misma historia es repetida por obras apócrifas posteriores, como la Historia de José el carpintero de los siglos IV ó V, y el Evangelio del Pseudo-Mateo, escrito en latín probablemente en el siglo VIII ó IX. En la Historia... el nombre de los hijos de José se da como “Judas, Justo, Jacobo y Simeón” y se añade el de las hijas, Asia y Lidia.
Entre los Padres, el primero en insinuar la noción de que los hermanos de Jesús eran en realidad hijos de José fue al parecer Clemente de Alejandría a fines del siglo II:
“Judas, quien escribió la epístola católica, era el hermano de los hijos de José. Y era muy religioso. Aunque experimentando la relación cercana al Señor, aún así no dice que él mismo era su hermano. Pero ¿qué dijo? «Judas, siervo de Jesucristo» .de Él como Señor; pero «el hermano de Jacobo». Pues esto era verdad. Judas era su hermano, a través de José.”
Comentario sobre la Epístola de Judas, en los Fragmentos de Casiodoro.
En el siglo III Orígenes, quien consideraba a Clemente su maestro, toma nota de esta tradición:
“Algunos dicen, basándolo en una tradición del Evangelio según Pedro (como se titula) o el Libro de Jacobo [el espurio Protoevangelio de Jacobo] , que los hermanos de Jesús eran hijos de José de una esposa anterior, que él desposó antes que a María.”
(Comentario sobre Mateo, 17).

El principal defensor de esta explicación, que es hasta hoy la posición oficial de las Iglesias ortodoxas orientales, fue Epifanio en el siglo IV.
La hipótesis reconoce algunas variantes. Según una de ellas, sugerida por Teofilacto, los hermanos de Jesús serían hijos de José por la ley de levirato, según la cuál éste habría engendrado hijos con la esposa de Cleofas, su difunto hermano. Según otra, eran verdaderos hijos de Cleofas y por tanto sobrinos de José que él habría adoptado como hijos.
Eusebio de Cesarea conserva una tradición en este sentido con respecto a otro de los hermanos del Señor, Simón:
“Después del martirio de Jacobo y de la toma de Jerusalén, que le siguió inmediatamente, es tradición que los apóstoles y discípulos del Señor que todavía vivían se reunieron de todas partes en un mismo lugar, junto con los que eran de la familia del Señor según la carne (pues muchos de ellos aún vivían), y todos celebraron un consejo sobre quién debía ser juzgado digno de suceder a Jacobo, y todos, por unanimidad, decidieron que Simeón, el hijo de Clopás [Sumeôna ton tou Klôpa)–mencionado también por el texto del Evangelio- era digno del trono de aquella iglesia, por ser primo (anepsion) del Salvador , al menos según se dice, pues Hegesipo refiere que Clopas era hermano de José.”
Historia Eclesiástica III, 11:1
A Hegesipo se le han mezclado aquí los nombres, pues los nombres tanto de los Apóstoles llamados «Simón» , es decir, Pedro y el Zelote, como del hermano de Jesús que se nombra en Mateo 13:55 y Marcos 6:3 se escriben Simôn. El único personaje con el nombre Sumeôn que se menciona en el marco temporal del Nuevo Testamento es el anciano que profetizó en el templo (Lucas 2:25-34).

Retornando a la hipótesis principal de esta parte, es decir que los hermanos de Jesús eran hijos de un matrimonio anterior de José, hay que subrayar que no existe la menor evidencia bíblica para sostener esta hipótesis, cuyo origen tardío y espurio la hace de por sí en extremo dudosa . Los presuntos hijos de José no aparecen por ningún lado en los relatos de la natividad de Jesús, ni en las escasas alusiones a su infancia; adicionalmente, él es llamado el primogénito (Lucas 2:23), es decir, el primer hijo.
Una objeción común a ambas hipótesis presentadas hasta aquí –es decir, que los hermanos fuesen hijos de José o hijos de José y María- es que los hermanos no son mencionados en el episodio del niño Jesús en el templo, narrado en Lucas 2:41-52. Es cierto que no son mencionados explícitamente, pero hay que tener en cuenta que el texto en cuestión tampoco dice que solamente José, María y Jesús subiesen a Jerusalén. Se habla de una caravana o compañía, en la cual había muchas personas, incluyendo familiares. El propósito del relato no exige en modo alguno la mención explícita de los hermanos de Jesús.

2. ERAN PARIENTES CERCANOS DE JESÚS, POSIBLEMENTE PRIMOS
Esta explicación fue propuesta inicialmente por Jerónimo, y luego aceptada por Agustín de Hipona y otros maestros. Es la posición de la Iglesia de Roma. Entre los reformadores, Lutero la aceptó, aunque no dogmáticamente; y más tarde Chemnitz, Bengel y otros.

En esencia, según este punto de vista los hermanos de Jesús eran primos suyos por parte de su línea materna, y por tanto consanguíneos. Habrían sido los hijos de Alfeo, que sería la misma persona que Cleofás, y de la hermana de María, que llevaba el mismo nombre que ella. Esta María, tía de Jesús, es la descrita como la «madre de Jacobo y José» (Mateo 27:56) y como «la madre de Jacobo el menor y de José» (Marcos 15:40).
Siempre según esta opinión, dado que tres de los nombres de los hermanos de Jesús aparecen en las listas de apóstoles (Jacobo, Judas y Simón), y que Jacobo es llamado hijo de Alfeo, sería una coincidencia muy notable que además de sus primos Jesús tuviese hermanos con exactamente los mismos nombres. El hecho de que a uno de los Jacobos se le llame “el menor” indicaría que había sólo dos Jacobos en el círculo de allegados al Señor, a saber, Jacobo hijo de Zebedeo, el hermano de Juan, y Jacobo hijo de Alfeo, que era primo de Jesús.

Algunos dicen que probablemente María fuese a vivir con su hermana luego de la muerte de su esposo José, lo cual explicaría que concurriese con sus sobrinos cuando fueron a ver a Jesús. Otros por el contrario ven en el hecho de que Jesús encomendase el cuidado de su madre a su discípulo amado (Juan 19:25-27) indica que la relación de ella con sus sobrinos no era muy estrecha.
Para analizar la plausibilidad de esta hipótesis, es preciso revisar cuidadosamente varios pasajes. Cuatro de los hermanos de Jesús son nombrados en un texto paralelo de Mateo y Marcos:
Mateo 13:54-56
Vino a su tierra y les enseñaba en la sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban y decían:
-- ¿De dónde saca éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, saca éste todas estas cosas?
Marcos 6: 1-3
Salió Jesús de allí y vino a su tierra, y lo seguían sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndolo, se admiraban y preguntaban:
-¿De dónde saca éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es ésta que le es dada, y estos milagros que por sus manos son hechos? ¿No es éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?
Y se escandalizaban de él.
Estos dos textos dan una lista de los hermanos del Señor por nombre. Ambas listas son iguales, con los mismos cuatro nombres: Jacobo, José, Judas y Simón.
El nombre Iakôbos puede traducirse por Jacobo, Jaime y en algunos casos Santiago (versión castellanizada y apocopada del latín Sanctus Iacobus. En lo que sigue se ha empleado consistentemente la forma “Jacobo”. Hay un Jacobo que es llamado explícitamente «el hermano del Señor» en Gálatas 1:19. Fuera del Nuevo Testamento, el historiador judío Flavio Josefo se refiere a él como sigue, con referencia a la muerte del procurador Festo en Judea y su reemplazo con Albino en el año 62:
“Siendo Anán [el sumo sacerdote] de este carácter, aprovechándose de la oportunidad, pues Festo había fallecido y Albino todavía estaba en camino, reunió el sanedrín. Llamó a juicio al hermano de Jesús que se llamó Cristo; su nombre era Jacobo, y con él hizo comparecer a varios otros. Los acusó de ser infractores de la ley y los condenó a ser apedreados.”
(Flavio Josefo, Antigüedades de los judíos, XX, 9: 1)
Probablemente se trata del mismo Jacobo que llegó a ser una “columna” de la Iglesia de Jerusalén, junto con Cefas (Pedro) y Juan (Gálatas 2:9). Es posible que todos los siguientes textos se refieran al mismo Jacobo, hermano del Señor: Hechos 12:17, 15:13, 21:18, 1 Corintios 15:7, Gálatas 2:12. Se acepta tradicionalmente que fue este Jacobo, «hermano del Señor» (= Santiago). quien escribió la carta que lleva su nombre; así ya Clemente de Alejandría y Orígenes. La relación de Eusebio de Cesarea es pertinente:
“Al apelar Pablo al César y ser enviado por Festo a la ciudad de Roma, los judíos, frustrada la esperanza que les indujo a tenderle asechanzas, se volvieron contra Jacobo, el hermano del Señor, al que los apóstoles habían confiado el trono episcopal de Jerusalén ...
El modo en que tuvo lugar la muerte de Santiago ya lo han dejado claro las palabras citadas de Clemente ... Pero quien narra con mayor exactitud todo lo que a él se refiere es Hegesipo, que pertenece a la primera generación sucesora de los apóstoles y que, en el Libro V de sus Memorias, dice así:
«Sucesor en la dirección de la Iglesia es, junto con los apóstoles, Jacobo, el hermano del Señor. Todos le dan el sobrenombre de ‘Justo’, desde los tiempos del Señor hasta los nuestros, pues eran muchos los que se llamaban Jacobo...».”
Historia Eclesiástica II, 23: 1,3-4; la narración ocupa todo el resto del capítulo.
Dicho sea de paso, Eusebio también obtuvo de Hegesipo la siguiente referencia a los descendientes de Judas, el medio hermano de Jesús:
“El mismo Domiciano dio orden de ejecutar a los miembros de la familia de David, y una antigua tradición dice que algunos herejes acusaron a los descendientes de Judas –que era hermano del Salvador según la carne (adelfon kata sarka tou sôtêros) - , con el pretexto de que eran de la familia de David y parientes (sungeneian) de Cristo mismo. Esto es lo que declara Hegesipo cuando dice textualmente:
«De la familia del Señor vivían todavía los nietos de Judas, llamado hermano suyo según la carne, a los cuales delataron por ser de la familia de David... El evocato los condujo a presencia del césar Domiciano, porque éste, al igual que Herodes, temía la venida de Cristo. Y les preguntó si descendían de David; ellos lo admitieron...».”
Ibid, III, 19-20

LAS MUJERES JUNTO A LA CRUZ Y EN LA RESURRECCIÓN
Retornando a la hipótesis que estamos examinando, se supone que este Jacobo es llamado asimismo Jacobo (hijo) de Alfeo y Jacobo el menor, para distinguirlo del homónimo hijo de Zebedeo. Tal identificación se basa principalmente en las listas de mujeres que presenciaron la crucifixión y las que compraron o prepararon especies para ungir el cuerpo del Señor. Los textos pertinentes son:
Mateo 27:55-56
Estaban allí muchas mujeres mirando de lejos, las cuales habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndolo. Entre ellas estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo y de José, y la madre de los hijos de Zebedeo.
Marcos 15:40-41
También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor y de José, y Salomé, quienes, cuando él estaba en Galilea, lo seguían y lo servían; y otras muchas que habían subido con él a Jerusalén.
Lucas 23:49
Pero todos sus conocidos, y las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, estaban mirando estas cosas de lejos.
Juan 19:25
Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas y María Magdalena.
Mateo 28:1
Pasado el sábado, ..., fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro.
Marcos
Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María la de Jacobo, y Salomé, compraron especias aromáticas para ir a ungirlo.
Lucas 23:55
Las mujeres que lo habían seguido desde Galilea lo siguieron y vieron el sepulcro y cómo fue puesto su cuerpo. Al regresar, prepararon especias aromáticas y ungüentos; y descansaron el sábado, conforme al mandamiento.
Lucas 24:10
Eran María Magdalena, Juana y María, madre de Jacobo, y las demás con ellas, quienes dijeron estas cosas a los apóstoles.
Juan 20:1
El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro, y vio quitada la piedra del sepulcro.
Todas los textos que mencionan nombres incluyen a María Magdalena. Otras mujeres que son explícitamente llamadas por su nombre son:
a. María la madre de Jacobo y de José (Mateo) que es con toda probabilidad María la madre de Jacobo el menor y de José, y «María la de Jacobo» (Marcos) y tal vez la madre de Jacobo que menciona Lucas.
b. María la de Cleofas. El texto griego no dice que fuese esposa de Cleofas; podría igualmente tratarse de su hija.
c. “La otra María” (Mateo 28:1), posiblemente la misma que en (a)
d. Salomé
e. Juana
Algunas mujeres son mencionadas indicando sus parentescos:
a. La madre de los hijos de Zebedeo (¿Salomé? cf. Mateo 27:56 con Marcos 15:40)
b. La hermana de la madre de Jesús
Una complicación adicional surge de que no está claro si Juan 19:25 se refiere a tres mujeres o a cuatro. En concreto, ¿es la hermana de la madre del Señor la misma mujer que es llamada María de Cleofas?
Aunque el griego no es concluyente y admite ambas lecturas, otras consideraciones llevan a pensar que Juan se refiere a cuatro mujeres y no a tres. En primer lugar, si la hermana de la madre de Jesús es María de Cleofas, esto significaría que ambas hermanas tenían el mismo nombre, un hecho en extremo curioso.
En un manuscrito (B de Tischendorf) del Evangelio del Pseudo-Mateo se explica que esta María era hija de Ana, madre de la Bienaventurada María], y que había nacido de la unión de Ana en segundas nupcias con Cleofas. En tal caso, María de Cleofas debería leerse “María, (hija) de Cleofas”. La razón de que ambas hermanas se llamasen igual, según el apócrifo, es que ella fue dada a Ana como compensación por haber consagrado a Dios a la Bienaventurada María. Según la misma historia, esta segunda María, hija de Cleofas, se casó con Alfeo y fue madre de “Jacobo el hijo de Alfeo y de Felipe su hermano[sic]. Y habiendo muerto su segundo esposo, Ana fue casada con un tercer esposo llamado Salomé [sic], de quien tuvo una tercera hija. Ella la llamó igualmente María, y la dio a Zebedeo como esposa; y de ella nacieron Jacobo el hijo de Zebedeo y Juan el Evangelista.”
Esta fantástica historia es obviamente un intento bastante rebuscado de justificar la existencia de tres Marías que habrían sido hermanas por parte de madre, y de hacer aparecer como primos de Jesús a los apóstoles Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, y Jacobo hijo de Alfeo y Felipe. Desde luego, no hay la menor evidencia que justifique estos parentescos tal como los plantea el Pseudo-Mateo.
El argumento basado en la lista de mujeres junto a la cruz y las que fueron a ungir el cuerpo de Jesús en el día de la resurrección toma actualmente una forma más sutil. Para comprenderla, es necesario revisar primero las listas de los Apóstoles, dado que se intenta demostrar que uno o más de los hermanos de Jesús eran hijos de otra madre que se contaban entre sus discípulos. .

LISTAS DE APÓSTOLES
Los Doce son listados en cuatro ocasiones, como sigue:
Mateo 10: 2-4
Simón Pedro
su hermano Andrés
Jacobo de Zebedeo
Juan su hermano
Felipe
Bartolomé
Tomás
Mateo el publicano
Jacobo de Alfeo
Tadeo
Simón Zelote
Judas Iscariote
Marcos 3: 16-19
Simón Pedro
Jacobo
Juan hermano de Jacobo
Andrés
Felipe
Bartolomé
Mateo
Tomás
Jacobo de Alfeo
Tadeo
Simón Cananeo
Judas Iscariote
Lucas 6:14-16
Simón Pedro
Andrés su hermano
Jacobo
Juan
Felipe
Bartolomé
Mateo
Tomás
Jacobo de Alfeo
Simón Zelote
Judas de Jacobo
Judas Iscariote
Hechos 1:13
Pedro
Jacobo
Juan
Andrés
Felipe
Tomás
Bartolomé
Mateo
Jacobo de Alfeo
Simón Zelote
Judas de Jacobo
---vacante----
De estas listas cabe destacar lo siguiente:
1. Las cuatro son encabezadas por Simón Pedro
2. En las tres previas al suicidio de Judas Iscariote, su nombre aparece al final; en la de Hechos es omitido.
3. Las cuatro listas pueden dividirse en tres grupos con cuatro nombres cada una, que son siempre encabezados por Pedro, Felipe y Jacobo de Alfeo.
4. Las demás posiciones muestran variantes.
a. En el primer grupo, Andrés, hermano de Pedro, figura segundo en las listas de Mateo y Lucas, pero detrás de Jacobo de Zebedeo y su hermano Juan en las de Marcos y Hechos. Esta variante se explica por la prominencia de Pedro, Jacobo y Juan con respecto al resto de los Doce.
b. En el segundo grupo, Bartolomé aparece a continuación de Felipe en los tres Evangelios, pero después de Tomás en Hechos. Mateo aparece como último del grupo en Mateo y Hechos, lugar que es ocupado por Tomás en Marcos y Lucas.
c. En el tercer grupo, Simón el Zelote aparece segundo (a continuación de Jacobo de Alfeo) en Lucas y Hechos, pero en tercer lugar, después de Tadeo, en Mateo y Marcos
5. Tadeo, que figura segundo en el tercer grupo en Mateo y Marcos, corresponde a Judas de Jacobo en Lucas y Hechos.
6. Se mencionan explícitamente dos parejas de hermanos:
a.Pedro y Andrés en los Evangelios de Mateo y Lucas
b. Jacobo de Zebedeo y Juan en Mateo y Marcos.
7. En los casos del primer Jacobo en Mateo, y del segundo Jacobo en las cuatro listas, se agrega un genitivo: respectivamente Jacobo (el) de Zebedeo y Jacobo (el) de Alfeo. La mayoría de las versiones traducen tal genitivo como un patronímico: Jacobo hijo de Zebedeo y Jacobo hijo de Alfeo.
8. Las listas de Mateo y Marcos mencionan a Tadeo, que probablemente representa un sobrenombre, forma griega del hebreo taday = pecho. Esto es sugerido además por la variante Lebeo (del hebreo leb = corazón) presente en algunos manuscritos, así como la conflación “Lebeo, también llamado Tadeo” en algunos manuscritos del Evangelio de Mateo. Ambos sobrenombres pueden indicar las mismas cualidades: ternura, entereza o valor. Este Apóstol es nombrado por Lucas (en el Evangelio y en Hechos) como “Judas de Jacobo”. Aunque diversas versiones traducen “Judas hermano de Jacobo”, el texto griego no menciona la palabra “hermano” (adelphos), como sí lo hace con Pedro en relación a Andrés y con Juan en relación a Jacobo de Zebedeo. Otras versiones, en cambio, traducen “Judas hijo de Jacobo” aunuqe nuevamente la palabra griega correspondiente (hyios) no figura en el texto. De todos modos, el considerar a Judas “hijo de Jacobo” es el modo más natural de entender la expresión, es decir como un genitivo de filiación, estructura que se emplea exactamente del mismo modo para Jacobo de Zebedeo y Jacobo de Alfeo.
A propósito de la identidad del Judas autor de la carta homónima, que se identifica explícitamente como “hermano de Jacobo”, dice un comentarista católico:
“en el Nuevo Testamento, cuando se trata de parentesco expresado por un genitivo después de un nombre, se quiere designar una relación no de fraternidad, sino de paternidad. Judas en el Evangelio, es hijo de Santiago [Jacobo]; por lo tanto, un individuo distinto de nuestro Judas, hermano de Santiago [Jacobo]. Por consiguiente, Judas autor de nuestra epístola y hermano de Santiago [Jacobo] es probable que no sea apóstol, como el mismo Santiago [Jacobo].”
José Salguero, O.P., Epístola de San Judas, en Profesores de Salamanca: Biblia Comentada. Madrid: BAC, 1965, 7:277; negritas añadidas.

Dado este uso normal y el hecho de que, a diferencia de las parejas Pedro-Andrés y Jacobo-Juan que sí son explícitamente identificados como hermanos, no ocurre otro tanto en el caso de Jacobo de Alfeo y Judas de Jacobo, es muy probable que no se trate de otra pareja de hermanos, sino de hijos de diferentes padres.

¿NOMBRAN LOS EVANGELISTAS A LA MADRE DE JACOBO DE ALFEO?
El argumento al que aludimos justo antes de proporcionar y discutir las listas de apóstoles se basa en lo siguiente:
1. Aparte de María Magdalena, los Evangelios sinópticos mencionan explícitamente «otra María»: «la madre de Jacobo y de José» (Mateo); “«la madre de Jacobo el menor y de José» (Marcos), «María la madre de Jacobo» (Marcos y Lucas).
2. El Evangelio de Juan menciona a la madre del Señor y a la hermana de su madre, «María de Cleofas» pero no hace mención de sus hijos.
3. Dado que, fuera de María Magdalena, es la única María que se menciona por nombre, la María madre de Jacobo el menor y de José debe ser la María de Cleofas.
4. Jacobo el menor puede haberse llamado así en contraposición a Jacobo hijo de Zebedeo, y si está presente en la lista de discípulos debe de ser el otro Jacobo, llamado de Alfeo.
5. Ahora bien, los nombres Alfeo y Cleofas pueden ser diferentes formas griegas del mismo nombre arameo (Halfai).
6. Por tanto, Jacobo el menor sería Jacobo hijo de Alfeo/Cleofas y de María, la hermana de la Bienaventurada María; por tanto un primo hermano de Jesús.
Quien haya seguido atentamente el texto podrá darse cuenta del número de suposiciones que entraña este argumento. Sin embargo, en beneficio de la claridad los enumeraremos:
a. La expresión «Jacobo el menor» no implica que hubiesen sólo dos Jacobos. En el griego no hay comparativos. La expresión «el menor» significa en realidad «el pequeño», «el joven» o «el bajito» y probablemente alude su juventud o a una talla inusualmente baja. Es una característica del Jacobo al que aquí se alude, no una comparación con otro Jacobo. En consecuencia, no excluye la existencia de otros hombres llamados Jacobo además de Jacobo de Zebedeo y Jacobo de Alfeo.
b. Los tres Evangelios sinópticos dejan claro que había todo un grupo de mujeres, de las cuales nombran sólo unas pocas. Cuando Mateo se refiere a «la otra María» aparte de la Magdalena, se refiere con toda probabilidad a la otra María que él mismo ya ha mencionado, es decir, la madre de Jacobo y de José. Sin embargo, no está claro que fuese la única otra María del grupo, y que deba por tanto identificarse con María de Cleofas. De hecho, Juan, que nombra a esta última, menciona a la madre de Jesús además de María de Cleofas y María Magdalena; de modo que sabemos con certeza que en el grupo de mujeres galileas había no menos de tres Marías y tal vez más.
c. Como ninguno de los Evangelistas dice explícitamente que María la madre de Jacobo el menor sea María de Cleofas, no es posible identificarlas sin lugar a dudas.
d. Adicionalmente, la identificación de Cleofas con Alfeo padre de Jacobo el apóstol se basa en una conjetura lingüística.
A esto debe añadírsele la extraña anomalía de que precisamente los mismos evangelistas - Mateo y Marcos- que mencionan por nombre cuatro hermanos de Jesús, al referirse a la mujer en cuestión solamente nombran a Jacobo y José, sin aludir para nada a Simón y Judas. Dado que nada más sabemos de este José, es posible que se trate de otra persona diferente del hermano de Jesús, lo mismo que su hermano Jacobo el menor.
En resumen, no hay forma de identificar positivamente a Jacobo el menor, hermano de José, con Jacobo (hijo) de Alfeo.
Sin embargo, existe evidencia adicional que demuestra tan concluyentemente como pueda serlo un argumento basado en evidencia histórica, que los hermanos del Señor no pertenecían al grupo de los discípulos, a saber, que en el Nuevo Testamento los hermanos del Señor mencionados como un grupo diferente de los Doce.

TEXTOS QUE MENCIONAN A LOS HERMANOS DEL SEÑOR Y A LOS DOCE APÓSTOLES COMO GRUPOS DIFERENTES
Juan 2:12
Después de esto descendieron a Capernaúm él [Jesús], su madre, sus hermanos y sus discípulos; y se quedaron allí no muchos días.
Hechos 1:13-14
Cuando llegaron, subieron al aposento alto, donde se alojaban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas de Jacobo. Todos estos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con los hermanos de él.
1 Corintios 9:5
¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una hermana por esposa, como hacen también los otros apóstoles, los hermanos del Señor, y Cefas?
ANTES DE LA RESURRECCIÓN DE JESÚS, SUS HERMANOS NO CREÍAN EN ÉL
Mateo 12:46-50
Mientras él aún hablaba a la gente, su madre y sus hermanos estaban afuera y le querían hablar. Le dijo uno:
- Tu madre y tus hermanos están afuera y te quieren hablar.
Respondiendo él al que le decía esto, dijo:
- ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?
Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo:
- Estos son mi madre y mis hermanos, pues todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Marcos 3: 14-21, 31-35
Designó entonces a doce para que estuvieran con él, para enviarlos a predicar y que tuvieran autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios: a Simón, ..., a Jacobo de Zebedeo, y a Juan, hermano de Jacobo,...; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que lo entregó. Volvieron a la casa, y se juntó de nuevo tanta gente que ni siquiera podían comer pan. Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para prenderlo, porque decían: «Está fuera de sí».
(sigue una discusión con los escribas, vv. 22-30)
Entre tanto, llegaron sus hermanos y su madre y, quedándose afuera enviaron a llamarlo. Entonces la gente que estaba sentada alrededor de él le dijo:
- Tu madre y tus hermanos están afuera y te buscan.
El les respondió diciendo:
- ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo:
- Aquí están mi madre y mis hermanos, porque todo aquel que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.
Lucas 8:1-2, 4, 19-21
Aconteció después que Jesús iba por todas las ciudades y aldeas, predicando y anunciando el evangelio del reino de Dios. Lo acompañaban los doce y algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus males y de enfermedades... Juntándose una gran multitud y los que de cada ciudad venían a él, les dijo por parábola....
Entonces su madre y sus hermanos vinieron a él; pero no podían llegar por causa de la multitud. Y se le avisó, diciendo:
- Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.
Él entonces respondiendo, les dijo:
- Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios y la obedecen.
Aunque difieren en diversos detalles, las tres narraciones de los sinópticos coinciden, como lo demuestran las expresiones marcadas con negritas, en que los discípulos estaban junto al Señor en tanto que los hermanos de Jesús, y su madre, estaban fuera y alejados; por tanto es inescapable la conclusión de que se trata de dos grupos diferentes. Marcos explica además la razón de la visita, y es que venían a llevárselo por la fuerza porque pensaban que estaba fuera de sí.

Juan 6: 66-68; 7:1-5[/i]
Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce:
-¿Queréis acaso iros también vosotros?
Le respondió Simón Pedro:
- Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Después de esto andaba Jesús en Galilea, pues no quería andar en Judea, porque los judíos intentaban matarlo. Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los Tabenáculos, y le dijeron sus hermanos:
- Sal de aquí, y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que haces, porque ninguno que procura darse a conocer hace algo en secreto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.
Porque ni aun sus hermanos creían en él.
Aquí los mismos hermanos de Jesús se distinguen a sí mismo de los discípulos. Además, los doce, representados por Pedro, acababan de confesar que creían en Él, en tanto que según Juan sus hermanos no creían en Él. Por tanto se trata, más claramente aún si cabe que en Juan 2:12, de dos grupos diferentes, creyente el uno, incrédulo el otro.
CONCLUSIONES
1. El Nuevo Testamento (sin mencionar fuentes históricas) hace referencia a los familiares de Jesús, en ocasiones en el contexto de su grupo familiar primario, empleando consistentemente la palabra griega para «hermanos» o «hermanas» sin ninguna restricción o aclaración.
2. No existe evidencia sustancial de que estos «hermanos» fuesen otra cosa que hijos de José y María.
3. Los hermanos de Jesús no pueden ser identificados con ningún discípulo en particular.
4. Los hermanos de Jesús eran incrédulos antes de la resurrección.
5. Los hermanos son claramente diferenciados de los discípulos de Jesús.
6. Por tanto, la interpretación que presenta mayor evidencia a favor y objeciones menos importantes es que se trataba de medio hermanos de Jesús, es decir, hijos de María y José.




Bendiciones en Cristo,
Jetonius
<{{{><
 
. Jamás he acudido a Jesucristo a través de María, y Él SIEMPRE ME HA ESCUCHADO

Si yo no niego eso, Jesus Siempre te escucha si acudes a Él humildemente, pero quiero decir que tambien te escucha si acudes a ÉL a traves de Maria (con el Rosario por ejemplo).
 
Originalmente enviado por: Mortimer
Si yo no niego eso, Jesus Siempre te escucha si acudes a Él humildemente, pero quiero decir que tambien te escucha si acudes a ÉL a traves de Maria (con el Rosario por ejemplo).


Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. 14Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.(Juan 14:13-14)





¿Quien dice la verdad, Mortimer o Jesucristo?



Jesús nos enseñó a pedir al Padre en Su Nombre



Mortimer y Roma, nos dicen que hay que hacerlo a través de María



¿Quién miente?


Me gustaría conocer ejemplos de apóstoles o cristianos del primer y segundo siglo que orasen a través de María...¿usted sabe de alguo?
 
"LOS HERMANOS DE JESUS

Tanto los católicos como los protestantes creemos que Jesús tiene mas hermanos, pero cada uno entiende algo muy diferente por ello. Los católicos profesamos que todos los cristianos somos hermanos de Jesús en virtud de nuestro bautismo. Profesamos al mismo tiempo que Jesús no tuvo hermanos naturales. La Santísima Virgen María fue SIEMPRE VIRGEN.

Los protestantes, en cambio, (no todos ellos) creen que María Santísima tuvo más hijos naturales. Piensan que sólo fue virgen hasta el nacimiento de Jesús y que después tuvo hijos con San José. Se basan en los pasajes de la Biblia que mencionan a los "hermanos" de Jesús:

Mateo 12:46 "Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él.
Marcos 6:3 "¿No es éste el carpintero, el hijo de María y hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿Y no están sus hermanas aquí entre nosotros?» Y se escandalizaban a causa de él".
Juan 7:5 "Es que ni siquiera sus hermanos creían en él".
Hechos 1:14 "Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos."
I Corintios 9:5 "¿No tenemos derecho a llevar con nosotros una mujer cristiana, como los demás apóstoles y los hermanos del Señor y Cefas?"
El uso de la palabra "hermanos"

Para entender los pasajes de arriba es esencial entender el uso de las palabras en la cultura de los judíos de aquel tiempo. Tanto el hebreo como el arameo (lenguaje de Jesús y sus discípulos) utilizaban la misma palabra para designar a los hermanos, a los primos y a miembros del mismo clan. Los autores del Nuevo Testamento eran de cultura hebrea y escribieron en griego. El Antiguo Testamento también fue traducido al griego por ser este el lenguaje mas popular de la época. Esta traducción del A.T. al griego se llama Septuagésima y es muy importante porque de ella vienen la mayoría de las referencias bíblicas que se encuentran en el Nuevo Testamento.

La palabra hebrea para hermanos y primos fue traducida en el texto original griego de la Biblia como "adelphos". A diferencia del hebreo o el arameo, el griego tiene una palabra específica para primos: "anepsios", pero los traductores de la Septuagésima y del Nuevo Testamento, siendo de cultura hebrea, prefirieron usar "adelphos" cuando se utilizaba la palabra aramea "hermanos" que, como hemos dicho incluye primos y otras relaciones. Es decir, utilizaron la palabra griega pero en el sentido original del lenguaje de Jesús. Por eso, para saber si se trata de hermanos de sangre, de primos o de otras relaciones, hay que estudiar el contexto de la cita. Esto lo podemos saber por varios ejemplos encontrados en el Antiguo Testamento.


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Algunos ejemplos de "hermano" utilizado para designar otras relaciones en el Antiguo Testamento:

A Lot se le llama "hermano" de Abraham en Gen. 14,14, pero sabemos por la misma Biblia que era su sobrino (Gen. 11,26-28).
A Jacob le llaman "hermano" de Laban quien es en realidad su tío (Gen. 29,15).
I Crónicas 23,21-22 "Hijos de Majlí: Eleazar y Quis. Eleazar murió sin tener hijos; sólo tuvo hijas, a las que los hijos de Quis, sus hermanos, tomaron por mujeres."
Ver también: 1 Sam. 9,13; 20,32; 2 Sam. 1,26; Amos 1,9.

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"Hermanos" no tenían que ser familia cercana.

Deuteronomio 23,8 "No tendrás por abominable al idumeo, porque es tu hermano"
II Reyes 10,13-14 Los 42 "hermanos" del rey Ocozías que bajaban a saludar a los hijos del mismo rey y de la reina.
Nehemías 5,8 "y les dije: «Nosotros hemos rescatado, en la medida de nuestras posibilidades, a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones. ¡Y ahora sois vosotros! vendéis a vuestros hermanos"
Jeremías 34,9 "en orden a dejar cada uno a su siervo o esclava hebreos libres dándoles la libertad de suerte que ningún judío fuera siervo de su hermano."

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"Hermanos de Jesús" podría referirse a hijos de San José con una primera esposa si este era viudo. Pero el gran maestro de las Sagradas Escrituras en los primeros siglos (Siglo IV), San Jerónimo, planteó mas bien que se trata de primos, lo cual cabe perfectamente, como hemos visto, dentro del sentido de "hermanos" sostenido por los judíos de la época. San Jerónimo, como los demás padres de la Iglesia, defendió la virginidad perpetua de María Santísima>>>.


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No existe una sola sugerencia en la Biblia de que la Virgen tuviera otros hijos.
Cuando la Sagrada Familia huye a Egipto, cuando se les pierde el niño en Jerusalén (Lucas 2:41-51), siempre se refiere a un solo hijo. Los de Nazaret, aun cuando hablan de los "hermanos" de Jesús, se refieren a El como "el hijo de María", no como "un hijo de María"(Mc 6,3). Sería este uso de palabras muy extraño si fueran de hecho esos otros "hermanos" hijos de María.

Hay además otras razones culturales que indican que los "hermanos" de Jesús no eran de sangre. Entre los judíos, los hermanos menores no podían aconsejar a los mayores. Por eso cuando en una cita un hermano aconseja al otro se entiende que quien aconseja es el mayor. Sin embargo los "hermanos" de Jesús le aconsejan que se vaya a Judea (Juan 7,3-4). En otra ocasión tratan de llevárselo (Marcos 3,21). Estos hermanos no pueden entonces ser hermanos de sangre ya que Jesús es el primogénito (no tenía hermanos mayores Re. Lucas 2,7).

El fraude del "osario de Santiago".
En el año 2002 salió a la luz un osario con la inscripción: «Jacob [Santiago], hijo de José, hermano de Jesús». Muchos pensaron que este "hallazgo" ponía en duda la doctrina católica sobre la Virginidad perpetua de María. Sin embargo resultó ser un fraude. Así lo determinó el director de Antigüedades de Israel, Shuka Dorfman, quien anunció (junio 18, 2003): «El osario es real. Pero la inscripción es falsa. Lo que significa es que alguien cogió una caja real y labró la escritura en ella, probablemente para darle una importancia religiosa». Lamentablemente los medio de comunicación que tan ampliamente propagaron el engaño, no hicieron casi nada por rectificarlo.

Veamos lo que ocurrió cuando Jesús moría en la cruz.

Juan 19,26-27 "Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.» Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa."

El Evangelio nos da el nombre de cuatro de sus "hermanos" de Jesús: Santiago, José, Simón y Judas. Si fueran sus hermanos de sangre serían hijos de María. ¿Por qué entonces Jesús la entregó a Juan?.

-Hilario de Poitiers, Padre dela Iglesia: "Si ellos (los hermanos del Señor) hubiesen sido hijos de María y no aquellos del primer matrimonio de José, ella nunca hubiese sido entregada en el momento de la pasión al apostol Juan como su madre. (Comentario de Mateo 1,4 - 354 A.D.)

Hermanos por la gracia
Jesús establece una relación de madre-hijo que no es por naturaleza sino por gracia. Como Juan, todos los bautizados somos hijos de María, ella es nuestra Madre y somos hermanos de Jesús.

En el Apocalipsis vemos, en efecto, quienes son los otros hijos de María.

Apocalipsis 12,17 "Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús."

Es por eso una lástima que algunos cristianos renuncien a la Madre que el mismo Jesús ha dado a los que han de mantenerse fieles en la batalla.

Finalmente. ¿No es cierto que los protestantes, como nosotros, suelen saludarse como "hermanos" y que sus predicadores se dirigen al pueblo con las palabras "queridos hermanos"?. ¿Sería lógico entender que se trata hermanos de sangre?. Entonces, ¿Por qué no utilizar también el buen juicio que Dios nos da para entender las Sagradas Escrituras?. ¿Por qué no aceptar con humildad la sabia interpretación que han tenido los cristianos desde los primeros siglos que es la enseñanza de la Iglesia?. Recemos pues para que los corazones se ablanden y podamos un día vivir todos en paz, como hermanos en Cristo y con nuestra madre, María Santísima."
 
HERMANOS DE JESÚS, ¿HIJOS DE MARÍA?


Un hallazgo arqueológico ha puesto de actualidad la tan debatida cuestión de los hermanos de Jesús, asunto nada importante en si mismo si no fuese porque pone en el disparadero uno de los dogmas romanistas más protegidos, el de la virginidad perpetua de María, por la que es “Aeiparthenos”, y por extensión la infalibilidad papal que lo declaró, en este caso a Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus.

A pesar de que la probabilidad de que los restos correspondan al Jacobo bíblico son bastante remotos basándose exclusivamente en las inscripciones del sarcófago, porque los nombres de Jacobo, Jesús y José eran bastante comunes entre los judíos y la coincidencia dentro de la misma familia bastante frecuente, las evidencias bíblicas de la existencia de los hermanos de Jesús están suficientemente claras para cualquier no prejuiciado lector, sin necesidad de hallazgos sensacionales.

HISTORIA Y RAICES DEL EL DOGMA CATÓLICO DE LA VIRGINIDAD PERPETUA DE MARÍA

Con todo cabe resaltar que la negación interesada de su existencia fue bastante temprana, desde los siglos II y III, y corresponde a la proliferación de las corrientes hiperascéticas que irrumpieron con fuerza en el cristianismo de aquella época estableciendo con la etiqueta de “santidad” ciertas normas de vida rígida consistentes en la abstinencia de determinados alimentos junto con la mortificación de los instintos y pasiones, así como la negación de cualquier tipo de placer sensual e incluso estético. Bajo esta mentalidad que llegó a ser bastante enfermiza (Rom. 14:14), las relaciones sexuales eran consideradas como algo concupiscente y pecaminoso, y destacaban la virtud del célibe por encima de cualquier otra. En muchos lugares y círculos llegaron a imponer su criterio contra el pensamiento histórico del pueblo de Israel que siempre había considerado a la maternidad como la más alta dignidad para una mujer y la culminación de sus aspiraciones en la vida, porque así cumplía con el propósito divino de procrear y llenar la tierra (Gen. 9:7 y Jer. 29:5-7), mientras que ser estéril ó no procrear era toda una desgracia (Gen. 25:21; 29:31; Ex. 23:25-26; Deum. 7:14; Job. 24:21; 1Sam. 1:5-7; Sal. 113:9; Prov. 30:16; Is. 54:1; Heb. 11:11). Fruto de estas ideas peregrinas encontramos en la historia del cristianismo situaciones absurdas como la de Tertuliano, que al “hacerse cristiano” acuerda con su esposa no mantener más relaciones sexuales durante el resto de su vida, ó la del más radical Orígenes que llegó a castrarse en una interpretación literal extrema de Mateo 19:12, cuya sana interpretación está contextualizada con lo que escribió Pablo en 1 Cor. 7:25-35, sobre aquel deseo y necesidad para que algunos cristianos “voluntariamente” (“se hacen a si mismos”, no por que alguien lo decida por ellos, ni lo imponga) deciden no asumir cargas y responsabilidades familiares para disponer de más tiempo y disponibilidad en la extensión del evangelio.

Estos grupos provenientes del paganismo desplegaron una gran actividad en la promoción de este tipo de vida y una de las formulas más eficaces fue su actividad literaria entre la comunidad cristiana. Con la difusión de libros tales como el Evangelio Armenio de la Infancia, la Historia de José el Carpintero ó el pseudo evangelio de Mateo, consiguieron propagar una historia falsa de María que daba cobertura a tales ideas aunque contradijesen los relatos más antiguos y serios de los evangelios que hoy conocemos como canónicos. Según esa pseudo historia, que presenta algunas diferencias entre los diversos relatos, podría resumirse que María, desde los tres años de edad en los que ya era una persona completamente madura, decide ser célibe (en el sentido de mantenerse virgen toda su vida), y entra para vivir en el templo para formar parte de una comunidad de vírgenes que están dedicadas a la oración día y noche. Cuando cumple doce años, para evitar que le sorprenda en el templo la menstruación y pueda contaminarlo, los sacerdotes deciden casarla con un hombre de bien, y por sorteo le correspondió que contrajese matrimonio con José, un anciano viudo de la tribu de Judá, que tenía más de 90 años, y que fruto de los 49 años de su matrimonio anterior tenía 4 hijos varones llamados Judá, Josetos, Simeón y Jacobo y dos hijas Lisia y Lidia. Según alguno de los relatos incluso tenía nietos de más edad que la de la propia María. Pero este matrimonio no se presenta como normal pues José hasta su muerte debía ser realmente el preservador de la virginidad de María, no un marido a todos los efectos. El relato afirma que al desposarse María se encontró con que Jacobo, el hijo de José, era muy pequeño y ella se ocupó de criarlo, y esa es la razón por lo cual se la conoce como la madre de Jacobo. Desde los doce años vivió con José en su casa y a los catorce fue cuando el ángel le anunció el providencial nacimiento, etc. etc.

TEXTOS BÍBLICOS SOBRE LA MADRE Y LOS HERMANOS DE JESÚS

Pese a lo estúpidos y absurdos relatos que contienen tales libros, que contradicen totalmente los relatos de las escrituras canónicas inspiradas, suficientemente claras como veremos en cuanto al matrimonio de María y José, y su familia, tuvieron un gran éxito por el apoyo del movimiento monacal que se originó en aquellos tiempos y ha llegado hasta nuestros días con mayor ó menor énfasis. Como una de las premisas en todas las actuaciones históricas del romanismo es que “el fin justifica los medios”, con el fin de mantener y promover ordenes monásticas célibes y un sacerdocio sometido al voto de castidad, asuntos ambos muy rentables económicamente para la organización vaticana, y a la vez propagar como centro del fervor popular a una María mítica asimilable a las diosas paganas, reina del cielo y madre de Dios, que enlaza tan bien ahora como en el paganismo con la sensiblería popular, realizó una gran defensa de esta cuestión y promovió una amplia gama de argumentos respuesta tan pueriles como falsos para contradecir el claro relato de las Sagradas Escrituras, en relación a la existencia de los hermanos de Jesús:

1.- El relato evangélico de la relación de José y María asume un matrimonio normal de la época: Dice así Mt.1:18 Y el nacimiento de Jesucristo fue así: Que estando María su madre desposada con José, antes que se juntasen, se halló haber concebido del Espíritu Santo… Mt.1:24 y 25: Y tomó la esposa de él; y no conoció a ella “hasta” (ews) que dio a luz un hijo y llamó el nombre de él, Jesús. Creo que es bastante elocuente en el sentido de que José se unió a María en un matrimonio normal, no que se hiciera cargo de la adopción de una niña. No existe ninguna referencia a la edad de los contrayentes, ni a cualquier matrimonio anterior por parte de José.

2.- Jesús es mencionado como el hijo primogénito de María.- Lucas Lc. 2:7 afirma que “dio a luz al hijo de ella el primogénito (prwtotokon)”. Primogénito significa engendrado en primer lugar.

3.- Los vecinos de la familia los conocían como tales. Así lo afirman los cuatro evangelistas sin excepción: Mateo, Marcos, Lucas y Juan:

Mateo. Mt. 12:46-48: La madre y los hermanos (adelfoi) de él (autou)… (v-47) la madre de ti y los hermanos (adelfoi) de ti (sou)… mas él, respondiendo… ¿Quién es la madre de mí, y quienes son los (adelfoi) de mi (mou)? Mt. 13:55: ¿No la madre de él es llamada María y los hermanos (adelfoi) de él (autou) Jacobo y José y Simón y Judas y las (ai) hermanas (adelfai) de él (autou) ¿acaso no todas (pasai) frente a nosotros están?

Marcos: Mr. 3:31-35 (v-31) “… la madre de él y los hermanos de él (adelfoi autou)…” (v-32) “…la madre de ti, y los hermanos de ti (oi adelfoi sou) y las hermanas de ti (ai adelfai sou)…”.

Lucas: Lc. 8:19-21) usa exactamente las mismas palabras (adelfoi).

Juan: (Jn. 2:12) “… y la madre de él y los hermanos (adelfoi) [/I]y los discípulos de él…[/I]”. Jn. 7:3-10 (v-5) “Mas ni aún sus hermanos (adelfoi autou) creían en él”).

4.- El mismo Jesús los reconoce como hermanos según el relato de Mateo, Marcos y Juan:

Mateo -Mt. 28:10: “… anunciad a los hermanos (adelfois) de mí (mou) que vayan…”;

Marcos - Mr. 3:34: “Mira la madre de mí y los hermanos de mí (>adelfoi mou). Cualquiera que hace la voluntad de Dios este hermano de mí y hermana (adelfas mou kai adelfh) y madre es:

Juan -Jn. 20:17 “… vete a los hermanos de mí …” (tous adelfous mou).

5.- Pablo afirma que Jacobo era hermano de Jesús: Escribiendo en Gal. 1:19, dice: “… Jacobo el hermano del Señor (adelfon tou kuriou). Judas, el autor de la epístola del mismo nombre, dice que él es hermano de Jacobo (Jud. 1). Así ya tenemos a dos de los hermanos identificados por su papel en la iglesia apostólica.

6.- La profecía corrobora que tendría hermanos por parte de su madre: El salmo 69 es uno de los innegables salmos proféticos por excelencia, y como tal uno de los más citados en el Nuevo Testamento en relación con Jesús y con su ministerio, en el vers. 8 dice así: “He sido extrañado a mis hermanos y extraño a los hijos de mi madre”. (Ojo, en el énfasis “de mi madre”). Concretamente esta profecía está en relación con la afirmación de Juan 7:5: “porque ni los hermanos de él, creían en él”.

Los argumentos romanistas para aceptar la versión de los apócrifos y descalificar los relatos de los evangelios son los siguientes:

a.- En el idioma hebreo llama en muchas ocasiones hermanos a los parientes, sin tener en cuenta el grado de parentesco, como en algunos casos del Antiguo Testamento. La falacia consiste en ocultar a sus lectores, mayoritariamente poco versados en las Escrituras, que el Nuevo Testamento fue escrito en griego y no en hebreo, por lo que nada tiene que ver una cosa con la otra; y que la población de Palestina en los tiempos de Jesús era bilingüe en su mayoría, pues el griego era el idioma comercial, diplomático, escolar e internacional, mientras que el arameo, que había sustituido prácticamente al hebreo, era el dialecto siríaco derivado de este y una lengua de ámbito restringido que ni siquiera la conocían muchos de los judíos y casi ninguno de los que vivían fuera de Palestina.

Todos los escritos relativos al Nuevo Testamento están escritos en lengua griega. Sus autores conocen perfectamente el idioma griego y distinguen entre los términos de hermano, primo y pariente. Por ejemplo: Pablo cuando quiere decir “pariente” usa la palabra griega que significa “pariente” (suggene), no hermano. (Vere:11)ee "palabra griega que significa "tou kuriou) no de musas y equivocas.

Rom. 16:11, 16:7 y 16:21). Y cuando quiere decir “primo”, no dice pariente ni hermano, sino primo, con la palabra griega “aneyios”, como en Col. 4:10 “el primo de Bernabé”. Juan el evangelista hace lo propio en Jn. 18:26. “… pariente que era (suggenhs) del que cortó Pedro la oreja”.

También Lucas, que en su evangelio, 1:36, se refiere al grado de parentesco entre María y Elizabeth las llama “parientas” (suggenis), no hermanas. En 1:58 igualmente emplea la palabra parientes, sin equivocarse: “…los parientes de ella (oi suggeneis autes)”; y en 2:44 “… buscabánle entre los parientes (>suggeneusin) y los conocidos”. Incluso es capaz de usar los diferentes términos en una misma frase sin confusión alguna, como en 14:12 “… ni a los hermanos tuyos (adlfous sou), ni a los parientes tuyos (tous suggeneis sou)”, lo cual repite en 21:16 “y hermanos y parientes… (kai adelfwn kai suggenwn). Así pues el argumento de que se llama hermanos a los parientes en otro grado porque no tengan otra palabra disponible es absolutamente falso. Pero además, al que niega la evidencia le corresponde la carga de la prueba, por ello debieran presentar algún ejemplo del Nuevo Testamento donde a un pariente se le llame “hermano”. Aunque carece de valor acogerse al termino “hermanos” referido a los que son de la fe, porque está al margen de la estructura familiar humana y al parentesco de la carne.

b) Eran hijos de José, de un anterior matrimonio, ¿por qué razón sino habría de pedir Jesús desde la cruz a Juan que cuidase de su madre?.- Ya hemos mencionado las fuentes originarias de la pretensión de que eran hijos del anterior matrimonio de José y las razones. Veamos los argumentos para entender que no solo no eran mayores, sino que eran más jóvenes que él.

b.1.- Aparecen acompañados de su madre, cuando Jesús ya tiene más de 30 años (Jn. 2:12; Mt. 12:46; Mr. 3:31; Lc. 8:19; Hch. 1:14). Si ellos fuesen mayores, tendrían sus propias familias de las que cuidarse, y aunque alguno fuese con su madre, el plural determina que iban todos juntos, lo que es normal solo si fuesen lo bastante menores en edad para que su madre los mantuviese bajo su cuidado.

b.2.- La razón de que Jesús pidiese a Juan que cuidase a su madre abunda en que estos eran más jóvenes como para asumir esa responsabilidad. Otra razón era que sus hermanos no creían en él, pero tampoco en su madre quien seguramente les habría hablado de su providencial concepción y de las milagrosas circunstancias que rodearon su nacimiento. Parece que la fe surge cuando se les aparece una vez resucitado (1Cor. 15:7)

b.3.- Cuando José y María bajan a Belén para empadronarse, también tendrían que ir a empadronarse los presuntos hijos adultos de José, y luego huirían todos juntos a Egipto, pero el ángel únicamente le dice que tome al niño y a su madre (Mt. 2:13) ¿Dónde y con quién quedaron los presuntos hijos de José? ¿Cómo es que no creyeron en él si presenciaron su nacimiento, la adoración de los pastores, la de los magos, la estrella, etc.? Si hubiesen quedado en Belén, ¿no sufrirían la persecución de Herodes, por si alguno de aquellos fuese el Mesías? Cuando Jesús a los doce años baja al Templo, y lo buscan entre sus parientes, todavía no hay ninguna referencia a que tuviese hermanos, ni de padre, ni de ninguna otra clase.

b.4.- Los hermanos siempre aparecen como un grupo compacto, si fuesen mayores, hijos de José, tendrían más edad que Jesús, como es que no aparecen junto con sus familias, ni se atribuían dentro del grupo familiar a sobrinos? Sabemos que las muchachas por entonces se casaban bastante jóvenes, luego las de Jesús debieran estar ya casadas y normalmente con hijos. Cuando Pablo escribe sobre el año 57 la primera epístola a los corintios, aquí si menciona que los “hermanos del Señor” (adelfoi tou Kuriou) están casados y tienen esposa, lo cual ya parece más normal que se hubiese producido al transcurrir 27 años desde la muerte de Jesús, así incluso los más jóvenes se habían casado ya.

b.5.- Si solo fuesen hijos de José, no serían hermanos de Jesús, en absoluto, porque Jesús era hijo de María, pero no de José, y estos serían hijos de José, pero no de María. ¿Cómo osarían llamarse ellos mismos hermanos de Jesús, si no tenían ninguna cosanguineidad? ¿O cual de los escritores inspirados habría osado llamarles “hermanos de Jesús” sin añadir una coletilla que dijese, por ejemplo, “según la gente creía”, como en el caso en el que se menciona a José como padre en Lc. 3:23 en relación con 4:22. ¿Pablo les llamaría “hermanos del Señor” (adelfoi tou Kuriou) como en 1Cor. 9:5 ó en Gal 1:19, en lugar de hijos de José?

c) Eran hijos de otra María.- Ya no me paro sobre esta sandez, pues ya ha sido abandonada por el romanismo, aunque durante mucho tiempo incluso aparecía en las notas de sus traducciones bíblicas.

d) La palabra “hasta” de Mateo 1:25, no significa “que después la hubiese conocido” y citan en su apoyo 2ª Sam. 6:23 que dice: “Y Mical, hija de Saúl, nunca tuvo hijos hasta el día de su muerte”. En tono satírico dicen que si “entonces se debe suponer que los tuvo después”. La diferencia es que sabemos que la muerte interrumpe la vida y la posibilidad de tener hijos, circunstancia que no concurre en el caso de María, que siguió viviendo después del parto de Jesús. La frase de que José “no la conoció hasta después de que diese a luz a su hijo”, tiene un contexto, y es que todos los autores le reconocen hijos.

e) Un “primogénito” no significa posteriores “genitos”.- Otra de las argucias de los romanistas consiste en afirmar que primogénito no establece que haya otros “genitos” posteriores, sino que siendo el primer hijo de María ya podría ser llamado primogénito aunque no tuviese hermanos. El fallo de su argumento es que el relato no fue escrito cuando el hecho se produjo, y el escritor ignoraba si habría ó no hijos posteriores, porque los evangelios están escritos muchos años después de la muerte de Jesús, cuando los escritores ya sabían si María había tenido ó no más hijos, es decir si era primogénito ó unigénito. Al conocer la conclusión, no se necesita ni la intuición ni la precaución. Lucas, que es el que le llama primogénito, lo hace muy bien, como vemos en otro lugar de su evangelio en que al hijo de una mujer viuda le llama “el unigénito”, y no el “primogénito” (Lc. 7:12) “…habiendo muerto un unigénito hijo (monogenhs uios) de la madre de él, y ella era viuda”. En su calificativo no solo apela a la posibilidad biológica de la mujer, sino a otros aspectos que van desde su condición como viuda ó incluso por la edad avanzada de la mujer, entendiendo que ya no podría tener más. De la misma manera que Jesucristo es presentado como el “Unigénito” (monogenous) del Padre (Jn. 1:14), en su género y esencia, pero el primogénito de muchos hermanos (Rom. 8:29) adoptivos (Ef. 1:5), los hijos de Dios por medio de la fe (Jn. 1:12).

f) Ninguna respuesta ni mención al salmo profético.- Los romanistas que nunca pudieron con este texto del Salmo 69, decidieron simplemente ignorarlo de su referencia profética, como si no existiese, aunque hay referencias a varias partes del mismo por parte de Juan (15:25; 2:17; 7:5; 19:29) de Pablo en Rom. 11:9, 10; y de Mateo en 23:38. Y un gran contenido paralelo con pasajes de Isaías.

Ahora con los argumentos en pro y en contra, el lector decida su propia postura personal sobre el asunto en cuestión. Solo añadir que como se le dijo al rico que estaba en el Hades, si no creen a las Escrituras tampoco creerán aunque alguno volviese de entre los muertos y menos por el hallazgo de los restos de algún muerto. Si la ceguera es una forma de ignorancia, el fanatismo es una ignorancia consentida y deseada.



Pablo Blanco
 
¡¡ que diferencia con las enseñanzas de Jesús y de su Palabra !!. Veamos algunos textos bíblicos:

Desde aquí pido a todos los católicos que aman a Dios, que lean una y otra vez estos versículos en sus Biblias, ¡¡ es imposible que no vean cual es la enseñanza de la Palabra y la voluntad de Dios !!

Y todo lo que pidiereis al Padre EN MI NOMBRE, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis EN MI NOMBRE, yo lo haré.(Palabras de Jesús en Juan 14:13)

Hasta ahora nada habéis pedido EN MI NOMBRE; pedid, y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido.(Palabras de Jesús en Juan 16:24)

Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, PERO EL ESPÍRITU MISMO INTERCEDE POR NOSOTROS CON GEMIDOS INDECIBLES. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.(Romanos 8:26-27)

Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, EN QUIEN TENEMOS SEGURIDAD Y ACCESO CON CONFIANZA POR MEDIO DE LA FE EN ÉL.(Efesios 3:11-12)

Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.(Hebreos 4:16)

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: TODO PODER ME ES DADO EN EL CIELO Y EN LA TIERRA. (Mateo 28:18)







La enseñanza de la Escritura es que hemos de pedir en el Nombre de Jesús y que el Espíritu Santo es quien intercede por nosotros. Cualquier enseñanza que se aleje de estos textos es un engaño; acercaos a Cristo y dejad las enseñanzas de hombres.

Amigo, si sientes en tu corazón que has entendido que hasta ahora pedías mal y no según lo que Dios quiere, te invito a hacer esta oración conmigo, ahora:

Señor, yo quiero seguirte, pero no se como hacerlo; reconozco que me he dejado llevar por enseñanzas humanas, pero ahora veo que a ti no te agrada que yo le pida a otro que no sea a ti y que he de hacerlo en el nombre de Jesús; ayúdame Señor y guía mis pasos; quiero hacer tu voluntad. Enséñame lo que debo hacer para ser salvo. En el bendito nombre de Cristo Jesús. Amén






Maripaz
 
Maripaz, te recomiendo que leas el siguiente texto.

Y todo lo que pidiereis al Padre EN MI NOMBRE, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis EN MI NOMBRE, yo lo haré.(Palabras de Jesús en Juan 14:13)



Ciertamente, "hay un solo Dios, y también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús" (I Tim 2,5). Pero todos somos mediadores EN EL.

1- Recordemos que el Nuevo Testamento se escribió en griego. La palabra utilizada para "un" es "HEIS" que siginifica "uno" pero en sentido NO EXCLUYENTE. Si S. Pablo hubiese querido ser excluyente, utilizaría la palabra "MONOS".

2- Leamos los cuatro versículos precedentes para poner las cosas en contexto:

Ante todo recomiendo que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad. Esto es bueno y agradable a Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad. ( I Timoteo 2,1-4)

Entonces hermanos, en ese mismo capítulo, San Pablo RECOMIENDA que oremos unos por otros. Plegarias y oraciones son actos de mediación. Numerosos pasajes bíblicos confirman esta enseñanza sobre la intercesión, incluso la intercesión de los santos del cielo. Ver: Mediador

San Pablo, como buen maestro, puso las cosas en orden. Nos enseña la importancia de orar unos por otros y enseguida nos enseña que esa oración sólo es eficaz gracias a que estamos unidos al único mediador: Cristo.

Jesús es el único mediador pero todos debemos mediar EN (unidos a) SU mediación.

La Virgen Santísima y los santos NO son otro camino de mediación, NO son otra alternativa. Decimos que su mediación es posible porque están EN CRISTO, porque son UNO con EL. Esta enseñanza es bíblica y pertenece a la Tradición Apostólica. Dios se place de que sus hijos, por amor, colaboren en SU obra de salvación. Esto es precisamente participar en la mediación de Jesús. Esa colaboración continúa en el cielo. Es así que la Virgen, los santos y los ángeles en el cielo nos ayudan. `

Somos un solo Cuerpo: el de Cristo


Algunos dicen: ¿Si voy directo a Cristo, para que necesito a los santos? Esa dicotomía es falsa. María y los santos son uno con Jesús por ser miembros de Su Cuerpo Místico. La unión con los santos no dificulta nuestra unión directa con Cristo, al contrario, la fomenta. La mediación de los santos EN CRISTO se entiende solo cuando comprendemos la profunda unidad que hay en SU CUERPO MÍSTICO.

Así también el cuerpo no se compone de un solo miembro, sino de muchos. Si dijera el pie: «Puesto que no soy mano, yo no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Y si el oído dijera: «Puesto que no soy ojo, no soy del cuerpo» ¿dejaría de ser parte del cuerpo por eso? Si todo el cuerpo fuera ojo ¿dónde quedaría el oído? Y si fuera todo oído ¿dónde el olfato? Ahora bien, Dios puso cada uno de los miembros en el cuerpo según su voluntad. Si todo fuera un solo miembro ¿dónde quedaría el cuerpo? Ahora bien, muchos son los miembros, mas uno el cuerpo. 1 Cor. 12:13-20

Dios ha creado una comunión de personas y cada cual tiene su lugar en la gran comunión que es la Iglesia. A Dios le place que nos ayudemos unos a otros, que seamos hermanos, es más, nos lo ordena.

La enseñanza sobre la unidad del Cuerpo es muy importante para comprender nuestra vocación cristiana en que cada uno debe servir a los demás pues somos uno. Dios ha querido hacernos uno en El y llamarnos a participar en su obra redentora. Dios como Padre se complace en nuestra colaboración.

Para entender pensemos en una familia. ¿Si los hermanos se ayudan unos a otros, acaso eso ofende la autoridad del padre?. Hay que entender que TODO viene de Dios, aún la gracia necesaria para orar por otros.

En el Cuerpo Místico todos están unidos a Cristo y con Su poder se ayudan mutuamente.

San Pablo nos enseña la radical unidad entre Cristo y el cristiano:

"y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí; la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí" (Gálatas 2:20)

Cuando San Pablo u otro santo predica, sana, hace milagros, solo puede ser por la única mediación de Cristo que vive en EL.

Somos, pues, embajadores de Cristo, como si Dios exhortara por medio de nosotros. En nombre de Cristo os suplicamos: ¡reconciliaos con Dios! ( II Corintios 5:20)

Como Cuerpo Místico, participamos en la vida y la obra de Cristo: Es cierto que Cristo es el único juez, el único pastor, el único rey, el único mediador, pero los cristianos también son todo eso EN EL:

1- Jesucristo es el único juez supremo y los cristianos serán jueces en el cielo. (Mat. 19:28; Lucas 22:30; 1 Cor. 6:2-3).

2-Jesús es el único Pastor (Juan 10:16) y establece pastores (Juan 21:15-17; Ef 4:11)

3-Jesús es el único Rey y nosotros Reinaremos con EL: (Apocalipsis 4:4, 10).

Jesús enseña que los suyos son mediadores para que otros crean y sean uno:

"No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí" (Juan 17:20-23)

Repetimos, no se trata de otra mediación sino la única de Jesús que se manifiesta en los santos gracias a que son uno con El y forman Su Cuerpo Místico.

¿Por qué no ir directamente a Jesucristo?

Oramos también directamente a Jesucristo, pero unidos, ayudándonos unos a otros. La oración más perfecta es la Santa Misa en la que nos unimos directamente al sacrificio único de Cristo. En Cristo, nos unimos también con los santos.

Cristo todo lo puede por si solo pero ha querido valerse de sus santos para continuar su enseñanza y su obra. ¿Hay competencia entre la enseñanza de San Pablo y los otros santos y la enseñanza de Jesús? Claro que no.

«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» Lucas 10:16

Qué tal si San Pablo hubiese dicho: "Yo no rezo por los hermanos porque ya Jesús reza por ellos". ¿Hizo mal San Pablo al encomendarse a las oraciones de las comunidades?. Qué tal si él hubiese dicho: "yo no anuncio el Evangelio, porque Dios lo puede hacer El mismo".... Sí. Pero Dios quiso que colaborásemos. Esto ha sido siempre la fe de la Iglesia.

Dice Jesús:

"En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo" (Juan 14:12-13)

La comunión de los fieles no se limita a esta tierra. También en el cielo los santos interceden por nosotros:

La comunión de los hermanos no cesa al llegar al cielo, al contrario, se incrementa porque en el cielo no hay egoísmo sino solo amor. En el cielo la Iglesia es triunfante en Cristo. Todos los que están en el cielo son santos, pero algunos son muy conocidos en la tierra porque la Iglesia los ha señalado por su santidad extraordinaria, mas que nadie a la Virgen Santísima siendo la Madre de Dios y madre nuestra.

San Pablo nos hace concientes de que estamos en comunión con los santos:

"Vosotros, en cambio, os habéis acercado al Monte Sión, a la ciudad de Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, reunión solemne y asamblea de los primogénitos inscritos en los cielos, y a Dios, juez universal, y a los espíritus de los justos llegados ya a su consumación, y a Jesús, mediador de una nueva Alianza, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel" ( Hebreos 12:22-24)

"Por tanto, también nosotros, teniendo en torno nuestro tan gran nube de testigos, sacudamos todo lastre y el pecado que nos asedia, y corramos con fortaleza la prueba que se nos propone" (Hebreos 12:1)

También:

"Vino un ángel con un incensario de oro, y se puso junto al altar. Le entregaron muchos perfumes, para que aromatizara las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro situado delante del trono. Y por manos del ángel subió a la presencia de Dios el humo de los perfumes, junto con las oraciones de los santos" Ap 8:3-4 (Ver también Ap 5:8)

Los santos piden por los hombres en la tierra, que se haga justicia: (Cf. Ap. 6:9; 18:18-20)

Santiago 5:16 enseña: " Confesaos, pues, mutuamente vuestros pecados y orad los unos por los otros, para que seáis curados. La oración ferviente del justo tiene mucho poder." Si aceptamos que los santos en el cielo son justos, y lo son más que nosotros, entonces este pasaje también aplica a ellos.

No hay contradicción entre acercarse a Jesús y a sus santos. Somos familia de Dios EN CRISTO. Las oraciones de los santos que son recibidas sobre el altar son posibles porque los santos participan de la mediación única de Cristo.

La intercesión de los santos NO remplaza ni compite con la oración directa a Dios, mas bien le da más fuerza. Igualmente, nuestra relación con Dios se hace amor y servicio hacia los hermanos. Es cuestión de poner las cosas en su lugar tal como enseña San Pablo: Jesucristo es el único mediador; todos los santos son de Cristo y, unidos a EL, colaboran en su mediación para extender su reino.
 
¿Quien miente, Mortimer, Roma o Jesucristo?


Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.(Mateo 18:19)


En cuanto a la cita de Apocalipsis, no es conveniente sacarla de su contexto escatológico, para apoyar los rezos y el culto mariano y a los santos.



Cristo es el único Mediador, lo que Roma enseña es BLASFEMIA
 
Quien dice la verdad, Mortimer o Jesucristo?
Jesús nos enseñó a pedir al Padre en Su Nombre

Mortimer y Roma, nos dicen que hay que hacerlo a través de María

¿Quién miente?


Me gustaría conocer ejemplos de apóstoles o cristianos del primer y segundo siglo que orasen a través de María...¿usted sabe de alguo?QUOTE]

La mayoria de los Santos lo han echo a traves del Rosario. Sería imposible citar la multitud innumerable de Santos que han encontrado en el Rosario un auténtico camino de santificación. Bastará con recordar a san Luis María Grignion de Montfort, autor de un preciosa obra sobre el Rosario12 y, más cercano a nosotros, al Padre Pío de Pietrelcina, que recientemente he tenido la alegría de canonizar. Un especial carisma como verdadero apóstol del Rosario tuvo también el Beato Bartolomé Longo. Su camino de santidad se apoya sobre una inspiración sentida en lo más hondo de su corazón: « ¡Quien propaga el Rosario se salva! ».13 Basándose en ello, se sintió llamado a construir en Pompeya un templo dedicado a la Virgen del Santo Rosario colindante con los restos de la antigua ciudad, apenas influenciada por el anuncio cristiano antes de quedar cubierta por la erupción del Vesuvio en el año 79 y rescatada de sus cenizas siglos después, como testimonio de las luces y las sombras de la civilización clásica.

Con toda su obra y, en particular, a través de los «Quince Sábados», Bartolomé Longo desarrolló el meollo cristológico y contemplativo del Rosario, que ha contado con un particular aliento y apoyo en León XIII, el «Papa del Rosario».

Mortimer y Roma, nos dicen que hay que hacerlo a través de María, quien miente?

No crees en lo que dice el Santo Padre? El Papa es el representante de Cristo en la tierra, a quien todos estamos obligados a obedecer. Los mensajes que el da se los ha dado EL MISMISIMO JESUS, asi que no escuchar al Papa o no creer en lo que dice, es casi como no escuchar a Jesus.


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Apocalipsis 12,17 "Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús."
 
Mortimer


Le solicité cítas bíblicas y de cristianos de los dos primeros siglos, no de practicantes del rezo del rosario...


¿sabe que año se inventó el rosario?

¿sabe que es enormemente parecido a un sistema de oraciones con un rosario de cuentas que usan los budistas?


Yo solo reconozco un Santo Padre, DIOS


El representante de Cristo en la tierra es el Espíritu Santo
 
¿Quien miente, Mortimer, Roma o Jesucristo?
No miente ninguno. Lo vuelvo a repetir:


La Virgen Santísima y los santos NO son otro camino de mediación, NO son otra alternativa. Decimos que su mediación es posible porque están EN CRISTO, porque son UNO con EL. Esta enseñanza es bíblica y pertenece a la Tradición Apostólica. Dios se place de que sus hijos, por amor, colaboren en SU obra de salvación. Esto es precisamente participar en la mediación de Jesús. Esa colaboración continúa en el cielo. Es así que la Virgen, los santos y los ángeles en el cielo nos ayudan. `

"No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí" (Juan 17:20-23)
 
Esto es precisamente participar en la mediación de Jesús


Al parecer, el apóstol Pablo no lo entendió igual:


Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre..(1 Tim 2:5)



No hay más mediadores, Mortimer....


Pedir al Padre, en el Nombre de Jesús, es lo que Él nos enseñó...lo que diga Roma, son palabras de hombres.
 
Mortimer


¿Me puede decir que APOSTOL rezaba el rosario?


¿Me puede dar ejemplos de apóstoles o cristianos del siglo I y II que rezaran a santos o a Maria?
 
El Papa

El Papa

Le solicité cítas bíblicas y de cristianos de los dos primeros siglos, no de practicantes del rezo del rosario...

¿sabe que año se inventó el rosario?

¿sabe que es enormemente parecido a un sistema de oraciones con un rosario de cuentas que usan los budistas?

Yo solo reconozco un Santo Padre, DIOS

El representante de Cristo en la tierra es el Espíritu Santo

<<Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha relevado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que esta en los cielos. Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi iglesia, y las puertas del infierno no prevaceleran Contra ella. Te dare la llaves del reino de Dios; y lo que ates en la tierra quedara atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedara desatado en los cielos (Mateo 16,16-18)>>

Jesucristo fundó la iglesia y San Pedro fue el primer Papa, y su sucesor, el Papa actual es Juan Pablo II. Si no crees en el Papa no crees en la iglesia que fundo Jesus.

El Rosario parecido a un sistema de oraciones budistas? meditar los misterios de la vida de Jesus mediante el rosario es budismo??
 
Jesucristo no FUNDÓ ninguna iglesia; Él está edificándola


Pedro no fue el primer papa, vaya al epígrafe correspondiente , lealo y vea si tiene alguna respuesta coherente, aparte de las mentiras que enseña Roma.


El rosario es una serie de rezos a Maria, NO A JESUCRISTO...y se empezó a practicar en el siglo XII


Los budistas rezan con un rosario de cuentas...infórmese, y así sabrá de donde se copió esa forma de rezo repetitivo, para poner la mente en blanco.


Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.(Hechos 5:29)
 
perdon. no ha salido la cita que queria poner:

Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha relevado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que esta en los cielos. Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificare mi iglesia, y las puertas del infierno no prevaceleran Contra ella. Te dare la llaves del reino de Dios; y lo que ates en la tierra quedara atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedara desatado en los cielos (Mateo 16,16-18)

Jesucristo fundó la iglesia y San Pedro fue el primer Papa, y su sucesor, el Papa actual es Juan Pablo II. Si no crees en el Papa no crees en la iglesia que fundo Jesus.
 
Pues no conozco a ningun cristiano del siglo I o II, pero si que conozco a grandes Santos como el Padre Pio y Maria Teresa de Calcuta, que lo rezaban. Han echo algun mal por rezar el rosario? han desobedecido a Jesus?

Puedes decirme que mal a echo Juan Pablo II? yo lo veo y es un fiel reflejo de la vida de Cristo, has leido su vida?
 
Han echo algun mal por rezar el rosario? han desobedecido a Jesus?


Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.(Juan 14:13)



Jesús nos enseñó a pedir AL PADRE EN SU NOMBRE.


Roma enseña a rezar a María para que Jesús actue.....¿entiende usted la diferencia?

¿no ve que eso no es lo que enseñó Jesucristo?

¿no ve que eso no es lo que practicaron los apóstoles y los primeros cristianos?

¿no ve que Roma ha desviado la atención hacia María, y la ha puesto en lugar de Jesucristo?

¿porque tenemos que ir a María si podemos ir a Jesucristo?