Re: Amor fingido, menosprecio y juicio en el foro

Solo un comentario; !Que lastima que arrastren a epígrafes como estos, las contiendas de otros temas...!
No traten de imitar a los demás.
Renuevense en la forma de entender que tienen de las cosas, para que la transformación sea verdadera y puedan comprobar la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
No tengan más alto concepto de ustedes mismos que el que deben tener.
Piensen acerca de ustedes mismos con cordura, teniendo en cuenta que no todos tienen la misma fe.
La mayoría somos miembros los unos de los otros.
No finjan amor sino ámense verdaderamente prefiriendo a los otros antes que a ustedes mismos.
No sean altivos ni soberbios. Digan cosas buenas y no malas.
Júntense con los humildes.
No se crean que se las saben todas.
No corran a responder de mala forma a quienes los tratan mal, sino procuren lo bueno.
Y estén en paz con todos.
No se dejen vencer por lo malo, sino venzan con el bien el mal.
Amense unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley.
El cumplimiento de la ley es el amor.
Precisamente ahora que está más cerca nuestra salvación que cuando creímos, debemos desechar, las obras de las tinieblas, como contiendas y envidia.
Intercambien con el débil en la fe, pero no para pelear sobre opiniones.
El que aprueba algo, no menosprecie al que no lo aprueba.
El que no aprueba algo, no juzgue al que lo aprueba.
¿Quiénes somos para juzgar al otro?
Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días.
Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente.
Ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí.
Para el Señor vivimos o para el Señor morimos.
Pero nadie debe juzgar o menospreciar al otro porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.
No lo hagamos mas.
Tomen la decisión en serio de no molestar al hermano.
Para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es.
Pero si por causa de lo que apruebas tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor.
No hagas que por la fe tuya se pierda aquel por quien Cristo murió.
Sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
Es malo que el hombre haga tropezar a otros.
¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios.
Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.
Pero el que duda sobre lo que aprueba, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe, es pecado.
Los fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación.
Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo.
Aceptense los unos a los otros, como también Cristo los aceptó.

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