Hace ya bastante tiempo escuché en un programa de radio acerca de una columna de hierro en estado puro, el cual se encuentra en la India. Me comió la curiosidad saber si dicha información era verídica; y noté que, efectivamente, tal columna es real. En este artículo verifiqué ello.
Sobresale el hecho de que dicha columna fue trabajada con técnicas avanzadas para la época en que fue hecha. La pureza de esta columna demuestra que un metal, entre más puro, más resistente y durable es. Ni siquiera los agtentes contaminantes han logrado dañar el metal que ha soportado casi cualquier cosa...
¡Imaginemos por un momento la pureza y simplicidad de las Escrituras! Cientos y cientos de años han pasado, y las letras divinas siguen ahí, tan frescas y vivas como cuando fueron escritas pro primera vez. Muchos manoseos y muchas interpretaciones se han dado a lo ya escrito en nuestras amadas Biblias, y el mensaje del Altísimo sigue inalterable, sólido.
Por eso me gusta cuando los sí-dice-pero-no-dice se topan con sentencias vertidas de las Escrituras, las cuales no dan pie a dudas u objeciones de ningún tipo... Y así cualquier idiota puede venir a decir que somos un embutido de tres, siendo que no, somos a imagen y semejanza del Altísimo: ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO. ¿Qué se puede aladir a eso? ¿Qué excusa, por muy sofisticada que se traiga, puede alterar una realidad más allá de todo razonamiento humano?
Sobresale el hecho de que dicha columna fue trabajada con técnicas avanzadas para la época en que fue hecha. La pureza de esta columna demuestra que un metal, entre más puro, más resistente y durable es. Ni siquiera los agtentes contaminantes han logrado dañar el metal que ha soportado casi cualquier cosa...
¡Imaginemos por un momento la pureza y simplicidad de las Escrituras! Cientos y cientos de años han pasado, y las letras divinas siguen ahí, tan frescas y vivas como cuando fueron escritas pro primera vez. Muchos manoseos y muchas interpretaciones se han dado a lo ya escrito en nuestras amadas Biblias, y el mensaje del Altísimo sigue inalterable, sólido.
Por eso me gusta cuando los sí-dice-pero-no-dice se topan con sentencias vertidas de las Escrituras, las cuales no dan pie a dudas u objeciones de ningún tipo... Y así cualquier idiota puede venir a decir que somos un embutido de tres, siendo que no, somos a imagen y semejanza del Altísimo: ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO. ¿Qué se puede aladir a eso? ¿Qué excusa, por muy sofisticada que se traiga, puede alterar una realidad más allá de todo razonamiento humano?