1 Juan 3:1 "Mirad cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios y lo somos".
En general, cuando se habla de amor la gente piensa en sentimientos. Estamos demasiado acostumbrados a los conceptos del cine y la literatura, que, poco tienen que ver con el amor al que estamos llamados.
Según la palabra de Dios, en 1 de Corintios 13, por virtuoso, milagroso y perfecto que parezca, todo cuanto hagamos carece de validez y de significado alguno si no tenemos amor.
1 Cor 13:13 "Hay tres cosas que permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor".
Os escribo para compartiros esta lección que me ha dado el Señor:
Que en el contexto del amor de Dios no se trata de estar esperando para recibir algo satisfactorio según tus propias expectativas... nos vamos a topar muchas veces con el daño que nos causan los "fallos", los "errores", el desamor de nuestros hermanos e incluso, a veces, hasta los nuestros propios. Considerando que tenemos límites, debilidades y necesidades, nada fácil.
Pero el amor de Dios no es un sentimiento, sinó un mandamiento; hummm, no sencillo su cumplimiento: "En esto conocerá el mundo que sois mis discipulos, en que os améis los unos a los otros como yo os he amado"... ¿Cómo nos ha amado Cristo? porque el amor que es según Dios es dador, interesado en el bien del otro y activo.
Me ha llegado mucho éste mensaje: La mujer, la esposa tan defectuosa que le concede Dios a su siervo y con la órden de "ir y amarle" tal como el Señor lo hace con nosotros: oseas 3:1-3 "Me dijo otra vez Jehová : Ve y ama a una mujer amada por su compañero, aunque adúltera. Así como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven a dioses extraños y comen de las tortas de pasas que les ofrecen." Entonces la compré para mí por quince monedas de plata y trecientos treinta litros de cebada. Y le dije, por mucho tiempo serás mía; no te prostituyas, ni te entregues a otro hombre, y yo también te seré fiel".
Dios dijo a Oseas: "Ve y ama". Oseas expresa: "la compré para mí y, haciendo caso omiso de sentir temores fundados, de que esta mujer fallaría... "le prometí serle fiel"... se paga un precio para amar como nos pide Dios.
En general, cuando se habla de amor la gente piensa en sentimientos. Estamos demasiado acostumbrados a los conceptos del cine y la literatura, que, poco tienen que ver con el amor al que estamos llamados.
Según la palabra de Dios, en 1 de Corintios 13, por virtuoso, milagroso y perfecto que parezca, todo cuanto hagamos carece de validez y de significado alguno si no tenemos amor.
1 Cor 13:13 "Hay tres cosas que permanecen: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor".
Os escribo para compartiros esta lección que me ha dado el Señor:
Que en el contexto del amor de Dios no se trata de estar esperando para recibir algo satisfactorio según tus propias expectativas... nos vamos a topar muchas veces con el daño que nos causan los "fallos", los "errores", el desamor de nuestros hermanos e incluso, a veces, hasta los nuestros propios. Considerando que tenemos límites, debilidades y necesidades, nada fácil.
Pero el amor de Dios no es un sentimiento, sinó un mandamiento; hummm, no sencillo su cumplimiento: "En esto conocerá el mundo que sois mis discipulos, en que os améis los unos a los otros como yo os he amado"... ¿Cómo nos ha amado Cristo? porque el amor que es según Dios es dador, interesado en el bien del otro y activo.
Me ha llegado mucho éste mensaje: La mujer, la esposa tan defectuosa que le concede Dios a su siervo y con la órden de "ir y amarle" tal como el Señor lo hace con nosotros: oseas 3:1-3 "Me dijo otra vez Jehová : Ve y ama a una mujer amada por su compañero, aunque adúltera. Así como el amor de Jehová para con los hijos de Israel, aunque ellos se vuelven a dioses extraños y comen de las tortas de pasas que les ofrecen." Entonces la compré para mí por quince monedas de plata y trecientos treinta litros de cebada. Y le dije, por mucho tiempo serás mía; no te prostituyas, ni te entregues a otro hombre, y yo también te seré fiel".
Dios dijo a Oseas: "Ve y ama". Oseas expresa: "la compré para mí y, haciendo caso omiso de sentir temores fundados, de que esta mujer fallaría... "le prometí serle fiel"... se paga un precio para amar como nos pide Dios.