He aqui el cap. XI dela Epistola de Bernabe. No queremos en este epigrafe especular acerca de que si es o no inspirado, de si deberia o no haber sido incluida en el "Canon Biblico" . El proposito de este epigrafe es que ventilemos la importancia del Templo del Cristiano que describe este escrito, que argullamos acerca de este pensamiento (imaceptable para algunos, desconocido para otros y aceptado por unos pocos) descrito en este capitulo de la Epistola de Bernabe. Desde ya, gracias.
El alma del cristiano, verdadero templo de Dios
XVI
1. Quiero también hablaros acerca del templo, cómo extraviados los miserables confiaron en el edificio y no en su Dios que los creo, como si aquél fuera la casa de Dios.
2. Pues, poco más o menos como los gentiles, le consagraron en el templo. Mas ¿cómo habla el Señor destruyéndolo?
Aprendedlo : ¿Quién midio el cielo con el palmo y la tierra con el pulgar? ¿No he sido yo?—dice el Señor? — El cielo es mi trono y la tierra escabel de mis pies: ¿Qué casa es ésa que me vais a edificar o cuál es el lugar de mi descanso? Luego ya os dais cuenta de que su esperanza es vana.
3. Y por remate, otra vez les dice: He aquí que los que han destruído este templo, ellos mismos lo edificarán.
4. Así está sucediendo, pues por haberse ellos sublevado, fué derribado el templo por sus enemigos, y ahora hasta los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir.
5. Además, ya estaba manifiesto cómo la ciudad, el templo y el pueblo de Israel había de ser entregado. Dice, en efecto, laEscritura: Y sucederá en los últimos días, y entregará el Señor las ovejas del rebaño y su majada y su torre a la destrucción.
Y conforme habló el Señor, así sucedió.
6. Pues inquiramos si existe un templo de Dios: Existe, ciertamente, allí donde Él mismo dice que lo ha de hacer y perfeccionar. Está, efectivamente, escrito: Y será, cumplida la semana, que se edificará el templo de Dios gloriosamente en el nombre del Señor.
7. Hallo, pues, que existe un templo. ¿Cómo se edificará en el nombre del Señor? Aprendedlo. Antes de creer nosotros en Dios, la morada de nuestro corazón era corruptible y flaca, como templo verdaderamente edificado a mano, pues estaba llena de idolatría y era casa de demonios, porque no hacíamos sino cuanto era contrario a Dios.
8. Mas se edificará en el nombre del Señor. Atended a que el templo del Señor se edifique gloriosamente. ¿De qué manera? Aprendedlo. Después de recibido el perdón de los pecados, y por nuestra esperanza en el Nombre, fuimos hechos nuevos, creados otra vez desde el principio. Por lo cual, Dios habita verdaderamente en nosotros, en la morada de nuestro corazón.
9. ¿De qué manera? Porque en nosotros mora la palabra de su fe, el llamamiento de su promesa, la sabiduría de sus justificaciones, los mandamientos de su doctrina; profetizando Él mismo en nosotros, morando Él en persona dentro de nosotros, abriéndonos la puerta del templo, es decir, nuestra boca; dándonos penitencia, nos introduce a nosotros, que estábamos esclavizados por la muerte, en eltemplo incorruptible.
10. Y es así que quien desea salvarse no mira a un hombre, sino al que mora y habla dentro de sí, maravillado de no haber oído jamás antes las palabras de la boca de quien hablaba y no tener él siquiera deseo de escucharle. Este es templo espiritual que se edifica para el Señor.
El alma del cristiano, verdadero templo de Dios
XVI
1. Quiero también hablaros acerca del templo, cómo extraviados los miserables confiaron en el edificio y no en su Dios que los creo, como si aquél fuera la casa de Dios.
2. Pues, poco más o menos como los gentiles, le consagraron en el templo. Mas ¿cómo habla el Señor destruyéndolo?
Aprendedlo : ¿Quién midio el cielo con el palmo y la tierra con el pulgar? ¿No he sido yo?—dice el Señor? — El cielo es mi trono y la tierra escabel de mis pies: ¿Qué casa es ésa que me vais a edificar o cuál es el lugar de mi descanso? Luego ya os dais cuenta de que su esperanza es vana.
3. Y por remate, otra vez les dice: He aquí que los que han destruído este templo, ellos mismos lo edificarán.
4. Así está sucediendo, pues por haberse ellos sublevado, fué derribado el templo por sus enemigos, y ahora hasta los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir.
5. Además, ya estaba manifiesto cómo la ciudad, el templo y el pueblo de Israel había de ser entregado. Dice, en efecto, laEscritura: Y sucederá en los últimos días, y entregará el Señor las ovejas del rebaño y su majada y su torre a la destrucción.
Y conforme habló el Señor, así sucedió.
6. Pues inquiramos si existe un templo de Dios: Existe, ciertamente, allí donde Él mismo dice que lo ha de hacer y perfeccionar. Está, efectivamente, escrito: Y será, cumplida la semana, que se edificará el templo de Dios gloriosamente en el nombre del Señor.
7. Hallo, pues, que existe un templo. ¿Cómo se edificará en el nombre del Señor? Aprendedlo. Antes de creer nosotros en Dios, la morada de nuestro corazón era corruptible y flaca, como templo verdaderamente edificado a mano, pues estaba llena de idolatría y era casa de demonios, porque no hacíamos sino cuanto era contrario a Dios.
8. Mas se edificará en el nombre del Señor. Atended a que el templo del Señor se edifique gloriosamente. ¿De qué manera? Aprendedlo. Después de recibido el perdón de los pecados, y por nuestra esperanza en el Nombre, fuimos hechos nuevos, creados otra vez desde el principio. Por lo cual, Dios habita verdaderamente en nosotros, en la morada de nuestro corazón.
9. ¿De qué manera? Porque en nosotros mora la palabra de su fe, el llamamiento de su promesa, la sabiduría de sus justificaciones, los mandamientos de su doctrina; profetizando Él mismo en nosotros, morando Él en persona dentro de nosotros, abriéndonos la puerta del templo, es decir, nuestra boca; dándonos penitencia, nos introduce a nosotros, que estábamos esclavizados por la muerte, en eltemplo incorruptible.
10. Y es así que quien desea salvarse no mira a un hombre, sino al que mora y habla dentro de sí, maravillado de no haber oído jamás antes las palabras de la boca de quien hablaba y no tener él siquiera deseo de escucharle. Este es templo espiritual que se edifica para el Señor.