Tengo estos apuntes sobre Génesis 6 que me parecen interesantes.
Bendiciones
Bart
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LOS HIJOS DE DIOS, HIJAS DE LOS HOMBRES, GIGANTES
Génesis 6:
“1Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 2que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 3Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 4Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.” (GÉNESIS 6:1-4.)
“El deseo de los demonios por tener un cuerpo, evidente en los Evangelios, por algunos paralelos parece ser que es por su deseo de tener experiencias sexuales.” Derek Kidner
En 1947 un muchacho árabe que cuidaba a sus ovejas accidentalmente descubrió una antigua cueva cerca del Mar Muerto. En ella se encontró una colección de pergaminos antiguos que no tienen precio qué pronto se conoció como los Rollos del Mar Muertos o los Textos de Qumran.
Entre éstos escritos había uno conocido como el Génesis Apócrifo. Al principio se pensaba que era el Libro perdido de Lamec. Aunque el pergamino consistía en un discurso de Lamec y una historia sobre algunos de los patriarcas de Enoc a Abraham. Según la Biblia, Lamec era el hijo de Matusalén y el padre de Noé. Fue el noveno de los diez patriarcas del mundo antediluviano.
Es significativo, sin embargo, que el Génesis Apócrifo mencione a los Nephilim, y haga referencia a los hechos de “los hijos de Dios” y “las hijas de los hombres” presentados en Génesis 6.
El Apócrifo también habla considerablemente sobre las sucintas declaraciones halladas en la Biblia, y proporciona discernimiento sobre la manera en que éstas viejas historias fueron interpretadas por los judíos antiguos. La copia del Génesis Apócrifo descubierto se remonta al 2º siglo A. C., pero evidentemente está basado en fuentes mucho más antiguas. Cuando se descubrió en 1947, estaba muy dañado por el tiempo y la humedad. Las hojas se encontraban pegadas unas con otras, y tuvieron que pasar años antes de que el texto fuera descifrado y dado a conocer.
Cuando los estudiosos finalmente hicieron público su contenido, el documento confirmó que seres celestiales procedentes de los cielos habían aterrizado en el planeta Tierra. Más que eso, dice cómo estos seres se habían apareado con las mujeres de la Tierra y de aquella unión engendraron gigantes. ¿Es esto un mito de la historia, una fábula o un hecho histórico? La investigación especializada ha revelado que las leyendas antiguas tienen por base un hecho. Pero para contestar la pregunta, permita que consultemos el documento con más autoridad conocido por el hombre --la Biblia. En Génesis 6:1-4 “los hijos de Dios” son cautivados por la belleza de “las hijas de hombres.” Se casan y como consecuencia producen una descendencia de gigantes conocidos como los Nephilim. Génesis dice que estos Nephilim son “hombres poderosos” y “los hombres de renombre.”
“¿Los hijos de Dios?” “¿Las hijas de hombres?” ¿Qué clase de seres son éstos? ¿Eran humanos o pertenecían a unas especies alienígenas procedentes del espacio exterior?
IDENTIFICANDO A LOS HIJOS DE DIOS
No tenemos ningún problema en identificar a “las hijas de los hombres” porque es una forma corriente para designar a las mujeres en la Biblia. El problema viene con “los hijos de Dios.”
Primero, un grupo dentro del Judaísmo ortodoxo teorizó que “los hijos de Dios” significaban “nobles” o “magnates.” Casi nadie acepta hoy este punto de vista.
Segundo, algunos interpretan a “los hijos de Dios” como ángeles caídos. Y que estos se incitaron por las mujeres de la Tierra y fueron tras ellas. Muchos comentaristas bíblicos de reputación han rechazado esta teoría en el terreno psico-fisiológico. ¿Cómo puede uno creer, que los ángeles del Cielo pudieran comprometerse en relaciones sexuales con mujeres de la Tierra? Philastrius etiquetó semejante interpretación como una manifiesta herejía.
Tercero, muchos estudiosos afamados defienden que “los hijos de Dios” son los varones descendientes de Set, y que “las hijas de los hombres” son las descendientes hembras de Caín. Según este punto de vista, lo que realmente pasó en Génesis 6 fue un ejemplo temprano de creyentes que se casan con los incrédulos. Los hijos buenos de Set se casaron con las hijas malas de Caín, y el resultado de estos matrimonios mixtos fue una descendencia mestiza. Que más tarde se les conoció por su decadencia y corrupción; de hecho, alcanzó semejante grado que Dios se vio obligado a intervenir y destruir a la raza humana.
Este comentario de Matthew Henry podría tomarse como representante de los que sostienen esta interpretación: “Los hijos de Set (los que profesaban religión) casados con las hijas de los hombres, es decir, aquellos que eran profanos, y extraños a Dios y a la piedad. La posteridad de Set no se mantuvo en lo que tenían que haber hecho. Y se mezclaron con la raza excomulgada de Caín.”(1)
Sin embargo, a pesar de la genealogía excelente de los defensores de esta teoría, su argumento no convence. Su interpretación es pura exégesis propia, son culpables de leer en el texto lo que obviamente no dice allí.
EXÉGESIS FALSA
Su interpretación también falla en otros aspectos. Nunca, ni antes del Diluvio ni después, Dios destruyó o amenazó destruir a la raza humana por el pecado de “matrimonios mixtos.” Es imposible reconciliar este castigo extremo con esa estructura verbal que no se encuentra en ninguna otra parte de la Biblia para la misma práctica. Dios que es consecuente, debería haber destruido a la raza humana ¡muchas otras veces!
El contraste expuesto en Génesis 6:2 no está entre los descendientes de Set y los descendientes de Caín, sino entre “los hijos de Dios” y “las hijas de hombres.” Si por “los hijos de Dios” se entiende a “los hijos de Set,” entonces solo los hijos de Set se comprometieron en matrimonios mixtos, y no las hijas. Y sólo las hijas de Caín estaban involucradas, y no los hijos. Y otra asunción extraña está implícita: el que solamente los hijos de Set eran piadosos, y sólo las hijas de Caín eran malas.
Lo extraño viene cuando buscamos la evidencia de que los hijos de Set eran piadosos. Sabemos por Génesis que cuando para Dios llegó el tiempo de destruir a la raza humana, Él encontró que sólo quedaba una familia piadosa entre ellos --la de Noé. ¿Dónde estaban todos los otros hijos supuestamente piadosos de Set? El propio hijo de Set apenas pudo llamarse virtuoso. Su nombre era Enós, que significa “mortal” o “frágil.” Y ¡ciertamente partió arriba con Él! En Génesis 4:26 leemos:
“26Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.”
Esta afirmación parece poco importante, ¿pero qué significa cuando dice que sólo era ahora cuando los hombres empezaron a invocar en el nombre de Jehová.? ¿En que nombre invocaba Adán? ¿Y Abel? ¿Y el propio Set? Algunos estudiosos nos dan una traducción más literal y exacta a este versículo:
“Entonces los hombres empezaron a llamarse por el nombre de Jehová.”
Otros estudiosos traducen la declaración de esta manera:
“Entonces los hombres empezaron a llamar sus dioses (ídolos) por el nombre de Jehová.”
Si cualquiera de éstas traducciones fuera correcta la evidencia para la llamada línea piadosa de Set no existe. La verdad sobre el tema es que Enós y su línea de descendencia, con pocas excepciones nombradas, eran tan impíos como la otra línea.
El registro divino no puede ser más claro:
“12Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.” (Génesis 6:12.)
En el Antiguo Testamento, la designación “los hijos de Dios” (ben Elohim) nunca se usa para designar humanos, sino siempre para seres sobrenaturales que son superiores al hombre pero inferiores a Dios. Para encajar semejante categoría sólo hay una especie conocida --los ángeles. Y el término “los hijos de Dios” se aplica a los ángeles buenos y malos. Éstos son los seres de quien Agustín escribió:
“Como los dioses ellos tienen inmortalidad corpórea, y pasiones como los seres humanos.”(2)
La designación “los hijos de Dios” se usa otras cuatro veces en el Antiguo Testamento, todas refiriéndose a los ángeles. Un ejemplo es Daniel 3:25:
“25Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.”
Cuando el rey Nabucodonosor miró dentro del horno ardiente vio a cuatro hombres, “y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses.”
Otro ejemplo es Job 38:7 qué dice que los hijos de Dios gritaron de alegría cuando Dios puso los fundamentos de la Tierra.
“7Cuando alababan todas las estrellas del alba,
Y se regocijaban todos los hijos de Dios”
Los ángeles son las únicas entidades que encajan en esta designación ya que el hombre no había sido creado todavía.
En Job 1:6 y Job 2:1 “los hijos de Dios” vinieron a presentarse ante el Señor en el Cielo:
“6Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás.”
“1Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová.”
Entre los hijos de Dios está Satanás lo que tiene una fuerte implicación, “los hijos de Dios” deben de haber sido ángeles.
Puesto que la designación “los hijos de Dios” se usa de forma consecuente en el Antiguo Testamento para los ángeles, es lógico concluir que el término en Génesis 6:2 también se refiere a los ángeles.
HIJOS DE DIOS: TRES CATEGORÍAS
En el Nuevo Testamento, se llaman a los creyentes renacidos en Cristo los niños de Dios o los hijos de Dios (Lucas 3:38; Juan 1:12,13; Romanos 8:14; 1 Juan 3:1).
“38hijo de Enós, hijo de Set, hijo de Adán, hijo de Dios.”
“12Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”
“14Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”
“1Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.”
El Dr. Bullinger en la Biblia del Compañero declara: “es sólo por el sagrado acto específico de creación que cualquier ser creado puede ser llamado ‘un hijo de Dios.’” Esto explica porqué cada creyente renacido es un hijo de Dios. Explica también porqué a Adán era un hijo de Dios. Adán fue creado específicamente por Dios.
"1Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.” (Génesis 5:1.)
Los descendientes de Adán, sin embargo, eran diferentes; no estaban hechos a la semejanza de Dios sino de Adán.
“3Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.” (Génesis 5:3.)
Adán era un “hijo de Dios,” pero los descendientes de Adán eran “hijos de hombres.”
Lewis Sperry Chafer expresa esto de una manera interesante cuando declara:
“A los ángeles en la terminología del Antiguo Testamento se les llaman hijos de Dios mientras los hombres son llamados sirvientes de Dios. En el Nuevo Testamento esto se invierte. Los ángeles son los sirvientes y los Cristianos son los hijos de Dios.”(3)
En la Biblia el término “los hijos de Dios” se limita a tres categorías de seres: ángeles, Adán y creyentes. Todos, los tres son especiales y creaciones específicas de Dios.
En cuanto al uso del término en Génesis 6, porque es imposible que pueda referirse a Adán ni a creyentes en Cristo, concluimos que tiene que referirse a los ángeles que Dios había creado.
A LA LUZ DEL NUEVO TESTAMENTO
Dos pasajes del Nuevo Testamento dan gran luz sobre el pasaje de Génesis 6. Son Judas 6-7 y 2 Pedro 2:4. Estos versículos indican que en tiempo remoto algunos de los ángeles cayeron de su estado prístino y procedieron a cometer un pecado sexual que era raro y repugnante. Veamos estos versículos:
“6Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; 7como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.”
“4Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio.”
Estos ángeles no sólo no guardaron su dominio original y autoridad, sino que “abandonaron su propia morada.” La palabra morada o habitación es muy importante: significa “lugar de morada” o “cielo.” Y la unión de la palabra griega “idion” (“su propio”) significando que ellos dejaron su propia posesión privada, personal, única.(4)
El cielo era la residencia privada, personal de los ángeles. No se hizo para los hombres sino para los ángeles. Esto es porqué el destino final de los santos no es el Cielo sino la Tierra nueva y perfecta que Dios creará:
“1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más. 2Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.” (Apocalipsis 21:1-3).
El cielo es reservado para los ángeles, pero en cuanto a los seres mencionados en Judas 6-7, ellos lo abandonaron. No sólo estos ángeles dejaron el Cielo, lo dejaron de una vez para siempre. En griego el verbo “apoleipo” está en el tiempo aoristo, indicando así de una vez-para-siempre. Porque la acción que estos ángeles cometieron, fue definitiva y una decisión irrecuperable. Ellos cruzaron el Rubicon. Su acción, dice Kenneth Wuest, “fue la apostasía como venganza.”(5)
Acerca del pecado específico de estos ángeles, lo encontramos en los hechos relatados en Judas 7. Como en el caso de Sodoma y Gomorra fue el pecado de “fornicación” y significa “persiguiendo carne extraña.” Carne “extraña” significa carne de un tipo diferente (en griego “heteros”). Al cometer este pecado particularmente repugnante, los ángeles tuvieron que abandonar su propio dominio y invadir un reino que estaba prohibido divinamente para ellos. Dice Wuest:
“Estos ángeles transgredieron los límites de sus propias naturalezas para invadir un reino de seres creados de una naturaleza diferente.”(6)
Alford lo confirma: “Fue una salida del curso fijado en la naturaleza y ambicionaron lo que es antinatural, a otra carne que fue fijada por Dios para el cumplimiento del deseo natural.”
La mezcla de estas dos clases de seres, estaba en contra de la intención que Dios tenía, y llevó a Dios al juicio más grande promulgado en la historia de la raza humana.
TENTANDO A LOS ÁNGELES
Otro versículo del Nuevo Testamento puede darnos más luz sobre Génesis 6. En 1ª de Corintios 11
“10Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.”
Pablo instruye que la mujer debe cubrir su cabeza como una señal de sometimiento a su marido, y también “debido a los ángeles.” Esta observación ha intrigado a los comentaristas a través de los años. ¿Por qué esta referencia súbita a los ángeles? ¿Puede ser una referencia a lo que pasó en Génesis 6 donde los ángeles sucumbieron al atractivo y al encanto físico de las mujeres de la Tierra? Obviamente, Pablo creía que una mujer descubierta incluso era una tentación para los ángeles. William Barclay menciona una antigua tradición rabínica que alega que fue la belleza del largo cabello de las mujeres lo que atrajo y tentó los ángeles en Génesis 6.
LINAJE EXTRAÑO
La descendencia de esta unión entre “los hijos de Dios” y “las hijas de los hombres” fue tan extraordinaria que indica un linaje raro. De ninguna manera los progenitores de tales seres podían ser humanos ordinarios. Sus madres posiblemente fueran humanas, o sus padres, pero ciertamente no ambos. El padre o la madre tenía que ser sobrehumano. Sólo así puede explicarse el carácter extraordinario y las proezas de su descendencia.
La ley de Dios sobre la reproducción, según el relato bíblico de la creación, es “todos según su especie.” La ley de Dios hace imposible que los gigantes fueran producidos por linaje normal. Para producir monstruosidades tales como los Nephilim presupone unos padres sobrenaturales.
¿GIGANTES?
“Nephilim” es una palabra hebrea traducida en la Biblia como “gigantes.”
“4Había gigantes en la tierra en aquellos días,...” (Génesis 6:4.)
Es verdad que eran gigantes en más de un sentido. Sin embargo, la palabra Nephilim no significa “gigantes.” Viene de la raíz “naphal,” significando “los caídos,” y la mayoría de las versiones modernas de la Biblia han dejado la palabra “Nephilim” sin traducir.
Cuando se hizo la Septuaginta Griega, “Nephilim” se tradujo como “gegenes.” Esta palabra sugiere “gigantes” pero realmente tiene poco énfasis para clasificar según tamaño o fuerza. “Gegenes” significa “nacido en la tierra.” El mismo término se usó para describir a los míticos “Titanes” --siendo en parte celestiales y en parte de origen terrestre.(7)
Las palabras en hebreo y griego no excluyen la presencia de gran fuerza física. De hecho, una combinación de una raza sobrenatural y una raza natural implicarían tales características.
Los ángeles, según la Escritura, son conocidos por su poder. A menudo son llamados “Poderosos en fortaleza” (Salmo 103:20):
“20Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles,
Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra,
Obedeciendo a la voz de su precepto.”
Por consiguiente, si ellos eran fuertes y poderosos, podría asumirse que su descendencia lo fuese igualmente.
No existe ninguna evidencia en la Escritura que la descendencia de matrimonios mixtos (creyentes y incrédulos) fueran gigantes, o que sobresalieran en gran fuerza y poderío. No se encuentra ninguna evidencia en toda la historia sobre esto. Semejante interpretación propone asunciones imposibles.
Cuando la palabra “Nephilim” se usa en Números 13:33, la cuestión del tamaño y la fuerza es explícita. Aquí no nos queda ninguna duda acerca de sus fuerzas sobrehumanas.
Cuando los espías de Josué informaron acerca de Canaán, llamaron a ciertos de sus habitantes “gigantes.”
“33También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.”
Algunos comentaristas han especulado que los Nephilim de Números 13 perteneció a una segunda erupción de ángeles caídos, puesto que los Nephilim anteriores habían sido destruidos por el Diluvio. Y ven una alusión a esto en Génesis 6:4, donde dice que:
“4Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos...”
¿Podría ser que el “después que” fuese una referencia a los Nephilim hallados en Canaán durante la entrada de los Israelitas en la tierra? En ese caso, podría explicarse por qué el Señor ordenó el total exterminio de los Cananitas, cuando anteriormente había ordenado la no lejana aniquilación de la raza humana.
LOS NEPHILIM NO RESUCITARAN
El Libro de Isaías dice que los Nephilim y sus descendientes no participarán en la resurrección como corresponde a los mortales ordinarios. En Isaías 26:14 leemos:
“14Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo.”
La palabra hebrea original traducida por “fallecidos” aquí es la palabra “Rephaim.” Se habrían ahorrado muchas malas interpretaciones si los traductores hubiesen dejado la palabra como estaba en el original. El verso realmente se leería: “Muertos son, no vivirán; los Rephain, no resucitarán.”
Generalmente se entiende por Rephaim como una de las ramas de los Nephilim, y la Palabra de Dios deja claro que ellos no van a compartir la resurrección con la raza humana. Pero con los humanos es diferente: todos los humanos resucitarán para vida o a para condenación (Juan 5:28-29):
“28No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; 29y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.”
Ya hemos visto que la Versión griega del Antiguo Testamento (La Septuaginta) tradujo “Nephilim” como “gegenes”; inquiriremos ahora cómo traduce “los hijos de Dios.” En algunos de los manuscritos queda como “los hijos de Dios,” pero en los otros --incluso el texto Alejandrino --se da por la palabra “angelos.” Este texto estaba en uso en tiempos de Cristo, pero no hay ninguna indicación de que Él lo corrigiera o preguntara. ¡No asumimos que por Su silencio que Él estuviera de acuerdo con la traducción!
VIOLACIÓN DEL TEXTO
Habiendo estudiado todos los argumentos de los que están a favor de “los hijos de Set,” uno concluye que el único argumento que es válido entre ellos es el de la racionalidad. “Los hijos de Set” es una interpretación que es más apetecible a la razón humana. La razón no puede suscribir la increíble idea de que los ángeles caídos pudieran tener relaciones sexuales con las mujeres de Tierra.
¡Los ángeles no tienen cuerpo físico! ¡No se casan! ¡Pertenecen a una especie completamente diferente de seres! La mente se subleva contra tal absurdo. ¿Así que, hace uno?, por supuesto, para una interpretación racional y fácil, establece que son --los hijos de Set y las hijas de Caín. ¿Pero si el significado de La Escritura es claramente contrario? ¡Aquí está el choque! ¡La Sagrada Escritura es clara por otra parte! Pero imponer una interpretación humana a expensas del significado obvio de la Palabra de Dios, es una violación del texto bíblico. Además, cuando uno trata del mundo de lo sobrenatural, la racionalidad nunca es un argumento.
LOS PADRES JUDÍOS Y PATRÍSTICA
Los Padres judíos, al interpretar esta expresión de Génesis 6:2, invariablemente lo han interpretado como “ángeles.” Nada menos que una autoridad como W. F. Allbright nos dice que:
“Los Israelitas que conocían esta porción de (Génesis 6.2) indiscutiblemente pensaban que eran relaciones sexuales entre los ángeles y mujeres.”(8)
Philon de Alejandría, un hombre profundamente religioso, escribió un bello escrito tratando sobre este asunto, llamado “Acerca de Los Gigantes.” Basando su exposición en la versión griega de la Biblia, él los interpreta como “los Ángeles de Dios.” Dice Bamberger, “Había encontrado la frase ‘los hijos de Dios’ en su texto, ciertamente se habría inspirado para hacer un comentario sobre él.”(9)
Philon tomó el pasaje de Génesis ciertamente como histórico, explicando que así como la palabra “alma” se aplica a ambos seres buenos y malos, así se hace con la palabra “ángel.”
Los ángeles malos que siguieron al Lucifer, un tiempo más tarde no se resistieron al señuelo del deseo físico, y sucumbieron a él. Sigue diciendo que la historia de los gigantes no es un mito, pero está allí para enseñarnos que unos hombres son nacidos de la tierra, mientras otros son nacidos del cielo, y los más altos son los nacidos de Dios.(10)
Los Padres de la Iglesia Primitiva creyeron de la misma manera. Hombres como Justino Mártir, Irineo, Atenagoras, Tertuliano, Lactantius, Eusebio, Ambrosio... todos adoptaron esta interpretación.
En palabras de los Padres de antes de Nicea, los ángeles cayeron “en el encanto impuro de vírgenes, y fueron subyugados por la carne... De esas amantes y por consiguiente, fueron engendrados los que son llamados gigantes.”(11) y de nuevo, “los ángeles transgredieron, y fueron cautivados por el amor de las mujeres y tuvieron niños.”(12)
Antes del siglo 5 D. C. no encontramos en ninguna parte otra interpretación para “los hijos de Dios” que ángeles. No se puede negar el conocimiento de los Padres judíos de ¡su propia terminología! Y invariablemente tradujeron “los hijos de Dios” como “ángeles.”
Es de suma importancia el testimonio del cosmopolita historiador Josefo. En su volumen monumental, “las Antigüedades de los judíos,” nos revela su conocimiento sobre la tradición de los ángeles caídos que se juntaron con las mujeres de la Tierra. Él no sólo conocía la tradición, sino también nos dice cómo los hijos de tal unión poseían fuerzas súper-humanas, y eran conocidos por su extrema maldad. “La tradición es que aquellos hombres por sus hechos se parecían a los hombres que los griegos llamaban gigantes.” Josefo agrega que Noé protestó contra los descendientes de los ángeles por su maldad.(13)
Quizás el argumento definitivo para interpretar la expresión como “ángeles” es el más simple de todos. Si el escritor del Génesis quisiera referirse a “los hijos de Set” simplemente habría dicho así. Si Dios hubiera pensado ese significado, “2que viendo los hijos de Set que las hijas de Caín eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas.”
Pero la Biblia significó algo mucho más siniestro--la unión sexual entre los ángeles del Infierno y las mujeres malas de la Tierra. Debido a la gravedad de semejante unión, y sus horribles consecuencias para la raza humana, Dios decidió destruir la raza antes de que pudiera destruirse ella misma--salvo una familia que no se había contaminado.
EL ULTIMO PECADO
Dios hizo al hombre a Su propia imagen, la más alta de todas Sus creaciones terrenales. Dios dijo que todo lo que hizo era bueno, consideró al hombre muy bueno. El hombre tenía compañerismo con el propio Dios, pero él se volvió en contra de su Hacedor y rindió culto a las criaturas en vez del Creador. Antes de muchas generaciones, la raza humana fue contaminándose por esta unión abominable con demonios. Pareciera que el Infierno y la Tierra se hubieran unido contra el Dios del Cielo. El enojo santo de Dios fue tal que se arrepintió de haber hecho al hombre.
“5Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón” (Génesis 6:5-6)
Fue específicamente por este último pecado que Dios provocó un diluvio de tal magnitud que se ahogaron todos los hombres y bestias.
¿FUE NOÉ IMMUNE?
Qué Noé y su familia cercana fueran los únicos inmunes a este gran juicio es significativo. Génesis 6:9 dice que, “Noé era un hombre justo.”
Él destacaba como un ejemplo de rectitud y piedad en una edad perversa. Igual que Enoc anterior a él, Noé también “caminó con Dios.” Pero había otra razón por la qué Noé se salvó, una que parece habérsele escapado a la mayoría de los comentaristas. Génesis 6:9 dice:
“9Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.”
El que Noé fuera “perfecto en sus generaciones.” ¿Se refiere a una perfección moral y espiritual? Difícilmente. Génesis 9:20-23 refuta tal perfección:
“20Después comenzó Noé a labrar la tierra, y plantó una viña; 21y bebió del vino, y se embriagó, y estaba descubierto en medio de su tienda. 22Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo dijo a sus dos hermanos que estaban afuera. 23Entonces Sem y Jafet tomaron la ropa, y la pusieron sobre sus propios hombros, y andando hacia atrás, cubrieron la desnudez de su padre, teniendo vueltos sus rostros, y así no vieron la desnudez de su padre.”
¿Entonces, que quiere decir la Biblia llamándolo “perfecto?” La palabra hebrea es “tamiym” y esta palabra viene de la raíz “taman”, que significa “sin mancha” como en Éxodo 12:5, 29:1, Levítico 1:3. Así como el cordero del sacrificio tenía que estar sin ninguna mancha física, así era la perfección de Noé. En su significado primario, no se refiere a cualquier calidad moral o espiritual, sino a pureza física.
Noé no estaba contaminado por los invasores alienígenas. Solo él había conservado su genealogía y la había mantenido pura, a pesar de prevalecer, la corrupción provocada por los ángeles caídos.(15)
La línea sanguínea de Noé había permanecido libre de contaminación genética.(16)
Esto implica, que todas las otras familias en la Tierra habían sido contaminadas por los Nephilim. También demuestra que el ataque de Satanás sobre la raza humana había sido más extenso y grande de lo que imaginamos. Entonces no debe sorprendernos que Dios pronunciara semejante juicio universal. En cuanto a los ángeles caídos que participaron en la abominación, Dios los puso bajo custodia:
“6Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día.” (Judas 6).
Esto a veces se interpreta como el Tártaro o los “reinos inferiores.”
“4Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio” (2 Pedro 2:4.)
Esto también explicarían por qué algunos ángeles caídos están prisioneros y por qué otros son libres de vagar por los cielos y atormentar a la humanidad.
Un castigo tan drástico, para los hombres y los ángeles, presupone un pecado drástico, algo infinitamente más malo y más siniestro que los matrimonios mixtos. Fue nada menos que el intento del reino demoníaco de pervertir el mundo humano. Por medio del control genético y la producción de híbridos, Satanás estaba robándole a Dios las personas que Él había hecho. Si Satanás hubiera tenido éxito adulterando la raza humana, habría impedido el advenimiento del Hijo perfecto de Dios, y la promesa de “la simiente de la mujer,” quién habría de derrotar a Satanás y restaurar el dominio del hombre.
“15Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Génesis 3:15.)
Si Satanás hubiera evitado por cualquier medio ese nacimiento, obviamente evitaría su propia sentencia. Y para Satanás habría sido un gran éxito. Fue por esta razón que Dios ahogó a la humanidad con el Diluvio.
¿LOS ÁNGELES SON SIN SEXO?
Al interpretar a “los hijos de Dios” como ángeles caídos, inmediatamente surge la pregunta ¿se casan los ángeles? Jesús dijo que los ángeles no se casan ni se dan en matrimonio:
“30Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo.” (Mateo 22:30.)
Esto parece una negativa clara y enfática. Sin embargo, ello no evita la posibilidad de que semejante cosa pase —obviamente contraria a la voluntad de Dios. Y no evita que ángeles caídos que se habían rebelado ya en contra de Dios, cohabitaran con las mujeres de la Tierra, como exponen las Escrituras.
Algunos interpretan las palabras de Jesús como significando que los ángeles no se casan entre ellos. ¿Es porque todos ellos son varones? O es porque los seres celestiales son inmortales y no tienen necesidad de tener ninguna descendencia. Sólo los seres terrestres necesitan encontrar inmortalidad en sus niños.(17)
Pero si ellos no necesitan casarse y procrear, a pesar de eso, ¿cómo es posible que pudieran comprometerse en actos sexuales? Si no entre ellos ¿entonces con esposos humanos? Judas parece bastante explícito sobre el tema:
“6Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; 7como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.”
En otras palabras, ellos eran capaces de realizar funciones humanas --comiendo, bebiendo, caminando, hablando, incluso actividad sexual engendrando a niños. El hecho de que los ángeles no se casen no es en sí mismo una demostración de que son sin sexo. Por toda la Biblia, se refiere a los ángeles sólo como hombres.
Finis Drake escribe:
“Es lógico decir que la hembra se creó específicamente para la raza humana para que pudiera mantenerse su existencia; y que todos los ángeles fueron creados varones, en tanto que su genero se mantiene en existencia sin el proceso de la reproducción. Al comienzo se crearon innumerables ángeles (Hebreos 12:22) considerando que, las multitudes humanas empezaron con un par.”(18)
Incluso en el próximo mundo, cuando los santos morarán en sus cuerpos resucitados y vivan para siempre, no implica que serán sin sexos. La Biblia enseña que todos tendremos nuestro propio cuerpo en la resurrección (1 Corintios 15:35-38):
“35Pero dirá alguno: ¿Cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? 36Necio, lo que tú siembras no se vivifica, si no muere antes. 37Y lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir, sino el grano desnudo, ya sea de trigo o de otro grano; 38pero Dios le da el cuerpo como él quiso, y a cada semilla su propio cuerpo.”
No se hace ninguna mención de que serán asexuados. Además, Cristo seguía siendo un hombre después de Su resurrección.
LA CONTINUA ACCIÓN DE LOS DEMONIOS
Surge otra pregunta. Si los ángeles caídos que desearon a las mujeres de la Tierra en Génesis 6 han sido encerrados en “prisiones eternas,” ¿cómo se explica que los demonios hayan estado operando desde entonces? Parecieron haber estado bastante activos durante el ministerio de Jesús, y de nuevo están muy ocupados en nuestros días. Siguiendo este razonamiento, Kent Philpott concluye:
“Sin embargo uno podría desear interpretar Génesis 6:1-4 uniendo este pasaje con los versículos de 2 Pedro y Judas, pero esto parece presentar muchos más problemas que los que resolvería. Pero 2 Pedro 2:4 y Judas 6 afirman claramente que los ángeles rebeldes están guardados en “prisiones de oscuridad.” Si están prisioneros, no pudieron actuar como los demonios que se describen en el Nuevo Testamento.(19)”
Pero Philpott no vio que hay dos categorías de ángeles caídos: Aquellos que fueron expulsados del Cielo con Lucifer, y que todavía están libres atormentando a la humanidad; y los que cayeron por segunda vez comprometiéndose en actos carnales con las hijas de los hombres. Los espíritus de esta segunda categoría son aquellos que están encadenados en las regiones inferiores. Parece claro que “los hijos de Dios” no son otra cosa que ángeles caídos, y, debido a su gran pecado al tomar después a “las hijas de los hombres,” muchos fueron encarcelados por Dios.
La aniquilación de la raza humana y el encarcelamiento de los ángeles caídos en el Tártaro indica la magnitud del pecado que cometieron. Por tan drástico juicio, Dios salvó a la raza humana de una calamidad mucho peor que la muerte física impuesta originalmente en ellos.
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Notas:
l. Matthew Henry's Commentary (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1961).
2. Aurelius Augustine, The City of God (Edinburgh: T. & T. Clark, 1949), Transl. Marcus Dods.
3. Lewis Sperry Chafer, Systematic Theology, Volume 2. (Dallas: Dallas Seminary Press, 1947), p. 23.
4. Kenneth S. Wuest, Word Studies in the Greek N.T (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1966), Vol. 4, p. 240.
5. Ibid., p. 240.
6. Ibid., p. 241.
7. Unger, Biblical Demonology (Wheaton: Van Kampen Press, 1957), p. 48.
8. W. F. Allbright, From the Stone Age to Christianity (Baltimore: John Hopkins Press, 1940), p. 226.
9. Bemard J. Bamberger, Fallen Angels (Philadelphia: The Jewish Publication Society of America, 1952), p. 53.
10. Philo, DeGigantibus, pp. 58-60.
11. The Ante-Nicene Fathers, Vol. 8, pp. 85 and 273.
12. Ibid., p. 190.
13. Josephus, The Work of Flavius Josephus; Antiquities of the Jews (London: G. G. Rutledge), 1.3.1.
14. Joseph Hall, Contemplations (Otisville, Michigan: Baptist Book Trust, 1976), p. 10.
15. Companion Bible (Oxford University Press). Appendix 26.
16. The Gospel Truth Magazine, Vol. 18, (June 1978), No. 7.
17. Dr. Morgenstem, Hebrew Union College Annual, XIV, 29- 40,114ff.
18. Finis Dake, Annotated Reference Bible, p.63.
19. Kent Philpott, A Manual of Demonology and the Occult (Grand Rapids: Zondervan Publishing House, 1973), pp. 77-78.
Article by BB
Traducido por A. King.
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APÉNDICE DEL TRADUCTOR
Los Nephilim siguen viniendo a la tierra a mezclarse genéticamente con los humanos (ver la proliferación de casos de aducciones).
Cristo refuerza estas palabras cuando dice que en estos últimos días iban a ser como los días de Noé, que se casaban y se daban en casamiento. Por el contexto de Mateo 24 concretamente los versículos 49 al 51 el Señor castigará a los violentos, comilones y borrachos. Pero ¿Es malo el casarse? No. Entonces ¿Porque cita el casarse? ¿Pero con quien se casaban en los días de Noé? Ya hemos visto anteriormente como los ángeles caídos tomaron para si mujeres de la Tierra.
Mateo 24:
“3Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? 4Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. 5Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. 6Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. 7Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. 8Y todo esto será principio de dolores.
9Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. 10Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. 11Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos; 12y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará. 13Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo. 14Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.
15Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), 16entonces los que estén en Judea, huyan a los montes. 17El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; 18y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. 19Mas ¡ay de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! 20Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno ni en día de reposo;* 21porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. 22Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados. 23Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis. 24Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos. 25Ya os lo he dicho antes. 26Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. 27Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. 28Porque dondequiera que estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.
29E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. 30Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. 31Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
32De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. 33Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. 34De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 35El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
36Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. 37
Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. 38Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo,
casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, 39y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 40Entonces estarán dos en el campo; el uno será tomado, y el otro será dejado. 41Dos mujeres estarán moliendo en un molino; la una será tomada, y la otra será dejada. 42Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. 43Pero sabed esto, que si el padre de familia supiese a qué hora el ladrón habría de venir, velaría, y no dejaría minar su casa. 44Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
45¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? 46Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. 47De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá. 48Pero si aquel siervo malo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; 49y comenzare a golpear a sus consiervos, y aun a comer y a beber con los borrachos, 50vendrá el señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, 51y lo castigará duramente, y pondrá su parte con los hipócritas; allí será el lloro y el crujir de dientes.”
La parousía - Epifanía del Señor es real. En los evangelios cuando se menciona que aparecerá la SEÑAL DEL HIJO DEL HOMBRE en el cielo, indudablemente que el SEÑOR será detectado con instrumentos terrestres cómo radares, radio - telescopios, satélites, etc. La señal del Hijo del Hombre detectada en la tierra no será otra cosa que eso: la detección de un ejercito que viene de afuera del cosmos:
ISAÍAS 13:
“3
Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.
4Estruendo de multitud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido de reinos, de naciones reunidas;
Jehová de los ejércitos pasa revista a las tropas para la batalla. 5Vienen de lejana tierra, de lo postrero de los cielos, Jehová y los instrumentos de su ira, para destruir toda la tierra.
6Aullad,
porque cerca está el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso. 7Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo corazón de hombre, 8y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros de llamas.
9
He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad, y raer de ella a sus pecadores. 10Por lo cual las estrellas de los cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al nacer, y la luna no dará su resplandor. 11Y castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes. 12Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ofir al hombre. 13Porque haré estremecer los cielos,
y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira.”
66:
“15Porque he aquí que
Jehová vendrá con fuego, y sus carros como torbellino, para descargar su ira con furor, y su reprensión con llama de fuego.”
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¿NAVES?
SALMO 68:
17Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de millares;
El Señor viene del Sinaí a su santuario.
SALMO 83:
13Dios mío, ponlos como torbellinos,
Como hojarascas delante del viento,
14Como fuego que quema el monte,
Como llama que abrasa el bosque.
15Persíguelos así con tu tempestad,
Y atérralos con tu torbellino.
VISITAS
MIQUEAS 5:
2Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel;
y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.
JUAN 1:
14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
14:
1No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2
En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho;
voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino.
MÁS SOBRE GIGANTES
“11Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre.” (Deuteronomio 3:11.)
“9Yo destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su fruto arriba y sus raíces abajo.” (Amós 2:9.)
“4Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo.” (1ª Samuel 17:4.)
EN DEUTERONOMIO:
2
1Luego volvimos y salimos al desierto, camino del Mar Rojo, como Jehová me había dicho; y rodeamos el monte de Seir por mucho tiempo. 2Y Jehová me habló, diciendo: 3Bastante habéis rodeado este monte; volveos al norte. 4Y manda al pueblo, diciendo: Pasando vosotros por el territorio de vuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitan en Seir, ellos tendrán miedo de vosotros; mas vosotros guardaos mucho. 5No os metáis con ellos, porque no os daré de su tierra ni aun lo que cubre la planta de un pie; porque yo he dado por heredad a Esaú el monte de Seir. 6Compraréis de ellos por dinero los alimentos, y comeréis; y también compraréis de ellos el agua, y beberéis; 7pues Jehová tu Dios te ha bendecido en toda obra de tus manos; él sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado. 8Y nos alejamos del territorio de nuestros hermanos los hijos de Esaú, que habitaban en Seir, por el camino del Arabá desde Elat y Ezión-geber; y volvimos, y tomamos el camino del desierto de Moab.
9Y Jehová me dijo: No molestes a Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, porque no te daré posesión de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot. 10(Los emitas habitaron en ella antes,
pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. 11Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas. 12Y en Seir habitaron antes los horeos, a los cuales echaron los hijos de Esaú; y los arrojaron de su presencia, y habitaron en lugar de ellos, como hizo Israel en la tierra que les dio Jehová por posesión.) 13Levantaos ahora, y pasad el arroyo de Zered. Y pasamos el arroyo de Zered. 14Y los días que anduvimos de Cades-barnea hasta cuando pasamos el arroyo de Zered fueron treinta y ocho años; hasta que se acabó toda la generación de los hombres de guerra de en medio del campamento, como Jehová les había jurado. 15Y también la mano de Jehová vino sobre ellos para destruirlos de en medio del campamento, hasta acabarlos.
16Y aconteció que después que murieron todos los hombres de guerra de entre el pueblo, 17Jehová me habló, diciendo: 18Tú pasarás hoy el territorio de Moab, a Ar. 19Y cuando te acerques a los hijos de Amón, no los molestes, ni contiendas con ellos; porque no te daré posesión de la tierra de los hijos de Amón, pues a los hijos de Lot la he dado por heredad. 20
(Por tierra de gigantes fue también ella tenida; habitaron en ella gigantes en otro tiempo, a los cuales los amonitas llamaban zomzomeos; 21pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas. Estos sucedieron a aquéllos, y habitaron en su lugar, 22como hizo Jehová con los hijos de Esaú que habitaban en Seir, delante de los cuales destruyó a los horeos; y ellos sucedieron a éstos, y habitaron en su lugar hasta hoy. 23Y a los aveos que habitaban en aldeas hasta Gaza, los caftoreos que salieron de Caftor los destruyeron, y habitaron en su lugar.) 24Levantaos, salid, y pasad el arroyo de Arnón; he aquí he entregado en tu mano a Sehón rey de Hesbón, amorreo, y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella, y entra en guerra con él. 25Hoy comenzaré a poner tu temor y tu espanto sobre los pueblos debajo de todo el cielo, los cuales oirán tu fama, y temblarán y se angustiarán delante de ti.
Israel derrota a Sehón
(Nm. 21.21–30)
26Y envié mensajeros desde el desierto de Cademot a Sehón rey de Hesbón con palabras de paz, diciendo: 27Pasaré por tu tierra por el camino; por el camino iré, sin apartarme ni a diestra ni a siniestra. 28La comida me venderás por dinero, y comeré; el agua también me darás por dinero, y beberé; solamente pasaré a pie, 29como lo hicieron conmigo los hijos de Esaú que habitaban en Seir, y los moabitas que habitaban en Ar; hasta que cruce el Jordán a la tierra que nos da Jehová nuestro Dios. 30Mas Sehón rey de Hesbón no quiso que pasásemos por el territorio suyo; porque Jehová tu Dios había endurecido su espíritu, y obstinado su corazón para entregarlo en tu mano, como hasta hoy. 31Y me dijo Jehová: He aquí yo he comenzado a entregar delante de ti a Sehón y a su tierra; comienza a tomar posesión de ella para que la heredes. 32
Y nos salió Sehón al encuentro, él y todo su pueblo, para pelear en Jahaza. 33Mas Jehová nuestro Dios lo entregó delante de nosotros; y lo derrotamos a él y a sus hijos, y a todo su pueblo. 34Tomamos entonces todas sus ciudades, y destruimos todas las ciudades, hombres, mujeres y niños; no dejamos ninguno. 35Solamente tomamos para nosotros los ganados, y los despojos de las ciudades que habíamos tomado. 36Desde Aroer, que está junto a la ribera del arroyo de Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad que escapase de nosotros; todas las entregó Jehová nuestro Dios en nuestro poder. 37Solamente a la tierra de los hijos de Amón no llegamos; ni a todo lo que está a la orilla del arroyo de Jaboc ni a las ciudades del monte, ni a lugar alguno que Jehová nuestro Dios había prohibido.
Israel derrota a Og rey de Basán
(Nm. 21.31–35)
3
1Volvimos, pues, y subimos camino de Basán, y nos salió al encuentro Og rey de Basán para pelear, él y todo su pueblo, en Edrei. 2Y me dijo Jehová: No tengas temor de él, porque en tu mano he entregado a él y a todo su pueblo, con su tierra; y harás con él como hiciste con Sehón rey amorreo, que habitaba en Hesbón. 3Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos. 4Y tomamos entonces todas sus ciudades; no quedó ciudad que no les tomásemos; sesenta ciudades, toda la tierra de Argob, del reino de Og en Basán. 5Todas estas eran ciudades fortificadas con muros altos, con puertas y barras, sin contar otras muchas ciudades sin muro. 6Y las destruimos, como hicimos a Sehón rey de Hesbón,
matando en toda ciudad a hombres, mujeres y niños. 7Y tomamos para nosotros todo el ganado, y los despojos de las ciudades. 8También tomamos en aquel tiempo la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón, de manos de los dos reyes amorreos que estaban a este lado del Jordán. 9(Los sidonios llaman a Hermón, Sirión; y los amorreos, Senir.) 10Todas las ciudades de la llanura, y todo Galaad, y todo Basán hasta Salca y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán. 11
Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre.
Rubén, Gad y la media tribu de Manasés se establecen al oriente del Jordán
(Nm. 32.1–42)
12Y esta tierra que heredamos en aquel tiempo, desde Aroer, que está junto al arroyo de Arnón, y la mitad del monte de Galaad con sus ciudades, la di a los rubenitas y a los gaditas; 13y el resto de Galaad,
y todo Basán, del reino de Og, toda la tierra de Argob, que se llamaba la tierra de los gigantes, lo di a la media tribu de Manasés. 14Jair hijo de Manasés tomó toda la tierra de Argob hasta el límite con Gesur y Maaca, y la llamó por su nombre, Basán-havot-jair, hasta hoy. 15Y Galaad se lo di a Maquir. 16Y a los rubenitas y gaditas les di de Galaad hasta el arroyo de Arnón, teniendo por límite el medio del valle, hasta el arroyo de Jaboc, el cual es límite de los hijos de Amón; 17también el Arabá, con el Jordán como límite desde Cineret hasta el mar del Arabá, el Mar Salado, al pie de las laderas del Pisga al oriente.
18Y os mandé entonces, diciendo: Jehová vuestro Dios os ha dado esta tierra por heredad; pero iréis armados todos los valientes delante de vuestros hermanos los hijos de Israel. 19Solamente vuestras mujeres, vuestros hijos y vuestros ganados(yo sé que tenéis mucho ganado), quedarán en las ciudades que os he dado, 20hasta que Jehová dé reposo a vuestros hermanos, así como a vosotros, y hereden ellos también la tierra que Jehová vuestro Dios les da al otro lado del Jordán; entonces os volveréis cada uno a la heredad que yo os he dado. 21Ordené también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú. 22No los temáis; porque Jehová vuestro Dios, él es el que pelea por vosotros.
No se le permite a Moisés entrar a Canaán
23Y oré a Jehová en aquel tiempo, diciendo: 24Señor Jehová, tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? 25Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano. 26Pero Jehová se había enojado contra mí a causa de vosotros, por lo cual no me escuchó; y me dijo Jehová: Basta, no me hables más de este asunto. 27Sube a la cumbre del Pisga y alza tus ojos al oeste, y al norte, y al sur, y al este, y mira con tus propios ojos; porque no pasarás el Jordán. 28Y manda a Josué, y anímalo, y fortalécelo; porque él ha de pasar delante de este pueblo, y él les hará heredar la tierra que verás. 29Y paramos en el valle delante de Bet-peor.