Te podría responder perfectamente con el artículo 17 de la Confesión de Fe oficial de las Iglesias Anglicanas:
[FONT=Helvetica, Arial, sans-serif]La Predestinación a la Vida es el eterno Propósito de Dios, (antes que fuesen echados los cimientos de Mundo), quien por su invariable consejo, a nosotros oculto, decretó librar de maldición y condenación a los que eligió en Cristo de entre todos los hombres, y conducirles por Cristo a la Salvación eterna, como a vasos hechos para honor. Por lo cual, los que son agraciados con un beneficio tan excelente de Dios, son llamados según el propósito por su Espíritu que obra en debido tiempo: por la Gracia obedecen a la vocación; son justificados gratuitamente; son hechos hijos de Dios por Adopción, son Hechos conforme a la imagen de su Unigénito Hijo Jesucristo; viven religiosamente en buenas obras, y finalmente llegan por la misericordia de Dios a la eterna felicidad.
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[/FONT][FONT=Helvetica, Arial, sans-serif]Pero si quieres que te comente el TULIP te diría que está fuera del debate teológico anglicano, o dicho de otra forma, es un debate extraño para nosotros que no tomamos partido ni obligamos a nadie a tomarlo por el calvinismo o el arminianismo en esta cuestión. Con lo que los teólogos anglicanos tienen libertad para posicionarse, siempre dentro del marco bíblico y cristiano, como buenamente puedan. [/FONT]
Yo te puedo dar alguna idea de lo que es común pero no va ser para nada la de todos los anglicanos:
1. Depravación total: El anglicanismo no es luterano o calvinista en esta cuestión, con lo que plantea el pecado original como siempre lo ha creído la Iglesia, como una enfermedad ajena a la naturaleza del hombre pero en el hombre (no cree que el pecado tenga naturaleza propia, ni pueda ser naturaleza humana) como un cáncer no es parte del hombre aunque el hombre lo posea. Hasta aquí concordamos con el luteranismo clásico que dice exactamente lo mismo en la fórmula de concordia (y también con la escolástica católica).
La depravación total sólo debe ser entendida como la imposibilidad total del hombre de agradar a Dios de modo que sus actos sean suficientes para alcanzar la salvación (en esto condenamos el pelagianismo). El pecado produce la condenación del hombre y la muerte. De modo que igual que la paga del pecado es la muerte, decimos con la Escritura que "no hay justo ni uno".
Sin la gracia de Dios nadie es libre del pecado.
2. Elección incondicional: Es cierto nadie pone condiciones a Dios, pero Dios si pone condiciones al hombre. De modo que Dios en su infinita sabiduría, omnipotencia, omnisciencia, etc... ha creído bueno y necesario que el hombre lo amase o lo rechazase. El hombre no vive separado de su creador, ni incluso el mayor de los condenados podría respirar sino estuviese sustentado en Dios, pues toda la creación está porque Dios es. Y en la omnipotencia de Dios, Él soberanamente ha querido crear al hombre y dotarle de libertad.
La libertad humana no es la libertad divina, Dios es el único que es, y por lo tanto es el único que puede ser libre en sí mismo, el hombre sólo puede ser libre en Dios. Y Dios regaló libertad al hombre, sin la cual el hombre no podría siquiera amar a Dios y menos pecar.
Dios elige pero también llama, y no llama y pone una respuesta forzada en el hombre. Eso sería sencillamente ridículo. La elección es un hecho y a Dios nadie le dice a quien tiene que elegir, sino que el elige a quien quiere, y quiere a los que le quieren, y aborrece a los que le aborrecen.
3. Expiación limitada: En potencia es ilimitada, en acto es limitada. Esto cae de cajón, yo no sé ni porque se discute... son ganas de discutir...
4. Gracia irresistible: Gracia irresistible es lo mismo que decir agua que no moja o perro volador, es un substantivo y un adjetivo que no concuerdan ni positiva ni negativamente. La gracia no es para resistirla porque la gracia no hace fuerza contra el hombre.
Por otro lado habría que hablar de qué gracia... ¿La gracia justificante? Esta gracia no es la primera en el hombre, antes de que el hombre sea justificado recibe la gracia que lo convence o la gracia de la Palabra (que es Gracia, pues es de Dios, es gratis y es un regalo) y la Palabra no es que se resista o se deje de resistir, pues en la Palabra misma está la doble opción de aceptarla o negarla. La Palabra es la revelación y es Cristo. Cristo se da a los hombres para que lo acepten o lo nieguen, ambas cosas son posibles para el hombre por la Gracia de Dios (ya que sin la revelación o sin Cristo, que es lo mismo, ningún hombre podría salvarse).
Si nos ponemos exactos ningún hombre puede decidir no conocer a Dios si Dios se le revela, así que en ese sentido tan forzado si sería irresistible, pero desde luego el hombre puede pese a conocer a Dios no querer nada con Él, y eso pese a que Dios lo habilite para que sí pueda decir que sí.
5. Preservación de los santos: Los santos perseveran hasta el final, no puede ser de otra forma ¿Sino no serían santos verdad? Así que quien crea que ha sido justificado que se cuide mucho de saberse santo hasta el final... sino igual su creencia no es más que una vana superstición o una ilusión. Dios no pierde a ninguna de sus ovejas, ni nadie nos puede separar del amor de Dios... pero no todas son ovejas, algunos son lobos y otros como decía Juan, estaban con nosotros pero no eran de nosostros.
En cuanto al debate de si la salvación se pierde o no... es ajeno al anglicanismo. La salvación no es una cosa que se pierda, no son una llaves o una cartera. La salvación es salvarse, el que se salva se salva... Lo que nos atañe es saber que quien es salvo es santo, y sino vivimos en santidad entonces es muy posible que no seamos santos o que no nos estemos juzgando bien (hay gente con muchos reparos absurdos que se deja engañar por el diablo)