La regla de Granville Sharp
La regla formulada por Granville Sharp en 1807 ha sido malinterpretada y usada erróneamente. Fuera de aquellos que la desprecian por razones dogmáticas, las dudas no proceden de su formulacvión y aplicación original, sino del mal uso que se ha hecho de ella.
La regla establece que cuando la conjunción kai (‘y’) conecta dos nombres comunes o participios del mismo caso de descripción personal, en el singular, si el artículo determinado ho precede al primero de los nombres o participios y no se repite delante del segundo, este últmo siempre se refiere a la primera persona mencionada o descrita por el primero.
Esta regla es válida entonces siempre que se cumplan las siguientes condiciones:
1. Ambos nombres o participios deben referirse a personas.
2. Ambos nombres deben ser comunes (no nombres propios)
3. Ambos nombres deben hallarse en el mismo caso.
4. Ambos nombres deben ser singulares
5. Ambos nombres deben estar conectados por la conjunción kai
6. El primer nombre debe ser precedido por ho y el segundo no.
Si cualquiera de estas condiciones no se cumple, no puede aplicarse esta regla.
En su Gramática griega del Nuevo Testamento, empleada como libro de texto en numerosos seminarios, H.E. Dana y J.R. Mantey afirman que la regla “todavía prueba ser cierta” (p. 141). Dan como ejemplo:
tou kyrion kai sôteros Iêsou Jristou
Del Señor y Salvador Jesucristo
Y añaden: “El artículo aquí indica que Jesús es Señor y Salvador. Así en 2 Pedro 1:1 tou theou êmôn kai sôtêros Iêsou Jristo significa que Jesús es nuestro Dios y Salvador. Según la misma manera Tito 2:13, tou megalou theou kai sôtêros êmôn Iêsou Jristou, asevera que Jesús es el gran Dios y Salvador.” (p. 142).
Otro ejemplo es Apocalipsis 1:9
Egô Iôannês, ho adelfos umôn kai synkoinônos en tê thlipsei
Yo Juan, el hermano vuestro y copartícipe en la tribulación
Cuando la regla de Granville Sharp es rectamente aplicada, según lo establecido antes, no hay excepciones a ella en todo en Nuevo Testamento.
En su Comentario del Nuevo Testamento: 1 y 2 Timoteo/ Tito (Grand Rapids: SLC, 1979) Guillermo Hendricksen escribió a propósito de Tito 2:13:
“Ahora, la realización de la esperanza bienaventurada es «la aparición de la gloria». Nótese las dos apariciones. Había ocurrido una (véase comentario sobre el v. 11; cf. 2 Ti 1:10). Habrá otra (véase C.N.T. sobre 2 Tes 2:8; cf. 1 Ti 6:14; 2 Ti 4:1,8). Será la aparición de ... bueno, ¿quién? A través de la historia de la interpretación esa pregunta ha dividido a gramáticos y comentaristas. ¿Esperamos la aparición en gloria de una persona o de dos personas?
Los que favorecen el punto de vista de una persona, apoyan la traducción:
“de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús” (otro texto tiene “Jesucristo”, pero eso no tiene importancia en relación con el punto en discusión). Ahora bien, si ese punto de vista es el correcto, quienes aceptan la infalibilidad de las Escrituras tienen con este pasaje un texto de prueba adicional para la deidad de Cristo; y aun los que no aceptan la infalibilidad de la Escritura , pero aceptan la traducción en cuanto a una persona, deben admitir que el autor de las pastorales por lo menos (aunque ellos crean que erróneamente) sostenía que Jesús era uno en esencia con Dios el Padre. La traducción unipersonal la favorecen R.V.R., V.M. y la generalidad de las versiones castellanas, protestantes o católicas, y varios comentaristas: Van Oosterzee, Bouma, Lenski, Gealy, Simpson, etc. El gran gramático del Nuevo Testamento A.T. Robertson hace una poderosa defensa de este punto de vista desde el lado gramatical, basando sus argumentos en la regla de Granville Sharp.
Entre otros, Juan Calvino no quería elegir entre la traducción unipersonal y la bipersonal. Sin embargo, enfatizaba que en cualquiera de los dos casos, el propósito del pasaje es afirmar que cuando Cristo se manifieste, se revelará en Él la grandeza de la gloria divina (cf. Lc 9:26); y que, en consecuencia, el pasaje de ninguna manera apoya a los arrianos en su intención de demostrar que el Hijo es menos divino que el Padre.
La teoría bipersonal la representa con pequeñas variantes diversas versiones inglesas: Wycliff, Tyndale, Cranmer, A.V., A.R.V., Moffatt y R.S.V. (margen). Ha sido apoyada por una larga lista de comentaristas (entre los que se encuentran Wette, Huther, White [en The Expositor’s Bible], E.F. Scott, etc.) y especialmente por el gramático G.B. Winer.
Winer reconoce que su respaldo a este punto de vista no está basado tanto en la gramática –la cual, como llegó a admitir, permite la traducción unipersonal- como sobre «la convicción dogmática derivada de los escritos del Apóstol Pablo, en el sentido de que este apóstol no puede haber llamado a Cristo el gran Dios» (esta argumentación se ve en dificultades para interpretar Ro 9:5; Fil 2:6; Col 1:15-20; Col 2:9; etc). Pero él debiera haber notado que aun el contexto mismo atribuye a Jesús (v. 14) funciones que en el Antiguo Testamento se atribuyen a Jehová, tales como los actos de redimir y purificar (2 S 7:23; Sal 130:8; Os 13:14; luego Ez 37:23); y que la palabra Salvador en cada uno de los tres capìtulos de Tito primero se aplica a Dios, y luego a Jesús (Ti 1:3,4; 2:10,13; 3:4,6). Por lo tanto, es evidentemente el propósito del autor de esta epístola (esto es, Pablo) demostrar que Jesús es completamente divino, tan plenamente como Jehová o como el Padre.
Debemos considerar correcta la traducción unipersonal. Recibe el apoyo de las siguientes consideraciones:
(1) A menos que haya alguna razón específica en sentido contrario, la regla sostiene que cuando el primero de dos sustantivos del mismo caso y unidos por la conjunción y va precedido por el artículo, el cual no se repite delante del segundo sustantivo, ambos se refieren a la misma persona. Cuando el artículo se repite delante del segundo sustantivo, se está hablando de dos personas. Ejemplos:
a. El artículo precede al primero de dos sustantivos y no se repite delante del segundo: «el hermano vuestro y partícipe». Los dos sutantivos se refieren la misma persona, a Juan, y la expresión se traduce correctamente «vuestro hermano y copartícipe» (Ap 1:9).
b. Dos artículos, uno precede a cada sustantivo: «Sea para ti como un gentil y un publicano» (Mt 18:17, V.M.). Los dos sustantivos se refieren a dos personas (en este caso, cada una representa una clase).
Ahora, según esta regla , las discutidas palabras de Tito 2:113 se refieren claramente a una persona, esto es, Cristo Jesús, porque traducida palabra por palabra la frase dice: «de el gran Dios y de Salvador nuestro Cristo Jesús». El artículo que está delante del primer sustantivo no se repite delante del segundo, y por lo tanto, la expresión debe ser traducida:
«de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús».
No se ha podido encontrar razón válida que pueda mostrar que la regla (Granville Sharp) no se puede aplicar en el caso presente. De hecho, se reconoce generalmente que las palabras que aparecen al final de 2 Pedro 1:11 en el original se refieren a una persona y deben traducirse: «nuestro Señor y Salvador Jesucristo». Pero, si esto es verdad, ¿por qué no puede ser así en la expresión esencialmente idéntica en “ P 1:1 y aquí en Tit 2:13, y entonces traducir: «nuestro Dios y Salvador Jesucristo» (o «Cristo Jesús»)?
(2) En ninguna parte del Nuevo Tesamento se usa la palabra epifanía (aparición o manifestación) con respecto a más de una persona. Además, la persona a quien se refiere es siempre Cristo (véase 2 Ts 2:8; 1 Ti 6:14; 2 Ti 4:1; 2 Ti 4:8; y 1:10, donde la referencia es a la primera venida).
(3) La fraseología aquí en Tito 2:13 podría bien haberse trazado como reacción al tipo de lenguaje que con frecuencia usaban los paganos con respecto a sus propios ídolos, a quienes consideraban como «salvadores», y particularmente a la fraseología usada en conexión con el culto a los reyes terrenales. ¿No se llamaba «Salvador y Dios» a Ptolomeo I? ¿No se referían a Antíoco y a Julio César como «Dios manifiesto»? Pablo indica que los creyentes esperan la aparición de Uno que es realmente Dios y Salvador, a saber, Cristo Jesús.” (p. 423-425).
Algunos ejemplos aducidos como supuestas excepciones a la regla (1 Corintios 1: 3; 2 Corintios 1:2; Gálatas 1:3; Filemón 3; 1 Timoteo 1:2 y Tito 1:4) en realidad no lo son, porque falta el artículo delante del primer nombre.
Tampoco 2 Timoteo 4:1 es una excepción, ya que no hay sustantivo común en el segundo miembro del par, sino un nombre propio (Cristo Jesús). Otro tanto ocurre con 2 Tesalonicenses 1:12 (la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo” ya que, como señala Robertson, la palabra kyrios, Señor, se emplea con frecuencia a modo de nombre propio, sin artículo.
Acerca de la regla de Granville Sharp, F. David Farnell subraya: “Aunque repetidamente impugnada, nadie ha tenido éxito en contradecirla o refutarla en lo que se refiere al Nuevo Testamento.” (Bibliotheca Sacra 150: 62-88, 1993).
En resumen, fuera de Tito 2:13 que es el texto en discusión, no se ha presentado ni un solo ejemplo que exija una excepción a la regla de Granville Sharp tal y como fue formulada. En consecuencia, debe admitirse que la traducción tradicional, referida a una sola Persona, es asimismo correcta aquí.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
La regla formulada por Granville Sharp en 1807 ha sido malinterpretada y usada erróneamente. Fuera de aquellos que la desprecian por razones dogmáticas, las dudas no proceden de su formulacvión y aplicación original, sino del mal uso que se ha hecho de ella.
La regla establece que cuando la conjunción kai (‘y’) conecta dos nombres comunes o participios del mismo caso de descripción personal, en el singular, si el artículo determinado ho precede al primero de los nombres o participios y no se repite delante del segundo, este últmo siempre se refiere a la primera persona mencionada o descrita por el primero.
Esta regla es válida entonces siempre que se cumplan las siguientes condiciones:
1. Ambos nombres o participios deben referirse a personas.
2. Ambos nombres deben ser comunes (no nombres propios)
3. Ambos nombres deben hallarse en el mismo caso.
4. Ambos nombres deben ser singulares
5. Ambos nombres deben estar conectados por la conjunción kai
6. El primer nombre debe ser precedido por ho y el segundo no.
Si cualquiera de estas condiciones no se cumple, no puede aplicarse esta regla.
En su Gramática griega del Nuevo Testamento, empleada como libro de texto en numerosos seminarios, H.E. Dana y J.R. Mantey afirman que la regla “todavía prueba ser cierta” (p. 141). Dan como ejemplo:
tou kyrion kai sôteros Iêsou Jristou
Del Señor y Salvador Jesucristo
Y añaden: “El artículo aquí indica que Jesús es Señor y Salvador. Así en 2 Pedro 1:1 tou theou êmôn kai sôtêros Iêsou Jristo significa que Jesús es nuestro Dios y Salvador. Según la misma manera Tito 2:13, tou megalou theou kai sôtêros êmôn Iêsou Jristou, asevera que Jesús es el gran Dios y Salvador.” (p. 142).
Otro ejemplo es Apocalipsis 1:9
Egô Iôannês, ho adelfos umôn kai synkoinônos en tê thlipsei
Yo Juan, el hermano vuestro y copartícipe en la tribulación
Cuando la regla de Granville Sharp es rectamente aplicada, según lo establecido antes, no hay excepciones a ella en todo en Nuevo Testamento.
En su Comentario del Nuevo Testamento: 1 y 2 Timoteo/ Tito (Grand Rapids: SLC, 1979) Guillermo Hendricksen escribió a propósito de Tito 2:13:
“Ahora, la realización de la esperanza bienaventurada es «la aparición de la gloria». Nótese las dos apariciones. Había ocurrido una (véase comentario sobre el v. 11; cf. 2 Ti 1:10). Habrá otra (véase C.N.T. sobre 2 Tes 2:8; cf. 1 Ti 6:14; 2 Ti 4:1,8). Será la aparición de ... bueno, ¿quién? A través de la historia de la interpretación esa pregunta ha dividido a gramáticos y comentaristas. ¿Esperamos la aparición en gloria de una persona o de dos personas?
Los que favorecen el punto de vista de una persona, apoyan la traducción:
“de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús” (otro texto tiene “Jesucristo”, pero eso no tiene importancia en relación con el punto en discusión). Ahora bien, si ese punto de vista es el correcto, quienes aceptan la infalibilidad de las Escrituras tienen con este pasaje un texto de prueba adicional para la deidad de Cristo; y aun los que no aceptan la infalibilidad de la Escritura , pero aceptan la traducción en cuanto a una persona, deben admitir que el autor de las pastorales por lo menos (aunque ellos crean que erróneamente) sostenía que Jesús era uno en esencia con Dios el Padre. La traducción unipersonal la favorecen R.V.R., V.M. y la generalidad de las versiones castellanas, protestantes o católicas, y varios comentaristas: Van Oosterzee, Bouma, Lenski, Gealy, Simpson, etc. El gran gramático del Nuevo Testamento A.T. Robertson hace una poderosa defensa de este punto de vista desde el lado gramatical, basando sus argumentos en la regla de Granville Sharp.
Entre otros, Juan Calvino no quería elegir entre la traducción unipersonal y la bipersonal. Sin embargo, enfatizaba que en cualquiera de los dos casos, el propósito del pasaje es afirmar que cuando Cristo se manifieste, se revelará en Él la grandeza de la gloria divina (cf. Lc 9:26); y que, en consecuencia, el pasaje de ninguna manera apoya a los arrianos en su intención de demostrar que el Hijo es menos divino que el Padre.
La teoría bipersonal la representa con pequeñas variantes diversas versiones inglesas: Wycliff, Tyndale, Cranmer, A.V., A.R.V., Moffatt y R.S.V. (margen). Ha sido apoyada por una larga lista de comentaristas (entre los que se encuentran Wette, Huther, White [en The Expositor’s Bible], E.F. Scott, etc.) y especialmente por el gramático G.B. Winer.
Winer reconoce que su respaldo a este punto de vista no está basado tanto en la gramática –la cual, como llegó a admitir, permite la traducción unipersonal- como sobre «la convicción dogmática derivada de los escritos del Apóstol Pablo, en el sentido de que este apóstol no puede haber llamado a Cristo el gran Dios» (esta argumentación se ve en dificultades para interpretar Ro 9:5; Fil 2:6; Col 1:15-20; Col 2:9; etc). Pero él debiera haber notado que aun el contexto mismo atribuye a Jesús (v. 14) funciones que en el Antiguo Testamento se atribuyen a Jehová, tales como los actos de redimir y purificar (2 S 7:23; Sal 130:8; Os 13:14; luego Ez 37:23); y que la palabra Salvador en cada uno de los tres capìtulos de Tito primero se aplica a Dios, y luego a Jesús (Ti 1:3,4; 2:10,13; 3:4,6). Por lo tanto, es evidentemente el propósito del autor de esta epístola (esto es, Pablo) demostrar que Jesús es completamente divino, tan plenamente como Jehová o como el Padre.
Debemos considerar correcta la traducción unipersonal. Recibe el apoyo de las siguientes consideraciones:
(1) A menos que haya alguna razón específica en sentido contrario, la regla sostiene que cuando el primero de dos sustantivos del mismo caso y unidos por la conjunción y va precedido por el artículo, el cual no se repite delante del segundo sustantivo, ambos se refieren a la misma persona. Cuando el artículo se repite delante del segundo sustantivo, se está hablando de dos personas. Ejemplos:
a. El artículo precede al primero de dos sustantivos y no se repite delante del segundo: «el hermano vuestro y partícipe». Los dos sutantivos se refieren la misma persona, a Juan, y la expresión se traduce correctamente «vuestro hermano y copartícipe» (Ap 1:9).
b. Dos artículos, uno precede a cada sustantivo: «Sea para ti como un gentil y un publicano» (Mt 18:17, V.M.). Los dos sustantivos se refieren a dos personas (en este caso, cada una representa una clase).
Ahora, según esta regla , las discutidas palabras de Tito 2:113 se refieren claramente a una persona, esto es, Cristo Jesús, porque traducida palabra por palabra la frase dice: «de el gran Dios y de Salvador nuestro Cristo Jesús». El artículo que está delante del primer sustantivo no se repite delante del segundo, y por lo tanto, la expresión debe ser traducida:
«de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesús».
No se ha podido encontrar razón válida que pueda mostrar que la regla (Granville Sharp) no se puede aplicar en el caso presente. De hecho, se reconoce generalmente que las palabras que aparecen al final de 2 Pedro 1:11 en el original se refieren a una persona y deben traducirse: «nuestro Señor y Salvador Jesucristo». Pero, si esto es verdad, ¿por qué no puede ser así en la expresión esencialmente idéntica en “ P 1:1 y aquí en Tit 2:13, y entonces traducir: «nuestro Dios y Salvador Jesucristo» (o «Cristo Jesús»)?
(2) En ninguna parte del Nuevo Tesamento se usa la palabra epifanía (aparición o manifestación) con respecto a más de una persona. Además, la persona a quien se refiere es siempre Cristo (véase 2 Ts 2:8; 1 Ti 6:14; 2 Ti 4:1; 2 Ti 4:8; y 1:10, donde la referencia es a la primera venida).
(3) La fraseología aquí en Tito 2:13 podría bien haberse trazado como reacción al tipo de lenguaje que con frecuencia usaban los paganos con respecto a sus propios ídolos, a quienes consideraban como «salvadores», y particularmente a la fraseología usada en conexión con el culto a los reyes terrenales. ¿No se llamaba «Salvador y Dios» a Ptolomeo I? ¿No se referían a Antíoco y a Julio César como «Dios manifiesto»? Pablo indica que los creyentes esperan la aparición de Uno que es realmente Dios y Salvador, a saber, Cristo Jesús.” (p. 423-425).
Algunos ejemplos aducidos como supuestas excepciones a la regla (1 Corintios 1: 3; 2 Corintios 1:2; Gálatas 1:3; Filemón 3; 1 Timoteo 1:2 y Tito 1:4) en realidad no lo son, porque falta el artículo delante del primer nombre.
Tampoco 2 Timoteo 4:1 es una excepción, ya que no hay sustantivo común en el segundo miembro del par, sino un nombre propio (Cristo Jesús). Otro tanto ocurre con 2 Tesalonicenses 1:12 (la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo” ya que, como señala Robertson, la palabra kyrios, Señor, se emplea con frecuencia a modo de nombre propio, sin artículo.
Acerca de la regla de Granville Sharp, F. David Farnell subraya: “Aunque repetidamente impugnada, nadie ha tenido éxito en contradecirla o refutarla en lo que se refiere al Nuevo Testamento.” (Bibliotheca Sacra 150: 62-88, 1993).
En resumen, fuera de Tito 2:13 que es el texto en discusión, no se ha presentado ni un solo ejemplo que exija una excepción a la regla de Granville Sharp tal y como fue formulada. En consecuencia, debe admitirse que la traducción tradicional, referida a una sola Persona, es asimismo correcta aquí.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius