Testimonio de un ateo furibundo y anticlerical.

Miniyo

Discípulo de Cristo
20 Abril 2006
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Mi testimonio​

«¡Lo que ha hecho Dios!»

(*)Samuel Morse (inventor).

(*) Primer mensaje enviado en código Morse en la nueva línea entre Baltimore y Washington.


Antes de tener a Cristo en mi corazón, mi vida era un infierno. Era un ateo furibundo y anticlerical. Creía que el cristianismo era una farsa, una rémora del pasado que debía ser erradicada a toda costa. La idea de Dios era para mí contraria a la razón, a la ciencia y al progreso. Además, mi vida estaba sumida en la amargura y sentía que el odio era el motor de mi existencia; lo único que me daba fuerzas para seguir viviendo. Tenía problemas con mi madre, con la que discutía frecuentemente. Mi vida era tan amarga que cuando veía llegar el tren o el metro, una voz en mi mente me decía: «Salta a las vías». Pensaba en el suicidio casi cada día y creo que si no me atreví fue por miedo al dolor y por curiosidad por el futuro. Gracias a ello –y a Dios– es que hoy estoy vivo.

Solo y sin amigos, conocí en 2002 de forma casual a Liliana Lizcano, una dulce muchacha de Venezuela que era cristiana. Hicimos una muy buena amistad y ella me hizo sentir querido por primera vez en mucho tiempo. Nos llevábamos bien en general pero cuando se trataba de hablar de religión o de Dios ahí nos estrellábamos como dos trenes que viajan en direcciones opuestas. No obstante, ella demostró ser una cristiana coherente, no como los fariseos que dicen una cosa pero hacen la contraria. Me impactó la fortaleza de su fe y la firmeza de sus convicciones morales. Siempre oraba al Señor por mí y yo me preguntaba: «¿Porqué esta loca ora por mí si sabe que soy ateo?». Al final Dios pudo conmigo y el 14 de junio de 2003 acepté a Cristo Jesús en mi vida.

Liliana me sorprendió; me mostró lo que es dar amor de forma desinteresada y sin esperar nada acambio. Desde que tengo a Jesús, mi vida ha cambiado radicalmente. Ya no discuto con mi madre como hacía antes; ahora la beso todos los días. Ya no pienso en el suicidio sino que tengo ilusión y muchas ganas de vivir. No voy a mentir y decir que ahora es todo de color de rosa porque la vida es una continua lucha contra problemas, obstáculos y retos cotidianos, pero desde luego ahora afronto las adversidades con más paz pues he aprendido a depositar mi fe no tanto en mí sino en Dios. Ya no siento el desasosiego que antes experimentaba cuando se torcían las cosas. Ahora soy feliz. Jesús me ha cambiado la vida y conocerlo es lo mejor que me ha podido pasar.

Josué Ferrer.​


Tomado del libro "Porque deje de ser ateo" de Josué Ferrer.

Ante la necesidad vital... también los ateos pueden encontrar a Dios a través de Jesucristo... ya que no hay otro camino para conocer al Dios verdadero.

Que Dios les bendiga a todos

Paz a la gente de buena voluntad
 
Re: Testimonio de un ateo furibundo y anticlerical.

¿Ateo? No. ¿Anticristiano? Si.

¿Conmovedora historia? Si. ¿Catarsis? Nula
 
Re: Testimonio de un ateo furibundo y anticlerical.

¿Ateo? No. ¿Anticristiano? Si.

¿Conmovedora historia? Si. ¿Catarsis? Nula

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Él mismo se confesaba ateo cuando dice... "Era un ateo furibundo y anticlerical."

Yo diría que la catarsis que tuvo fue plena... ya que echo fuera de sí todo aquello que le envenenaba.

Eso pienso yo al menos... a no ser que no haya entendido lo que quieres decir.

Que Dios les bendiga a todos

Paz a la gente de buena voluntad
 
Re: Testimonio de un ateo furibundo y anticlerical.

Hermoso Testimonio Hermano, que Dios lo Bendiga y lo mantenga en el Buen Camino.

Bendiciones.
 
Re: Testimonio de un ateo furibundo y anticlerical.

Hermoso Testimonio Hermano, que Dios lo Bendiga y lo mantenga en el Buen Camino.

Bendiciones.

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El testimonio no es mio... es de Josué Ferrer. Y lo puse porque también los ateos necesitan a Dios... como se demuestra en el caso de Josué Ferrer.

Que Dios les bendiga a todos

Paz a la gente de buena voluntad