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<center>“Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y ellas me siguen” (Juan 10:27).
La voz del pastor</center>
Un grupo de turistas recorría la Tierra Santa y el guía les hacía una descripción de las costumbres del Medio Oriente.
Les explicaba cómo en Inglaterra, por ejemplo, el pastor sigue a las ovejas, pero en Oriente el pastor va adelante de las ovejas, guiándolas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.
Cuando el grupo de turistas llegó a cierto lugar, una de las primeras cosas que observaron fue un rebaño de ovejas que no estaban siguiendo al pastor, sino que el hombre las iba arreando detrás de ellas.
El guía, confundido, hizo que el autobús se detuviera para hablar con el pastor.
“¿Por qué está usted arreando las ovejas?”, le preguntó.
“Siempre he dicho a mis pasajeros que en el Medio Oriente el pastor va delante de las ovejas y ellas lo siguen al reconocer su voz”.
“Usted tiene razón, señor”, le respondió el hombre.
“El pastor siempre guía a sus ovejas, pero yo no soy el pastor.
Verá, usted, yo soy el carnicero.”
Con tantas voces compitiendo hoy por el corazón y la mente de prosélitos, necesitamos estar seguros de conocer al Señor Jesús, el verdadero Buen Pastor, reconocer su voz y seguirlo.
Recuerde que hay muchos falsos profetas, que no son otra cosa sino “carniceros” con apariencia de pastores de ovejas.
(Autor desconocido).
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En Cristo,
Mario Contreras T.
Aguas Vivas • Chile
www.aguasvivas.cl
<center>“Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco, y ellas me siguen” (Juan 10:27).
La voz del pastor</center>
Un grupo de turistas recorría la Tierra Santa y el guía les hacía una descripción de las costumbres del Medio Oriente.
Les explicaba cómo en Inglaterra, por ejemplo, el pastor sigue a las ovejas, pero en Oriente el pastor va adelante de las ovejas, guiándolas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz.
Cuando el grupo de turistas llegó a cierto lugar, una de las primeras cosas que observaron fue un rebaño de ovejas que no estaban siguiendo al pastor, sino que el hombre las iba arreando detrás de ellas.
El guía, confundido, hizo que el autobús se detuviera para hablar con el pastor.
“¿Por qué está usted arreando las ovejas?”, le preguntó.
“Siempre he dicho a mis pasajeros que en el Medio Oriente el pastor va delante de las ovejas y ellas lo siguen al reconocer su voz”.
“Usted tiene razón, señor”, le respondió el hombre.
“El pastor siempre guía a sus ovejas, pero yo no soy el pastor.
Verá, usted, yo soy el carnicero.”
Con tantas voces compitiendo hoy por el corazón y la mente de prosélitos, necesitamos estar seguros de conocer al Señor Jesús, el verdadero Buen Pastor, reconocer su voz y seguirlo.
Recuerde que hay muchos falsos profetas, que no son otra cosa sino “carniceros” con apariencia de pastores de ovejas.
(Autor desconocido).
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En Cristo,
Mario Contreras T.
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