Re: el Calendario de Dios - Cristian Silva !! tendrá algo de razón?
Estimado valdense. Saludos cordiales.
Tú dices:
En el Olimpo de los falsos profetas, se encuentran sentados comodamente, tomandose un cafecito y comiendose un sandwich de Jamos -- Elena White, Jose Smith, Carlos Rusell == lo unico que los pone
nerviosos es que ahora aparecio un aspirante hispano, este ya puso su aplicacion y espera que pase
el 15 de Tishri de este ano para sacar su identificacion irrevocable de falso profeta == aunque siendo hispano quien sabe si lo dejan entrar al olimpo == hasta ahora solo blancos han entrado = por meritos
no se queda = su nombre Cristian Silva = en este lugar no dejaron entrar antes a Rigoberta Menchu por
no llamarse profeta, por no ser falsa, y por no ensenar demencias == Tampoco aceptaron a Isabel Allende
porque aunque ha escrito mucho y tiene muchos seguidores -- ella no oculta que sus escritos son fantasia y esto la separa de egw pepe smith y carlitos = ella reconoce sin tapujos que lo suyo es para divertir no para enganar como en el caso de las otras personas mencionadas = Desde ya sabemos que a pesar del chasco Silva seguira teniendo seguidores, tal vez hasta se multipliquen, asi fue siempre == cada vez que se dio una falsa fecha para el regreso del Senor surgieron mas seguidores, despues de que se comprobo la falsedad que antes === creo que tal vez silva sea todavia demasiado pequeno, pero es posible que crezca cuando su credencial de mentiros quede claramente al descubierto- y tal vez si lo veamos codeandose con nena y compania
Respondo: En verdad, Guillermo Miller y las personas que creyeron y predicaron la preparación para la venida del Señor en 1844 no tenían en mente fundar otra iglesia. Su deseo era apenas llevar el mensaje de la vuelta de Cristo a las iglesias de las cuales eran miembros. Sin embargo, los pastores de estas iglesias no solamente rehusaron este mensaje, sino que le pidieron a los mileritas que abandonasen sus congregaciones.
Después del chasco, algunos volvieron a sus iglesias de origen, otros desilucionados abandonaron la fe, sin embargo, este grupito permaneció decidido a firmemente estudiar la Biblia y seguir obedeciendo a cada luz dada por Dios.
Así fue que,
un “predicador” de la Iglesia Bautista, Guillermo Miller, entendiendo ser la Tierra el santuario, creyó que fuese la vuelta de Jesús al final del cumplimiento profético de Daniel 8:14.
Lanzó así, sin saberlo, los fundamentos de una iglesia a la cual Dios dispensaría especial atención, restaurándole el Don de Profecía a través de Ellen G. White y cuyas orientaciones hicieron que las verdades lanzadas por tierra (Dan. 8:12) fuesen restauradas a su debido tiempo.
¿Y Miller? ¿Qué le sucedió?
“Él construyó una pequeña capilla junto a los árboles y cerca de las Rocas de la Ascensión. Por un arreglo especial la Iglesia Adventista hoy es la propietaria, en sociedad con otra, de esta capilla. Apesar de haber sido abandonado por sus seguidores, Miller, nunca abdicó de su esperanza en la segunda venida de Cristo... Pero estaba viejo y demasiado cansado para entender la nueva luz. Casi ciego, paralizado y agotado por los esfuerzos sobrehumanos, él estaba listo para morir”.
Al entregar las armas, este soldado de la cruz, fiel siervo del Dios Altísimo, escribió para “exprimir su gratitud a los seguidores que tan fielmente habían permanecido a su lado” las siguientes palabras:
“Deseo ahora acordarme con gratitud de todos los que me asistieron en los esfuerzos para despertar la iglesia y llevar al mundo a que tenga la intuición del terrible peligro en que está... muchos de vosotros habéis sacrificado bastante vuestro buen nombre, antiguas relaciones, lisonjeras perspectivas de vida, ocupación y bienes; y conmigo habéis sufrido la burla y las injurias de aquellos a quienes era el deseo de nuestra alma prestarles un beneficio. Sin embargo, ninguno de aquellos en quien deposité mi confianza se ha, que yo sepa, quejado o murmurado. Habéis alegremente soportado la cruz, despreciado la ignominia, y conmigo estáis esperando y aguardando al Rey en toda Su gloria”.
Bajo los fuegos de las críticas, de las burlas y del escarnio del mundo, principalmente de los miembros de las iglesias que rechazaron el mensaje milerita, por haber guiado el pueblo en un movimiento que terminó en chasco, Miller le escribió a Josué V. Himes, el 10 de Noviembre de 1844:
“Estimado hermano Himes: he aguardado ansiosamente la bendita esperanza, y eso en la confianza de realizar las cosas gloriosas que Dios dijo de Sión. Si, y aún cuando haya sido dos veces desilusionado, aún no estoy decepcionado o desanimado. Dios ha estado conmigo en espíritu, y me ha confortado. Tengo ahora, mucho mayor evidencia de que creo en la Palabra de Dios; aún cuando esté rodeado de enemigos y de burladores, mi espíritu está, sin embargo, perfectamente calmo, y mi esperanza en la venida de Cristo es tan firme como siempre. Hice solamente lo que después de años de madura consideración encontré ser mi deber ejecutar. Si erré, fue del lado de la caridad, del amor a mis semejantes, de mi convicción del deber para con Dios. No podía consentir en perjudicar a mis semejantes, aún ante la suposición de que el evento no sucediese en el tiempo determinado, pues nuestro Dios ordena buscarlo, vigilar, esperarlo y estar listos. Así, si yo pudiese, de cualquier modo, y de acuerdo con la Palabra de Dios, persuadir a los hombres a creer en un Salvador crucificado, resucitado y pronto a venir, juzgaba que eso ejercería cierta influencia sobre el bienestar y la felicidad eterna de ellos ...
“Hermanos, afirmáos; a nadie permitáis tomaros la corona. Fijé mi mente en otro tiempo, y aquí quiero quedarme hasta que Dios me de más luz – eso es hoy. Hoy, y hoy, hasta que Él venga, y yo vea aquel por quien mi alma anhela”.
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.