700 personas repudiaron a una joven por vestirse de manera provocativa
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En el año 2009, en São Paulo (Brasil), sucedió un hecho inaudito. Una muchacha de 20 años concurrió a la Universidad vestida de manera provocativa, con una mini-falda bastante corta, que dejaba gran parte de sus piernas al descubierto.
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Este torpe exhibicionismo generó ira en 700 estudiantes hombres y mujeres de esa Universidad, que no estaban dispuestos a tolerar esa actitud de baja moral de la alumna.
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Muy pronto, la ira derivó en un real escándalo. Tanto era el alboroto, que la muchacha indecente tuvo que refugiarse en un aula vacía, y esperar a que viniera la policía para ayudarla a retirarse a la calle.
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Días después de ocurrido el hecho, las autoridades de la Universidad decidieron expulsar a esta alumna impúdica, pero no solamente porque asistió a la Universidad vestida de manera provocativa, con una mini-falda, sino también por ciertos gestos y actitudes de ella que evidenciaban poco decoro y nula moralidad.
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Una universitaria, expulsada por 'provocar' con su minifalda
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Tras el asedio de sus compañeros, ha llegado la expulsión de su univerisdad. La universidad de São Paulo UNIBAN anunció este domingo la expulsión de la estudiante Geysi Villa Nova Arruda alegando que fue motivo de escándalos por asistir a clases con cortísimas minifaldas y una "actitud provocadora", de la que se quejaron incluso de sus propios compañeros. Hace dos semanas, provocó un auténtico escándalo en el centro por un minivestido.<o></o>
La expulsión de la estudiante de Turismo Geysi Villa Nova Arruda se debió a una "flagrante falta de respeto a los principios éticos, la dignidad académica y la moralidad", según un anuncio publicado por la Universidad Bandeirantes en algunos diarios de São Paulo.<o></o>
El incidente que determinó la expulsión ocurrió el pasado 22 de octubre. La chica, de 20 años, estuvo a punto de ser linchada por sus compañeros tan sólo por haber acudido a la clase llevando un micro vestido que le dejaba las piernas enteras a la vista.<o></o>
Escoltada por la policía<o></o>
La rebelión estudiantil comenzó cuando Geisy, pelo rubio y ojos verdes, remontaba equilibrándose en sus tacones una de las rampas del edificio de la Universidad, una institución privada ubicada en São Bernardo do Campo. A unos estudiantes no les gustó ver cómo el corto vestido rosado subía a cada paso. Empezaron a insultarla.<o></o>
Atraídos por el ruido, prácticamente todos los alumnos abandonaron sus aulas y se amontonaron en los pasillos de la universidad para ver qué era ese lío. En el auge de la protesta, unas 700 personas agresivamente le gritaban "puta".<o></o>
En el aseo, unas chicas trataron de obligar a Geisy a vestir un pantalón. Auxiliada por un profesor, la estudiante logró refugiarse en un aula vacía. Pero antes, en el camino, fue tocada, fotografiada, escupida e incluso amenazada de violación.<o></o>
Mientras sus compañeros trataban de derribar la puerta e invadir ese 'búnker', Geisy lloraba e intentaba explicar que llevaba una ropa provocantiva porque iría una fiesta con su novio luego de la clase, en la noche del jueves antepasado.<o></o>
Trajes y actitudes 'inadecuados'<o></o>
La chica rubia logró escapar ilesa gracias a la presencia de policías armados, que habían sido llamados para escoltarla hasta la salida. Aunque durante el rescate policial vestía el sobretodo del profesor sobre su polémico micro vestido rosado, Geisy volvió a escuchar más insultos rabiosos. Pocos minutos después, el vídeo ya se encontraba en YouTube bajo el título 'La puta de la universidad'.<o></o>
"Se constató que la alumna ha frecuentado las dependencias de la casa de estudios con trajes inadecuados, una postura incompatible con el ambiente universitario y, a pesar de haber sido alertada, no modificó su comportamiento", dice la universidad en la nota emitida este domingo.<o></o>
El asesor jurídico de la universidad, Décio Lecioni Machado, dijo al portal G1 que la causa de la expulsión no fue el vestido, sino determinados "gestos y actitudes" de la alumna, que eran rechazados hasta por sus propios compañeros.<o></o>
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(Diario “El Mundo” de España, 9 de noviembre del 2009).
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></o>La expulsión de la estudiante de Turismo Geysi Villa Nova Arruda se debió a una "flagrante falta de respeto a los principios éticos, la dignidad académica y la moralidad", según un anuncio publicado por la Universidad Bandeirantes en algunos diarios de São Paulo.<o
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></o>La rebelión estudiantil comenzó cuando Geisy, pelo rubio y ojos verdes, remontaba equilibrándose en sus tacones una de las rampas del edificio de la Universidad, una institución privada ubicada en São Bernardo do Campo. A unos estudiantes no les gustó ver cómo el corto vestido rosado subía a cada paso. Empezaron a insultarla.<o
></o>Atraídos por el ruido, prácticamente todos los alumnos abandonaron sus aulas y se amontonaron en los pasillos de la universidad para ver qué era ese lío. En el auge de la protesta, unas 700 personas agresivamente le gritaban "puta".<o
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></o>Mientras sus compañeros trataban de derribar la puerta e invadir ese 'búnker', Geisy lloraba e intentaba explicar que llevaba una ropa provocantiva porque iría una fiesta con su novio luego de la clase, en la noche del jueves antepasado.<o
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></o>La chica rubia logró escapar ilesa gracias a la presencia de policías armados, que habían sido llamados para escoltarla hasta la salida. Aunque durante el rescate policial vestía el sobretodo del profesor sobre su polémico micro vestido rosado, Geisy volvió a escuchar más insultos rabiosos. Pocos minutos después, el vídeo ya se encontraba en YouTube bajo el título 'La puta de la universidad'.<o
></o>"Se constató que la alumna ha frecuentado las dependencias de la casa de estudios con trajes inadecuados, una postura incompatible con el ambiente universitario y, a pesar de haber sido alertada, no modificó su comportamiento", dice la universidad en la nota emitida este domingo.<o
></o>El asesor jurídico de la universidad, Décio Lecioni Machado, dijo al portal G1 que la causa de la expulsión no fue el vestido, sino determinados "gestos y actitudes" de la alumna, que eran rechazados hasta por sus propios compañeros.<o
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> </o>(Diario “El Mundo” de España, 9 de noviembre del 2009).
