Quisiera compartir con ustedes una serie de sueños que quizá algo tengan que decirme o decir a los demás. No os preocupéis, que no quiero interpretar nada de eso para formar una nueva ideología o una nueva religión/secta, lo que me atraería maldición Tan solo quiero desnudarme un poco, mostrando que, muy aparte de todo, soy un ser humano que tiene gracia, más aún no alcanza el final de su meta.
He aquí el primer sueño:
He aquí el primer sueño:
En este sueño, me hallaba en una calle. Estaba amaneciendo con un alba hermosa y una atmósfera de gran tranquilidad. Montado yo en una bicicleta, pasaba frente a las casas del vecindario, saludando con cariño a la gente que me veía pasar: hombres, muchachos, niños traviesos... En mi corazón los sentía como parte de mi familia, aún cuando sus rostros nunca los vi en ninguna otra parte Era tan agradable ir así.
Me despediá de esta gente que amaba en mi corazón; sentía mucho cariño por ellos. Al terminar esta calle, salí por una enorme puerta de hierro, una puerta grande y pesada se cerró al dejar este vecindario. Al hallarme al otro lado de este lugar, una sensación de soledad me detuvo: una calle solitaria, sin gente, casas con puertas cerradas y un frío atroz. Deseé enseguida volver por donde vine, y así volví sobre mi andar.
Súbitamente, un enorme espacio me alejó. Un enorme lote baldío hacía separación. A lo lejos, la enorme puerta de hierro me impidió ver hacia aque lugar donde la gente era feliz. Traté de volver, más me fue imposible. Grité de rabia preguntando porqué no se me permitía entrar de nuevo.