Re: LA VERDADERA HISTORIA DE LA CAIDA DE ADAN Y EVA
El Reino de Dios tiene dos campos de acción: la tierra (donde habitará la humanidad del futuro, y los cielos:
Mat.6:9 ”Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: ”‘Padre nuestro [que estás] en los cielos, santificado sea tu nombre. 10 Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.
2Ped.3:13 Pero hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en estos la justicia habrá de morar.
Analicemos que significa nuevo cielo y nueva tierra entendiendo el principio de la creación,
Génesis 6:13, dice que también en el tiempo de Noé, que fueron los Ultimos Días, Dios quería destruir la tierra. Sin embargo, El no destruyó literalmente el mundo. Sabemos que la tierra es eterna según versículos bíblicos tales como Eclesiastés 1:4, que dice: «Una generación va, otra generación viene, pero la tierra para siempre permanece», y en Salmos 78:69, que dice: «Construyó, como las alturas del cielo, Su santuario, como la tierra que fundó para siempre». Dios, el sujeto, es eterno; por lo tanto sus objetos deben ser también eternos. Por consiguiente, la tierra, que fue creada como el objeto de Dios, debería ser eterna.
Dios, omnipotente y omnisciente, no pudo haber sentido alegría de Su creación si la hubiera hecho con la posibilidad de ser destruida por Satán. Entonces, ¿con qué podemos comparar estas predicciones? Destruir una nación significa derribar la soberanía, mientras que erigir una nueva nación (Ap. 21:1), es establecer una nación con una nueva soberanía. De igual manera, destruir el cielo y la tierra, significa derribar la soberanía de Satán, que es quien los domina; y fundar un cielo nuevo y una tierra nueva, significa restaurar un nuevo cielo y tierra bajo la soberanía de Dios (Ap. 21:1).
(2) El cielo y la tierra serán juzgados por el fuego (2 P. 3:12)
2 Pedro 3 :12, dice que en los Ultimos Días «...los cielos, en llamas, se disolverán, y los elementos, abrasados, se fundirán» En Malaquías 3 :19, está profetizado que, en los días de Jesús, El vendrá como el Señor del Juicio (Jn. 5 :22, 9 :39) y que juzgará con fuego. En Lucas 12:49, Jesús dijo que venía a traer fuego en la tierra. No obstante, no podemos encontrar ningún indicio de que Jesús juzgó con fuego. Esto, sin dudas, es en sentido figurado. Santiago 3:6, dice: «La lengua es fuego». Por ello, podemos comprender que el juicio por fuego es el juicio por la lengua, que significa naturalmente el juicio por la Palabra. Así, el juicio por fuego es el juicio por la Palabra.
Busquemos entonces versículos bíblicos que se refieran al juicio por la Palabra. Juan 12:48, dice que quien rechaza a Jesús y no recibe sus palabras, ya tiene juez que le juzgue, y que la Palabra que Jesús ha hablado será su juez en los últimos días.
2 Tesalonicenses 2 :8, dice que el Impío se manifestará y el Señor Jesús le matará con el «soplo de su boca»; es decir, su Palabra. Además, en Isaías 11 :4, se lee: «... Herirá el hombre cruel con la vara de su boca (lengua), con el soplo de sus labios (palabras) matará al malvado»; mientras que Juan 5 :24, dice: «el que escucha mi Palabra y cree en el que me ha enviado, tiene vida eterna y no incurre en juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida». Por esto, el juicio por fuego significa el juicio por la Palabra.
¿Cuál debe ser, pues, la razón del juicio por la Palabra? Juan 1:3, afirma que el hombre fue creado por la Palabra. En consecuencia, el propósito divino de la creación era que el primer hombre debería haber cumplido el propósito de la Palabra, convirtiéndose en la encarnación de la Palabra; pero cayó sin guardar la Palabra de Dios, no cumpliendo así dicho propósito.
Por consiguiente, Dios intentó de nuevo cumplir el propósito de la Palabra, recreando a los hombres caídos conforme a la Palabra; ésta es la providencia de la restauración por la Palabra de verdad (Biblia). Juan 1:14, dice: «Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único». Así, Cristo vendrá de nuevo como la perfección de la Palabra. Convirtiéndose en el estándar de juicio, él juzgará hasta qué grado la humanidad ha cumplido el propósito de la Palabra. El propósito de la providencia de la restauración será realizado cuando se cumpla el propósito de la Palabra; Dios debe realizar el juicio estableciendo el estándar por medio de la Palabra. En Lucas 12:49, cuando Jesús dice: «He venido a traer fuego sobre la tierra y ¡cuánto desearía que ya estuviera encendida!», expresa su lamento al ver que los judíos no querían aceptarlo ni a él, que vino como la encarnación de la palabra (Jn 1:44) ni a las palabras de vida que ya había proclamado.