LA PROVISIÓN DE DIOS PARA LA SANTIDAD
Introducción: Hola Jóvenes y Jovencitas que en su anhelo de encender o mantener la pasión por Dios han tomado la decisión de hacer este devocional, Dios los bendiga y que su Santo Espíritu venga a moran en sus corazones…
DIA 2
A los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo. (1Corintio 1:2)
¡Santos! ¡En Cristo! En estas dos frases tenemos, tal vez, las palabras más maravillosas de toda la Biblia. Santo, la palabra de insondable significado, que expresan los serafines con sus rostros cubiertos. Santo, la palabra que revela el propósito que Dios tenía en mente con respecto al hombre, y que habla de lo que será la suprema gloria del mismo en la eternidad futura: ¡ser partícipes de su santidad!
En Cristo las palabras en la que se descubre la sabiduría y el amor de Dios. ¡El Padre que da a su hijo para que sea uno con nosotros! ¡El Hijo que muere en la cruz para hacernos uno solo consigo mismo! ¡El Espíritu Santo que mora en nosotros mara establecer y mantener esa unión! En Cristo, qué compendio de lo que la redención ha hecho y la inconcebible y bendita vida que al hijo de Dios se le permite vivir. En Cristo, la lección única que tenemos que estudia en esta tierra. La respuesta de Dios a todas nuestras oraciones, su provisión para todas nuestras necesidades. En Cristo, la garantía y la degustación de la gloria eterna.
Qué riqueza de significado y de bendición hay en las palabras combinadas: ¡Santos en Cristo! Aquí está la provisión de Dios para nuestra santidad, su respuesta para nuestro interrogante: ¿Como ser santo? Escuchamos el llamado de ser santos pero parece existir un inmenso abismo entre la santidad de Dios y la del hombre. En Cristo, está el puente que cruza dicho abismo; mejor aún, su plenitud lo ha llenado. En Cristo, Dios nos ha hallado y nos ha hecho suyos. Aquí está la respuesta al ansioso clamor y a los anhelos del corazón de los millares de almas sedientas que han creído en Jesús y aún no saben como ser santas. Aquí tienen la respuesta de Dios, usted es santo en Cristo Jesús.
Si usted recibe estas divinas palabras y las cree, la luz divida brillara en su corazón y lo llenara del gozo y el amor divino y estará en capacidad de decir: Ahora lo veo claro, Soy santo en Cristo Jesús.
Santo Señor, que tu voz se escuche en las profundidades de mí ser con un poder del cual no es posible escapar: Sé santo, sé santo. Revélame tu santidad y mi pecaminosidad. Llévame a aceptar a Jesús como mi santificación, a morar en Él como mi vida y mi poder para ser lo que tú quieres que yo sea: Santo en Cristo Jesús. Amén
Introducción: Hola Jóvenes y Jovencitas que en su anhelo de encender o mantener la pasión por Dios han tomado la decisión de hacer este devocional, Dios los bendiga y que su Santo Espíritu venga a moran en sus corazones…
DIA 2
A los que han sido santificados en Cristo Jesús y llamados a ser su santo pueblo. (1Corintio 1:2)
¡Santos! ¡En Cristo! En estas dos frases tenemos, tal vez, las palabras más maravillosas de toda la Biblia. Santo, la palabra de insondable significado, que expresan los serafines con sus rostros cubiertos. Santo, la palabra que revela el propósito que Dios tenía en mente con respecto al hombre, y que habla de lo que será la suprema gloria del mismo en la eternidad futura: ¡ser partícipes de su santidad!
En Cristo las palabras en la que se descubre la sabiduría y el amor de Dios. ¡El Padre que da a su hijo para que sea uno con nosotros! ¡El Hijo que muere en la cruz para hacernos uno solo consigo mismo! ¡El Espíritu Santo que mora en nosotros mara establecer y mantener esa unión! En Cristo, qué compendio de lo que la redención ha hecho y la inconcebible y bendita vida que al hijo de Dios se le permite vivir. En Cristo, la lección única que tenemos que estudia en esta tierra. La respuesta de Dios a todas nuestras oraciones, su provisión para todas nuestras necesidades. En Cristo, la garantía y la degustación de la gloria eterna.
Qué riqueza de significado y de bendición hay en las palabras combinadas: ¡Santos en Cristo! Aquí está la provisión de Dios para nuestra santidad, su respuesta para nuestro interrogante: ¿Como ser santo? Escuchamos el llamado de ser santos pero parece existir un inmenso abismo entre la santidad de Dios y la del hombre. En Cristo, está el puente que cruza dicho abismo; mejor aún, su plenitud lo ha llenado. En Cristo, Dios nos ha hallado y nos ha hecho suyos. Aquí está la respuesta al ansioso clamor y a los anhelos del corazón de los millares de almas sedientas que han creído en Jesús y aún no saben como ser santas. Aquí tienen la respuesta de Dios, usted es santo en Cristo Jesús.
Si usted recibe estas divinas palabras y las cree, la luz divida brillara en su corazón y lo llenara del gozo y el amor divino y estará en capacidad de decir: Ahora lo veo claro, Soy santo en Cristo Jesús.
Santo Señor, que tu voz se escuche en las profundidades de mí ser con un poder del cual no es posible escapar: Sé santo, sé santo. Revélame tu santidad y mi pecaminosidad. Llévame a aceptar a Jesús como mi santificación, a morar en Él como mi vida y mi poder para ser lo que tú quieres que yo sea: Santo en Cristo Jesús. Amén
