Ilumínate y ama La Verdad
San Pablo, hombre de Dios y Apostol de Cristo Jesús, nos dejó dicho:
Amados, comed todo lo que se vende en la carnicería. Los que solo comen verduras son débiles en la fé.
Esto es un símbolo muy poderoso. No se trata de cuestiones de alimentos, sino de comunión espiritual.
La carnicería es el mundo. Comer todo lo que se vende en ella, es comulgar de palabra y de pensamiento con todos los seres humanos, sin hacer excepciónes de personas. Porque si queremos transmitir la verdad y el amor del Padre y de Jesucristo, no podemos dirigirnos únicamente a los Cristianos, sino a todos, judíos y paganos, al mundo entero, santos y pecadores, porque no son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Las verduras, son hermanos que ya fueron salvados.
Dios le mostró a San Pedro en una visión, un lienzo que bajaba del
cielo, lleno de todo tipo de animales. Le dijo: Pedro, mata y come. Pedro se negó, afirmando que el no podía comer nada impuro. Dios lo iluminó en ese instante, diciéndole: lo que yo he santificado, no lo llames tu impuro.
Este es otro símbolo muy poderoso. El lienzo que baja del cielo es la tierra nueva afirmada en Cristo Jesús y en el perdón de los pecados. Los animales impuros, son todos los hombres, que por la palabra del Evangelio, creyeron y fueron santificados. Pedró no quería comulgar con ellos de palabra y pensamiento, temiendo contaminarse, pues el aún no había recibido la iluminación de Dios.
Ahora te revelaré un misterio mayor:
Jesús y los apostóles, se mueven entre el templo y el altar.
Como ya sabemos, el Templo de Dios, es nuestro cuerpo carnal. El altar, es nuestro cuerpo semi-físico.
Ellos se mueven en cuerpo semi-físico, en una dimensión intermedia entre el Reino del Espíritu y el mundo físico que habitamos. De hecho toda la historia de Jesús y sus discipulos, sucedió de dos formas. Una en el aspecto simbólico, ya que ocurrió dentro nuestro. Otro en un aspecto textual, ya que la pasión del señor, ocurrió en esa dimensión intermedia, como hechos reales y textuales.
De hecho la tierra real, el mundo humano verdadero, es esa dimensión semi-física. Este mundo que llamamos físico, es mencionado en la Biblia como "La Carcel, La Prisión". En ese mundo semi-físico, cuando llevamos una amplia carrera como discipulos de Jesús, el Diablo nos hecha por diez días a la carcel (un símbolo), tal como lo dice el apocalipsis de San Juán: No temais en nada lo que vais a padecer: el Diablo hechará a algunos de ustedes en la carcel y habrá tribulación por diez días. Conservate fiel hasta el final y no reniegues de la fe, y te daré la corona de la vida. Porque el mundo es el trono de Satanás.
Es una cárcel, porque somos atrapados en cuerpos de carne, donde los dones y poderes que recibimos del espíritu, son anulados por la densidad de la materia. Debemos conservarnos fieles a Jesucristo, padeciendo humillaciones, malos tratos, burlas, martirios, tribulaciones, persecuciones, porque al final entraremos con Jesucristo a la gloria del Padre.
Ahora hermanos ¿Que significa esto?
Significa que como discipulos de Jesús, hace muy poco tiempo que el señor fue crucificado y nosotros estuvimos allí en su pasión. Por haberlo seguido, fuimos lanzados a esta carcel, donde nos fueron velados nuestros recuerdos, para ver si en el olvido, aún le éramos fieles; y créanme, por el espíritu que tenemos, aún le somos fieles, pesce a que no recordamos la amorosa relación que en antaño tuvimos con Jesús y los hermanos y hermanas.
¿Que quiero decir?
Que estamos viviendo dos vidas. Una en el plano semi-físico, es decir "el mundo". Y otra en el plano físico, es decir "La Carcel". Estamos suspendidos en el mundo, soñando una vida de pruebas, atrapados en la Carcel. Solo cuando se cumpla el plazo de diez días, que es un símbolo númerico, el cual hace referencia a una gran cantidad de años, entonces seremos soltados e iremos con Jesús a la gloria.
Ahora quiero que sepas dos cosas:
Jesús y los apóstoles trabajan con nosotros en esta carcel, entrando y saliendo del templo. Esto quiere decir, que ellos entran en nosotros para transmitirnos dones, verdades, fortaleza e iluminación, acompañándonos en la tribulación. También quiero que sepas que Jesús es crucificado dos veces: una lo fue en su persona, en ese mundo semi-físico. Otra cruxificción sucede en nuestra carne, donde él, en espíritu, comulga con nosotros, siendo nosotros crucificados con el y resucitando espiritualmente junto con él.
Finalmente quiero que conozcamos en misterio del Reino del espíritu, porque no es bueno andar sin conocimiento, ya que estamos en pleno apocalipsis.
El Reino, es el espíritu del Padre que vive en el corazón de todos nosotros. El Reino es una luz inaccesible, la cual absorve por completo nuestra alma y nos traslada al reino del interno. Esa es la salvación: ser absorvidos por el espíritu, para habitar en la luz, abandonando las tinieblas de afuera, que son el mundo y la prisión.
Con esto, espero haberte iluminado el entendimiento, para que como Cristiano, conozcas la verdad sobre tu condición en el mundo presente.
Que Dios te ilumine y te bendiga.
Amén.
San Pablo, hombre de Dios y Apostol de Cristo Jesús, nos dejó dicho:
Amados, comed todo lo que se vende en la carnicería. Los que solo comen verduras son débiles en la fé.
Esto es un símbolo muy poderoso. No se trata de cuestiones de alimentos, sino de comunión espiritual.
La carnicería es el mundo. Comer todo lo que se vende en ella, es comulgar de palabra y de pensamiento con todos los seres humanos, sin hacer excepciónes de personas. Porque si queremos transmitir la verdad y el amor del Padre y de Jesucristo, no podemos dirigirnos únicamente a los Cristianos, sino a todos, judíos y paganos, al mundo entero, santos y pecadores, porque no son los sanos los que necesitan de médico, sino los enfermos. Las verduras, son hermanos que ya fueron salvados.
Dios le mostró a San Pedro en una visión, un lienzo que bajaba del
cielo, lleno de todo tipo de animales. Le dijo: Pedro, mata y come. Pedro se negó, afirmando que el no podía comer nada impuro. Dios lo iluminó en ese instante, diciéndole: lo que yo he santificado, no lo llames tu impuro.
Este es otro símbolo muy poderoso. El lienzo que baja del cielo es la tierra nueva afirmada en Cristo Jesús y en el perdón de los pecados. Los animales impuros, son todos los hombres, que por la palabra del Evangelio, creyeron y fueron santificados. Pedró no quería comulgar con ellos de palabra y pensamiento, temiendo contaminarse, pues el aún no había recibido la iluminación de Dios.
Ahora te revelaré un misterio mayor:
Jesús y los apostóles, se mueven entre el templo y el altar.
Como ya sabemos, el Templo de Dios, es nuestro cuerpo carnal. El altar, es nuestro cuerpo semi-físico.
Ellos se mueven en cuerpo semi-físico, en una dimensión intermedia entre el Reino del Espíritu y el mundo físico que habitamos. De hecho toda la historia de Jesús y sus discipulos, sucedió de dos formas. Una en el aspecto simbólico, ya que ocurrió dentro nuestro. Otro en un aspecto textual, ya que la pasión del señor, ocurrió en esa dimensión intermedia, como hechos reales y textuales.
De hecho la tierra real, el mundo humano verdadero, es esa dimensión semi-física. Este mundo que llamamos físico, es mencionado en la Biblia como "La Carcel, La Prisión". En ese mundo semi-físico, cuando llevamos una amplia carrera como discipulos de Jesús, el Diablo nos hecha por diez días a la carcel (un símbolo), tal como lo dice el apocalipsis de San Juán: No temais en nada lo que vais a padecer: el Diablo hechará a algunos de ustedes en la carcel y habrá tribulación por diez días. Conservate fiel hasta el final y no reniegues de la fe, y te daré la corona de la vida. Porque el mundo es el trono de Satanás.
Es una cárcel, porque somos atrapados en cuerpos de carne, donde los dones y poderes que recibimos del espíritu, son anulados por la densidad de la materia. Debemos conservarnos fieles a Jesucristo, padeciendo humillaciones, malos tratos, burlas, martirios, tribulaciones, persecuciones, porque al final entraremos con Jesucristo a la gloria del Padre.
Ahora hermanos ¿Que significa esto?
Significa que como discipulos de Jesús, hace muy poco tiempo que el señor fue crucificado y nosotros estuvimos allí en su pasión. Por haberlo seguido, fuimos lanzados a esta carcel, donde nos fueron velados nuestros recuerdos, para ver si en el olvido, aún le éramos fieles; y créanme, por el espíritu que tenemos, aún le somos fieles, pesce a que no recordamos la amorosa relación que en antaño tuvimos con Jesús y los hermanos y hermanas.
¿Que quiero decir?
Que estamos viviendo dos vidas. Una en el plano semi-físico, es decir "el mundo". Y otra en el plano físico, es decir "La Carcel". Estamos suspendidos en el mundo, soñando una vida de pruebas, atrapados en la Carcel. Solo cuando se cumpla el plazo de diez días, que es un símbolo númerico, el cual hace referencia a una gran cantidad de años, entonces seremos soltados e iremos con Jesús a la gloria.
Ahora quiero que sepas dos cosas:
Jesús y los apóstoles trabajan con nosotros en esta carcel, entrando y saliendo del templo. Esto quiere decir, que ellos entran en nosotros para transmitirnos dones, verdades, fortaleza e iluminación, acompañándonos en la tribulación. También quiero que sepas que Jesús es crucificado dos veces: una lo fue en su persona, en ese mundo semi-físico. Otra cruxificción sucede en nuestra carne, donde él, en espíritu, comulga con nosotros, siendo nosotros crucificados con el y resucitando espiritualmente junto con él.
Finalmente quiero que conozcamos en misterio del Reino del espíritu, porque no es bueno andar sin conocimiento, ya que estamos en pleno apocalipsis.
El Reino, es el espíritu del Padre que vive en el corazón de todos nosotros. El Reino es una luz inaccesible, la cual absorve por completo nuestra alma y nos traslada al reino del interno. Esa es la salvación: ser absorvidos por el espíritu, para habitar en la luz, abandonando las tinieblas de afuera, que son el mundo y la prisión.
Con esto, espero haberte iluminado el entendimiento, para que como Cristiano, conozcas la verdad sobre tu condición en el mundo presente.
Que Dios te ilumine y te bendiga.
Amén.