El comunismo y el liberalismo capitalista son sistemas que chocan con la antropología cristiana y la moral. Sobre todo cuando se siguen doctrinalmente o sin contemplaciones.
El socialismo ha traído cosas muy buenas y sí se pueden apreciar. Ha sido muy bueno a la hora de que algunas clases desfavorecidas tomen conciencia política y luchen por sus derechos; algunos de estos derechos clamaban al cielo y eran necesarios: por ejemplo el derecho a que no te exploten laboralmente, a que no te despidan sin más, a que te paguen un sueldo proporcional o ajustado a tu esfuerzo y a tu dignidad como ser humano, el derecho a una jornada laboral equilibrada con tu vida.
Lo que los cristianos hemos criticado son principalmente los totalitarismo socialistas o comunistas, la ausencia de libertad, la planificación económica que no tiene en cuenta las legítimas aspiraciones del individuo, el materialismo antireligioso, la destrucción de la propiedad privada.
Pero son igualmente criticables, no menos, las injusticias del capitalismo. La explotación de los propietarios de la producción a sus productores, el individualismo materialista, la alineación de ciertas clases sociales, la injusticia económica con la que se castiga a tantas personas.
Yo soy Europeo, un sistema que me gusta y que con sus muchos defectos creo que se ajusta bien a nuestra vida en este mundo es el "Estado del bienestar": es decir, sistemas mixtos de liberalismo y socialismo, creación de clase media, legislaciones duras con quienes explotan a los demás, impuestos para correr con los gatos de una amplia seguridad social que mantenga gratuitamente la sanidad, la educación y otros servicios indispensables... y todo ésto funcionando en una base o estructura política y social de economía de mercado capitalista, pero controlada.