http://www.diariodemonterrey.com/indices.asp?fecha=04/21/2001&id=33
Intolerancia religiosa en el Valle del Mezquital
Amenazas de muerte, agresiones físicas y suspensiones arbitrarias de los servicios públicos sufren quienes se han atrevido a dejar la religión católica y convertirse en evangelistas, como ocurre en el barrio de San Nicolás, Ixmiquilpan, en el estado de Hidalgo, en donde 24 familias tienen un plazo de 60 días para abandonar el pueblo o ser desalojados con violencia por sus propios vecinos.
Intolerancia religiosa en el Valle del Mezquital
por Verónica Jiménez Hernández / Corresponsal / Ixmiquilpan, Hidalgo
Católicos hidalguenses denuncian represalias por dejar su religión y convertirse al evangelismo. El conflicto ha cobrado incluso la vida de un anciano, quien fue asesinado porque decidió profesar el cristianismo. Los problemas datan de hace 40 años
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Amenazas de muerte, agresiones físicas y suspensiones arbitrarias de los servicios públicos sufren quienes se han atrevido a dejar la religión católica y convertirse en evangelistas, como ocurre en el barrio de San Nicolás, Ixmiquilpan, en el estado de Hidalgo, en donde 24 familias tienen un plazo de 60 días para abandonar el pueblo o ser desalojados con violencia por sus propios vecinos.
Este problema de intolerancia religiosa en el Valle del Mezquital, entre católicos y evangélicos, incluso ha cobrado víctimas, como ocurrió en El Oro el año pasado, donde según los propios afectados un anciano que decidió ser cristiano fue asesinado, en tanto que los restos mortales de tres personas que fallecieron durante los últimos meses fueron depositados en cementerios de comunidades aledañas debido a que por los conflictos se les ha negado el derecho de entrar al camposanto del lugar.
El último de los casos fue el de un pequeño que murió tras ser arrollado por la camioneta que conducía su propio padre. La familia de evangélicos conservó el cuerpo del menor durante tres días, en tanto que las autoridades gubernamentales mediaban con los católicos para que se le permitiera el acceso al panteón y así cumplir con la sepultura del infante.
Los conflictos religiosos que padecen en los últimos meses los evangélicos en San Nicolás vienen de hace ya cuarenta años, según lo informaron los afectados, cuando las familias iniciaron con la práctica del evangelio, “con la libertad que nos otorga la Constitución, según los artículos 24, 130 y otros de la Carta Magna”.
Según las familias evangélicas, la persecución, el despojo de sus pertenencias y bienes muebles son una constante, sin embargo, la situación que padecen ahora les preocupa más, ya que 24 de las familias de esa congregación directamente ya fueron amenazadas de muerte y el 18 de junio se les vence el plazo para abandonar sus hogares.
Durante una reunión en el templo Bethel de la cabecera municipal, las familias afectadas denunciaron a MILENIO Diario la serie de atropellos de que han sido objeto por parte del delegado del barrio de San Nicolás, Heriberto Lugo González, y por un grupo de “seudocatólicos”, Pedro Cruz, Rutilo Reséndiz, Félix y Pedro Beltrán , Isaura y Herlinda Mendoza, entre otros, quienes han incitado al resto de la comunidad a amedrentar a quienes no profesan la fe católica.
Ángela Peña dijo que las amenazas, hasta ahora, por parte de los católicos, se han cumplido, pues se les ha prohibido el uso del panteón, han sufrido el corte del suministro de agua potable, el bloqueo de la participación ciudadana, la libre expresión y el despojo de parcelas.
Asimismo, denunció que ni las autoridades municipales ni estatales han actuado con prontitud para frenar las arbitrariedades, por lo que han solicitado que el gobierno federal intervenga en este asunto antes de que ocurran actos que atenten contra la vida de las personas y que se lamenten a destiempo.
Los afectados ya presentaron 19 denuncias de tipo penal en la agencia del Ministerio Público investigador de Ixmiquilpan por el despojo de bienes y de servicios, así como por el latente peligro que corren sus familias y sus pequeños hijos.
Condiciones sociales
El barrio de San Nicolás se ubica al norte de Ixmiquilpan, el corazón del Valle del Mezquital. Según los últimos censos, 4500 personas habitan, cerca de la mitad son evangélicos, de hecho, a principios de los años 60 algunas familias iniciaron con una nueva religión, la evangélica, la cual creció tanto que se calcula que la mitad de este poblado ya es “protestante”.
Para Mercedes Gutiérrez Torres, padre de tres hijos, quien tiene 60 días para abandonar su hogar, esta situación es injusta para las familias, sobre todo para los ancianos y los niños.
“No es justo, a nosotros nos ha costado nuestra vivienda; cómo es posible que ellos vengan y nos amenacen… me duele que nos haga eso la gente, sólo porque no pensamos como ellos, que se dicen católicos”.
Desde el 18 de marzo, comentó, la vida les ha cambiado porque de por sí sus condiciones de vida son precarias, ahora el agua que beben, a partir de que les cancelaron el suministro, es la que mediante la ayuda de sus “hermanos” les regalan, aunado a las dificultades que pasan, dice, temen que se presenten enfermedades gastrointestinales ante la falta de servicios básicos como el drenaje.
Sus hijos, Judith y Jesús Gutiérrez, de 10 y 6 de edad, así como una bebé de seis meses, Abigail, “no tienen culpa de nada”, lo único que espera es que las autoridades intervengan antes del plazo marcado por los católicos, de otra manera no ve cómo iniciará una nueva vida si todo su patrimonio está en ahí en San Nicolás.
En esta comunidad, el sueldo promedio de la gente es de tan sólo 40 pesos diarios, la mayoría vive del campo o de la albañilería, mientras que las mujeres ayudan a la economía familiar con la elaboración de artesanías.
El pecado de las 24 familias perseguidas por los católicos es ser evangélicas, aunque eso sí, en días de fiestas pagano-religiosas, se les obliga a cooperar, incluso, para el próximo 10 de septiembre, cuando se celebra el día de San Nicolás, miembros de la secta que aún queden en la zona tendrán que participar con un “cargo”, el cual consiste en dar una cooperación que supere los 10 mil pesos para los gastos que genere la celebración del santo patrono.
En torno al conflicto, la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo informó que este caso, al igual de los que abundan en diversos municipios, son provocados por grupos políticos.
Cabe destacar que San Nicolás y El Oro, en Ixmiquilpan, no son las únicas comunidades o barrios del Valle del Mezquital que enfrentan problemas de intolerancia religiosa, pues también El Tothie, en San salvador, presenta problemas aunque no tan graves. Lo mismo ocurre en Zimapán, donde católicos, mormones y evangelistas, buscan de muchas maneras llevar más gente a sus respectivas congregaciones, aunque para eso tengan que dividir y caer en conflictos.
Comunidades en conflicto
• San Nicolás
• El Oro
• El Tothie
• Zimapán
Intolerancia religiosa en el Valle del Mezquital
Amenazas de muerte, agresiones físicas y suspensiones arbitrarias de los servicios públicos sufren quienes se han atrevido a dejar la religión católica y convertirse en evangelistas, como ocurre en el barrio de San Nicolás, Ixmiquilpan, en el estado de Hidalgo, en donde 24 familias tienen un plazo de 60 días para abandonar el pueblo o ser desalojados con violencia por sus propios vecinos.
Intolerancia religiosa en el Valle del Mezquital
por Verónica Jiménez Hernández / Corresponsal / Ixmiquilpan, Hidalgo
Católicos hidalguenses denuncian represalias por dejar su religión y convertirse al evangelismo. El conflicto ha cobrado incluso la vida de un anciano, quien fue asesinado porque decidió profesar el cristianismo. Los problemas datan de hace 40 años
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Amenazas de muerte, agresiones físicas y suspensiones arbitrarias de los servicios públicos sufren quienes se han atrevido a dejar la religión católica y convertirse en evangelistas, como ocurre en el barrio de San Nicolás, Ixmiquilpan, en el estado de Hidalgo, en donde 24 familias tienen un plazo de 60 días para abandonar el pueblo o ser desalojados con violencia por sus propios vecinos.
Este problema de intolerancia religiosa en el Valle del Mezquital, entre católicos y evangélicos, incluso ha cobrado víctimas, como ocurrió en El Oro el año pasado, donde según los propios afectados un anciano que decidió ser cristiano fue asesinado, en tanto que los restos mortales de tres personas que fallecieron durante los últimos meses fueron depositados en cementerios de comunidades aledañas debido a que por los conflictos se les ha negado el derecho de entrar al camposanto del lugar.
El último de los casos fue el de un pequeño que murió tras ser arrollado por la camioneta que conducía su propio padre. La familia de evangélicos conservó el cuerpo del menor durante tres días, en tanto que las autoridades gubernamentales mediaban con los católicos para que se le permitiera el acceso al panteón y así cumplir con la sepultura del infante.
Los conflictos religiosos que padecen en los últimos meses los evangélicos en San Nicolás vienen de hace ya cuarenta años, según lo informaron los afectados, cuando las familias iniciaron con la práctica del evangelio, “con la libertad que nos otorga la Constitución, según los artículos 24, 130 y otros de la Carta Magna”.
Según las familias evangélicas, la persecución, el despojo de sus pertenencias y bienes muebles son una constante, sin embargo, la situación que padecen ahora les preocupa más, ya que 24 de las familias de esa congregación directamente ya fueron amenazadas de muerte y el 18 de junio se les vence el plazo para abandonar sus hogares.
Durante una reunión en el templo Bethel de la cabecera municipal, las familias afectadas denunciaron a MILENIO Diario la serie de atropellos de que han sido objeto por parte del delegado del barrio de San Nicolás, Heriberto Lugo González, y por un grupo de “seudocatólicos”, Pedro Cruz, Rutilo Reséndiz, Félix y Pedro Beltrán , Isaura y Herlinda Mendoza, entre otros, quienes han incitado al resto de la comunidad a amedrentar a quienes no profesan la fe católica.
Ángela Peña dijo que las amenazas, hasta ahora, por parte de los católicos, se han cumplido, pues se les ha prohibido el uso del panteón, han sufrido el corte del suministro de agua potable, el bloqueo de la participación ciudadana, la libre expresión y el despojo de parcelas.
Asimismo, denunció que ni las autoridades municipales ni estatales han actuado con prontitud para frenar las arbitrariedades, por lo que han solicitado que el gobierno federal intervenga en este asunto antes de que ocurran actos que atenten contra la vida de las personas y que se lamenten a destiempo.
Los afectados ya presentaron 19 denuncias de tipo penal en la agencia del Ministerio Público investigador de Ixmiquilpan por el despojo de bienes y de servicios, así como por el latente peligro que corren sus familias y sus pequeños hijos.
Condiciones sociales
El barrio de San Nicolás se ubica al norte de Ixmiquilpan, el corazón del Valle del Mezquital. Según los últimos censos, 4500 personas habitan, cerca de la mitad son evangélicos, de hecho, a principios de los años 60 algunas familias iniciaron con una nueva religión, la evangélica, la cual creció tanto que se calcula que la mitad de este poblado ya es “protestante”.
Para Mercedes Gutiérrez Torres, padre de tres hijos, quien tiene 60 días para abandonar su hogar, esta situación es injusta para las familias, sobre todo para los ancianos y los niños.
“No es justo, a nosotros nos ha costado nuestra vivienda; cómo es posible que ellos vengan y nos amenacen… me duele que nos haga eso la gente, sólo porque no pensamos como ellos, que se dicen católicos”.
Desde el 18 de marzo, comentó, la vida les ha cambiado porque de por sí sus condiciones de vida son precarias, ahora el agua que beben, a partir de que les cancelaron el suministro, es la que mediante la ayuda de sus “hermanos” les regalan, aunado a las dificultades que pasan, dice, temen que se presenten enfermedades gastrointestinales ante la falta de servicios básicos como el drenaje.
Sus hijos, Judith y Jesús Gutiérrez, de 10 y 6 de edad, así como una bebé de seis meses, Abigail, “no tienen culpa de nada”, lo único que espera es que las autoridades intervengan antes del plazo marcado por los católicos, de otra manera no ve cómo iniciará una nueva vida si todo su patrimonio está en ahí en San Nicolás.
En esta comunidad, el sueldo promedio de la gente es de tan sólo 40 pesos diarios, la mayoría vive del campo o de la albañilería, mientras que las mujeres ayudan a la economía familiar con la elaboración de artesanías.
El pecado de las 24 familias perseguidas por los católicos es ser evangélicas, aunque eso sí, en días de fiestas pagano-religiosas, se les obliga a cooperar, incluso, para el próximo 10 de septiembre, cuando se celebra el día de San Nicolás, miembros de la secta que aún queden en la zona tendrán que participar con un “cargo”, el cual consiste en dar una cooperación que supere los 10 mil pesos para los gastos que genere la celebración del santo patrono.
En torno al conflicto, la Comisión de Derechos Humanos de Hidalgo informó que este caso, al igual de los que abundan en diversos municipios, son provocados por grupos políticos.
Cabe destacar que San Nicolás y El Oro, en Ixmiquilpan, no son las únicas comunidades o barrios del Valle del Mezquital que enfrentan problemas de intolerancia religiosa, pues también El Tothie, en San salvador, presenta problemas aunque no tan graves. Lo mismo ocurre en Zimapán, donde católicos, mormones y evangelistas, buscan de muchas maneras llevar más gente a sus respectivas congregaciones, aunque para eso tengan que dividir y caer en conflictos.
Comunidades en conflicto
• San Nicolás
• El Oro
• El Tothie
• Zimapán