Aquí el problema seguirá siendo siempre que la Iglesia Católica-Romana ha abrazado doctrinas equivocadas e intenta hacerlas pasar por Tradición Apostólica. No hace falta discutir las fuentes porque no vamos a llamarle a las cosas por el mismo nombre ni tenemos la misma historia "idealizada" de la Iglesia. El problema son los contenidos y las incoherencias, las herejías y los prejuicios...
La gran diferencia entre católico-romanos y protestantes es que nosotros no hemos cometido el error de querer secuestrar la verdad en manos del jefe de ninguna institución, pagamos un precio alto que ha sido la multiplicidad de doctrinas y opiniones que han dado no pocas veces herejes al mundo, pero anglicanos, presbiterianos, luteranos, bautistas, metodistas y muchos otros evangélicos tenemos un fondo doctrinal que nos une y compartimos la misma comunión, todos nos podemos sentar a la misma mesa, muchas de nuestras iglesias están vivas 500 años después seguimos con celo predicando el evangelio de Nuestro Señor, y si algunos de nosotros no aceptan la verdad y predican otro evangelio, al menos sabemos que eso ya estaba escrito.
Lo que no está escrito es que algún hombre fuese a poseer la facultad propia o entregada por Dios de revelar siempre un criterio verdadero sobre doctrina, fe o costumbres. La Iglesia no se equivocará jamás pues es la depositaria de la Fe, la Iglesia confesante, pero un creyente concreto, cura, obispo o papa sí podrá equivocarse (como ya lo han hecho). Os habéis amordazado a la Historia para combatir la herejía secuestrando para unos pocos la facultad de reformar y renovar, secuestrando la acción reformadora del Espíritu Santo en la Iglesia para ciertos eventos, primero para los Concilios pero luego como se veía que rivalizaban con el nuevo poder vertical de Roma, el latrocinio fue más descarado hasta el punto de promulgar dogmas (infalibilidad) y cánones (el Obispo de Roma colocando y sacando obispos de otras sedes, nombrándolos él mismo, convocando y clausurando - cuando le conviene - los concilios) que son contrarios al espíritu de los concilios ecuménicos de la Iglesia Antigua (que ningún obispo interfiera en la diócesis del otro, que el concilio esté sobre los obispos que son sus máximas autoridades...)
Ahora venís a secuestrar la tradición de los apóstoles en vuestros dogmas... ¿Será que enseñaban éstos la inmaculada concepción, la asunción de María, la infalibilidad papal, la explicación pseudo-aristotélica de la transustanciación, la existencia del purgatorio y de las indulgencias, la conveniencia del rezo del rosario (tres veces mejor que una, y cómo no mucho mejor en romerías). ¿Ven ustedes al apóstol Pablo subiendo alguna ermita a rezar el rosario? ¿Ven ustedes a los cardenales eligiendo al papa Lino? ¿Ven a los cristianos de Éfeso sacando al santísimo en procesión mientras cantaban la letanía de los santos? ¿Ven a los discípulos de Santiago aconsejando a los creyentes de Hispania a que obtuviesen indulgencias plenarias por sus fieles difuntos peregrinando a la tumba del Apóstol Pedro y Pablo en Roma?
