Pasaba Jesús por los sembradíos con Sus discípulos en día sábado. Los discípulos, al ver las espigas, empezaron a comer porque tenían hambre. Cuando los fariseos vieron esto, dijeron: “He aquí Tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado” (12:2). Como podrán ver, guardar el sábado de esta manera es realmente una carga pesada. Jesús ha dicho: “Venid a Mí todos los que trabajáis arduamente y estáis cargados”. Cualquier reglamento o norma es una carga pesada; sin embargo, con Cristo no existe ningún reglamento ni norma.
Consideremos la situación: los discípulos hambrientos estaban, posiblemente, en la sinagoga, y el Señor Jesús los sacó de allí; El los sacó de lo religioso y los condujo a los sembradíos. ¿Cree usted que lo hizo sin ningún propósito? Puedo asegurarles que el Señor Jesús hizo esto intencionalmente, a propósito. El quebrantó deliberadamente la observancia del sábado para satisfacer a aquellos que tenían hambre. La religión les imponía una carga, pero el Señor Jesús los satisfizo.
Los religiosos siempre ponen cargas sobre los demás, por ejemplo, les prohiben comer. Ellos suelen decir: “No es lícito, no es fundamental, no es conforme a las Escrituras”. Sin embargo, el Señor Jesús dijo: “¿No habéis leído?” En realidad les estaba diciendo: “Ustedes son tan fundamentalistas, tan bíblicos. ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes de la presencia [lit.], que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿No lo habéis leído, vosotros fariseos? Según vuestra ley no era lícito que David y los que lo acompañaban comieran, pero lo hicieron”. Aquellas personas tan bíblicas y fundamentalistas quedaron calladas. Esto es muy significativo.
Efectivamente existía un reglamento el cual estipulaba que sólo los sacerdotes podían comer el pan de la presencia en la casa de Dios. No obstante, la misma Biblia que menciona este reglamento, también relata cómo David entró en el templo y junto con sus seguidores comió el pan de la presencia. Pero Dios no los condenó. Al hablar así, el Señor Jesús daba a entender a los fariseos: “Yo Soy el verdadero David, y Mis discípulos son los verdaderos seguidores de David. Si antiguamente David y sus seguidores comieron el pan de la presencia sin ser condenados, pues a ellos no les estaba permitido comerlo, ¿cómo pueden ustedes condenarme?.
Cristo es incompatible con los religiosos... ¿Que opinan?
Consideremos la situación: los discípulos hambrientos estaban, posiblemente, en la sinagoga, y el Señor Jesús los sacó de allí; El los sacó de lo religioso y los condujo a los sembradíos. ¿Cree usted que lo hizo sin ningún propósito? Puedo asegurarles que el Señor Jesús hizo esto intencionalmente, a propósito. El quebrantó deliberadamente la observancia del sábado para satisfacer a aquellos que tenían hambre. La religión les imponía una carga, pero el Señor Jesús los satisfizo.
Los religiosos siempre ponen cargas sobre los demás, por ejemplo, les prohiben comer. Ellos suelen decir: “No es lícito, no es fundamental, no es conforme a las Escrituras”. Sin embargo, el Señor Jesús dijo: “¿No habéis leído?” En realidad les estaba diciendo: “Ustedes son tan fundamentalistas, tan bíblicos. ¿No habéis leído lo que hizo David cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; cómo entró en la casa de Dios y comieron los panes de la presencia [lit.], que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes? ¿No lo habéis leído, vosotros fariseos? Según vuestra ley no era lícito que David y los que lo acompañaban comieran, pero lo hicieron”. Aquellas personas tan bíblicas y fundamentalistas quedaron calladas. Esto es muy significativo.
Efectivamente existía un reglamento el cual estipulaba que sólo los sacerdotes podían comer el pan de la presencia en la casa de Dios. No obstante, la misma Biblia que menciona este reglamento, también relata cómo David entró en el templo y junto con sus seguidores comió el pan de la presencia. Pero Dios no los condenó. Al hablar así, el Señor Jesús daba a entender a los fariseos: “Yo Soy el verdadero David, y Mis discípulos son los verdaderos seguidores de David. Si antiguamente David y sus seguidores comieron el pan de la presencia sin ser condenados, pues a ellos no les estaba permitido comerlo, ¿cómo pueden ustedes condenarme?.
Cristo es incompatible con los religiosos... ¿Que opinan?