Querido
Daniel (Juan 8:32):
1. Espero que esté disfrutando de una feliz Navidad (por cierto, ¿cuál es su denominación?; ¿es de las que celebran la Navidad?).
2. Sobre la relación entre la fe y las obras, traduje un artículo de R.A. Sungenis, que es posible que le sirva como introducción a la posición católica. Lo tiene Vd. en este mismo Foro:
http://www.forocristiano.com/Forum12/HTML/002221.html
3. Me dice Vd.:
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>En base a este versículo (el 9) el resto de las justificaciones sobran.[/quote]
4. Debo recordarle, con sus propias palabras, que “es conveniente para entender el completo sentido del texto, leer todo el contexto”, que, en realidad, debe ser la Biblia entera. Por eso me parece inadmisible que Vd. diga que todas esas “justificaciones sobran”, puesto que se trata de pasajes de la Sagrada Escritura.
5. Fíjese: tan errónea es su postura como sería la de quien, con fundamento sólo en Romanos 2:6-8, e.g., afirmara que la justificación es por las “solas obras”. De hecho, la expresión “sola fe” (o equivalente, según las traducciones) sólo aparece una vez en el Nuevo Testamento, y es para ser negada, en Santiago 2:24, que, en la traducción de La Biblia de las Américas, dice así:
- <BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>”… el hombre es justificado por las obras y
no sólo por la fe ”[/quote]
6. Es por esto, tal vez, que el propio
Martín Lutero hubo de añadir, en su traducción de la Biblia al alemán, la expresión “allein” (sólo) a Romanos 3:28, que quedó así (la cita está tomada de la edición de la Deutsche Bibelgesellschaft, esto es, de la de la Sociedad Bíblica alemana, y, en concreto, de la revisión de 1984, hecha por la Iglesia Evangélica en Alemania):
- <BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>So halten wir nun dafür, dass der Mensch gerecht wird ohne des Gesetzes Werke,
allein durch den Glauben.[/quote]
7. Dice Vd. seguidamente:
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR> Siempre me pregunto, recordando que Dios no hace acepción de personas, ¿cuántos de los requisitos de la lista expuesta (fe, bautismo, confesión, eucaristía, confirmación, orden, matrimonio, unción) fueron cumplidos por el ladrón de la cruz?[/quote]
8. Vayamos, una vez más, por partes:
a) Aun en el caso de que aceptáramos que se trata de un supuesto de salvación por la fe sin las obras, sería una
excepción a la regla general. Cuando las circunstancias de la vida impiden el cumplimiento de lo que ordinariamente se requiere, Dios permite excepciones. Tal fue el caso, por ejemplo, de David y sus hombres, que, por hambre, comieron el pan consagrado que sólo era lícito comer a los sacerdotes (Levítico 24:5, 9; 1 Samuel 21:6; Mateo 12:1-12). Jesús usó este incidente para reprender a los fariseos que habían acusado a los discípulos de trabajar en sábado al coger grano para comer. Jesús concluyó que el sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado. Pero es claro que si David hubiera comido todos los días del pan de la proposición, haciendo de ello una norma de vida en vez de una excepción, habría incurrido en pecado... Del mismo modo, es lógico que ni Jesús ni el ladrón, en las circunstancias en que se encontraban, esto es, en la cruz, siguieran el procedimiento normal... Jesús no negó la salvación al hombre muribundo junto a él que, aun contrito, no tenía posibilidad alguna de enmendar su vida. El buen ladrón expresó su fe, esperanza y amor a Jesús, y recibió la salvación.
b) Dicho esto, fijémonos más atentamente en el incidente:
En primer lugar, advertimos que aunque ambos ladrones formularon reproches contra Jesús (Mateo 27:44), finalmente el buen ladrón reprendió al ladrón impenitente, y esto, en presencia de las personas que se habían reunido al pie de la cruz y que estaban mofándose de Jesús y diciéndole que se salvara a sí mismo (Lucas 23:35-37). Jesús había dicho mucho antes: “A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 10:32 RV 1960; Romanos 10:9).
En segundo lugar, el buen ladrón preguntó al otro: “¿Ni aun temes tú a Dios…?” (Lucas 23:40 RV 1960), y de esta pregunta podemos concluir que el buen ladrón tuvo temor de Dios, que fue uno de los que, según el Nuevo Testamento, temen a Dios y son bendecidos con la salvación (Hechos 10:1-4; 17:4, 17, 25, 26; Romanos 2:6-8).
En tercer lugar, el buen ladrón dijo al ladrón impenitente que ambos “justamente” padecían (Lucas 23:41 RV 1960); reconoció, por tanto, su pecado. Dijo, además, de Jesús: “éste ningún mal hizo”; reconoció, por tanto, la bondad de Jesús (lo que permite suponer, dicho sea de paso, que conocía a Jesús antes de su encuentro en la cruz). Finalmente “dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino” (Lucas 23:42 RV 1960) (¿cómo es posible que hiciera esta pregunta si no sabía nada de Jesús antes de ser crucificado?; de hecho, entendió la misión y el propósito de Jesús mejor incluso que muchos de los apóstoles (Lucas 24:25-26); todo apunta a que había sido preparado para este momento final con Jesús), y oyó decir al Señor: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23: 43 RV 1960). Comoquiera que esta afirmación fue una respuesta a la pregunta del ladrón, es claro que el “paraíso” es el “reino”. El ladrón admitió su culpa, y la invitación de Jesús al paraíso implicó el perdón que acompaña al arrepentimiento.
En definitiva, este pasaje no sirve para fundamentar una teología de la “sola fe”. El ladrón, aparentemente, ya tenía fe en Dios. De otro modo, no habría expresado su temor de Dios. Lo que hizo en la cruz fue poner la fe en acción allegándose a Jesús en perfecta contricción, a pesar de su pensosa condición. Si no lo hubiera hecho así, habría sido condenado como –probablemente- lo fue el ladrón impenitente que permaneció callado. Como en todos los restantes encuentros de Jesús con hombres de fe, vemos que todos tuvieron que acercarse a Él arrepentidos, buscando ser perdonados, y no con la “sola fe”.
9. Tras decir lo que entiende por “Sola Biblia”, finaliza Vd. con una afirmación que me ha llamado la atención:
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Dios nos propone un Nuevo Pacto… Depende de nosotros aceptarlo o rechazarlo.[/quote]
10. Y me ha llamado la atención, porque, aparentemente, le aleja a Vd. de las posiciones calvinistas, rígidamente predestinacionalistas, tan propias de los “evangélicos” hispanoamericanos y aun del fundamentalismo contemporáneo en general, relativas a la “gracia irresistible”. ¿Es así? ¿O fue sólo un “lapsus calami”? Me alegraría mucho que estuviera Vd. más próximo a Arminio y, sobre todo, a John Wesley, a quien tanto admiro… y, por tanto, más próximo a la postura católica sobre este extremo…
11. Comprenderá Vd. que no me satisfaga la respuesta que me dio… Recordemos: yo pregunté, refiriéndome a “Sola Biblia”:
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>¿Podría decirme dónde lo afirma la Palabra de Dios?[/quote]
Y Vd. me contestó:
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Esta afirmación (Sola Biblia) está implícita en toda la Escritura.[/quote]
12. A mí no me molestaría que Vd. me replicara de semejante forma si yo optara por contestarle de ese modo. Piense Vd. en cuál habría sido su reacción si a su anterior pregunta acerca de “las referencias bíblicas que sustentan la veracidad de estos 3 medios de salvación”, yo hubiera contestado diciendo que “están implícitos en toda la Escritura”, en vez de citar, al menos, un pasaje por cada uno …
13. Y, además, ¿realmente se puede seguir afirmando que “Sola Biblia” está implícita en la Escritura después de leer, entre otros, los siguientes textos?
“El que á vosotros
oye, á mí oye; y el que á vosotros desecha, á mí desecha; y el que á mí desecha, desecha al que me envió” (Lucas 10:16 RVA).
“…el ángel de Señor habló á Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el mediodía, al camino que desciende de Jerusalem á Gaza, el cual es desierto. Entonces él se levantó, y fué: y he aquí un Etiope, eunuco, gobernador de Candace, reina de los Etiopes, el cual era puesto sobre todos sus tesoros, y había venido á adorar á Jerusalem, se volvía sentado en su carro, y leyendo el profeta Isaías. Y el Espíritu dijo á Felipe: Llégate, y júntate á este carro. Y acudiendo Felipe, le oyó que leía el profeta Isaías, y dijo:
Mas ¿entiendes lo que lees? Y dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó á Felipe que subiese, y se sentase con él. Y el lugar de la Escritura que leía, era éste:
Como oveja á la muerte fué llevado; Y como cordero mudo delante del que le trasquila, Así no abrió su boca: En su humillación su juicio fué quitado: Mas su generación, ¿quién la contará? Porque es quitada de la tierra su vida.
Y respondiendo el eunuco á Felipe, dijo: Ruégote ¿de quién el profeta dice esto? ¿de sí, ó de otro alguno?
Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús. Y yendo por el camino, llegaron á cierta agua; y dijo el eunuco: He aquí agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Y Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco; y bautizóle. Y como subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató á Felipe; y no le vió más el eunuco, y se fué por su camino gozoso” (Hechos 8:26- RVA).
“Los elogio porque se acuerdan de mí en todo y retienen las
tradiciones, tal como se las transmití” (1 Corintios 11:2 NVI).
“Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea
por palabra , ó por carta nuestra” (2 Tesalonicenses 2:15 RVA).
“Tenemos también la palabra profética más permanente, á la cual hacéis bien de estar atentos como á una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones:
Entendiendo primero esto, que
ninguna profecía de la Escritura es de particular interpretación; Porque la profecía no fué en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados del Espíritu Santo” (2 Pedro 1:19-21 RVA).
“Y tened por salud la paciencia de nuestro Señor; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito también; casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales
hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos é inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para perdición de sí mismos” (2 Pedro 3:15-16 RVA).
14. Continúa Vd. de la siguiente forma:
- <BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR> Siendo la Biblia inspirada, ¿podría estar incompleta? (2° Timoteo 3:16a, Tito 1:3, Colocenses 1:25, Mateo 22:29, 1° Tesalonicenses 2:13, 2° Pedro 1:21).
Jesús advierte sobre los "complementos":
"Este pueblo de labios me honra, mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres." (Marcos 7:6-8)
Quisiera que leamos detenidamente estas palabras del apóstol Juan... detenidamente:
Hizo además Jesús muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro. Pero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre." (Juan 20:30-31)[/quote]
Lo que me permite recordarle:
a) Que una cosa es “sola scriptura”, y otra, la suficiencia material de la Escritura. Me explico. Los católicos afirmamos la suficiencia material de la Escritura. ¿Qué queremos decir con esto? Que todas las doctrinas de la Fe cristiana están contenidas, implícita o explícitamente, en el Antinguo y en el Nuevo Testamentos. Negamos, no obstante, su suficiencia formal. ¿Por qué? Porque creemos que la Biblia precisa de la enseñanza de la Iglesia o de la Tradición para que sus doctrinas sean interpretadas de manera ortodoxa.
b) que los católicos no nos aferramos “a la tradición de los hombres”, sino que retenemos las tradiciones que nos transmitieron los apóstoles (1 Corintios 11:2). ¿Hace Vd. otro tanto, querido Daniel? ¿Acaso no se aferra Vd. a tradiciones humanas al afirmar la “sola fe” y la “sola Biblia”? Si ésta carece de base bíblica, ¿qué es, sino una tradición, e iniciada en el siglo XVI?
15. ¿Para qué no alcanza “sola Biblia”, Daniel? Pues, en primer lugar, y como ha puesto de manifiesto su propia contestación, para probar que la Escritura enseña la doctrina de la “Sola Biblia”. Y no alcanza tampoco para decidir qué libros componen la Escritura o si ésta está completa, ni, como evidencia la historia del protestantismo, con sus más de 25 000 denominaciones y tantas interpretaciones de la Biblia como protestantes, para, entre otras muchas cuestiones, decidir asuntos de indudable como trascendencia, como, por ejemplo, y son sólo unos pocos:
- la licitud de la pena capital y de la guerra,
- el bautismo de los niños, y la eficacia del bautismo, si regenera o no,
- la presencia de Cristo en la eucaristía, y en qué forma,
- el número de sacramentos, y su necesidad,
- la licitud del divorcio,
- la predestinación,
- la seguridad de la salvación y la perseverancia final,
- la observancia del sábado,
- la pecaminosidad de la masturbación o la poligamia,
- etc., etc.
Un abrazo, Daniel, y Dios le bendiga.
Suyo, en
Cristo,
USOZ
><>
Sola Gratia
Solus Christus
Solum Verbum Dei
Soli Deo Gloria