NADA MEJOR QUE EL COMENTARIO BÍBLICO ADVENTISTA PARA RESPONDER ESA "CONTUNDENTE" CITA:
Algunos sostienen que "en el cual" se refiere a "espíritu", e interpretan que
el vers. 19 quiere decir que entre su crucifixión y su resurrección Cristo
"predicó" a los espíritus de los antediluvianos, los que suponen que estaban
desencarnados. Pero "en espíritu" no necesariamente significa que debamos
aceptar esta conclusión. Además, esta deducción es completamente antibíblica,
y por lo tanto no debe aceptarse (ver com. "espíritus").
Las tres explicaciones siguientes de este difícil pasaje están en armonía con
la enseñanza general de las Escrituras en cuanto a la inconsciencia del hombre
en la muerte.
l. "En el cual" se refiere al "Espíritu", y el vers. 19 significa que Cristo
predicó a los antediluvianos mediante el Espíritu Santo por medio del
ministerio de Noé.
2. "En el cual" se refiere a "en espíritu" (vers. 18), lo cual es una alusión a
Cristo en su estado de preexistencia, un estado que, como su naturaleza
glorificada después de su resurrección, podría describirse como "en espíritu".
Compárese con la expresión "Dios es espíritu" (ver com. Juan 4: 24). Cristo
predicó a los antediluvianos "mientras se preparaba el arca", antes de venir a
la tierra o sea durante su preexistencia. Cf. com. Heb. 9: 14.
3. "En el cual" se refiere retrospectivamente al vers. 18 en su conjunto, y el
vers. 19 significa que Cristo, en virtud de su muerte vicaria y su resurrección
aún futuras, "fue y predicó... en espíritu" a los antediluvianos mediante el
ministerio de Noé. Como Cristo debía ser "muerto en la carne, pero vivificado
en espíritu" (vers. 18), anteriormente predicó la salvación mediante Noé y
salvó "por 591 agua" a los que aceptaron esa salvación. Y es también "por la
resurrección de Jesucristo" como "el bautismo... ahora nos salva" (vers. 21).
Las explicaciones 2 y 3 siguen más de cerca la construcción del texto griego
(de los vers. 18 y 19), el contexto inmediato y diversos pasajes paralelos del
NT. (Ver Nota Adicional de la traductora al final de este capítulo.)
También.
O en adición a los incluidos en "llevarnos" (vers. 18). Lo que Cristo hizo
posible en el Calvario "para llevarnos a Dios", "también" estuvo a disposición
de los antediluvianos. Nunca ha habido otro camino para que los hombres
escapen de la cárcel de Satanás (ver com. Hech. 4: 12).
Fue y predicó.
El énfasis se halla en la predicación y no en el acto de ir. "Predicó" es una
traducción del verbo k'rússÇ, que es el que se usa generalmente para referirse
a la predicación de Cristo en esta tierra. En cuanto al tiempo cuando sucedió
esta predicación, ver com. vers. 20.
Espíritus.
Gr. pnéuma, "viento", "aliento", "espíritu" (ver com. Luc. 8: 55; cf. com.
Núm. 5: 14). El aliento es una de las características distintivas de los seres
vivientes, pero aquí, debido a una sinécdoque, figura de retórica en la cual
una parte de algo se toma como el todo, pnéuma podría significar sencillamente
"persona". Compárese con 1 Cor. 16: 1 8, donde "mi espíritu" significa "yo", y
Gál. 6: 18; 2 Tim. 4: 22; etc., donde "vuestro espíritu" o "tu espíritu"
significan "vosotros" o tú" (cf. Fil. 4: 23). Ver com. Heb. 12: 9, 23; cf.
Núm. 16: 22; 27: 16. Por lo tanto estos "espíritus" pueden ser considerados
como seres humanos vivos. La primera parte del vers. 20 indudablemente los
identifica como personas que vivieron en la tierra inmediatamente antes del
diluvio. Eran seres humanos vivos tan ciertamente como lo fueron las "ocho
almas" (BC), que es una traducción de la palabra psuj del vers. 20.
Algunos sostienen que estos pasajes (cap. 3: 18-20 y cap. 4: 6) apoyan la
doctrina de la inmortalidad del alma, del estado consciente de los muertos, y
que durante el intervalo entre su crucifixión y resurrección Cristo descendió
al hades, el reino figurado de los muertos (ver com. Mat. 11: 23), para
predicar a los espíritus desencarnados que allí se encontraban. Pero la lógica
de este punto de vista pide que esos "espíritus" hubieran estado en alguna
especie de purgatorio cuando
Cristo les predicó, porque el propósito de su predicación era, a no dudarlo,
darles una segunda oportunidad para salvarse y escapar del purgatorio. Pero la
mayoría de los protestantes que creen que Pedro enseña aquí que el hombre está
consciente en la muerte, se horrorizarían de aceptar las doctrinas del
purgatorio y la no menos antibíblica de una segunda oportunidad para salvarse.
Los que sostienen que Pedro está apoyando la creencia en la llamada
inmortalidad natural del alma, deben también explicar por qué Cristo favoreció
a los "espíritus" de los pecadores muertos en el tiempo de Noé y no les dio la
misma oportunidad a los de otras generaciones.
Las Escrituras enseñan claramente que los seres humanos deben aceptar la
salvación en esta vida presente porque su tiempo de gracia personal termina con
la muerte (ver com. Mat. 16: 27; Luc. 16: 26-31; Rom.2: 6; Heb. 9: 27; cf Eze.
18: 24; Apoc. 22: 12). También enseñan claramente que los muertos están
inconscientes (ver com. Sal. 146; 4; Ecl. 9: 5-6; Mat. 10: 28; Juan 11: 1 1; 1
Tes. 4: 13; Cf com. Gén. 2: 7; Ecl. 12: 7). Por tales razones, creer que esos
"espíritus" son seres conscientes desencarnados capaces de oír y aceptar el
Evangelio, contradice muchas evidentes enseñanzas de las Escrituras. Es bueno
advertir que Pedro no enseña que Cristo predicó a esos supuestos espíritus
desencarnados. (Ver Nota Adicional de la traductora al término del capítulo.)
Argumentar que la gente de los días de Noé no tuvo una oportunidad razonable
para salvarse, es ignorar el hecho de que Noé fue un "pregonero de justicia" en
esa generación (2 Ped. 2: 5), y que los antediluvianos rechazaron a sabiendas
el mensaje que Dios les envió por medio de Noé (ver com. 1 Ped. 3: 20). "La
paciencia de Dios" no hubiera esperado "en los días de Noé, mientras se
preparaba el arca" (vers. 20), a menos que aquellos a quienes Dios esperaba tan
pacientemente no hubieran tenido la oportunidad de creer y obedecer.
Encarcelados.
Gr. en fulak, "en prisión", por lo tanto, un lugar donde las personas están
detenidas y vigiladas, una "prisión". El contexto debe determinar si Pedro
habla literal o figuradamente. Si se entiende literalmente, esta "prisión"
sería un lugar donde las almas de los que han muerto -como algunos dicen que
son los "espíritus" del vers.19- 592 están detenidas hasta que se haya decidido
su suerte. Si se entiende figuradamente, esa "prisión" se referiría a la
condición espiritual de los "espíritus" que "desobedecieron". En cuanto al uso
de "prisión" en este último sentido, ver Isa. 42: 7; cf. Isa. 61: 1; Luc.
4:18. La segura prisión de los antediluvianos en la cárcel del pecado es
evidente por Gén. 6: 5-13 y por el hecho de que sólo ocho personas escaparon de
ella (1 Ped. 3: 20). Sólo Cristo puede liberar a los hombres de sus malos
hábitos y deseos con los cuales los encadena Satanás.
20.
En otro tiempo.
0 "anteriormente".
Desobedecieron.
Gr. apeithéÇ, "no creer", "desobedecer", lo que implica una incredulidad
deliberada y una desobediencia intencional. Los pecadores de los días de Noé
tuvieron suficiente luz espiritual para hacer una decisión inteligente; no se
justificaba una segunda oportunidad. Eran tan desobedientes que Dios no pudo
tolerarlos más (Gén. 6: 5-13); pero a pesar de todo, "esperaba la paciencia de
Dios" que ellos se arrepintieran. Si Dios los "esperaba" no hay duda de que
también nos espera con paciencia a nosotros.
Cuando.
Es decir, cuando los "espíritus" -los antediluvianos- eran desobedientes,
cuando "esperaba la paciencia de Dios" por amor a ellos "mientras se preparaba
el arca".
Una vez.
La evidencia textual establece la omisión de esta frase.
Esperaba.
Gr. apekdéjomai, "esperar pacientemente". Dios tiernamente espera que se
arrepientan los pecadores. No quiere "que ninguno perezca" (2 Ped. 3: 9).
Días de Noé.
Ver Gén. 6: 5-13.
Mientras.
Ver com. "cuando".
Se preparaba.
Mejor "se construía".
Ocho.
Ver Gén. 7: 7.
Fueron salvadas.
Gr. dias^zo, "salvar" "conducir sano y salvo", verbo que también se usa para
describir el proceso de curación de una enfermedad (Mat. 14: 36) y un viaje con
feliz destino (Hech. 23: 24). Estas ocho personas prestaron atención al
mensaje enviado por Cristo y proclamado a esa generación por Noé, el "pregonero
de justicia" (2 Ped. 2: 5).
Por agua.
O "a través del agua" (BJ, BA). Las aguas del diluvio, que sepultaron a los
pecadores que "desobedecieron" en los días de Noé, fueron el medio para salvar
a los que estaban dentro del arca de salvación, y así se les conservó la vida.
La salvación "por agua" de esas "ocho... personas" y la razón de Pedro para
insertarlo, es el clímax de este paréntesis un poco extenso en cuanto a los
antediluvianos. La lección que se deduce de este episodio se expresa en el
vers. 21: así como "fueron salvados por agua", así también" el bautismo...
ahora nos salva". Pero tanto esos "ocho" antediluvianos como los cristianos
son igualmente salvados en virtud de la resurrección de Cristo de los muertos
(ver com. vers. 19, 2 l), pues de otra manera no habría esperanza para ninguno
de esos grupos (ver 1 Cor. 15:13-23).