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14 Septiembre 2010
Los distintos grados de la vida sexual
CADA DÍA MÁS HOMBRES Y MUJERES EXPLORAN LAS COMBINACIONES DE SU SEXUALIDAD
Por Juan Yesnik / lanacion /GDA
Los motivos de consulta en las terapias, las confesiones entre amigos íntimos, las declaraciones mediáticas sin filtro, las fotos que, sin rubor, publican muchos en las redes sociales, entre otros, revelan que estamos frente a “una vida sexual policromática”.
Un lienzo (un cuerpo), muchos colores (la libre elección), técnicas y estilos (la educación y el aprendizaje) son las palabras claves para entender a qué viene esto que pretende ser mucho más que una metáfora sobre el sexo de estos tiempos que corren.
Lo cierto es que, cada día, muchos hombres y mujeres descubren en su vida sexual una gama de combinaciones, que van más allá de ser o sentirse hetero u homosexual.
En esta gran paleta donde cada uno decide cómo pintar su sexualidad, no sólo se trata de elegir colores, sino de jugar con luces y sombras. Cada cual elige hasta dónde lo privado debe tomar estado público. Lo cierto es que cada uno hace lo que puede. “El mundo no puede ser dividido entre cabras y ovejas”, dijo, hace 60 años, Alfred Kinsey, el biólogo que, por primera vez, entrevistó a más de 15 mil personas, con el fin de entender el verdadero comportamiento sexual del ser humano. De hecho, “el informe Kinsey” fue el primero en incorporar la bisexualidad dentro de un nuevo catálogo para elegir.
¿Cómo definir entonces lo que no parece tener definiciones? ¿Es necesario definir algo? Podemos, en principio, reflexionar sobre la idea de que estamos frente una nueva forma de “sensibilidad sexual”, donde cada quien pueda sentir o manifestarse como “pinte” aquí y ahora (¡mañana vemos!).
Las escalas cromáticas
Los famosos informes de Kinsey, “Conducta sexual del varón” (1947) y “Conducta sexual de la mujer” (1953), revolucionaron las costumbres conservadoras de entonces y, aunque intentaron esconderlas, anticiparon los comportamientos que hoy encuentran su evolución en lo que para muchos sigue siendo una sorpresa.
Los datos por entonces conocidos son la base de muchos patrones y estadísticas de la clínica sexual actual.
Estas son algunas de las conclusiones que desnudaron, por entonces, a la sociedad norteamericana:
- El 50% de los hombres son exclusivamente heterosexuales, sin contactos ni fantasías homosexuales de ningún tipo.
- El 46% de la población masculina ha mantenido relaciones sexuales tanto heterosexuales como homosexuales, o reacciona a personas de ambos sexos en su vida adulta.
- Un 13% de los hombres siente ocasionalmente cierta atracción erótica hacia otros hombres.
- Un 37% ha tenido alguna relación homosexual con orgasmo en su vida adulta.
- Un 18% tiene tantos deseos homosexuales como heterosexuales.
- Un 13% es definitivamente más homosexual que heterosexual.
- A un 10% puede considerársele exclusivamente homosexual.
- Sólo el 13% de las mujeres han tenido deseos o experiencias homosexuales.
- Exclusivamente homosexuales sólo puede considerarse al 6% de las mujeres entrevistadas.
- La mitad de los varones casados y la cuarta parte de las féminas han tenido alguna experiencia extramatrimonial durante su vida marital.
Estos datos aparecen en torno a una escala que Kinsey y sus colaboradores establecieron para clasificar la orientación sexual de las más de 15,000 personas que entrevistaron para su estudio. No se tuvieron en cuenta las fantasías, sino las experiencias sexuales que hubiesen concretado. Estas escalas apoyan hoy nuestra teoría de la paleta cromática del sexo.
Los rangos
La escala Kinsey establece una serie de 5 grados de bisexualidad, entre la homosexualidad (6) y la heterosexualidad (0) exclusivas. Esta es una síntesis de la información que arroja la práctica sexual de cada rango de la escala:
Rango 0: Exclusivamente heterosexual
El individuo del rango 0 es heterosexual, no desarrolla afecto que no sea amistad con otros de su mismo sexo y difícilmente hace amistad con individuos rango 0 del sexo opuesto. El rango 0 en un hombre no es igual que en una mujer. Las mujeres del rango 0 expresan más afecto, como los saludos de beso en la mejilla, algo menos común en hombres.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 0%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 100%
Rango 1: Heteroflexible en segundo grado
El individuo del rango 1 acepta amistades de cualquier sexo y preferencia sexual. Es predominantemente heterosexual y sólo incidentalmente puede tener alguna fantasía homosexual. Se considera a sí mismo como heterosexual, mientras encierra en el clóset cualquier otra posible forma de vivir su sexualidad.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 1%-25%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 99%-75%
Rango 2: Heteroflexible en primer grado
Aunque el individuo del rango 2 puede empezar a tener interés en el mismo sexo, aún es mayor lo que sostiene con el sexo opuesto y, debido a ello, se esfuerza en ocultar toda señal de otra preferencia sexual. El rango 2 aún se sigue considerando a sí mismo como heterosexual, pero ya siente una curiosidad por los de su mismo sexo.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 26%-49%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 74%-51%
Rango 3: Bisexual
El individuo rango 3 es bisexual y desea a ambos sexos por igual. El individuo rango 3 no es muy notable, debido a su aparente “doble vida”, pero lejos de la creencia común, las relaciones del individuo con rango 3, a diferencia de los rangos anteriores, no son furtivas.
La mujer del rango 3 resulta la favorita para los hombres heterosexuales del rango 0, ya que a pesar de ser casi tan prohibida como la mujer del rango 6, es quien les abre posibilidades infinitas en el mundo de las fantasías sexuales. A partir de este rango, el individuo ya se puede enamorar de alguien del mismo sexo de igual forma como del sexo opuesto, y por lo mismo, la fidelidad sí juega un papel muy importante en cualquier relación que sostenga.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 50%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 50%
Rango 4: Homoflexible en primer grado
Al individuo del rango 4 supuestamente le empieza a gustar menos el sexo opuesto. En el caso de los hombres, aprecian la belleza femenina sin morbosidad y de forma más equilibrada; es decir, deja de enloquecer por el sexo opuesto y, por lo mismo, empieza a volverse prohibido para las mujeres heterosexuales. La mujer homoflexible sigue frecuentando a los hombres, pero su desinterés en ellos no es tan notable.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 51%-74%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 49%-26%
Rango 5: Homoflexible en segundo grado
El individuo del rango 5 frecuenta mayormente a los de su mismo sexo que del opuesto, por lo que las relaciones que lleguen a tener con alguien del sexo opuesto son muy ocasionales o se limitan sólo a la amistad.
Frecuentación o atracción entre gente del mismo sexo: 75%-99%
Frecuentación o atracción entre gente de sexos opuestos: 25%-1%
Rango 6: Exclusivamente homosexual
Sólo tiene relaciones con personas de su mismo sexo. Es el polo opuesto al rango 0.
Rango 7: Asexual
Este individuo no se inclina hacia ningún grupo, por lo general opta por la abstinencia de por vida ya que no disfruta el sexo.
Todos los comentarios que aparecieron sobre “el informe Kinsey” , desde su publicación hasta nuestros días, coinciden en señalar que lo que logra esta investigación es documentar el gran abismo que puede existir entre las actitudes sexuales y las prácticas reales de todos los hombres y mujeres del mundo.
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