Durante muchos años me preguntaba, ¿porqué no tengo una vida de oración como la que escucho que se debe tener desde los púlpitos, o libros ? ... ¿cuando voy a tener una vida de oración así como la que me dicen los hermanos que hablan sobre el tema ???
Con el transcurso del tiempo, cuando he aprendido a escudriñar todo lo que escucho, gracias a mis conversaciones con el Señor, la "película" se ha ido aclarando.
Eso que nos dice Pablo, "orad sin cesar", me parecía un imposible ... ¿cómo voy a estar orando todo el día??? ...
... Ayayayyy !!!
Leyendo en las Escrituras, observando cuando el Señor se alejaba de las multitudes, cuando alguien se acercaba a él, y al mirar sus formas, su trato con la gente, su relacionarse con cada persona, empecé a entender la diferencia entre conversar con el Señor, y dedicarme a la oración como me decía la teología. Párese ... siéntese ... pónganse de rodillas ... ahora en grupo ... ahora esto, ahora lo otro ... ay mi Dios !!!
Ahora, y como lo hacía mi Cristo, levanto mis ojos al cielo y digo: Padre, habla que tu siervo escucha, y guardo silencio, porque la misma Escritura me enseña, que cuando nos acerquemos a Dios, nos acerquemos mas para oír, que para ofrecer el sacrificio de los necios, que no saben que hacen mal ... Padre nuestro, bla bla bla, y bla bla bla ... bla bla, en el nombre de Jesús amén ... y terminó la oración, y no nos callamos nunca para que él nos pudiera hablar.
Hermano, Dios no me escucha ... y claro, si no lo dejas hablar.
Tenemos que revisar toda la forma religiosa heredada, tenemos que examinarnos a nosotros mismos, tenemos que escudriñar los espíritus a ver si son de Dios ... tenemos que hacer un alto en el camino, y preguntar por las sendas antiguas.
Ahora estoy conversando todo el día con el Señor, y la frase de Pablo, "orar sin cesar" es una realidad, y si das un paso en dirección a Jesucristo, tú también puedes experimentar su presencia permanente, pues Dios nos ha dado su Espíritu para que este siempre con nosotros.
Ahora, muchas veces cuando converso con él, debo postrarme ante su nombre, porque cuando pongo mis manos en las teclas y la fuerza de su poder fluye por mis dedos, y su palabra llega a ti, siento el infierno mismo temblar, y cuando él toca mi lengua, y fluye su palabra por mis cuerdas vocales, la confirmación escrita de sus palabras, "el Espíritu Santo hablará en vosotros", me hace temblar, que tengo que postrarme y adorarle, bendito sea su nombre.
Dios te bendiga
Con el transcurso del tiempo, cuando he aprendido a escudriñar todo lo que escucho, gracias a mis conversaciones con el Señor, la "película" se ha ido aclarando.
Eso que nos dice Pablo, "orad sin cesar", me parecía un imposible ... ¿cómo voy a estar orando todo el día??? ...

Leyendo en las Escrituras, observando cuando el Señor se alejaba de las multitudes, cuando alguien se acercaba a él, y al mirar sus formas, su trato con la gente, su relacionarse con cada persona, empecé a entender la diferencia entre conversar con el Señor, y dedicarme a la oración como me decía la teología. Párese ... siéntese ... pónganse de rodillas ... ahora en grupo ... ahora esto, ahora lo otro ... ay mi Dios !!!
Ahora, y como lo hacía mi Cristo, levanto mis ojos al cielo y digo: Padre, habla que tu siervo escucha, y guardo silencio, porque la misma Escritura me enseña, que cuando nos acerquemos a Dios, nos acerquemos mas para oír, que para ofrecer el sacrificio de los necios, que no saben que hacen mal ... Padre nuestro, bla bla bla, y bla bla bla ... bla bla, en el nombre de Jesús amén ... y terminó la oración, y no nos callamos nunca para que él nos pudiera hablar.
Hermano, Dios no me escucha ... y claro, si no lo dejas hablar.
Tenemos que revisar toda la forma religiosa heredada, tenemos que examinarnos a nosotros mismos, tenemos que escudriñar los espíritus a ver si son de Dios ... tenemos que hacer un alto en el camino, y preguntar por las sendas antiguas.
Ahora estoy conversando todo el día con el Señor, y la frase de Pablo, "orar sin cesar" es una realidad, y si das un paso en dirección a Jesucristo, tú también puedes experimentar su presencia permanente, pues Dios nos ha dado su Espíritu para que este siempre con nosotros.
Ahora, muchas veces cuando converso con él, debo postrarme ante su nombre, porque cuando pongo mis manos en las teclas y la fuerza de su poder fluye por mis dedos, y su palabra llega a ti, siento el infierno mismo temblar, y cuando él toca mi lengua, y fluye su palabra por mis cuerdas vocales, la confirmación escrita de sus palabras, "el Espíritu Santo hablará en vosotros", me hace temblar, que tengo que postrarme y adorarle, bendito sea su nombre.
Dios te bendiga