Carta del Consejo de Obispos y Obispas de la Unión Evangélica Pentecostal Venezolana al pueblo venezolano
A continuación el texto íntegro de la carta:
La UEPV, Iglesia Nacional establecida desde hace mas de 50 años en nuestro país, investidos por el Poder del Espíritu Santo y fieles a nuestros orígenes contestatarios, bolivarianos , conscientes del aporte que los cristianos evangélicos de las primeras sociedades misioneras llegadas a Venezuela a finales del siglo XIX y principio del XX han hecho al Proceso de transformación al ser portadores de un mensaje superior de progreso, pluralismo, democracia y cambio en contraposición a una religiosidad imperante marcada por el oscurantismo colonial, la intolerancia y opuesta a los cambios. Haciéndonos eco de nuestras raíces liberadoras, amparados en la libertad que nos da Nuestro Señor Jesucristo y con la garantía que nos da vivir en democracia, presentamos nuestra opinión ante la coyuntura actual que vive nuestra Patria.
1. LA CRISIS DEL CAPITALISMO MUNDIAL Y SU IMPACTO GLOBAL Vemos con preocupación, la situación mundial, las fuerzas terroristas imperiales, que imponiendo su vocación guerrerista, agreden a los pueblos que construyen su libertad, asesinan en nombre de Dios, de la democracia y de una supuesta búsqueda de la Paz. Esta situación en el marco de una crisis civilizatoria y bajo un modelo de desarrollo que agrede la creación, destruye el planeta y deja de lado el bienestar colectivo, tiene sus consecuencias en nuestro continente, provocando acciones que ponen en peligro los procesos de transformación que se dan en nuestra Patria Venezuela.
Como voz profética en América Latina y el Caribe, tenemos el deber de denunciar, la agenda que el régimen herodiano de hoy, el Imperio Norteamericano, con sus respectivos fariseos nacionales aplica en Venezuela, para intentar acabar, con las bendiciones que hemos recibido a través de las transformaciones que hoy nos han dado inclusión.
2. El TIEMPO DE DIOS PARA VENEZUELA HA LLEGADO
En Venezuela estamos en los umbrales de un tiempo maduro, un tiempo oportuno, un tiempo propicio, que nos permite la participación activa de todos y todas y de cada uno en el apostolado de dirigir al pueblo cristiano y a la comunidad venezolana en general, en sus luchas por construir un modelo social, económico, político, cultural mas justo y más humano.
La crisis del capitalismo mundial y el fracaso del modelo neoliberal que en el siglo XXI generó más pobreza, el deterioro más fuerte del ambiente. La agudización de estas contradicciones y el proceso de liberación en Venezuela han posibilitado el resurgimiento de la conciencia libertaria y emancipadora en diversos sectores de la sociedad venezolana y latinoamericana quienes han reclamado un cambio profundo y estructural. Pensamos que esta nueva conciencia encendió la llama del Cambio y no se detendrá hasta lograrlo.
Esta llama encendida por el cambio estructural ha llegado también a sectores de la comunidad evangélica en Venezuela.
Todos los evangélicos y evangélicas debemos entender que estamos viviendo momentos de profunda crisis pero también de esperanzas y cambio. La opción por la Unidad con propósito liberador debe trascender cualquier interés particular, porque nos parece que estamos en un momento en el cual hemos sido convocados, por primera vez en la historia política de Venezuela, a aportar en la construcción de un nuevo modelo de país, más acorde con el Reino y la Justicia de Dios. Es la hora, y llegó la hora de sumar esfuerzos, voluntades y acciones a favor de la liberación de nuestro país de la esclavitud de corrupción en la cual lo sumergieron los poderes tradicionales.
Debemos entender que el Proceso de transformación que vive Venezuela y que tiene su máxima expresión en la actual Constitución Nacional es parte de la reconstrucción de la Esperanza, y son signos visibles del reino de Dios que se acerca a nosotros. Frente a esta Esperanza, los cristianos evangélicos no debemos sentirnos ni inseguros, ni amenazados, sino desafiados. Invitamos, entonces, al pueblo evangélico venezolano a ir sumando voluntades, esfuerzos y acciones a favor de este Proceso de transformación que se esta produciendo en Venezuela que promueve un Orden más justo, más humano, de igualdad y equidad para todos y todas.
Nuestras Iglesias, no tienen vocación ni mercenaria ni son entes comerciales, somos gente del pueblo que servimos a la comunidad, por lo tanto nuestros templos han servido en muchos sitios como espacio para que actúen las misiones y toda la comunidad, incluyendo a nuestra feligresía, participen y se beneficien de los programas sociales del Estado Venezolano.
Se hacen presentes en esta Declaración nuestras Obispas y Pastoras, como voceras, de las hermanas de nuestras Iglesias, mujeres organizadas hace mas de 50 años, quienes desde siempre han luchado por los valores de la familia y por nuestra niñez y hoy se sienten dignificadas por los derechos reconocidos en la Carta Magna y por los diferentes Programas que desarrolla la Revolución.
Hacemos un llamado a nuestras iglesias a mantenernos en oración y vigilia constante para que El Espíritu Liberador de nuestro Señor siga protegiendo la vida y el testimonio de quienes liderizan este Proceso y nos siga impulsando en la construcción de la nueva humanidad.
La piedad, Lara 16 de julio de 2010.
Por el Consejo Obispal de la UEPV
Obispo Simón Sosa Obispo Gamaliel Lugo
Presidente Consejo Obispal Obispo Presidente UEPV
Obispo Eseario Sosa Obispo Diego Hidalgo
Obispo Auxiliar UEPV
Obispa Extodolia Sosa Obispo Cupertino Colmenarez
Obispo Orlin Silva Obispa Amelia Rodríguez
Obispo Ismael Lugo Obispa Elida Quevedo
Obispo Ángel Bravo Pastor Omar González
Pastora Gladis Colmenarez Pastora Herlinda Colmenares
Pastora. Benigna Flores Reverendo. Gelacio González
Reverendo. Uben Jara Pastora Raquel Herrera
Pastor Elim Sosa Pastora Egla Alvarez
Pastora Roberta Rodríguez Pastor Ismael Mendoza
Unión Evangélica Pentecostal Venezolana
A continuación el texto íntegro de la carta:
La UEPV, Iglesia Nacional establecida desde hace mas de 50 años en nuestro país, investidos por el Poder del Espíritu Santo y fieles a nuestros orígenes contestatarios, bolivarianos , conscientes del aporte que los cristianos evangélicos de las primeras sociedades misioneras llegadas a Venezuela a finales del siglo XIX y principio del XX han hecho al Proceso de transformación al ser portadores de un mensaje superior de progreso, pluralismo, democracia y cambio en contraposición a una religiosidad imperante marcada por el oscurantismo colonial, la intolerancia y opuesta a los cambios. Haciéndonos eco de nuestras raíces liberadoras, amparados en la libertad que nos da Nuestro Señor Jesucristo y con la garantía que nos da vivir en democracia, presentamos nuestra opinión ante la coyuntura actual que vive nuestra Patria.
1. LA CRISIS DEL CAPITALISMO MUNDIAL Y SU IMPACTO GLOBAL Vemos con preocupación, la situación mundial, las fuerzas terroristas imperiales, que imponiendo su vocación guerrerista, agreden a los pueblos que construyen su libertad, asesinan en nombre de Dios, de la democracia y de una supuesta búsqueda de la Paz. Esta situación en el marco de una crisis civilizatoria y bajo un modelo de desarrollo que agrede la creación, destruye el planeta y deja de lado el bienestar colectivo, tiene sus consecuencias en nuestro continente, provocando acciones que ponen en peligro los procesos de transformación que se dan en nuestra Patria Venezuela.
Como voz profética en América Latina y el Caribe, tenemos el deber de denunciar, la agenda que el régimen herodiano de hoy, el Imperio Norteamericano, con sus respectivos fariseos nacionales aplica en Venezuela, para intentar acabar, con las bendiciones que hemos recibido a través de las transformaciones que hoy nos han dado inclusión.
2. El TIEMPO DE DIOS PARA VENEZUELA HA LLEGADO
En Venezuela estamos en los umbrales de un tiempo maduro, un tiempo oportuno, un tiempo propicio, que nos permite la participación activa de todos y todas y de cada uno en el apostolado de dirigir al pueblo cristiano y a la comunidad venezolana en general, en sus luchas por construir un modelo social, económico, político, cultural mas justo y más humano.
La crisis del capitalismo mundial y el fracaso del modelo neoliberal que en el siglo XXI generó más pobreza, el deterioro más fuerte del ambiente. La agudización de estas contradicciones y el proceso de liberación en Venezuela han posibilitado el resurgimiento de la conciencia libertaria y emancipadora en diversos sectores de la sociedad venezolana y latinoamericana quienes han reclamado un cambio profundo y estructural. Pensamos que esta nueva conciencia encendió la llama del Cambio y no se detendrá hasta lograrlo.
Esta llama encendida por el cambio estructural ha llegado también a sectores de la comunidad evangélica en Venezuela.
Todos los evangélicos y evangélicas debemos entender que estamos viviendo momentos de profunda crisis pero también de esperanzas y cambio. La opción por la Unidad con propósito liberador debe trascender cualquier interés particular, porque nos parece que estamos en un momento en el cual hemos sido convocados, por primera vez en la historia política de Venezuela, a aportar en la construcción de un nuevo modelo de país, más acorde con el Reino y la Justicia de Dios. Es la hora, y llegó la hora de sumar esfuerzos, voluntades y acciones a favor de la liberación de nuestro país de la esclavitud de corrupción en la cual lo sumergieron los poderes tradicionales.
Debemos entender que el Proceso de transformación que vive Venezuela y que tiene su máxima expresión en la actual Constitución Nacional es parte de la reconstrucción de la Esperanza, y son signos visibles del reino de Dios que se acerca a nosotros. Frente a esta Esperanza, los cristianos evangélicos no debemos sentirnos ni inseguros, ni amenazados, sino desafiados. Invitamos, entonces, al pueblo evangélico venezolano a ir sumando voluntades, esfuerzos y acciones a favor de este Proceso de transformación que se esta produciendo en Venezuela que promueve un Orden más justo, más humano, de igualdad y equidad para todos y todas.
Nuestras Iglesias, no tienen vocación ni mercenaria ni son entes comerciales, somos gente del pueblo que servimos a la comunidad, por lo tanto nuestros templos han servido en muchos sitios como espacio para que actúen las misiones y toda la comunidad, incluyendo a nuestra feligresía, participen y se beneficien de los programas sociales del Estado Venezolano.
Se hacen presentes en esta Declaración nuestras Obispas y Pastoras, como voceras, de las hermanas de nuestras Iglesias, mujeres organizadas hace mas de 50 años, quienes desde siempre han luchado por los valores de la familia y por nuestra niñez y hoy se sienten dignificadas por los derechos reconocidos en la Carta Magna y por los diferentes Programas que desarrolla la Revolución.
Hacemos un llamado a nuestras iglesias a mantenernos en oración y vigilia constante para que El Espíritu Liberador de nuestro Señor siga protegiendo la vida y el testimonio de quienes liderizan este Proceso y nos siga impulsando en la construcción de la nueva humanidad.
La piedad, Lara 16 de julio de 2010.
Por el Consejo Obispal de la UEPV
Obispo Simón Sosa Obispo Gamaliel Lugo
Presidente Consejo Obispal Obispo Presidente UEPV
Obispo Eseario Sosa Obispo Diego Hidalgo
Obispo Auxiliar UEPV
Obispa Extodolia Sosa Obispo Cupertino Colmenarez
Obispo Orlin Silva Obispa Amelia Rodríguez
Obispo Ismael Lugo Obispa Elida Quevedo
Obispo Ángel Bravo Pastor Omar González
Pastora Gladis Colmenarez Pastora Herlinda Colmenares
Pastora. Benigna Flores Reverendo. Gelacio González
Reverendo. Uben Jara Pastora Raquel Herrera
Pastor Elim Sosa Pastora Egla Alvarez
Pastora Roberta Rodríguez Pastor Ismael Mendoza
Unión Evangélica Pentecostal Venezolana