Re: EL HABLAR EX-CATEDRA Y SUS BASES BIBLIBCAS
¿Entonces si el catecismo y las enciclicas no son infalibles y estan sujeta a error porque debo creerlas y obedecerlas?
Es el mismisimo planteamiento que le hacen a los protestantes miles de veces.
"¿Como piden que se les crea si no son infalibles?" ¡Pueden estar enseñando el error!
El magisterio de la Iglesia Católica, en ciertas ocasiones muy específicas, enseña ciertas verdades tal como si hubiesen sido reveladas por Dios (dogmas), en otras palabras, verdades que si bien no son enseñanzas explícitas de la Biblia, se deducen necesariamente de ella y en las demás ocasiones, enseña, pero no infaliblemente... proponiendo enseñanzas que conducen a una mejor inteligencia de la Revelación en materia de fe y de costumbres...
Por ejemplo, los dogmas de la santísima Trinidad y de la Inmaculada Concepción de María son enseñanzas infalibles de acuerdo al numeral 891 del catecismo y la enseñanza del limbo fue una enseñanza de acuerdo al numeral 892 y por lo tanto, no fue una enseñanza infalible...
A continuación vuelvo a copiar los numerales pertinentes del Catecismo de la Iglesa Católica sobre la infalibilidad y la no infalibilidad.
La misión de enseñar
888 Los obispos con los presbíteros, sus colaboradores, "tienen como primer deber el anunciar a todos el Evangelio de Dios" (PO 4), según la orden del Señor (cf. Mc 16, 15). Son "los predicadores del Evangelio que llevan nuevos discípulos a Cristo. Son también los maestros auténticos, por estar dotados de la autoridad de Cristo" (LG 25).
889 Para mantener a la Iglesia en la pureza de la fe transmitida por los apóstoles, Cristo, que es la Verdad, quiso conferir a su Iglesia una participación en su propia infalibilidad. Por medio del "sentido sobrenatural de la fe", el Pueblo de Dios "se une indefectiblemente a la fe", bajo la guía del Magisterio vivo de la Iglesia (cf. LG 12; DV 10).
890 La misión del Magisterio está ligada al carácter definitivo de la Alianza instaurada por Dios en Cristo con su Pueblo; debe protegerlo de las desviaciones y de los fallos, y garantizarle la posibilidad objetiva de profesar sin error la fe auténtica. El oficio pastoral del Magisterio está dirigido, así, a velar para que el Pueblo de Dios permanezca en la verdad que libera. Para cumplir este servicio, Cristo ha dotado a los pastores con el carisma de infalibilidad en materia de fe y de costumbres. El ejercicio de este carisma puede revestir varias modalidades:
891 "El Romano Pontífice, Cabeza del Colegio episcopal, goza de esta infalibilidad en virtud de su ministerio cuando, como Pastor y Maestro supremo de todos los fieles que confirma en la fe a sus hermanos, proclama por un acto definitivo la doctrina en cuestiones de fe y moral... La infalibilidad prometida a la Iglesia reside también en el Cuerpo episcopal cuando ejerce el magisterio supremo con el sucesor de Pedro", sobre todo en un Concilio ecuménico (LG 25; cf. Vaticano I: DS 3074). Cuando la Iglesia propone por medio de su Magisterio supremo que algo se debe aceptar "como revelado por Dios para ser creído" (DV 10) y como enseñanza de Cristo, "hay que aceptar sus definiciones con la obediencia de la fe" (LG 25). Esta infalibilidad abarca todo el depósito de la Revelación divina (cf. LG 25).
892 La asistencia divina es también concedida a los sucesores de los apóstoles, cuando enseñan en comunión con el sucesor de Pedro (y, de una manera particular, al obispo de Roma, Pastor de toda la Iglesia), aunque, sin llegar a una definición infalible y sin pronunciarse de una "manera definitiva", proponen, en el ejercicio del magisterio ordinario, una enseñanza que conduce a una mejor inteligencia de la Revelación en materia de fe y de costumbres. A esta enseñanza ordinaria, los fieles deben "adherirse...con espíritu de obediencia religiosa" (LG 25) que, aunque distinto del asentimiento de la fe, es una prolongación de él.