VIDA de LOS APOSTOLES

Re: VIDA de LOS APOSTOLES

<DIR>Heb 7:24 pero como Jesús no muere, su oficio sacerdotal no pasa a ningún otro.


¿Qué BIBLIA lees tú?

Los Hechos Capitulo 7​
1 El sumo sacerdote dijo entonces: ¿Es esto así? 2 Y él dijo: Varones hermanos y padres, oíd: El Dios de la gloria apareció a nuestro padre Abraham, estando en Mesopotamia, antes que morase en Harán, 3 y le dijo: Sal de tu tierra y de tu parentela, y ven a la tierra que yo te mostraré. 4 Entonces salió de la tierra de los caldeos y habitó en Harán; y de allí, muerto su padre, Dios le trasladó a esta tierra, en la cual vosotros habitáis ahora. 5 Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo. 6 Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años. 7 Mas yo juzgaré, dijo Dios, a la nación de la cual serán siervos; y después de esto saldrán y me servirán en este lugar. 8 Y le dio el pacto de la circuncisión; y así Abraham engendró a Isaac, y le circuncidó al octavo día; e Isaac a Jacob, y Jacob a los doce patriarcas. 9 Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él, 10 y le libró de todas sus tribulaciones, y le dio gracia y sabiduría delante de Faraón rey de Egipto, el cual lo puso por gobernador sobre Egipto y sobre toda su casa. 11 Vino entonces hambre en toda la tierra de Egipto y de Canaán, y grande tribulación; y nuestros padres no hallaban alimentos. 12 Cuando oyó Jacob que había trigo en Egipto, envió a nuestros padres la primera vez. 13 Y en la segunda, José se dio a conocer a sus hermanos, y fue manifestado a Faraón el linaje de José. 14 Y enviando José, hizo venir a su padre Jacob, y a toda su parentela, en número de setenta y cinco personas. 15 Así descendió Jacob a Egipto, donde murió él, y también nuestros padres; 16 los cuales fueron trasladados a Siquem, y puestos en el sepulcro que a precio de dinero compró Abraham de los hijos de Hamor en Siquem.

17 Pero cuando se acercaba el tiempo de la promesa, que Dios había jurado a Abraham, el pueblo creció y se multiplicó en Egipto, 18 hasta que se levantó en Egipto otro rey que no conocía a José. 19 Este rey, usando de astucia con nuestro pueblo, maltrató a nuestros padres, a fin de que expusiesen a la muerte a sus niños, para que no se propagasen. 20 En aquel mismo tiempo nació Moisés, y fue agradable a Dios; y fue criado tres meses en casa de su padre. 21 Pero siendo expuesto a la muerte, la hija de Faraón le recogió y le crió como a hijo suyo. 22 Y fue enseñado Moisés en toda la sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus palabras y obras.

23 Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. 24 Y al ver a uno que era maltratado, lo defendió, e hiriendo al egipcio, vengó al oprimido. 25 Pero él pensaba que sus hermanos comprendían que Dios les daría libertad por mano suya; mas ellos no lo habían entendido así. 26 Y al día siguiente, se presentó a unos de ellos que reñían, y los ponía en paz, diciendo: Varones, hermanos sois, ¿por qué os maltratáis el uno al otro? 27 Entonces el que maltrataba a su prójimo le rechazó, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez sobre nosotros? 28 ¿Quieres tú matarme, como mataste ayer al egipcio? 29 Al oír esta palabra, Moisés huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.

30 Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza. 31 Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor: 32 Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar. 33 Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa. 34 Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto.

35 A este Moisés, a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza. 36 Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años. 37 Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis. 38 Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos; 39 al cual nuestros padres no quisieron obedecer, sino que le desecharon, y en sus corazones se volvieron a Egipto, 40 cuando dijeron a Aarón: Haznos dioses que vayan delante de nosotros; porque a este Moisés, que nos sacó de la tierra de Egipto, no sabemos qué le haya acontecido. 41 Entonces hicieron un becerro, y ofrecieron sacrificio al ídolo, y en las obras de sus manos se regocijaron. 42 Y Dios se apartó, y los entregó a que rindiesen culto al ejército del cielo; como está escrito en el libro de los profetas:

¿Acaso me ofrecisteis víctimas y sacrificios

En el desierto por cuarenta años, casa de Israel?

43 Antes bien llevasteis el tabernáculo de Moloc,

Y la estrella de vuestro dios Renfán,

Figuras que os hicisteis para adorarlas.

Os transportaré, pues, más allá de Babilonia.

44 Tuvieron nuestros padres el tabernáculo del testimonio en el desierto, como había ordenado Dios cuando dijo a Moisés que lo hiciese conforme al modelo que había visto. 45 El cual, recibido a su vez por nuestros padres, lo introdujeron con Josué al tomar posesión de la tierra de los gentiles, a los cuales Dios arrojó de la presencia de nuestros padres, hasta los días de David. 46 Este halló gracia delante de Dios, y pidió proveer tabernáculo para el Dios de Jacob. 47 Mas Salomón le edificó casa; 48 si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta:

49 El cielo es mi trono,

Y la tierra el estrado de mis pies.

¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor;

¿O cuál es el lugar de mi reposo?

50 ¿No hizo mi mano todas estas cosas?

51 ¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros. 52 ¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres? Y mataron a los que anunciaron de antemano la venida del Justo, de quien vosotros ahora habéis sido entregadores y matadores; 53 vosotros que recibisteis la ley por disposición de ángeles, y no la guardasteis.

54 Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él. 55 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, 56 y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. 57 Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él. 58 Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo. 59 Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. 60 Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

¿Quién MIENTE?, así es como se hace el ridiculo, te pongo el capitulo completo para que no hay a lugar a dudas "BIBLIA de JERUSALEN", TERGIVERSADOR, RALTON, RIDICULO y MENTIROSOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO.
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

perdón en mi post anterior he sufrido un error

Queriendo poner Hebreos, he puesto por error Los Hechos.

este es correcto:

Hebreos Capitulo 7

1 Porque este Melquisedec, rey de Salem, sacerdote del Dios Altísimo, que salió a recibir a Abraham que volvía de la derrota de los reyes, y le bendijo, 2 a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz; 3 sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre.

4 Considerad, pues, cuán grande era éste, a quien aun Abraham el patriarca dio diezmos del botín. 5 Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham. 6 Pero aquel cuya genealogía no es contada de entre ellos, tomó de Abraham los diezmos, y bendijo al que tenía las promesas. 7 Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor. 8 Y aquí ciertamente reciben los diezmos hombres mortales; pero allí, uno de quien se da testimonio de que vive. 9 Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos; 10 porque aún estaba en los lomos de su padre cuando Melquisedec le salió al encuentro.

11 Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón? 12 Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley; 13 y aquel de quien se dice esto, es de otra tribu, de la cual nadie sirvió al altar. 14 Porque manifiesto es que nuestro Señor vino de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

15 Y esto es aun más manifiesto, si a semejanza de Melquisedec se levanta un sacerdote distinto, 16 no constituido conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia, sino según el poder de una vida indestructible. 17 Pues se da testimonio de él:

Tú eres sacerdote para siempre,

Según el orden de Melquisedec.

18 Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia 19 (pues nada perfeccionó la ley), y de la introducción de una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios.

20 Y esto no fue hecho sin juramento; 21 porque los otros ciertamente sin juramento fueron hechos sacerdotes; pero éste, con el juramento del que le dijo:

Juró el Señor, y no se arrepentirá:

Tú eres sacerdote para siempre,

Según el orden de Melquisedec.

22 Por tanto, Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

23 Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; 24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; 25 por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.

26 Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; 27 que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. 28 Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre.

Según el Diccionario de la lengua española dice que inmutable es:


(Del lat. immutabĭlis).

Que no siente o no manifiesta alteración del ánimo.

Ya no me molesto más contigo, sigues mostrando tu cara más misera.
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

Queriendo poner Hebreos, he puesto por error Los Hechos.

este es correcto:



Según el Diccionario de la lengua española dice que inmutable es:


(Del lat. immutabĭlis).

Que no siente o no manifiesta alteración del ánimo.

Ya no me molesto más contigo, sigues mostrando tu cara más misera.

eres tan torpe que tu mismo pones el pasaje y no lo entiendes

24 mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable;

un sacerdocio inmutable que permanece para siempre , no pasa a hombres pecadores , ladrones y mentirosos como tu papa frita

viejos con sotanas violadores de niños , el Señor que ama a Israel los reprenda
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

el repugnante papadpo ha sido una balsfemia para el nombre santo de Jesus nuestro unico sacerdote
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

Hay echo el proposito de no volver a contestarte, pero viendo lo BOCAZAS , LENGUARAZ y que eres un IGNORANTE no me queda más remdio que contestar que el unico que es FALSO eres TU y tu supuesta SECTA ó RELIGIÓN, que mancillais el nombre sagrado de JESÚS.

Tu ignorancia es supina, no entiendes ni siquiera las definiciones que da el diccionario a las palabras.

Por cierto cuando os quedais sin argumentos los FALSOS con TU recurris siempre a lo mismo.
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

Hay echo el proposito de no volver a contestarte, pero viendo lo BOCAZAS , LENGUARAZ y que eres un IGNORANTE no me queda más remdio que contestar que el unico que es FALSO eres TU y tu supuesta SECTA ó RELIGIÓN, que mancillais el nombre sagrado de JESÚS.

Tu ignorancia es supina, no entiendes ni siquiera las definiciones que da el diccionario a las palabras.

Por cierto cuando os quedais sin argumentos los FALSOS con TU recurris siempre a lo mismo.

Disculpe que me meta, pero no hay podido escribir nada refutando Heb 7.24...
Por que dice que es falso? porque no seguimos su TRADICION?...
Nosotros seguimos la palabra de Dios y siempre la vamos a seguir...
Acaso la definicion de la palabra inmutable es contraria a lo que estamos diciendo? el Sacerdocio de Jesus no cambia y no se muda a nadie... el es nuestro SUMO SACERDOTE...
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

Queriendo poner Hebreos, he puesto por error Los Hechos.

este es correcto:



Según el Diccionario de la lengua española dice que inmutable es:


(Del lat. immutabĭlis).

Que no siente o no manifiesta alteración del ánimo.

Ya no me molesto más contigo, sigues mostrando tu cara más misera.

Te falto una definicion de la misma RAE:
No mudable, que no puede ni se puede cambiar.

Creo que queda sobre entendido que manipulas las cosas como lo hace la iglesia catolica romana... hasta un diccionario manipulan
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

<div align="center"><span style="font-size:130%;color:#990000;"><strong>JUAN, EL DISCIPULO AMADO</strong></span></div>
<div align="center"><span style="font-size:130%;color:#990000;"><strong>(5ª Parte de 6)</strong></span>
</div><div align="center"><span style="color:#990000;"></div></span><div align="justify">
<span style="font-size:180%;color:#660000;"><strong><em>Los Escritos del Apóstol</em></strong></span>

<a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8P2_lbesDI/AAAAAAAAGr0/V_gjUSxAmrs/s1600/005+Apostol+Juan+-+Emperador+nerva+-+01.png"><span style="color:#000099;"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 222px; FLOAT: left; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459478745542733874" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8P2_lbesDI/AAAAAAAAGr0/V_gjUSxAmrs/s320/005+Apostol+Juan+-+Emperador+nerva+-+01.png" /></span></a><span style="color:#000099;">"Mediante la gracia y el auxilio de nuestro Señor Jesucristo y a través de las palabras de Juan divinamente inspiradas y las grandiosas señales y milagros que obró Dios, casi todos los habitantes de Patmos comenzaron a creer. Por ese tiempo fue asesinado el emperador Domiciano, el mismo que nos había exiliado a Patmos, que era una colonia penal. Después de él, el trono romano fue ocupado por Nerva, quien no impidió la predicación de Cristo ni persiguió a los que creían en éste. Este joven emperador había recibido un favorable informe sobre Juan y, con la anulación de la sentencia de Domiciano por parte del senado, le levantó la sentencia, por lo que el Apóstol quedó libre para ir a donde quisiera. Como vio Juan que casi todos los naturales ya creían en Cristo, decidió regresar a Efeso. Al enterarse de esto los fieles, se congregaron alrededor nuestro para rogarnos con lágrimas, diciéndole: ‘Padre, apelamos a tu bondad. ¡No nos dejes abandonados! ¡Tú debes quedarte para siempre con tus hijos!’ Pero Juan los consoló diciendo: ‘No hagáis eso, hijos míos. Vuestras lágrimas entristecen de veras mi alma; pero vosotros mostráis falta de preocupación por los demás. Cristo, en quien creéis vosotros, se me ha aparecido y me ha ordenado regresar a Efeso, a fin de aconsejar y ayudar a los hermanos de allí.’

"Viendo ellos que no podían convencer a Juan con sus palabras, se pusieron a sus pies y le imploraron diciendo: ‘Oh padre y maestro, como te has decidido dejarnos abandonados, te pedimos que nos des por escrito un recuento sobre la encarnación y la dispensación de Dios, a fin que podamos meditar siempre sobre ello y permanecer firmes e inmutables en la fe. Por si acabo algún hermano pueda ser engañado, por descuido, por Satanás y seguirlo.’ Juan les contestó: ‘Muchas cosas, hijos míos, habéis escuchado de mí en cuanto a la dispensación y las señales obradas por el hijo de Dios, lo cual yo he presenciado. Por lo tanto, hasta que guardéis las palabras del Señor para que él os conceda la vida eterna.’ A pesar de todo, los hermanos le suplicaron todavía con mayor fuerza y lágrimas, insistiendo que ellos no se despegarían del suelo hasta que él accediera a su pedido. El Apóstol se conmovió mucho por las lágrimas de ellos y entonces les dijo: ‘Hijos míos, id a vuestras causas, porque por el mandato del Señor vuestro piadoso os será satisfecho.’ Después que él los bendijo, todos regresaron a su hogar.

Luego Juan me llevó a un lugar fuera de la ciudad, como a una milla de distancia, hasta un sitio tranquilo llamado Katapavsis (que quiere decir "cesación"). Allí subimos a un monte alto, en donde nos quedamos durante tres días. Juan se pasó el tiempo ayunando y orando, suplicando a Dios que les diera el evangelio a los fieles hermanos. Al cabo del tercer día me dijo: ‘Procuró, hijo mío, ve a la ciudad a traer papel y tinta.’ Entonces yo fui allá para cumplir esta orden y luego regresé.

Entonces me dijo: ‘Deja el papel y la tinta, hijo, y regresa a la ciudad, pero vuelve aquí dentro de dos días'. Encontré a Juan parado y rezando. Entonces me dijo: ‘Toma el papel y la tinta, hijo, y ponte a mi derecha.’ Yo hice como él me dijo. De pronto se escuchó un trueno y un relámpago destelló, en tanto que la montaña se estremecía. </span><a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8P3HylZZAI/AAAAAAAAGr8/FhSz1dnGpL4/s1600/005+Apostol+Juan+-+escribiendo+el+evangelio+-+02.jpg"><span style="color:#000099;"><img style="MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 254px; FLOAT: right; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459478886512944130" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8P3HylZZAI/AAAAAAAAGr8/FhSz1dnGpL4/s320/005+Apostol+Juan+-+escribiendo+el+evangelio+-+02.jpg" /></span></a><span style="color:#000099;">Sobrecogido de miedo caí al suelo como un muerto. Entonces Juan extendió su mano y me levantó, diciendo: ‘¡Siéntate a mi derecha! Después regresó a seguir orando, después de lo cual me dijo: Procuró hijo mío, lo que escuches de mi boca debes anotarlo en el papel. Estando de pie con su mirada dirigida hacia el cielo, abrió su boca y comenzó a decir: ‘En el comienzo estuvo el Verbo, y el Verbo estuvo con Dios, y el Verbo era Dios....’ y así continuó, él estaba parado; y yo, sentado escribiendo. Nos quedamos dos días en aquel monte donde él estaba parado hablando y yo permanecía sentado escribiendo. Luego de las divinas palabras del Evangelio, él pronunció una oración y después ambos descendimos del monte. Fuimos a casa de Sosipater, en donde nos prepararon la mesa y comimos y descansamos.

"Al día siguiente, Juan le dijo a Sosipater: ‘Hijo mío, encárgate de encontrar un buen pergamino para poder allí copiar el Santo Evangelio de manera clara.’ Sosipater fue a traer hojas de pergamino y Juan me dijo entonces: ‘Siéntate aquí, hijo mío, y escribe el Evangelio con una buena letra.’ Entonces yo me senté y con gran cuidado y atención lo escribí en forma clara. Entre tanto, Juan ordenó a obispos y presbíteros para las iglesias. Una vez que terminé de transcribir el Evangelio, Juan lo llevó a la iglesia y allí, siguiendo su orden, todos los hermanos se congregaron. Después lo leyó y, mediante su gracia, se produjo alegría y felicidad. Después ordenó copiar exactamente el pergamino, de modo que ellos pudieran quedarse con él, y él pudiera llevarse una copia a Efeso (Según Dositeo, él escribió el evangelio 64 años después de la Ascensión del Señor; pero otros señalan que fueron treinta años, y luego dos años después que escribiera el Apocalipsis. San Pedro de Alejandría señala también que el evangelio escrito por Juan fue guardado en la iglesia de Efeso, en donde los fieles lo veneraban). Después celebramos la Divina Liturgia, luego de lo cual la gente se fue.

Se sabe también que San Juan escribió el Apocalipsis en la misma isla. La tradición señala que un día, Juan y su discípulo Procuró salieron de la ciudad para ir a una gruta en el desierto, en donde ambos estuvieron juntos diez días y luego él solo otros diez días. En estos últimos diez días, él no comió nada, sino que solamente oraba a Dios, rogándole que le revelara lo que él debería hacer. De arriba vino Una voz que le decía: ‘¡Juan!.. ¡Juan!’ el le contestó: ‘¿Qué ordenas, Señor?’ la voz desde lo alto le dijo: ‘Espera diez días y recibirás una revelación mucho más grandiosa.’ Juan se quedó allí diez días más sin tomar alimento. Después sucedió algo maravilloso: los ángeles de Dios descendieron donde él y le contaron muchas cosas inefables. Cuando regresó Procuró, lo envió de vuelta para traer papel y tinta, y durante dos días le contó a Procuró las revelaciones que había tenido él, y su discípulo las anotó.

Los antiguos escritores eclesiásticos Clemente de Alejandría, Origen, Ireneo y Eusebio, confirman que el apóstol Juan escribió la Revelación. El texto sagrado del libro le fue entregado en lo que ahora se conoce como la Cueva del Apocalipsis. Esta cueva actualmente se encuentra oculta en el interior y debajo de los edificios del monasterio del Apocalipsis. Este monasterio fue construido en el siglo 17 para albergar a los Patmias, una escuela teológica que fue establecida en esa fecha.

</span><a href="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8P3YZsq2AI/AAAAAAAAGsE/Wv8JsA3ZCyw/s1600/005+Apostol+Juan+-+cueva+-+03.png"><span style="color:#000099;"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; FLOAT: left; HEIGHT: 231px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459479171890337794" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8P3YZsq2AI/AAAAAAAAGsE/Wv8JsA3ZCyw/s320/005+Apostol+Juan+-+cueva+-+03.png" /></span></a><span style="color:#000099;">Desde ese entonces sus estructuras no han sido alteradas casi nada. Los edificios se componen de celdas, salas de clase, patios floreados, escaleras y capillas dedicadas a San Nicolás, San Artemio y Santa Ana. La gruta misma fue transformada en una pequeña iglesia dedicada a San Juan el Teólogo. Dentro, quedan señales que, según sostiene la antigua tradición, atestiguan la presencia de San Juan. En una esquina hay un lugar donde éste puso su cabeza para descansar; cerca de allí, está el sitio donde apoyó su mano para levantarse del piso de piedra en que dormía; no lejos de allí está el lugar donde esparció el pergamino; y, en la puerta de la cueva, está la triple fisura de la roca por donde él escuchó "1a gran voz como de una trompeta." La cueva es pequeña y está poco iluminada. Asimismo, debe mencionarse también al Bendito Cristodoulos (+1093), quien fundó el monasterio de San Juan el l día en 1088, en donde quería establecer en Patmos "un taller de la virtud." Sus reliquias yacen enterradas en el monasterio, en donde se realizan maravillosas curaciones. El es conmemorado el 16 de marzo; y la traslación de sus sagradas reliquias, el 21 de octubre).</span>

Si dispones de tiempo pasate por este link: http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php/41510-Leamos-la-BIBLIA?p=948989
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

Disculpe que me meta, pero no hay podido escribir nada refutando Heb 7.24...
Por que dice que es falso? porque no seguimos su TRADICION?...
Nosotros seguimos la palabra de Dios y siempre la vamos a seguir...
Acaso la definicion de la palabra inmutable es contraria a lo que estamos diciendo? el Sacerdocio de Jesus no cambia y no se muda a nadie... el es nuestro SUMO SACERDOTE...

amen hermano Dios te siga bendiciendo
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

<div align="center"><span style="font-size:130%;color:#990000;"><strong>JUAN, EL DISCIPULO AMADO</strong></span>
</div><div align="center"><span style="font-size:130%;color:#990000;"><strong>(6ª y última parte)</strong></span>
</div><div align="center"><span style="color:#990000;"></div></span><div align="justify">
<span style="font-size:180%;color:#660000;"><strong><em>Regreso a Efeso
</em></strong></span>
<a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8VLTTWpwhI/AAAAAAAAGtU/3Fe3vKoN-s8/s1600/006+Apostol+Juan+-+Dioscoridas+-+01.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 266px; FLOAT: left; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459852918241477138" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8VLTTWpwhI/AAAAAAAAGtU/3Fe3vKoN-s8/s320/006+Apostol+Juan+-+Dioscoridas+-+01.jpg" /></a><span style="color:#000099;">"Al día siguiente, nos despedimos de los fieles abrazando a todos ellos, los que nos acompañaron, llorando y lamentándose mucho, sin querer apartarse de este ‘sol', por cuya enseñanza su tierra se había iluminado. Pero una vez que el santo hubo abordado la nave y dado la paz a todos, nosotros emprendimos nuestro viaje. En la nave, había muchos que viajaban a distintos lugares del Asia Menor. Transcurridos catorce días, desembarcamos a una ciudad distante a tres millas de Efeso. Al enterarse de esto, los hermanos acudieron a darnos encuentro, lo cual les produjo una alegría indescriptible, y exclamaron: ¡Bendito es el que viene en el nombre del Señor!’ Juan fue recibido con honor en ese lugar y todos no sentamos para descansar. Desde nuestra partida, Dioscoridas había fallecido, así que fue su hijo Domno quien nos llevó a su casa, en donde éste puso la mesa y nosotros disfrutamos de su hospitalidad y descansamos. Fue allí donde nos quedamos, y a donde los hermanos acudían a visitarnos para recibir las enseñanzas de Juan, quien los guió por el sendero de la salvación. Juan no dejó de trabajar, por lo que poco a poco todos llegaron a creer en las palabras de él." </span>

<span style="font-size:180%;color:#660000;"><strong><em>El Joven dado en Confianza al Obispo</em></strong></span>

<a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8VLLcdFq3I/AAAAAAAAGtM/oMFKegyki7E/s1600/006+Apostol+Juan+-+02.jpg"><img style="MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 240px; FLOAT: right; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459852783245437810" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8VLLcdFq3I/AAAAAAAAGtM/oMFKegyki7E/s320/006+Apostol+Juan+-+02.jpg" /></a><span style="color:#000099;">No se puede omitir lo que señaló Clemente de Alejandría (+217 d.C). Sobre Juan. Cuando éste partió a predicar por las ciudades de Asia, conoció a un joven que tenía una inclinación espiritual hacia las buenas acciones, por lo cual San Juan le enseñó y lo bautizó. Como el tenía que partir para anunciar el Evangelio, antes que nada él entregó en confianza al joven al obispo de la ciudad, a fin que este pastor pudiera instruirlo en todas las cosas buenas. El obispo, haciéndose cargo del joven, le enseñó las Escrituras, pero no se preocupó de éste como debía hacerlo; ya que no le daba la clase de educación que se requiere para un joven, sino, por el contrario, lo dejaba a su libre albedrío. Pronto el joven comenzó a llevar una vida diferente comenzó a embriagarse con vino y a robar. Finalmente, llegó a compartir su suerte con ladrones, quienes, tentándolo, lo llevaron a los desiertos y montañas y lo hicieron su jefe, cometiendo después robos en los caminos. Al regresar después de un cierto tiempo, Juan fue a la ciudad, y al enterarse quien se había echado a perder el joven y se había vuelto bandido, dijo al obispo: ‘¡Devuélveme el tesoro que te he dejado en custodia, creyendo ponerlo en manos dignas de confianza! ¡Devuélveme al joven que te di en confianza para que le enseñaras el temor a Dios!’ Llorando, el obispo le respondió: ‘Ese joven ya no existe: su alma está muerta, pero su cuerpo se ha transformado en un salteador de caminos.’ Juan le dijo al obispo: ‘¿Es así como guardas el alma de tu hermano?’ Dame un caballo y un guía, a fin que yo pueda ir en busca de aquél a quien tú has dejado morir.’

Al encontrarse Juan con los ladrones, él les pidió que lo condujeran donde su jefe, a lo cual accedieron. El joven, al ver a Juan, se avergonzó y se echó a correr al desierto. Sin atender a su edad, Juan lo siguió gritándole: ‘¡Hijo mío, regresa donde tu padre y no te desesperes por haber caído en este estado! ¡Tus pecados los cargaré sobre mí!’ ¡Detente y espera!.. ‘Porque el Señor me ha enviado donde ti.’ Deteniéndose en su huida, el joven, se puso a los pies del santo, temblando y profundamente avergonzado, sin atreverse a levantar la mirada hacia el rostro de Juan. Pero éste lo abrazó con un amor paternal y lo besó, y luego lo llevó de vuelta a la ciudad, sintiendo la alegría de haber encontrado a la oveja perdida. Después le enseñó bastante, instruyéndolo en el arrepentimiento, para lo cual el muchacho luchaba con ahínco para agradar a Dios, y así recibió el perdón de los pecados y descansó en paz.</span>

<span style="font-size:180%;color:#660000;"><strong><em>Los últimos años</em></strong></span>

<a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8VK_P8SoEI/AAAAAAAAGtE/6XAbTxafPN8/s1600/006+Apostol+Juan+-+03.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; FLOAT: left; HEIGHT: 141px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459852573728219202" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8VK_P8SoEI/AAAAAAAAGtE/6XAbTxafPN8/s320/006+Apostol+Juan+-+03.jpg" /></a><span style="color:#000099;">El Apóstol Juan pasó los últimos años de su vida en un estricto ascetismo. Tomaba sólo pan y agua, no se cortaba el pelo y usaba sencillas vestimentas de lino. Debido a su edad, no tenía la fuerza suficiente como para predicar la palabra de Dios ni siquiera en los lugares vecinos de Efeso. Por ese tiempo enseñaba sólo a los obispos de la iglesia, a quienes instaba a enseñar incesantemente el Evangelio a la gente y, especialmente, a tener en mente y predicar el primero y principal del Evangelio: el mandamiento del amor. Cuando el apóstol comenzó a debilitarse, según relata el bendito Jerónimo, sus discípulos solían llevarlo a la iglesia; pero él ya no podía dar largos sermones. Después redujo su enseñanza a la incesante repetición de ‘Hijitos, amaos los unos a los otros.’ Un día, Cuando Sus discípulos le preguntaron porqué repetía esto sin cesar, Juan les replicó con las siguientes palabras: "Este es el mandato del Señor; y si vosotros lo cumplen, ello bastará.’
</span>
<span style="font-size:180%;color:#660000;"><strong><em>Descanso de San Juan el Teólogo</em></strong></span>

<a href="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8VKv-9CNUI/AAAAAAAAGs8/wFE4gJjF4VE/s1600/006+Apostol+Juan+-+04.jpg"><img style="MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 262px; FLOAT: right; HEIGHT: 318px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5459852311469897026" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8VKv-9CNUI/AAAAAAAAGs8/wFE4gJjF4VE/s320/006+Apostol+Juan+-+04.jpg" /></a><span style="color:#000099;">"En nuestra visita a Efeso, nos quedamos allí nueve años y después pasamos en el exilio en Patmos. Después de transcurrir veintiséis años desde que regresamos de Patmos a Efeso, Juan salió de la casa de Domno y reunió a siete de sus discípulos — yo y otros seis — y nos dijo: ‘Tomad las espadas en vuestras manos y seguidme.’ Hicimos tal como nos lo ordenó y lo seguimos fuera de la ciudad hasta cierto lugar, en donde nos mandó sentarnos. Luego se apartó un poco de nosotros a un sitio tranquilo y comenzó a orar. Era muy temprano de mañana; el sol todavía no había salido. Después de rezar, nos dijo: ‘Cavad con vuestras espadas una zanja en forma de cruz, del tamaño que yo tengo.’ Así lo hicimos mientras él rezaba. Después de terminar su oración, se echó en la zanja que habíamos cavado y luego me dijo: ‘Procuró, hijo mío, tú debes ir a Jerusalén. Allí es donde terminarás tus días.’ Luego nos dio instrucciones y nos abrazó, diciendo: ‘Tomad un poco de tierra madre, y cubridme con ella.’ Entonces nosotros lo volvimos a abrazar y, tomando un poco de tierra, lo tapamos sólo hasta las rodillas. Una vez más él nos abrazó, diciendo tomad más tierra y cubridme hasta el cuello.’ Luego lo abrazamos de nuevo y, tomando más tierra, lo recubrimos hasta el cuello. Luego nos dijo: ‘Tomad un velo delgado y colocadlo sobre mi rostro, y abrazadme de nuevo por última vez; porque vosotros ya no me veréis más en esta vida.’ Entonces volvimos a abrazarlo llenos de pesar. Mientras él nos despedía en paz, nosotros, lamentándonos amargamente, le abrazamos el cuerpo entero. Justo cuando el sol acababa de salir él entregó su espíritu.

(El editor del presente volumen de los Sinaxaristas, anota que la frase "justo cuando el sol se acaba de salir, él entregó su espíritu," no está expresada así, sino que fue incorporada al texto de la obra de Máximo de Margounio. Por otra parte queremos hacer mención aquí que, de acuerdo al divino Jerónimo, el apóstol y evangelista descansó en el tercer año del reinado de Trajano, es decir, el año 101 d.C. Esto es 68 años después de la pasión y resurrección del Señor. Esto es confirmado por Clemente de Alejandría, Ireneo y muchos otros santos padres de la iglesia. Se cree que él fue unos seis a ocho años más joven que el Señor, lo cual hace suponer que falleció a los noventa y tres o noventa y cinco años).

"Después regresamos a la ciudad, donde nos preguntaron sobre nuestro maestro. Nosotros les explicamos lo que había acabado de suceder, haciéndolo de manera detallada. Ellos nos pidieron que les mostráramos el lugar, por lo que tuvimos que regresar a la tumba junto con los hermanos, pero Juan ya no estaba allí. Sólo estaban sus sandalias. Fue entonces que recordamos las palabras del Señor al San Pedro: ‘Si yo dispongo que él me aguarde hasta que yo venga, ¿qué es eso para ti?" Luego todos glorificamos a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, a quien sean la gloria, el honor, la adoración, por los siglos de los siglos. Amén."

Todos los años, el octavo día de mayo, sale una fragante mirra (líquido) de su tumba, y a las oraciones al Apóstol, los enfermos se sanan mediante ellas, para el honor de Dios que es glorificado en la trinidad por los siglos de los siglos. Amén </span>

Si disponen de tiempo pásate por este link: http://forocristiano.iglesia.net/showthread.php/41510-Leamos-la-BIBLIA?p=948989
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

<div align="center"><span style="font-size:180%;color:#660000;"><strong><em>SAN FELIPE
</em></strong></span><span style="color:#660000;">(1ª PARTE DE 5)</span>
</div><div align="justify">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8iJoIxzQcI/AAAAAAAAGw0/grxsHC6ItPc/s1600/101+Apostol+Felipe+-+01.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 263px; FLOAT: left; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460765870830862786" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8iJoIxzQcI/AAAAAAAAGw0/grxsHC6ItPc/s320/101+Apostol+Felipe+-+01.jpg" /></a><span style="font-size:130%;color:#000099;"><strong><em>FELIPE, “Muéstranos al Padre”</em></strong></span>

Al día siguiente, Jesús resolvió partir hacia Galilea. Se encontró con Felipe y le dijo: «Sígueme». Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y de Pedro. Felipe se encontró con Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret». (Jn 1, 43-45)
El apóstol Felipe -que no debe ser confundido con el diácono de igual nombre, que aparece en los Hechos de los Apóstoles (cfr. 6, 5)- figura en quinto lugar en las listas de los Doce.
El Evangelio señala expresamente que "era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro" (Jn. 1, 44). Esa circunstancia, sumada al hecho de que Andrés y él son los únicos apóstoles que tienen nombres griegos, y la intercesión conjunta de ambos por los griegos que querían ver a Jesús (cfr. Jn. 12, 21-22), hace suponer a algunos autores que Felipe y Andrés eran parientes o amigos.
Tiene varias intervenciones significativas en el Cuarto Evangelio además de las mencionadas. Juan relata el llamado a Felipe y cómo éste, a su vez, invita a Natanael a conocer a Jesús (cfr. Jn. 1, 43ss), menciona también la participación del apóstol en la multiplicación de los panes (cfr. Jn. 6, 5ss), y relata su intervención ("Muéstranos al Padre") durante el discurso de la Última Cena (Jn. 14, 8); este último texto integra el Evangelio de su fiesta, compartida con Felipe, que se celebra el 3 de mayo.
Pero luego de su mención junto a los demás apóstoles en la espera de Pentecostés, no vuelve a ser nombrado, y nada sabemos a ciencia cierta acerca de su vida.
La tradición lo presenta como evangelizador de Frigia o Escitia, situando su tumba en Hierápolis. Una leyenda cuenta que los paganos querían obligarlo a hacer un sacrificio a una estatua de Marte, pero un dragón, colocado bajo el pedestal, mata con su aliento al sacerdote que ordena el sacrificio y a dos soldados. Felipe, apiadado de ellos, pone en fuga al dragón y resucita a los tres muertos. La tradición cuenta asimismo que murió crucificado tras haber sido lapidado.
Se lo suele representar llevando una cruz en forma de "T", instrumento con el que, según la leyenda, obró durante su vida muchos milagros. También se suele representar su crucifixión.

<span style="font-size:180%;color:#000099;"><strong><em>OTRA BIOGRAFIA DE SAN FELIPE APOSTOL</em></strong></span>
</div><div align="justify">
<a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8iJUj6h9sI/AAAAAAAAGws/wpjPf12iHGc/s1600/101+Apostol+Felipe+-+02.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 236px; FLOAT: left; HEIGHT: 311px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460765534517851842" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8iJUj6h9sI/AAAAAAAAGws/wpjPf12iHGc/s400/101+Apostol+Felipe+-+02.jpg" /></a>Junto al mar de Galilea, en las márgenes del lago de Genesaret y Cafarnaum, se encontraba el pueblo de Betsaída. En este pueblo nacieron tres de los doce apóstoles de Cristo: Pedro, Andrés y Felipe. Los dos primeros eran pescadores, ocupación que desempeñaron hasta cuando los llamó Cristo; en tanto que Felipe desde su niñez se había dedicado al estudio teórico. Después de leer y estudiar asiduamente las Sagradas Escrituras y las profecías que hablaban del anhelado Mesías, le vino repentinamente a él un ferviente amor por Aquél y un intenso deseo de presenciar al Señor estando frente a frente. Como él todavía no lo había visto, no sabía que ese a quien muchos deseaban ver ya estaba en la tierra.

Mientras que Felipe estaba enfervorizado de amor por el Mesías, Cristo entró por los alrededores de Galilea y allí encontró a aquél. "Sígueme" Le dijo Cristo a Felipe. Este, al escuchar el llamado del Señor, creyó con todo su corazón que El era en verdad el Mesías, prometido por Dios a través de los profetas; y entonces lo siguió.

Prestando oído a la santísima vida del Señor, Felipe se esforzó por emularlo y aprender de El la divina sabiduría, mediante cuyo poder él pudo después someter la necedad de los paganos. Sintiendo regocijo por haber descubierto este Tesoro, por el cual el mundo entero sería redimido, Felipe no quiso guardar para sí solo este tesoro, sino que deseaba compartirlo con los demás. Al encontrarse con su amigo Nataniel, jubilosamente le anunció él: "Hemos encontrado a El, de quien Moisés en la ley y los profetas escribieron: Jesús de Nazaret, el Hijo de José." Pero Nataniel, dudando que un pueblo insignificante y una gente sencilla pudieran dar origen al Mesías, el Rey de Israel, dijo: "¿Puede algo bueno provenir de Nazaret?" Felipe, sin responderle, le aconsejó que sólo lo viera a El. "Ven y ve," le dijo. Tuvo la sensación que Nataniel necesitaba sólo ver a Jesús y escuchar sus palabras de salvación, a fin de creer que el era el Mesías; y fue así como realmente ocurrió.

Cuando ambos fueron donde Jesús, el Señor, quien pone a prueba los corazones y refrena, y lee los pensamientos ocultos del corazón de los hombres, al ver venir a Nataniel hacia El, lo reconoció y le dijo: "He aquí un israelita de verdad, en quien no hay engaño." Al escuchar Nataniel estas <a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8iI3edOJoI/AAAAAAAAGwk/oA0nnfn9pn0/s1600/101+Apostol+Felipe+-+03.png"><img style="MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 238px; FLOAT: right; HEIGHT: 310px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5460765034836534914" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8iI3edOJoI/AAAAAAAAGwk/oA0nnfn9pn0/s400/101+Apostol+Felipe+-+03.png" /></a>palabras, se quedó muy asombrado y le dijo a Jesús: "¿Cómo me conoces?" el Señor le replicó: "Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, yo te vi." Porque cuando Nataniel estaba sentado allí, estaba pensando en el Divino Mesías, en quien se encarnaban todo el júbilo y la alegría de los fieles sirvientes de Dios; y en ese momento Dios le concedió el arrepentimiento de corazón y fervientes lágrimas, lo que añadió a su sincero ruego para que el Señor cumpliera lo que había prometido en tiempos pasados a sus padres y enviara a la tierra al Salvador del mundo. Dios, que todo lo ve, observó en ese momento a Nataniel, porque entonces albergaba un espíritu de compunción. Fue por esta razón que el Señor le dijo a Nataniel que El lo había visto cuando este se encontraba debajo de la higuera. Con estas palabras Nataniel se asombró todavía más. Se puso a recordar lo que estuvo pensando cuando estuvo bajo el árbol, así como la compunción con la que había implorado a Dios para que enviara al Mesías. Concluyó también que en ese momento no había nadie más que pudiera haberlo visto y captado sus pensamientos excepto Dios. Por eso que Nataniel creyó inmediatamente que Jesús era el Mesías, a quien Dios había prometido enviar para salvar la raza humana, y reconoció la divina esencia en Jesucristo, quien había visto los secretos de su corazón; por tal razón, exclamó: <span style="color:#000099;"><strong>"¡Rabí, Tú eres el hijo de Dios; Tú eres el Rey de Israel!"</strong></span> (Juan 1:43-49).</div>
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

<div align="center"><span style="font-size:180%;color:#660000;"><strong><em>SAN FELIPE
</em></strong></span><span style="color:#660000;">(2ª PARTE DE 5)</span>
<div align="justify">
Cuantos sentimientos de gratitud experimentó después Nataniel hacia Felipe por haberle anunciado éste la venida a la tierra del Salvador y haberlo conducido hasta donde el Mesías prometido el santo Felipe sintió júbilo en su corazón porque la gente había encontrado su divino Tesoro escondido en las profundidades de la naturaleza humana, por lo cual su amor por el Señor creció todavía con mayor fervor.

<a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8nLe2mvyTI/AAAAAAAAGzs/XTBRdjbrjb8/s1600/102+Apostol+Felipe+-+01.jpg"><img style="MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 215px; FLOAT: right; HEIGHT: 242px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5461119754077980978" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8nLe2mvyTI/AAAAAAAAGzs/XTBRdjbrjb8/s320/102+Apostol+Felipe+-+01.jpg" /></a>No obstante, el santo Felipe veía en su divino Maestro sólo las sobresalientes perfecciones humanas y no se daba cuenta que El a la vez era Divino. Por tal motivo, Cristo resolvió sacarlo de su error. Un día, cuando el Señor pasaba al otro lado del mar de Tiberiades junto a cinco mil personas, deseando alimentar a sus seguidores de una manera milagrosa, Jesús le preguntó a Felipe: "¿Dónde podemos comprar pan para que éstos puedan comer?" Le dijo esto para probarlo, porque sabía de antemano lo que Felipe diría como respuesta. Por tal razón, le preguntó a Felipe sobre esto, a fin que éste lo llegara a conocer más y, avergonzado de su falta de fe, él saliera de su error. En efecto, Felipe no estaba consciente de la omnipotencia de Jesucristo, ni tampoco iría a decir "Tú puedes hacer todas las cosas, oh Señor; no viene al caso hacer esta pregunta a alguien. Sólo deséalo y al instante todo te será satisfecho.

Cuando abras tu boca, todas las cosas se llenarán de bondad" (Salmos 103:28).
Felipe no dijo esto, sino que, tomando a su Señor como a un hombre y no como a Dios, señaló: "Doscientos denarios de pan no les bastarán, para que cada uno de ellos tome un pedazo" (Juan 6:7), y posteriormente, con los otros discípulos, dijo él: "Envíalos para que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor, y compren para sí pan; porque no tienen qué comer" (Marcos 6:36). Pero cuando Jesús partió los cinco panes y los dos peces para las cinco mil personas, Felipe vio que de la mano del Señor, como si fuera un granero inagotable, cada uno recibía la comida suficiente, hasta que todos se saciaron. Entonces el discípulo se sintió muy avergonzado por su falta de fe y, fortalecido en su alma, con los demás él glorificó el poder de Dios en Cristo Jesús.

Posteriormente, el Señor lo eligió para el coro de sus doce apóstoles, le otorgó la gracia, y le dio el honor de permanecer en su cercana compañía. Aconteció que un día de fiesta se reunieron en Jerusalén algunos griegos. Estos no podían acercarse a Jesús, porque eran paganos sin fe; por tal motivo, se acercaron a Felipe y le pidieron hacerlos ver a Jesús. Este fue a informar primero a Andrés, y juntos se atrevieron a decirle al Señor del deseo de los griegos, alegrándose que hasta los paganos estuviesen tratando de ver y escuchar a su Señor y Maestro. Después él escuchó de Jesús la maravillosa enseñanza y profecía sobre los gentiles que llegarían a creer en El, aunque no entonces, sino después de su muerte. "Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre ha de ser glorificado... Que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, dijo él, — queda solo; pero si muere, mucho fruto lleva" (Juan 12:21-24). De esta manera Cristo realmente estaba diciendo: "Mientras esté en la tierra, no tendré más que una parte de la casa de Israel; pero si muero, tendré no sólo la casa de Israel, sino que también muchos de los gentiles creerán en Mí."

<a href="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8nLRphT1wI/AAAAAAAAGzk/7WJEr7qOUMQ/s1600/102+Apostol+Felipe+-+02.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 272px; FLOAT: left; HEIGHT: 320px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5461119527227217666" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8nLRphT1wI/AAAAAAAAGzk/7WJEr7qOUMQ/s320/102+Apostol+Felipe+-+02.jpg" /></a>En otra ocasión, después de la cena mística, Felipe se atrevió a preguntar al Señor sobre el gran misterio de su divinidad, cuanto éste suplicó que el Padre se manifestara a través de El, diciendo: "Señor, muéstranos al Padre, y nos basta" (Juan 14:8). Al hacer esta pregunta, él hizo mucho bien a la iglesia de Cristo; porque desde entonces hemos aprendido a reconocer la consustancialidad del Padre y del Hijo, y a refrenar la boca de los herejes que rechazan la Verdad Divina. Porque el Señor, con un suave reproche, le replicó a Felipe: "¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y todavía no me conoces, Felipe? el que me ha visto, ha visto a Mi Padre. ¿Cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo esté en el Padre y que el Padre esté en Mí? Las palabras que yo os digo, no las hablo de mí mismo; mas el Padre que está en mí, él hace las obras. Creedme que Yo estoy en el Padre, y el Padre, en Mí; de otra manera, creedme por las mismas obras" (Juan 14:9-11). Esta respuesta del Señor enseñó al santo Felipe, y por él, a toda la Iglesia católica apostólica, a creer como se debe en la igualdad de la divinidad del Padre y el Hijo, denunciando la blasfemia de Ario, quien señaló que el Hijo de Dios es una criatura y no el Creador.

Después de la pasión y resurrección voluntarias del Hijo de Dios, el santo Felipe, junto con los demás apóstoles, vio a su Señor en su cuerpo inmortal y glorificado, recibió de El su paz y bendición, y también presenció su Ascensión. Después, fue honrado con la gracia del Espíritu Santo y se convirtió en predicador de Cristo entre los gentiles, porque a él le tocó anunciar la Palabra en Asia Menor y Siria.

Sin embargo, primero fue a evangelizar a Galilea. Allí, una vez aconteció que se le acercó una mujer que llevaba en sus brazos a su niño muerto y se lamentaba desconsoladamente. Al verla, él se apiadó; entonces estiró su mano poniéndola sobre el niño y le dijo: "¡Levántate! Es Cristo quien te lo ordena; porque es a El a quien yo anuncio." Al instante el niño regresó a la vida. La madre, viendo a su hijo con vida y bueno, se llenó de júbilo y se puso a los pies del apóstol, expresándole su gratitud por haber éste resucitado a su hijo y luego le pidió que la bautizara; porque ella había llegado a creer en el Señor Jesucristo a quien él anunciaba. El apóstol bautizó a la madre y el hijo, luego de lo cual partió hacía tierras paganas.
 
Re: VIDA de LOS APOSTOLES

<div align="center"><span style="font-size:180%;color:#660000;"><strong><em>SAN FELIPE
</em></strong></span><span style="color:#660000;">(3ª PARTE DE 5)</span>

</div><div align="justify"><a href="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8sYfRp2iLI/AAAAAAAAG2M/-s7Tsn_9UPw/s1600/103+Apostol+Felipe+-+01.png"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; FLOAT: left; HEIGHT: 290px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5461485898710812850" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8sYfRp2iLI/AAAAAAAAG2M/-s7Tsn_9UPw/s320/103+Apostol+Felipe+-+01.png" /></a>Durante su predicación del Evangelio en Grecia, el apóstol realizó numerosos milagros, curó enfermedades, y resucitó a un muerto a través del poder de Cristo.

Este último milagro dejó asombrados a los judíos que allí vivían, lo cual informaron a Jerusalén, a los sacerdotes principales y los príncipes de los judíos, diciendo que allí había llegado un extranjero de nombre Felipe, para anunciar el nombre de Jesús, mediante el cual expulsaba los demonios, sanaba todas las enfermedades e, incluso, había resucitado a un hombre de entre los muertos mediante el mismo nombre de Jesús; y que muchos habían llegado a creer en Cristo.

Pronto llegó de Jerusalén a Grecia un sacerdote jefe, acompañado por escribas, el cual fulminó amargamente a Felipe. Ataviado con sus vestimentas clericales, el apóstol se sentó en el tribunal, en presencia de una gran cantidad de gente, tanto de judíos como de gentiles. Luego lo llevaron más allá, en medio de aquel grupo. El sacerdote jefe, fijándole una mirada amenazadora, le dijo airadamente: "¿Acaso no basta haber engañado a esta gente sencilla e ignorante de Judea, Galilea y Samaria? Pero tú has ido más allá hasta donde los sabios griegos, para difundir las malas enseñanzas que aprendiste de Jesús, el adversario de la ley de Moisés, por lo cual fue condenado, crucificado y pereció de una muerte ignominiosa. Lo enterraron sólo gracias a la fiesta de Pascua; y vosotros, sus discípulos, robasteis en secreto Su cuerpo, y para engañar a muchos, difundisteis la palabra por todas partes diciendo que el mismo había resucitado de entre los muertos." Al escuchar estas palabras del sacerdote jefe, la multitud comenzó a exclamar contra Felipe: "¿Qué tienes que decir en respuesta a esto, Felipe?" Se produjo un fuerte rumor entre la gente; algunos pedían que inmediatamente dieran muerte a Felipe; otros, que fuese enviado a Jerusalén para ser ejecutado. Entonces el santo Apóstol le dijo al sacerdote jefe: "¡Injustamente amas la vanidad y dices falsedades! ¿Cómo es que tu corazón es duro y por qué no quieres confesar la verdad? ¿Acaso vosotros no habéis sellado la tumba y colocado allí una guardia; y cuando el Señor se levantó de entre los muertos sin romper el sello de la tumba, acaso no le dieron dinero a la guardia para que se culpen a sí mismos, diciendo que mientras ellos dormían los discípulos habían robado el cuerpo de Él? el día del juicio, los mismos sellos de la tumba serán los que desenmascararán abiertamente vuestra falsedad; porque ellos fueron una indiscutible evidencia de la verdadera resurrección de Cristo."

<a href="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8sYpwtQ9uI/AAAAAAAAG2U/oy8Dc5ChfbA/s1600/103+Apostol+Felipe+-+02.png"><img style="MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 160px; FLOAT: right; HEIGHT: 353px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5461486078845318882" border="0" alt="" src="http://1.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8sYpwtQ9uI/AAAAAAAAG2U/oy8Dc5ChfbA/s320/103+Apostol+Felipe+-+02.png" /></a>Al escuchar esto, el sacerdote jefe se encolerizó todavía más y, en un arranque de insana maldad, se abalanzó sobre el apóstol con la intención de agarrarlo y matarlo; pero en ese instante se quedó ciego, volviéndose negro. Los que estaban presentes, al ver lo ocurrido, atribuyeron este hecho a la hechicería, entonces también se abalanzaron sobre Felipe para eliminarlo, como si fuera un hechicero; pero todos ellos sufrieron el mismo castigo del sacerdote jefe. Entretanto, la tierra comenzó a temblar fuertemente, entonces todos se estremecieron de miedo y llegaron a conocer el gran poder de Cristo. El apóstol Felipe, al ver en ellos la ceguera de su espíritu y su cuerpo, comenzó a llorar por ellos y luego se volvió hacia Dios para rezar, rogándole que los perdonara. Y, ¡qué maravilla! con las oraciones del santo, de arriba llegó la curación sobre todos aquellos que estaban afligidos. Este milagro hizo que muchos se convirtieran a Cristo y creyeran en El. Sin embargo, el sacerdote jefe, cegado más que todo por maldad, no sólo que no quiso enmendar su comportamiento después del castigo infligido a él, sino que comenzó a proferir blasfemias contra nuestro Señor Jesucristo. Entonces sobre él cayó un castigo todavía más grande. Repentinamente la tierra se abrió y lo tragó vivo, tal como una vez sucedió con Datan y Abirón (Números 16:1-3).

Después que el sacerdote pereció, allí San Felipe bautizó a muchos y designó como obispo a cierto respetado y digno hombre llamado Narciso; después de lo cual partió hacia Partía. Durante el camino, el apóstol pidió a Dios que lo ayudara en sus tareas. Entonces, ¡maravilla!.. En el momento en que se estaba arrodillando para orar, del cielo se le apareció la figura de un águila que extendía sus piñones formando la cruz de Cristo. Fortalecido por esta manifestación, San Felipe salió de nuevo a predicar; y después de recorrer los pueblos de Arabia y Candacia, resolvió cruzar el mar hasta la ciudad Siria de Azoto. Pero en la noche sobrevino en el mar una fuerte tormenta, que hizo desesperar a todos por salvar su vida. Entonces el santo Apóstol comenzó a orar, e inmediatamente en el cielo se apareció la señal de la cruz portadora de luz, la cual brilló a través de la oscuridad de la noche; y el mar al instante se calmó y sus olas se extinguieron poco a poco. Cuando el barco echó anclas en la costa de Azoto, Felipe se desembarcó allí, en donde fue recibido en casa de cierto hospitalario hombre de nombre Niocledes, quien tenía una hija llamada Caritina, la cual sufría de una enfermedad que le afectaba a uno de sus ojos. Después de escuchar la prédica del apóstol, todos llegaron a creer y a aceptar el sagrado bautismo. Después, Niocledes le pidió a Felipe que sanara el ojo de su hija. Entonces el apóstol le dijo a la muchacha: "Caritina, para revelar el milagroso poder inherente al sagrado bautismo, quiero que tú sanes tu propio mal.

Por lo tanto, por la mañana, coloca tu mano derecha en tu ojo, e invoca el nombre de Cristo, el Maestro Salvador de almas, para que puedas sanarte." Al seguir las instrucciones del santo, Caritina se sanó del mal, por lo cual agradeció al Señor. Entonces el apóstol se marchó.

<a href="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8sZIJ6UARI/AAAAAAAAG2c/QJ5vY3dyWXo/s1600/103+Apostol+Felipe+-+03.jpg"><img style="MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; FLOAT: left; HEIGHT: 229px; CURSOR: hand" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5461486601007005970" border="0" alt="" src="http://2.bp.blogspot.com/_f0B1UKox4Zc/S8sZIJ6UARI/AAAAAAAAG2c/QJ5vY3dyWXo/s320/103+Apostol+Felipe+-+03.jpg" /></a>De Azoto, el apóstol Felipe viajó a Hiera polis de Siria. Allí, al predicar a Cristo, despertó la enorme ira de la gente, la cual lo amenazó matarlo mediante apedreamiento. Sin embargo, el auxilio del gobernante, un hombre llamado Iro, lo salvó de la indignación de la muchedumbre. "¡Ciudadanos — les habló a ellos, — escuchad mi consejo! No hagamos daño a este extranjero hasta que no nos cercioremos si su doctrina es cierta; pero si resulta que no es así, entonces lo mataremos." La multitud no se atrevió a oponerse a Iro, entonces éste llevó a Felipe a su casa.

Pero cuando ellos llegaron a la casa juntos, la mujer del gobernante, Marcela, se ofendió por esto. Ella le pidió que la dejara libre de sus lazos conyugales y que le devolviera la dote, si no echaba a Felipe de su casa. El apóstol, viendo que el gobernante estaba lleno de consternación, lo instó a que permaneciera firme en la fe; después, se ofreció para suplicar a Marcela. En tales circunstancias, la doncella de Iro había escuchado hablar al apóstol, entonces le dijo a su amo: "¿De dónde viene este maravilloso hombre? ¡Cuán dulces son sus palabras y cuán loable es su carácter!" el gobernante le contestó: "Mujer, este es el heraldo del gran Dios y el embajador del Eterno Reino. Por lo tanto, creamos en sus palabras." La doncella fue inmediatamente donde Marcela para contarle sobre la gran virtud de Felipe.

Después de escuchar ésta las palabras de aquélla, Iro y toda su familia le rindieron honores al apóstol y se hicieron bautizar, en conjunto con muchos de sus vecinos.