Es claro. Jesús se hace el invitado en la barca de Pedro, que no se niega a prestarle este servicio. Pero Jesús en realidad lo que busca son hombres que se entreguen a Él como apóstoles porque oyentes tiene muchos.
Y ante la orden “echad vuestras redes”, Pedro obedece a pesar de que hay pocas esperanzas de sacar algo. Ante la realidad de que las redes al sacarlas están a punto de reventar y la barca casi de hundirse por la cantidad de peces que habían capturado, el optimismo por el éxito conseguido hacen reflexionar a Pedro, prototipo de todos los creyentes que siguieron y siguen a Jesús, sobre el milagro que Él ha realizado y la posibilidad de convertirse en “pescador de hombres”.
Por eso cae a los pies de Jesús diciéndole: “aléjate de mi que soy un pecador”. Es el temor del hombre que descubre que Dios ha penetrado en su vida por lo que abandonando su trabajo, su familia y todo su pasado de pescador decide convertir su vida para estar junto al Maestro.
Qué gran ejemplo de generosidad y de fe nos está enseñando Pedro a los cristianos que escuchamos el evangelio pero andamos rezagados a la hora de colaborar con Jesús para convertirnos en “pescadores de hombres” intentado unir a los hijos de Dios que andan dispersos por nuestro cercano mundo, quizás esperando nuestra ayuda.
Estoy convencido de que el milagro de la pesca no está en lo mucho que se recoge, sino en el hecho de poner las redes en el agua fiándose únicamente en la Palabra. Está en mí, solo dejando que se opere el milagro para poder vivir esa otra pesca que cambie mi destino para encontrar el sentido último de la existencia. Confiar plenamente en su invitación “remar lago adentro” para echar mis redes confiando en su Palabra, en su fuerza y en su seguridad.
Así las cosas, tendré que responder interiormente algunas preguntas partiendo del siguiente texto:
“Maestro, toda la noche hemos estado faenando sin pescar nada, pero puesto quie tu lo dices, echaré las redes”.
¿Qué sentido encuentro en este texto que ilumina mi misión?
¿Quién es el “Maestro” de mi misión evangelizadora?
¿He de cambiar el método, la forma o he de cambiar yo?
Buscaré mayor influencia en la Palabra de Dios.[/B]
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Y ante la orden “echad vuestras redes”, Pedro obedece a pesar de que hay pocas esperanzas de sacar algo. Ante la realidad de que las redes al sacarlas están a punto de reventar y la barca casi de hundirse por la cantidad de peces que habían capturado, el optimismo por el éxito conseguido hacen reflexionar a Pedro, prototipo de todos los creyentes que siguieron y siguen a Jesús, sobre el milagro que Él ha realizado y la posibilidad de convertirse en “pescador de hombres”.
Por eso cae a los pies de Jesús diciéndole: “aléjate de mi que soy un pecador”. Es el temor del hombre que descubre que Dios ha penetrado en su vida por lo que abandonando su trabajo, su familia y todo su pasado de pescador decide convertir su vida para estar junto al Maestro.
Qué gran ejemplo de generosidad y de fe nos está enseñando Pedro a los cristianos que escuchamos el evangelio pero andamos rezagados a la hora de colaborar con Jesús para convertirnos en “pescadores de hombres” intentado unir a los hijos de Dios que andan dispersos por nuestro cercano mundo, quizás esperando nuestra ayuda.
Estoy convencido de que el milagro de la pesca no está en lo mucho que se recoge, sino en el hecho de poner las redes en el agua fiándose únicamente en la Palabra. Está en mí, solo dejando que se opere el milagro para poder vivir esa otra pesca que cambie mi destino para encontrar el sentido último de la existencia. Confiar plenamente en su invitación “remar lago adentro” para echar mis redes confiando en su Palabra, en su fuerza y en su seguridad.
Así las cosas, tendré que responder interiormente algunas preguntas partiendo del siguiente texto:
“Maestro, toda la noche hemos estado faenando sin pescar nada, pero puesto quie tu lo dices, echaré las redes”.
¿Qué sentido encuentro en este texto que ilumina mi misión?
¿Quién es el “Maestro” de mi misión evangelizadora?
¿He de cambiar el método, la forma o he de cambiar yo?
Buscaré mayor influencia en la Palabra de Dios.[/B]
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