¿Qué es el fracaso?
Siempre se nos habla y se nos capacita para la victoria, pero ¿Y el fracaso?. Los incrédulos no aceptan esta arista. Los creyentes a veces sentimos algo así como frustración o ruina. Nos enseñan a tener fe, a esperar siempre lo mejor porque Dios está con nosotros y lo está pero nos permite también ésto.
Me pregunto porque nádie nos preparó para esperar la sarta de espinas que saltan y saltan en el camino, y tanto más cuando nos adentramos en el evangelio.
Cito aquí algunos ejemplos de la biblia:
DAVID, UN HOMBRE SEGÚN EL CORAZÓN DE DIOS (Hechos
13:22) Fracasó en no vencer la tentación mientras aún la tenía en mente. Toda tentación empieza en los pensamientos. Éste es el lugar donde deberíamos derrotarla. Aparte de su mente, todos los pensamientos e imaginaciones (2 Co 10:5). El fracaso en este caso consiste en no cortar con la tentación y llevarla a los actos... lo cual a los cristianos puede llevarnos al desastre.
Pablo: “…pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7: 23-24)
Siempre se nos habla y se nos capacita para la victoria, pero ¿Y el fracaso?. Los incrédulos no aceptan esta arista. Los creyentes a veces sentimos algo así como frustración o ruina. Nos enseñan a tener fe, a esperar siempre lo mejor porque Dios está con nosotros y lo está pero nos permite también ésto.
Me pregunto porque nádie nos preparó para esperar la sarta de espinas que saltan y saltan en el camino, y tanto más cuando nos adentramos en el evangelio.
Cito aquí algunos ejemplos de la biblia:
DAVID, UN HOMBRE SEGÚN EL CORAZÓN DE DIOS (Hechos
13:22) Fracasó en no vencer la tentación mientras aún la tenía en mente. Toda tentación empieza en los pensamientos. Éste es el lugar donde deberíamos derrotarla. Aparte de su mente, todos los pensamientos e imaginaciones (2 Co 10:5). El fracaso en este caso consiste en no cortar con la tentación y llevarla a los actos... lo cual a los cristianos puede llevarnos al desastre.
Pablo: “…pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Romanos 7: 23-24)