Ellos pensaban que la Tierra estaba rodeada de agua: había un mar abajo y otro arriba.
Cuando Yahvéh hacía llover, simpemente abría unas compuertas allá arriba.
Desde el primer capítulo de Génesis nos hallamos con esta idea, que se repite en la historia del diluvio de Noé, y a lo largo de toda la Biblia.

Cuando Yahvéh hacía llover, simpemente abría unas compuertas allá arriba.
Desde el primer capítulo de Génesis nos hallamos con esta idea, que se repite en la historia del diluvio de Noé, y a lo largo de toda la Biblia.
