Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Llum

Dios es luz
6 Julio 2008
3.349
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ES increíble ver como las emociones y la química de los cuerpos humanos motiva acciones. Esa química, impulso, hormonas o como quiera que se le llame, influye nuestras acciones. Entonces, ¿ puede esa emoción controlarnos o podemos frenarla antes que actue por nosotros? La cuestión es acerca de los resultados que al final deseamos obtener.¿ La emoción nos permite lograrlos o requerimos pensar dos veces? Al final, lo sabemos si reflexionamos en los resultados que esperamos obtener

...siempre hay asuntos a tener en cuenta: No quedar tan mal, sobre todo con nosotros mismos: Autoaprobarnos. La cuestión es: Determino mi propio resultado. Y, cuando digo "determino" me refiero a que determino el resultado de las cosas con una decisión específica, pero cuando no también lo determino, tácitamente desde mi propio concepto de mí totalidad como persona... que a veces ni uno/a misma tiene claro.

"Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba"...Me pregunto, ¿Cómo podría siendo una persona imperfecta; sujeta a equivocaciones, a defectos, a miedos e incluso a errores de formación; hacer un juicio justo de aquello que aprueba... porque en realidad lo aprueba en base a sí mismo.

¿Qué pensais?
 
Re: Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Debemos examinar la frase en el contexto, para mejor entender.

Pero de momento te daré un ejemplo de como entiendo yo esta palabra:

Si yo apruebo lo que le agrada al Señor, no me condeno a mi misma, pero si apruebo lo que desagrada al Señor, lo que la escritura bien entendida me revela como abominable a los ojos de Dios, no soy bienaventurada, porque me condeno a mi misma aprobando lo que Dios aborrece.

Bendiciones, hermano.
 
Re: Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Hermana, soy hermana. Un saludo.
 
Re: Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

A ver, es decir:

Me condeno o no a mí misma en aquello que apruebo, pero no conforme a mi propio juicio sinó al juicio de Dios ¿entiendo bien?
 
Re: Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

ES increíble ver como las emociones y la química de los cuerpos humanos motiva acciones. Esa química, impulso, hormonas o como quiera que se le llame, influye nuestras acciones. Entonces, ¿ puede esa emoción controlarnos o podemos frenarla antes que actue por nosotros? La cuestión es acerca de los resultados que al final deseamos obtener.¿ La emoción nos permite lograrlos o requerimos pensar dos veces? Al final, lo sabemos si reflexionamos en los resultados que esperamos obtener

...siempre hay asuntos a tener en cuenta: No quedar tan mal, sobre todo con nosotros mismos: Autoaprobarnos. La cuestión es: Determino mi propio resultado. Y, cuando digo "determino" me refiero a que determino el resultado de las cosas con una decisión específica, pero cuando no también lo determino, tácitamente desde mi propio concepto de mí totalidad como persona... que a veces ni uno/a misma tiene claro.

"Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba"...Me pregunto, ¿Cómo podría siendo una persona imperfecta; sujeta a equivocaciones, a defectos, a miedos e incluso a errores de formación; hacer un juicio justo de aquello que aprueba... porque en realidad lo aprueba en base a sí mismo.

¿Qué pensais?

Salud Islevargas:

Desde el inicio de los tiempos, cuando el hombre se rebeló ante Dios y quiso determinar él mismo su propio camino, desechó el conocimiento del bien y del mal tal cual como Dios quería (y quiere) enseñarle, para enterrarse a sí mismo en un sin fin de malas decisiones determinadas por el egoísmo y el afán de ser como Dios, aun por encima de sus semejantes.

Cuando Jesucristo vino en carne, su misión fue mostrarnos al Padre benigno y bueno que perdimos al rebelarnos contra Él, estableciendo un puente para que tuvieramos acceso a la fuente inagotable de la vida y del conocimiento de la verdad, del cual, solo podíamos conocer imperfectamnete a través de lo que se llamó "la ley".

Para todos aquellos quienes toman conciencia de su lamentable estado de obscuridad, Jesucristo dejó al Espíritu Santo quien tiene la misión de llevarnos al conocimiento real de la verdad, iluminando así nuestro camino para que no haya tropiezo o condenación en él.

Pero, obviamnete, todas las decisiones, sean para bien o sean para mal, deben ser tomadas por el hombre, quien debe considerar si lo que el Espíritu Santo le enseña le sirve o nó. Si el tal hombre decide que la eneñanza del Espíritu no puede estar por encima de lo que él opina que está bien (para él mismo), entonces está rechazando la verdad al aprobar un mal camino. Por esta razón se dice que es feliz quien no se condena a sí mismo con las decisiones que tome, pues ya no tiene excusa para hacer lo malo.

Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.

Gracia y paz.
 
Re: Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

CIRCONBRILLANTE muy interesante tu exposición, gracias y bendiciones.
 
Re: Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Significado de" Bienaventurado": (Del part. del ant. bienaventurar).

1. adj. Que goza de Dios en el cielo. U. t. c. s. (Usada también como sustantivo)

2. adj. afortunado, feliz.

Me viene a la memoria el salmo 1, que en unas versiones está traducido como "bienaventurado" Y en otras como "feliz" "el hombre que no sigue el consejo de malos, ni va por el camino de los pecadores, ni hace causa común con los que se burlan de Dios. Sino que pone su amor en la ley del Señor... da su fruto a su tiempo... Todo cuanto hace le sale bien".

Bienaventurado. Si aplicamos el significado literal de la palabra quedaría algo como "Hombre que goza de Dios en el cielo, afortunado, feliz...aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba"... analizando esta palabra y los aportes hechos por Dosolivos y Circonbrillante, noto aquí algo muy interesante: Que si lo que aprueba un hombre está conforme a la voluntad de Dios, entonces esa aprobación debe hacerle feliz, porque es lo que dice la palabra: Éste hombre es feliz.

Retomando el Salmo 1: Sino que pone su amor en la ley del Señor... La ley del Señor, pero ¿a qué ley se refiere? ... Los fariseos cumplían la ley de Moisés a rajatabla, pero según las palabras de Jesús: "Si no supérais la justicia de los Fariseos no entraréis en el reino de los cielos"... de donde deduzco que cuando la biblia nos insiste en poner nuestro amor en la ley de Dios se refiere al amor a Dios y a nuestro prójimo y, creo, según la palabra de Dios que también sabremos lo que es correcto, conforme al juicio de Dios, si el resultado que ocasionamos con nuestras decisiones es un resultado que aún a nosotros mismos nos acarrea felicidad.
 
Re: Bienaventurado aquél que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

Quiero dejar aquí la siguiente reflexión, Lucas 6:47

"Os voy a decir a quien se parece el hombre que viene a mí y hace lo que yo digo: se parece a un hombre que para construir su casa cavó primero bien hondo,
y puso su base sobre la roca. Cuando creció el río, el agua dio con fuerza contra la casa, pero ni moverla pudo, porque estaba bien construída".