Re: bautismo en union libre
Vivir en unión libre no puede ni debe ser un impedimento para bautizar a nadie siempre que los dos o al menos uno exprese su deseo firme de querer formalizar cristianamente su unión.
Si no pudiese hacerlo por que su pareja no lo desea (única causa justificada) se le puede y debe bautizar igualmente. Pues el bautismo es un sacramento que se recibe, en adultos, en virtud de la fe y personalmente, no implica absolutamente a nadie más que al Espíritu Santo y el Bautizado.
Estar en una unión civil y no casados cristianamente no es pecado para quienes no son cristianos, teniendo para ellos todos y cada uno de los efectos del matrimonio ( Siempre que: Si para quienes se casan libremente el matrimonio significó un compromiso de fidelidad para siempre y unión verdadera (que en ningún momento contemplaron el divorcio y nuevas nupcias como algo admisible en sus principios y creencias) no obstante debe quedar en la conciencia de cada cual, dicha unión puede llegar a tener los mismos efectos que la unión cristianamente hecha, de modo que la iglesia al nuevo converso y bautizado no debería permitirle nuevas nupcias con otra esposa si media como única causa de separación con el matrimonio anterior un divorcio o separación; no si existiese defunción o adulterio, en cuyo caso se aplica el derecho eclesiástico protestante habitual para un creyente.
Ahora bien un cristiano o cristiana no debe por la salud de su alma y el testimonio de la Iglesia vivir en una unión libre con una mujer u hombre, sino que debe o bien casarse en la iglesia o bien formalizar del modo que se crea adecuada su unión ante la Iglesia y Dios. Pero como ya dije, si se hallase ya junto con otra mujer u hombre que no comparta su fe, la iglesia no puede obligarla al divorcio o roptura bajo ningún pretexto y debe hacer lo posible por atraer a la fe a la otra persona o dejarla estar pero dentro de los valores y creencias más similares a la verdadera fe.
Los matrimonios previos que se realizasen en cualesquiera iglesias cristianas, deben ser aceptados como válidos, aún siendo sólo un cónyuge el nuevo converso o los dos. Los que procedan del Islam o del Judaísmo y se conviertan tampoco no parace existir razón para que su matrimonio anterior no tenga plena validez, ya que su idea del matrimonio es parácticamente igual a la nuestra.
Recordemos que para la teología protestante el matrimonio NO es un sacramento y que sólo son los dos contrayentes los que se casan eficientemente, sin necesidad de ningún sacerdote o ritual. Aunque es lo saludable y ante el testimonio conveniente que se proceda con una formalización en la iglesia del mismo ante testigos del enlace.