El año 2012
De acuerdo al calendario maya, los años del mundo terminan el 21 de diciembre de 2012. Los que interpretan este acontecimiento dicen que en ese día habrá grandes calamidades que azotarán el planeta. Hasta han hecho una película sobre el tema. El filme termina con los sobrevivientes en varias construcciones que denominan “arcas”, donde están listos a comenzar de nuevo la vida en el desolado planeta.
No sólo el calendario maya, sino, además, las llamadas profecías de Nostradamus y la Gran Pirámide, según aseguran los intérpretes, vaticinan semejantes catástrofes. Tratan e asociar estas “profecías” con las que presenta Apocalipsis 16. En efecto, el último libro de las Sagradas Escrituras menciona un terremoto colosal y la caída de grandes pedriscos del cielo antes que se efectúe la segunda venida de Cristo. Pero el mismo Cristo hace claro que “del día y la hora nadie sabe”.
Los que creemos en la venida gloriosa de Jesucristo debemos estar listos, ya que esos acontecimientos finales estás por sobrecogernos. Lo que es vital e saber que hay otros acontecimientos que deben suceder antes que venga el fin del mundo y no se pueden cumplir en tan corto plazo.
Es claro en las profecías apocalípticas que todas esas calamidades son para purificar el planeta, para que Dios pueda crear “nuevos cielos y nueva tierra”. Ese nuevo Edén será poblado por seres salvados por “la sangre del Cordero”. Tienen que ser cambiados aquí y ahora. Esta es la obra del Espíritu Santo, el que hará de cada uno e los herederos del reino, “nuevas criaturas”. Sólo gente nueva puede vivir en un mundo nuevo.
Dr. Luis G. Cajiga, predicador adventista, Puerto Rico
De acuerdo al calendario maya, los años del mundo terminan el 21 de diciembre de 2012. Los que interpretan este acontecimiento dicen que en ese día habrá grandes calamidades que azotarán el planeta. Hasta han hecho una película sobre el tema. El filme termina con los sobrevivientes en varias construcciones que denominan “arcas”, donde están listos a comenzar de nuevo la vida en el desolado planeta.
No sólo el calendario maya, sino, además, las llamadas profecías de Nostradamus y la Gran Pirámide, según aseguran los intérpretes, vaticinan semejantes catástrofes. Tratan e asociar estas “profecías” con las que presenta Apocalipsis 16. En efecto, el último libro de las Sagradas Escrituras menciona un terremoto colosal y la caída de grandes pedriscos del cielo antes que se efectúe la segunda venida de Cristo. Pero el mismo Cristo hace claro que “del día y la hora nadie sabe”.
Los que creemos en la venida gloriosa de Jesucristo debemos estar listos, ya que esos acontecimientos finales estás por sobrecogernos. Lo que es vital e saber que hay otros acontecimientos que deben suceder antes que venga el fin del mundo y no se pueden cumplir en tan corto plazo.
Es claro en las profecías apocalípticas que todas esas calamidades son para purificar el planeta, para que Dios pueda crear “nuevos cielos y nueva tierra”. Ese nuevo Edén será poblado por seres salvados por “la sangre del Cordero”. Tienen que ser cambiados aquí y ahora. Esta es la obra del Espíritu Santo, el que hará de cada uno e los herederos del reino, “nuevas criaturas”. Sólo gente nueva puede vivir en un mundo nuevo.
Dr. Luis G. Cajiga, predicador adventista, Puerto Rico