¿DESCUBRIÓ LA NASA EL DÍA PERDIDO DE JOSUÉ?
Traducido del inglés por Igor Cabrera
FUENTE:
Apologetics Press
230 Landmark Drive
Montgomery, Alabama 36117
U.S.A.
Phone (334) 272-8558
http://www.ApologeticsPress.org
Por años un cuento ha sido circulado por gente bien intencionada cuyo intento es defender la exactitud e inspiración de la Biblia. El cuento parece grandioso, y es bastante impresionante lo que dice. El problema es que es falso de principio a fin. En mayo de 1991 Mientras hay muchos aspectos positivos del Internet y el WWW, un aspecto negativo es que el error se puede diseminar rápidamente, y extensamente. Al parecer ése esto exactamente lo que ha pasado aquí.
Algún bien intencionado anunció el cuento en el Internet. Otro lo vio, y se lo envió a unos (o unos cientos!) de personas vía e-mail. Esas personas entonces se lo reenviaron a otros, quienes a su vez enviaron otros, pidiendo que lo reenviasen. ¡de manera infinita! A causa de la naturaleza seria de la situación (el hecho que información falsa es usada aunque probablemente de manera inconsciente para defender la Palabra de Dios), Bert Thompson publicó este artículo en la revista Reason & Revelation en mayo de 1991 en el se expone la naturaleza falsa de este cuento. Como personas cuyos actos y enseñanzas giran alrededor de la importancia de la verdad, nosotros, y todos los seres humanos, debemos hacer todo lo que podamos para evitar la diseminación de material erróneo, indiferentemente de cuán "bueno" parezca, o el "valor como evidencia" que parezca tener. Sí, debemos defender la Palabra de Dios. Pero no, no debemos usar un error para hacerlo. "Enseñar Fielmente la Fe" no es meramente un privilegio imponente, si no también una responsabilidad imponente . Es mi esperanza que este artículo sea de uso para nuestros lectores.
P.
En el décimo capítulo del libro de Josué en el Antiguo Testamento , se dice que "el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta tanto que la gente se hubo vengado de sus enemigos" El cuento que a menudo circula es que los científicos de la NASA ,usando computadoras para calcular órbitas de la Tierra y el Sol, descubrieron que había un "día perdido." En un examen más amplio, así relata el cuento, estos científicos usaron sus computadoras para hallar el día perdido, como prueba del registro bíblico. ¿Es este cuento correcto?
R.
De vez en cuando cuentos tal como el que se describió aparecen en boletines de la iglesia y publicaciones religiosas, o en el Internet como si fuesen verdaderos. No hay ninguna duda de que quienes propagan tal información tienen buenas intenciones, y tiene como su meta última una defensa de la Biblia contra las flechas de infidelidad. De cualquier modo que, el cuento es falso. Una investigación revela los detalles siguientes.
Cuentos similares han estado circulando de por más de medio siglo. En su libro La Armonía de Ciencia y Escritura (1936), Harry Rimmer consagró el último capítulo entero a "La Ciencia Moderna y el Día Largo de Josué." En su discusión, Rimmer recontó el relato bíblico de cómo Dios hizo el Sol parar (Josué 10), y entonces hizo la declaración siguiente acerca de este milagro: "El testimonio conclusivo de ciencia es que tal día perdió su registro por todo el tiempo. Tan largo como el tiempo sea, el registro de este día debe quedar. El hecho es atestiguado por hombres de ciencia eminentes , dos de los cuales cito aquí" (1936, p. 280). el Dr. Rimmer entonces mencionaba a dos científicos, el señor Edwin Ball, un astrónomo británico, y Charles A.L. Totten, un profesor de Yale. Dio a Ball el crédito de ser el primero darse cuenta de que "se habían perdido veinticuatro horas del tiempo solar." Rimmer entonces preguntó las preguntas: "Donde se habían ido, cuál fue la causa de este lapso extraño, y cómo pasó" (p. 280)? En el siguiente párrafo, escribió: "hay un lugar, de cualquier modo que, donde se halla la respuesta. Y este lugar es atestiguado por un científico. Hay un libro escrito por el Prof. C.A. Totten de Yale, escrito en 1890, que establece el caso más allá de la sombra de la duda" (p. 281). Rimmer entonces ofreció lo que llamó un "resumen" del libro de Totten donde, dijo, se puede hallar información para probar exactamente cómo se había descubierto el "día perdido" . Rimmer incluso dio el día exacto y mes en que la batalla de Josué tubo efecto martes, el 22 de julio (p. 266).
Antes de responder a la pregunta acerca de los científicos de la NASA que según se alega han hallado el "día perdido" de Josué, déjenos varias observaciones acerca de esta versión más vieja (de la que la más nueva obviamente ha sido reeditada con embellecimiento considerable). Primero, Rimmer específicamente declaró que tuvo la intención de "citar a" Ball y Totten, sin embargo ninguna de las declaraciones que ofreció estaban entre comillas. Segundo, libro que Totten escribió en el 1890 (el Día Largo de JosUÉ y el dial de Ahaz) nunca fue mencionado por Rimmer, lo que parece un poco ilógico, considerando que Rimmer consagró un capítulo entero a este asunto en su libro propio. Tercero, ninguna referencia bibliográfica a los trabajos de o Ball o Totten fue provista por Rimmer . Denuevo bastante raro, tomando en cuenta que Rimmer basó su argumento entero en la validez de sus casos respectivos. Cuarto, numerosos otro escritores han hecho esfuerzos serios determinar la validez de las demandas de Rimmer, tan satisfactorio como esos de Ball y Totten, pero sin éxito. Por ejemplo Bernard Ramm, en La Vista Cristiana de la Ciencia y Escritura, discutió el punto de vista del Dr. Rimmer y su referencia a Totten. Ramm expresó su conclusión personal con respecto a la documentación ofrecida por Rimmer, Totten, y Ball en terminología bien-escogida. El observó: "No he podido verificar esto a mi satisfacción propia. Dr. Kulp ha tratado de verificar esta teoría en Yale[ donde trabajaba Totten ] y en Inglaterra[ el hogar del señor Edwin Ball ], y no he hallado nada para verificarlo" (1954, [pp]. 109,117).
Ninguna duda que Rimmer que creyó que el cuento era verdadero. Pero la documentación que debería haber provisto la prueba seriamente y obviamente falta. Cómo tales cuentos originan están lejos más difícil determinar que cómo circulan. Cuando un cuento ha sido "corroborado" gracias a que aparecen los que parecen ser nombres creíbles y hechos relevantes, las personas a menudo no se tman la molestia de investigarlo más allá. Una vez aceptado, entonces se usa en lo qué el creyente de la Biblia ve como un razonamiento en defensa de la Palabra de Dios. De toda evidencia ahora disponible, el cuento de Ball, Totten, y Rimmer simplemente no es verdadero, y no se debe usar en defensa de la Biblia como la Palabra de Dios.
Lo mismo se puede decir acerca de la versión moderna del cuento. De nuevo, algún fondo histórico es necesario. Cuando el cuento, por el Dr. Rimmer, se publicó primero , al parecer causó realmente un poco de excitación, y se le aceptó sin críticas por esos ansiosos de mostrar cómo la ciencia "probaba" que la Biblia era cierta. Después de la excitación inicial menguó, se olvidó el cuento, o se pasó por alto, y eventualmente se relegó a una reliquia apilada en la historia. Su estado, de cualquier modo fue breve. Alguien (a este día, nadie sabe quien) redescubrió el cuento, y "desempolvó lo apartado," le dio unos embellecimientos (sin duda hacerlo más aceptable a la mente moderna científica), y proveyó nombres (de individuos, compañías, y ciudades), y entonces, por medida buena, tiró en una referencia a una agencia del gobierno popular que estaba/ está en el ojo público (la Administration Nacional de Aeronáutica y Espacio -NASA). Con esta "reedición" el cuento estaba ahora completo, tenía construida una credibilidad que pocos pensaron dudar o preguntar.
La versión moderna del cuento sugiere que los científicos de la NASA en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland usaban computadoras sofisticadas trazar posiciones del Sol, Luna, y otro planetas 100, y 1000, años en el futuro para calcular trayectorias del nave aeroespacial. De repente las computadoras se detuvieron completamente. Como resultado, las computadoras habían descubierto un "día perdido" en tiempo. Los técnicos no supieron corregir el problema. Pero uno de los científicos presentes habían asistido a la escuela dominical cuando niño, y recordó la historia en que Dios hizo el Sol parar por cerca de un día. Cuando sugirió esto como una solución posible, los otros científicos lo ridiculizaron. De cualquier modo que, el científico buscó a Josué 10 y leyó el relato. Los técnicos entonces alimentaron los datos nuevos en las computadoras (tomando en cuenta cuidadosamente el "día perdido" de Josué), y las máquinas una vez más zumbaron. Las computadoras de repente detuvieron de nuevo porque no habían descubierto un día entero; algo todavía faltaba. Al parecer (así el cuento va) las computadoras hallaron sólo 23 horas y 20 minutos. En otras palabras, 40 minutos todavía faltaban. Pero el científico alumno de la escuela dominical sugirió la respuesta a este rompecabezas. Recordó 2 Reyes 20, que indica que el Rey Hezequias, al ser informado que Dios le había otorgado más tiempo de vida, rogó por una señal de Cielo. ¡Dios entonces hizo el Sol se mueva al revés diez grados exactamente 40 minutos! Se alimentó este información en las computadoras, y una vez hecho esto trabajaron perfectamente.
Este cuento circuló extensamente a fines de los 1960s y principios de los 1970s como resultado de los esfuerzos de Harold Colina, entonces-presidente de Curtis Engine Company en Halethorpe (Baltimore), Maryland. En su 1974 libro Cómo Vivir Como el Hijo de un Rey, el Sr. Hill consagró un capítulo entero al cuento ([pp]. 65-77), y explicó cómo llegó a ser tan extendido. Declaró en esa ocasión que habló a estudiantes de escuela secundaria y de la universidad con respecto a asuntos referentes a la Biblia y la ciencia , y que el cuento del "día perdido" de la NASA era uno que él "decía a menudo" ([pp]. 65-66). De algún modo (el Sr. Hill igual nunca supo cómo), Mary Kathryn Bryan, un redactor del Evening World of Spencer, Indiana, recibió un escrito que hablaba del cuento del Sr. Hill y lo publicó en su columna. Después, Hill apuntó, "Varias agencias de noticias recogieron el cuento y éste apareció en cuentos de lugares" (p. 69, [emp]. en [orig].). La historia ganó credibilidad cuando el Sr. Hill sugirió la relacionó con el programa Goddard: "Yo estube involucrado desde el principio debido a arreglos contractuales con mi compañía" (1974, p. 65).[ Cuando en realidad, la conexión del Sr. Hill's con la NASA era tenue en el mejor de los casos; su compañía tenía un contrato reparar algunos de los generadores eléctricos de la agencia del gobierno. El nunca se estubo involucrado de ninguna manera con el funcionamiento de la misión o su planificación.]
Todos los esfuerzos por confirmar el origen del cuento han fallado. Después de un artículo acerca de él apareció en abril de 1970 en el Bible-Science Newsletter, varios lectores de esa revista escribieron al Sr. Hill. Un artículo subsiguiente en julio de 1989 Bible-Science Newsletter hizo mención al hecho después del artículo de 1970 , unos lectores finalmente recibieron una carta de la del Sr. Hill en la que declaró que el no originó el cuento. En su libro de 1974 reconoció que atestiguó el incidente en la NASA personalmente, y dijo que no puede recordar lo oyó por primera vez, pero insistió que "mi incapacidad aportar documentación sobre el 'día perdido' en ninguna manera disminuye de su autenticidad" (p. 71).
En julio de 1989 Bible-Science Newsletter siguió informando que Dr. Bolton Davidheiser escribió a la oficina a Greenbelt de la NASA, en Maryland, donde todo el hecho debía haber pasado. Contestaron que no sabían nada del Sr. Harold Hill y no podían corroborar la referencia del "día perdido" . El último párrafo de la carta de la NASA dice, "Aunque hacemos uso de las posiciones planetarias como requisito en la determinación de las órbitas de los transbordadores en nuestras computadoras, no he hallado que ningún astronauta o científico espacial en Greenbelt se haya visto involucrado en el hecho del 'día perdido' atribuido al Sr. Hill" (Bartz, 1989, p. 12).
El origen del cuento es dudoso en el mejor de los casos (y espurio en el peor). Los hechos, hasta donde se puede verificar, son incorrectos. Y aquellos que según se alega se involucraron en el hallazgo del "día perdido" de Josué admite no saber nada acerca de tales eventos. Además, cualquiera que proclama que las computadoras de algún modo podían "hallar" un día perdido no entiende cómo trabajan las computadoras . Como Paul Bartz ha comentado:
Las computadoras no son máquinas mágicas que pueden comprender cosas que se esconden de las personas normales. Tan maravillosas como son, se limitan por el conocimiento que les damos. Las computadoras dependen de nosotros para su conocimiento. Si bien se puede usar una computadora para generar un calendario inverso del pasado distante, lo cual no es una práctica rara, una computadora no podría decirnos si un tiempo falta o no. De hecho, la computadora tendría que se programada con toda clase de ajustes explicar los muchos cambios en el calendario occidental del último par de miles años. Para abreviar, el cuento es técnicamente imposible , no importa cuan sofisticada sea la computadora (1989, p. 12).
La única conclusión que uno puede sacar , respetando los hechos disponibles, esque el cuento es falso y no se debe circular. Hacemos un perjuicio a la Palabra de Dios cuando intentamos "defenderla" con cuentos tales como estos , con un pedazo de sentido común y una cantidad pequeña de investigación, se puede mostrar que no tiene un fundamento verdadero.
Traducido del inglés por Igor Cabrera
FUENTE:
Apologetics Press
230 Landmark Drive
Montgomery, Alabama 36117
U.S.A.
Phone (334) 272-8558
http://www.ApologeticsPress.org
Por años un cuento ha sido circulado por gente bien intencionada cuyo intento es defender la exactitud e inspiración de la Biblia. El cuento parece grandioso, y es bastante impresionante lo que dice. El problema es que es falso de principio a fin. En mayo de 1991 Mientras hay muchos aspectos positivos del Internet y el WWW, un aspecto negativo es que el error se puede diseminar rápidamente, y extensamente. Al parecer ése esto exactamente lo que ha pasado aquí.
Algún bien intencionado anunció el cuento en el Internet. Otro lo vio, y se lo envió a unos (o unos cientos!) de personas vía e-mail. Esas personas entonces se lo reenviaron a otros, quienes a su vez enviaron otros, pidiendo que lo reenviasen. ¡de manera infinita! A causa de la naturaleza seria de la situación (el hecho que información falsa es usada aunque probablemente de manera inconsciente para defender la Palabra de Dios), Bert Thompson publicó este artículo en la revista Reason & Revelation en mayo de 1991 en el se expone la naturaleza falsa de este cuento. Como personas cuyos actos y enseñanzas giran alrededor de la importancia de la verdad, nosotros, y todos los seres humanos, debemos hacer todo lo que podamos para evitar la diseminación de material erróneo, indiferentemente de cuán "bueno" parezca, o el "valor como evidencia" que parezca tener. Sí, debemos defender la Palabra de Dios. Pero no, no debemos usar un error para hacerlo. "Enseñar Fielmente la Fe" no es meramente un privilegio imponente, si no también una responsabilidad imponente . Es mi esperanza que este artículo sea de uso para nuestros lectores.
P.
En el décimo capítulo del libro de Josué en el Antiguo Testamento , se dice que "el sol se detuvo y la luna se paró, Hasta tanto que la gente se hubo vengado de sus enemigos" El cuento que a menudo circula es que los científicos de la NASA ,usando computadoras para calcular órbitas de la Tierra y el Sol, descubrieron que había un "día perdido." En un examen más amplio, así relata el cuento, estos científicos usaron sus computadoras para hallar el día perdido, como prueba del registro bíblico. ¿Es este cuento correcto?
R.
De vez en cuando cuentos tal como el que se describió aparecen en boletines de la iglesia y publicaciones religiosas, o en el Internet como si fuesen verdaderos. No hay ninguna duda de que quienes propagan tal información tienen buenas intenciones, y tiene como su meta última una defensa de la Biblia contra las flechas de infidelidad. De cualquier modo que, el cuento es falso. Una investigación revela los detalles siguientes.
Cuentos similares han estado circulando de por más de medio siglo. En su libro La Armonía de Ciencia y Escritura (1936), Harry Rimmer consagró el último capítulo entero a "La Ciencia Moderna y el Día Largo de Josué." En su discusión, Rimmer recontó el relato bíblico de cómo Dios hizo el Sol parar (Josué 10), y entonces hizo la declaración siguiente acerca de este milagro: "El testimonio conclusivo de ciencia es que tal día perdió su registro por todo el tiempo. Tan largo como el tiempo sea, el registro de este día debe quedar. El hecho es atestiguado por hombres de ciencia eminentes , dos de los cuales cito aquí" (1936, p. 280). el Dr. Rimmer entonces mencionaba a dos científicos, el señor Edwin Ball, un astrónomo británico, y Charles A.L. Totten, un profesor de Yale. Dio a Ball el crédito de ser el primero darse cuenta de que "se habían perdido veinticuatro horas del tiempo solar." Rimmer entonces preguntó las preguntas: "Donde se habían ido, cuál fue la causa de este lapso extraño, y cómo pasó" (p. 280)? En el siguiente párrafo, escribió: "hay un lugar, de cualquier modo que, donde se halla la respuesta. Y este lugar es atestiguado por un científico. Hay un libro escrito por el Prof. C.A. Totten de Yale, escrito en 1890, que establece el caso más allá de la sombra de la duda" (p. 281). Rimmer entonces ofreció lo que llamó un "resumen" del libro de Totten donde, dijo, se puede hallar información para probar exactamente cómo se había descubierto el "día perdido" . Rimmer incluso dio el día exacto y mes en que la batalla de Josué tubo efecto martes, el 22 de julio (p. 266).
Antes de responder a la pregunta acerca de los científicos de la NASA que según se alega han hallado el "día perdido" de Josué, déjenos varias observaciones acerca de esta versión más vieja (de la que la más nueva obviamente ha sido reeditada con embellecimiento considerable). Primero, Rimmer específicamente declaró que tuvo la intención de "citar a" Ball y Totten, sin embargo ninguna de las declaraciones que ofreció estaban entre comillas. Segundo, libro que Totten escribió en el 1890 (el Día Largo de JosUÉ y el dial de Ahaz) nunca fue mencionado por Rimmer, lo que parece un poco ilógico, considerando que Rimmer consagró un capítulo entero a este asunto en su libro propio. Tercero, ninguna referencia bibliográfica a los trabajos de o Ball o Totten fue provista por Rimmer . Denuevo bastante raro, tomando en cuenta que Rimmer basó su argumento entero en la validez de sus casos respectivos. Cuarto, numerosos otro escritores han hecho esfuerzos serios determinar la validez de las demandas de Rimmer, tan satisfactorio como esos de Ball y Totten, pero sin éxito. Por ejemplo Bernard Ramm, en La Vista Cristiana de la Ciencia y Escritura, discutió el punto de vista del Dr. Rimmer y su referencia a Totten. Ramm expresó su conclusión personal con respecto a la documentación ofrecida por Rimmer, Totten, y Ball en terminología bien-escogida. El observó: "No he podido verificar esto a mi satisfacción propia. Dr. Kulp ha tratado de verificar esta teoría en Yale[ donde trabajaba Totten ] y en Inglaterra[ el hogar del señor Edwin Ball ], y no he hallado nada para verificarlo" (1954, [pp]. 109,117).
Ninguna duda que Rimmer que creyó que el cuento era verdadero. Pero la documentación que debería haber provisto la prueba seriamente y obviamente falta. Cómo tales cuentos originan están lejos más difícil determinar que cómo circulan. Cuando un cuento ha sido "corroborado" gracias a que aparecen los que parecen ser nombres creíbles y hechos relevantes, las personas a menudo no se tman la molestia de investigarlo más allá. Una vez aceptado, entonces se usa en lo qué el creyente de la Biblia ve como un razonamiento en defensa de la Palabra de Dios. De toda evidencia ahora disponible, el cuento de Ball, Totten, y Rimmer simplemente no es verdadero, y no se debe usar en defensa de la Biblia como la Palabra de Dios.
Lo mismo se puede decir acerca de la versión moderna del cuento. De nuevo, algún fondo histórico es necesario. Cuando el cuento, por el Dr. Rimmer, se publicó primero , al parecer causó realmente un poco de excitación, y se le aceptó sin críticas por esos ansiosos de mostrar cómo la ciencia "probaba" que la Biblia era cierta. Después de la excitación inicial menguó, se olvidó el cuento, o se pasó por alto, y eventualmente se relegó a una reliquia apilada en la historia. Su estado, de cualquier modo fue breve. Alguien (a este día, nadie sabe quien) redescubrió el cuento, y "desempolvó lo apartado," le dio unos embellecimientos (sin duda hacerlo más aceptable a la mente moderna científica), y proveyó nombres (de individuos, compañías, y ciudades), y entonces, por medida buena, tiró en una referencia a una agencia del gobierno popular que estaba/ está en el ojo público (la Administration Nacional de Aeronáutica y Espacio -NASA). Con esta "reedición" el cuento estaba ahora completo, tenía construida una credibilidad que pocos pensaron dudar o preguntar.
La versión moderna del cuento sugiere que los científicos de la NASA en el Centro de Vuelo Espacial Goddard en Greenbelt, Maryland usaban computadoras sofisticadas trazar posiciones del Sol, Luna, y otro planetas 100, y 1000, años en el futuro para calcular trayectorias del nave aeroespacial. De repente las computadoras se detuvieron completamente. Como resultado, las computadoras habían descubierto un "día perdido" en tiempo. Los técnicos no supieron corregir el problema. Pero uno de los científicos presentes habían asistido a la escuela dominical cuando niño, y recordó la historia en que Dios hizo el Sol parar por cerca de un día. Cuando sugirió esto como una solución posible, los otros científicos lo ridiculizaron. De cualquier modo que, el científico buscó a Josué 10 y leyó el relato. Los técnicos entonces alimentaron los datos nuevos en las computadoras (tomando en cuenta cuidadosamente el "día perdido" de Josué), y las máquinas una vez más zumbaron. Las computadoras de repente detuvieron de nuevo porque no habían descubierto un día entero; algo todavía faltaba. Al parecer (así el cuento va) las computadoras hallaron sólo 23 horas y 20 minutos. En otras palabras, 40 minutos todavía faltaban. Pero el científico alumno de la escuela dominical sugirió la respuesta a este rompecabezas. Recordó 2 Reyes 20, que indica que el Rey Hezequias, al ser informado que Dios le había otorgado más tiempo de vida, rogó por una señal de Cielo. ¡Dios entonces hizo el Sol se mueva al revés diez grados exactamente 40 minutos! Se alimentó este información en las computadoras, y una vez hecho esto trabajaron perfectamente.
Este cuento circuló extensamente a fines de los 1960s y principios de los 1970s como resultado de los esfuerzos de Harold Colina, entonces-presidente de Curtis Engine Company en Halethorpe (Baltimore), Maryland. En su 1974 libro Cómo Vivir Como el Hijo de un Rey, el Sr. Hill consagró un capítulo entero al cuento ([pp]. 65-77), y explicó cómo llegó a ser tan extendido. Declaró en esa ocasión que habló a estudiantes de escuela secundaria y de la universidad con respecto a asuntos referentes a la Biblia y la ciencia , y que el cuento del "día perdido" de la NASA era uno que él "decía a menudo" ([pp]. 65-66). De algún modo (el Sr. Hill igual nunca supo cómo), Mary Kathryn Bryan, un redactor del Evening World of Spencer, Indiana, recibió un escrito que hablaba del cuento del Sr. Hill y lo publicó en su columna. Después, Hill apuntó, "Varias agencias de noticias recogieron el cuento y éste apareció en cuentos de lugares" (p. 69, [emp]. en [orig].). La historia ganó credibilidad cuando el Sr. Hill sugirió la relacionó con el programa Goddard: "Yo estube involucrado desde el principio debido a arreglos contractuales con mi compañía" (1974, p. 65).[ Cuando en realidad, la conexión del Sr. Hill's con la NASA era tenue en el mejor de los casos; su compañía tenía un contrato reparar algunos de los generadores eléctricos de la agencia del gobierno. El nunca se estubo involucrado de ninguna manera con el funcionamiento de la misión o su planificación.]
Todos los esfuerzos por confirmar el origen del cuento han fallado. Después de un artículo acerca de él apareció en abril de 1970 en el Bible-Science Newsletter, varios lectores de esa revista escribieron al Sr. Hill. Un artículo subsiguiente en julio de 1989 Bible-Science Newsletter hizo mención al hecho después del artículo de 1970 , unos lectores finalmente recibieron una carta de la del Sr. Hill en la que declaró que el no originó el cuento. En su libro de 1974 reconoció que atestiguó el incidente en la NASA personalmente, y dijo que no puede recordar lo oyó por primera vez, pero insistió que "mi incapacidad aportar documentación sobre el 'día perdido' en ninguna manera disminuye de su autenticidad" (p. 71).
En julio de 1989 Bible-Science Newsletter siguió informando que Dr. Bolton Davidheiser escribió a la oficina a Greenbelt de la NASA, en Maryland, donde todo el hecho debía haber pasado. Contestaron que no sabían nada del Sr. Harold Hill y no podían corroborar la referencia del "día perdido" . El último párrafo de la carta de la NASA dice, "Aunque hacemos uso de las posiciones planetarias como requisito en la determinación de las órbitas de los transbordadores en nuestras computadoras, no he hallado que ningún astronauta o científico espacial en Greenbelt se haya visto involucrado en el hecho del 'día perdido' atribuido al Sr. Hill" (Bartz, 1989, p. 12).
El origen del cuento es dudoso en el mejor de los casos (y espurio en el peor). Los hechos, hasta donde se puede verificar, son incorrectos. Y aquellos que según se alega se involucraron en el hallazgo del "día perdido" de Josué admite no saber nada acerca de tales eventos. Además, cualquiera que proclama que las computadoras de algún modo podían "hallar" un día perdido no entiende cómo trabajan las computadoras . Como Paul Bartz ha comentado:
Las computadoras no son máquinas mágicas que pueden comprender cosas que se esconden de las personas normales. Tan maravillosas como son, se limitan por el conocimiento que les damos. Las computadoras dependen de nosotros para su conocimiento. Si bien se puede usar una computadora para generar un calendario inverso del pasado distante, lo cual no es una práctica rara, una computadora no podría decirnos si un tiempo falta o no. De hecho, la computadora tendría que se programada con toda clase de ajustes explicar los muchos cambios en el calendario occidental del último par de miles años. Para abreviar, el cuento es técnicamente imposible , no importa cuan sofisticada sea la computadora (1989, p. 12).
La única conclusión que uno puede sacar , respetando los hechos disponibles, esque el cuento es falso y no se debe circular. Hacemos un perjuicio a la Palabra de Dios cuando intentamos "defenderla" con cuentos tales como estos , con un pedazo de sentido común y una cantidad pequeña de investigación, se puede mostrar que no tiene un fundamento verdadero.
