Estimados
Daré "mi opinión"; ... con la salvedad que no estoy sentando parámetros en cuanto a la pregunta.
Creo que una persona demente, niño, joven, anciano, cabe en dos posibilidades..
Una: en "Mas á Moisés dice: Tendré misericordia del que tendré misericordia, y me compadeceré del que me compadeceré" (Romanos 9:15)
Cuando Dios dice que el tendrá misericordia de quien quiera tenerla; obviamente entran en ésta soberanía de Dios, aquellos que por causas legítimamente justas, no han pasado por el conducto regular por el que todos tenemos que pasar;... y allí, la última palabra, la tiene nuestro soberano Dios.
Y otra: en "Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo tú, y tu casa" (Hechos 16:31)
Los que hemos creido en nuestro Señor Jesucristo, somos responsables de los de nuestra casa (familia)...
Y obviamente un demente, está bajo nuestra responsabilidad. Todo lo que un demente no puede alcanzar por sí mismo, lo debe recibir a través nuestro;... y esto es válido para cualquiera de nuestra familia que esté privado de la capacidad de relacionarse con Dios y de alcanzar salud por sus propios medios (alguna enfermedad grave)
Nosotros les transmitimos salud o no a los de nuestra casa, esto es el caso de los bebés o niños que aun no comprenden ni pueden relacionarse con Dios; hasta que, teniendo raciocinio, lleguen a que nuestro Dios, es decir, el Dios de sus padres, llegue a ser el Dios de ellos.
Por lo tanto, un demente, siendo parte de nuestra familia, estará bajo nuestro cuidado y bajo la cobertura de la salud espiritual que nosotros alcanzemos para ellos; intercediendo a Dios por ellos, orando por ellos, administrándoles aún en su incapacidad.
Me ha correspondido atender enfermos terminales que nada saben ni entienden, (enfermos de sida en estado terminal por ejem.) otros que están insconcientes y aún en estado de coma, y otros que sus enfermedades les limitan en su capacidad de comprender nada. Todo lo que por ellos he podido hacer, lo hago bajo la premisa de que la salud de Dios y las distintas bendiciones de Dios, son para el alma, no para el intelecto, y mientras esté el alma en ellos, tendrán oportunidad de recibir salud;... como he visto, que muchos de ellos, aún sin saber ni hacer nada por si mismos, han recibido salud de Dios, tanto física como espiritual.
Otros, han partido, pero, entregados a Dios por la facultad que él nos da a los que sí tenemos entendimiento: "De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo" (Mateo 18:18)
Algo similar pasa con los bebés.
Quien, conociendo el evangelio, no ha tenido la capacidad y dedicación de transmitir la salud de Dios a quienes le rodean, habrá perdido una grande y preciosa oportunidad, que obviamente repercutirá en la eternidad.
Dios les bendiga