El creyente que dudaba a pesar de las bendiciones de Dios

26 Octubre 2009
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semillabiblica.com
Estimados hermanos:

Estaba escribiendo una lista de cosas por las cuales estar agradecido pero no pude dejar de escribir, y acabé redactando esta pequeña historia.Más que fijarse en las implicaciones teológicas espero que se aprovechen las imagenes de la historia, pues no escribí lo siguiente con la intención de hacer apologética o teología.

Dios los bendiga:Investiga.



I​

Estaba pensando porqué debería dar gracias a Dios. Y pensé en lo siguiente:

1. Porque tengo un techo bajo el cual dormir y hay millones muertos de frio durmiendo en la calle.

2. Porque tengo un trabajo cuando hay millones de desempleados que no saben qué harán el día de mañana para conseguir el pan.

3. Porque tengo el amor de mi esposa cuando hay quienes lloran por la ausencia de la persona amada y quisieran recuperar el tiempo perdido.

4. Porque tengo a mis dos padres con vida cuando millones lloran en la orfandad o quisieran recuperar un solo día junto a sus viejos ya fenecidos.

5. Porque tengo a mis suegros, a las hermanas de mi esposa y a sus esposos conmigo cuando hay miles que no tienen familia extendida, o bien, se desprecian tanto que no pueden verse.

6. Porque tengo todos mis miembros completos y puedo abrazar, correr, caminar o trotar al aire libre, bajo el sol o la luz de las estrellas, mientras hay millones que están destinados a permanecer en un lugar sin movimiento autónomo.

7. Porque puedo ver el rostro de mi esposa, un atardecer o el brillo de las olas del mar mientras hay millones que viven a oscuras.

Pero al pensar en lo anterior, el diablo vino a mí y me susurró al oído y dibujó en mi pensamiento el siguiente cuestionario:

- Uy, ¿no sientes el piquete aquí o allá en tu cuerpo? ¿No sabes que puedes enfermar y morir? ¿No sabes que puede ser mentira todo lo que te dicen en la Iglesia? ¿Acaso no sabes que mañana puedes renunciar a tus votos como cristiano? ¿No sabes que no hay esperanza? Tú no sirves para nada. No hay eternidad ni propósito, y ninguna de tus acciones tiene valor celestial alguno. Busca en los libros y la Internet y hallarás…

Me quede pensando en estas cosas y la duda comenzó a anidar en mi corazón. Meditaba en las preguntas del diablo y pensaba: “¿Será verdad?”.

El diablo se reía de mí. Yo comencé a sudar mientras más me adentraba en sus preguntas. El diablo invitó a algunos demonios a contemplar mi derrumbe. Reían a carcajadas cada vez más fuertes. Las llamas furiosas del infierno se cernían en torno a mi persona. El diablo comenzó a danzar y sus demonios lo acompañaban girando y escanciando azufre. Yo lo olía y minuto a minuto se iba apagando mi ser.

Caí de rodillas y después azoté mi cara contra el suelo. La danza demoniaca ahora se realizó sobre mí. En esos momentos nada me importaba. El diablo se había apoderado de mi pensamiento y lo había cauterizado. Mi lógica había sido secuestrada por el maligno y no hacía más que defender los postulados de desesperanza que el diablo había propuesto al principio.

Todo había acabado para mí.

II

Pero de un segundo a otro se oyó un trueno y una luz iluminó mi cuerpo tembloroso, derrumbado y empapado en llanto y sudor. Las sonrisas demoniacas cesaron e inició una horrible gritería. Era una especie de torbellino caótico de balbuceos macabros; como si el diablo estuviera reclamando su derecho sobre mi alma. Comencé a identificar algunas blasfemias y bromas sacrílegas. Por un instante pensé que mi cerebro tronaría con tanta conmoción y groserías.

Pero la luz se hizo más fuerte y nítida. Y como ocurre en explosión cuya onda expansiva arrastra edificios a su paso, así azotó una ráfaga de luz todo mi ser hasta que el parloteo satánico cesó y todo quedó en completa quietud.

Una voz dijo:

- Levántate.

Con grandes esfuerzos me incorporé y murmuré:

- ¿Quién eres?

- No puedes ceder porque hay planes para ti- dijo la voz divina

- No entiendo

- Lo sé. Por eso he venido. Porque quiero lograr cosas grandes contigo

- Pero el demonio me dijo…

- Calla. Ese es tu problema. Escuchas al diablo con muchísima atención y meditas en sus palabras sin reparar en el terrible peligro que corres

- Pero es que…

- El Padre te quiere tanto que me ha hecho venir. Soy uno de sus ángeles. También me ha pedido que sea claro contigo: Si das lugar al diablo es seguro que perderás. Nadie puede en este mundo, con sus propias fuerzas, y mucho menos a través de sus razonamientos lógicos, filosóficos o de cualquier índole, vencer al demonio. El diablo es un ángel como yo y por tanto tiene un poder que no puedes imaginar. El diablo te puede arrastrar a la muerte y al infierno tan rápidamente como quiera.

- ¿Cómo?

- El método principal del diablo es la duda. Te hará dudar de Dios, del amor, de la Iglesia, de la salud, de la familia, de la amistad y de todo lo que el Padre a dispuesto para los que le aman. Y cuando haya sembrado la duda en tu corazón y en tu mente estarás a un paso del desastre.

- Oh ¿qué debo hacer entonces?

- ¿Crees tú que puedes enfrentar al demonio? Haz enloquecido. Enfrentar al demonio es algo que nosotros mismos los ángeles del Padre quisiéramos evitar a toda costa. No, el diablo no es una caricatura. El diablo es la fuerza maligna por sí misma en toda su furia. Es la persona que tiene el poder para arruinar naciones enteras. Tú para él eres pan comido.

III

Me incorporé y traté de ubicar entre la luz intensa el rostro del ángel, pero fue inútil. Pasé mis manos sobre mi rostro y le dije:

- Me siento muy débil.

- Lo sé. Se debe al encuentro con el demonio. Si no hubiera sido enviado por el Padre te hubiera matado aquí mismo.

- Tal vez hubiera sido mejor…

- Calla de nuevo. Estás tan ofuscado que no sabes lo que dices. Ustedes rara vez tiene el menor asomo acertado de lo que es la eternidad. Si crees que aquí acaba todo estás errado. La muerte es el tránsito hacia la realidad eternal.

- Dime más, por favor.

- A ti te ha sido dada la Santa Escritura y todas las cosas que enumerabas en tu lista pero has sido negligente en la oración. Con mucha disciplina te has dedicado a las letras pero has descuidado tu comunicación con el Padre a través de Jesús.

- Jesús- le dije con voz resignada.

- Entre todos los mortales sólo Jesús ha derrotado al diablo.

- ¿Qué ha hecho?

- En su condición de hombre y deidad, Jesús tuvo autoridad sobre el diablo y sus huestes. Y no reía del diablo. Jesús hablaba con mucha seriedad del demonio pues sabía qué clase de entidad era desde el principio. De manera que si Jesús hubiera estado en tu lugar, el diablo no hubiera llegado tan lejos como lo hizo contigo. Nosotros los ángeles en el cielo nos admiramos de tal poder dado a los hombres por el Padre.

- Pero ¿qué haré?

- Debes participar de la lucha entre la luz y la oscuridad. Pero sólo puedes hacer daño cuando has sido capacitado.

- ¿Cómo exorcista o algo así?

- No. Primero el Espíritu de Dios debe morar en ti. Y ni un solo día debes dejar la oración. Así tengas las dudas que tengas jamás debes abandonar la oración y la comunión con otros hermanos.

- Pero eso he intentado…

- El diablo sabe algo de lo que Dios puede hacer contigo. Por eso intentará apartarte de Dios cada vez que pueda. Usará todo lo que pueda para inundarte de desdichas y afanes. Sólo Jesús puede liberarte del maligno. Estás obligado a consagrarte al Padre a menos que quieras padecer lo inimaginable en las garras de Lucifer.

- ¡Quiero a Jesús! –dije emocionado.

- Permanece en la Iglesia, persevera en la oración y la lectura de las Santas Escrituras, y jamás olvides los beneficios de la sangre de Jesús…

Entonces de súbito la luz fue consumida por un viento suave y cálido, y una sensación de paz se cernió sobre mi cuerpo. Así fue como me decidí a orar. Así fue como supe que el diablo estaría pendiente, el resto de mis días, para ver si podría penetrar en mi pensamiento.
 
Re: El creyente que dudaba a pesar de las bendiciones de Dios

Estimados hermanos:

Estaba escribiendo una lista de cosas por las cuales estar agradecido pero no pude dejar de escribir, y acabé redactando esta pequeña historia.Más que fijarse en las implicaciones teológicas espero que se aprovechen las imagenes de la historia, pues no escribí lo siguiente con la intención de hacer apologética o teología.

Dios los bendiga:Investiga.



I​

Estaba pensando porqué debería dar gracias a Dios. Y pensé en lo siguiente:

1. Porque tengo un techo bajo el cual dormir y hay millones muertos de frio durmiendo en la calle.

2. Porque tengo un trabajo cuando hay millones de desempleados que no saben qué harán el día de mañana para conseguir el pan.

3. Porque tengo el amor de mi esposa cuando hay quienes lloran por la ausencia de la persona amada y quisieran recuperar el tiempo perdido.

4. Porque tengo a mis dos padres con vida cuando millones lloran en la orfandad o quisieran recuperar un solo día junto a sus viejos ya fenecidos.

5. Porque tengo a mis suegros, a las hermanas de mi esposa y a sus esposos conmigo cuando hay miles que no tienen familia extendida, o bien, se desprecian tanto que no pueden verse.

6. Porque tengo todos mis miembros completos y puedo abrazar, correr, caminar o trotar al aire libre, bajo el sol o la luz de las estrellas, mientras hay millones que están destinados a permanecer en un lugar sin movimiento autónomo.

7. Porque puedo ver el rostro de mi esposa, un atardecer o el brillo de las olas del mar mientras hay millones que viven a oscuras.

Pero al pensar en lo anterior, el diablo vino a mí y me susurró al oído y dibujó en mi pensamiento el siguiente cuestionario:

- Uy, ¿no sientes el piquete aquí o allá en tu cuerpo? ¿No sabes que puedes enfermar y morir? ¿No sabes que puede ser mentira todo lo que te dicen en la Iglesia? ¿Acaso no sabes que mañana puedes renunciar a tus votos como cristiano? ¿No sabes que no hay esperanza? Tú no sirves para nada. No hay eternidad ni propósito, y ninguna de tus acciones tiene valor celestial alguno. Busca en los libros y la Internet y hallarás…

Me quede pensando en estas cosas y la duda comenzó a anidar en mi corazón. Meditaba en las preguntas del diablo y pensaba: “¿Será verdad?”.

El diablo se reía de mí. Yo comencé a sudar mientras más me adentraba en sus preguntas. El diablo invitó a algunos demonios a contemplar mi derrumbe. Reían a carcajadas cada vez más fuertes. Las llamas furiosas del infierno se cernían en torno a mi persona. El diablo comenzó a danzar y sus demonios lo acompañaban girando y escanciando azufre. Yo lo olía y minuto a minuto se iba apagando mi ser.

Caí de rodillas y después azoté mi cara contra el suelo. La danza demoniaca ahora se realizó sobre mí. En esos momentos nada me importaba. El diablo se había apoderado de mi pensamiento y lo había cauterizado. Mi lógica había sido secuestrada por el maligno y no hacía más que defender los postulados de desesperanza que el diablo había propuesto al principio.

Todo había acabado para mí.

II

Pero de un segundo a otro se oyó un trueno y una luz iluminó mi cuerpo tembloroso, derrumbado y empapado en llanto y sudor. Las sonrisas demoniacas cesaron e inició una horrible gritería. Era una especie de torbellino caótico de balbuceos macabros; como si el diablo estuviera reclamando su derecho sobre mi alma. Comencé a identificar algunas blasfemias y bromas sacrílegas. Por un instante pensé que mi cerebro tronaría con tanta conmoción y groserías.

Pero la luz se hizo más fuerte y nítida. Y como ocurre en explosión cuya onda expansiva arrastra edificios a su paso, así azotó una ráfaga de luz todo mi ser hasta que el parloteo satánico cesó y todo quedó en completa quietud.

Una voz dijo:

- Levántate.

Con grandes esfuerzos me incorporé y murmuré:

- ¿Quién eres?

- No puedes ceder porque hay planes para ti- dijo la voz divina

- No entiendo

- Lo sé. Por eso he venido. Porque quiero lograr cosas grandes contigo

- Pero el demonio me dijo…

- Calla. Ese es tu problema. Escuchas al diablo con muchísima atención y meditas en sus palabras sin reparar en el terrible peligro que corres

- Pero es que…

- El Padre te quiere tanto que me ha hecho venir. Soy uno de sus ángeles. También me ha pedido que sea claro contigo: Si das lugar al diablo es seguro que perderás. Nadie puede en este mundo, con sus propias fuerzas, y mucho menos a través de sus razonamientos lógicos, filosóficos o de cualquier índole, vencer al demonio. El diablo es un ángel como yo y por tanto tiene un poder que no puedes imaginar. El diablo te puede arrastrar a la muerte y al infierno tan rápidamente como quiera.

- ¿Cómo?

- El método principal del diablo es la duda. Te hará dudar de Dios, del amor, de la Iglesia, de la salud, de la familia, de la amistad y de todo lo que el Padre a dispuesto para los que le aman. Y cuando haya sembrado la duda en tu corazón y en tu mente estarás a un paso del desastre.

- Oh ¿qué debo hacer entonces?

- ¿Crees tú que puedes enfrentar al demonio? Haz enloquecido. Enfrentar al demonio es algo que nosotros mismos los ángeles del Padre quisiéramos evitar a toda costa. No, el diablo no es una caricatura. El diablo es la fuerza maligna por sí misma en toda su furia. Es la persona que tiene el poder para arruinar naciones enteras. Tú para él eres pan comido.

III

Me incorporé y traté de ubicar entre la luz intensa el rostro del ángel, pero fue inútil. Pasé mis manos sobre mi rostro y le dije:

- Me siento muy débil.

- Lo sé. Se debe al encuentro con el demonio. Si no hubiera sido enviado por el Padre te hubiera matado aquí mismo.

- Tal vez hubiera sido mejor…

- Calla de nuevo. Estás tan ofuscado que no sabes lo que dices. Ustedes rara vez tiene el menor asomo acertado de lo que es la eternidad. Si crees que aquí acaba todo estás errado. La muerte es el tránsito hacia la realidad eternal.

- Dime más, por favor.

- A ti te ha sido dada la Santa Escritura y todas las cosas que enumerabas en tu lista pero has sido negligente en la oración. Con mucha disciplina te has dedicado a las letras pero has descuidado tu comunicación con el Padre a través de Jesús.

- Jesús- le dije con voz resignada.

- Entre todos los mortales sólo Jesús ha derrotado al diablo.

- ¿Qué ha hecho?

- En su condición de hombre y deidad, Jesús tuvo autoridad sobre el diablo y sus huestes. Y no reía del diablo. Jesús hablaba con mucha seriedad del demonio pues sabía qué clase de entidad era desde el principio. De manera que si Jesús hubiera estado en tu lugar, el diablo no hubiera llegado tan lejos como lo hizo contigo. Nosotros los ángeles en el cielo nos admiramos de tal poder dado a los hombres por el Padre.

- Pero ¿qué haré?

- Debes participar de la lucha entre la luz y la oscuridad. Pero sólo puedes hacer daño cuando has sido capacitado.

- ¿Cómo exorcista o algo así?

- No. Primero el Espíritu de Dios debe morar en ti. Y ni un solo día debes dejar la oración. Así tengas las dudas que tengas jamás debes abandonar la oración y la comunión con otros hermanos.

- Pero eso he intentado…

- El diablo sabe algo de lo que Dios puede hacer contigo. Por eso intentará apartarte de Dios cada vez que pueda. Usará todo lo que pueda para inundarte de desdichas y afanes. Sólo Jesús puede liberarte del maligno. Estás obligado a consagrarte al Padre a menos que quieras padecer lo inimaginable en las garras de Lucifer.

- ¡Quiero a Jesús! –dije emocionado.

- Permanece en la Iglesia, persevera en la oración y la lectura de las Santas Escrituras, y jamás olvides los beneficios de la sangre de Jesús…

Entonces de súbito la luz fue consumida por un viento suave y cálido, y una sensación de paz se cernió sobre mi cuerpo. Así fue como me decidí a orar. Así fue como supe que el diablo estaría pendiente, el resto de mis días, para ver si podría penetrar en mi pensamiento.

Esto es verdad. El diablo ataca a los santos, los que han confiado en Cristo.
A los que están bajo su poder, para qué molestarlos?
 
Re: El creyente que dudaba a pesar de las bendiciones de Dios

Pensando una madrugada en porque dar gracias a Dios en ese día, me encontrñe acostado mirando al techo...De pronto me percaté de que debía dar gracias por haber despertado, sumido en este pensamiento, me percaté de que había despertado pero que pude haber despertado y no poder mirar al techo, por haber perdido quizá la vista, entonces di gracias por tener la vista. De pronto me incorporé en mi cama, y me percaté de que pude haber despertado y mirado el techo, pero quizá no me hubiera podido enderezar en mi cama, por lo que le di gracias a Dios por haberme incorporado en mi cama. Decidí bajar de la cama y me percaté que quizá me pude haber despertado, puede haber visto el techo, pude haberme incorporado en la cama, pero quizá pude haber estado incapacitado de bajar de mi cama, por lo que decidí dar gracias también por eso. Una ves haber bajado de la cama me dirijí al baño y me percaté de que pude haber bajado de la cama pero no poder caminar, por lo que agradecí por caminar. Llegué al baño y me dispuse a evacuar mis líquidos, en ese momento me percaté de que pude haberme levantado, dirigido al baño, pero quizá hubiera estado incapacitado de poder evacuar, por lo que volví a dar gracias a Dios por ello.

Fue en ese momento en que entendí, porque el apostol recomendaba dar gracias a Dios por todo en todo momento. Mi día apenas empezaba y me quedaba mucho porque agradecer.

Dios los bendice!

Greivin.
 
Re: El creyente que dudaba a pesar de las bendiciones de Dios

Salud J. Thompson:

En unidad con el Espíritu Santo que vive en mí, vamos a analizar, para tí, ciertas cosas que debes saber para que puedas entrar por el camino que conduce a LA VIDA:

Estaba pensando porqué debería dar gracias a Dios. Y pensé en lo siguiente:

1. Porque tengo un techo bajo el cual dormir.
2. Porque tengo un trabajo.
3. Porque tengo el amor de mi esposa.
4. Porque tengo a mis dos padres con vida.
5. Porque tengo a mis suegros, etc.
6. Porque tengo todos mis miembros completos.
7. Porque puedo ver.

Puede verse que eres un gran lector de la Biblia, pero debes detenerte en un pasaje que el Espíritu me muestra para tí:

Jesús te dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos.

Cuando el Señor Jesucristo te llamó y tu le seguiste, estabas muerto a los ojos de Dios. Esto quiere decir que cuando decidiste acudir a su llamado, Él te dió el mayor regalo que se le puede dar a un ser humano: LA VIDA. Y por el solo hecho de tener VIDA, el Altísimo vino a morar en tí, y TU RESULTASTE SIENDO EL TEMPLO DEL DIOS VIVIENTE.

Creo que no te has percatado de lo que significa que hayas sido elegido para que el mismo Dios viva en tí. Este solo acontecimiento es el único por el cual mereces estar agradecido, lo demás son solo circunstancias que Él pone en tu camino pero que pueden desaparecer de un momento a otro, como bien te lo advirtió Satanás.

No debes apegarte a ellas sino mas bien estar dispuesto a entregarlas en el tiempo en que Él decida pedírtelas, y con eso, Satanás jamás podrá volver a burlarse de tí.


- El Padre te quiere tanto que me ha hecho venir. Soy uno de sus ángeles. También me ha pedido que sea claro contigo: Si das lugar al diablo es seguro que perderás. Nadie puede en este mundo, con sus propias fuerzas, y mucho menos a través de sus razonamientos lógicos, filosóficos o de cualquier índole, vencer al demonio. El diablo es un ángel como yo y por tanto tiene un poder que no puedes imaginar. El diablo te puede arrastrar a la muerte y al infierno tan rápidamente como quiera.

- ¿Crees tú que puedes enfrentar al demonio? Haz enloquecido. Enfrentar al demonio es algo que nosotros mismos los ángeles del Padre quisiéramos evitar a toda costa. No, el diablo no es una caricatura. El diablo es la fuerza maligna por sí misma en toda su furia. Es la persona que tiene el poder para arruinar naciones enteras. Tú para él eres pan comido.

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, hace dos mil años nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo. Mas hoy día, el Consolador, el Espíritu Santo a quien el Padre envia en nombre del Hijo, él te enseñará todas las cosas, y te recordará todo lo que el Hijo te ha dicho.

Como puedes darte cuenta, los únicos interlocutores válidos que Dios nos envía hoy, son el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo; cualquiera otro, así sea el mismo arcángel Miguel, es un interlocutor falso que Dios Padre NO ha enviado y por lo tanto, NO PUEDES CREERLE.

Pero, si siempre estás bajo la guía del Espíritu de Dios, entonces todas las cosas te ayudan a bien, porque a los que antes conoció también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.

¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

- A ti te ha sido dada la Santa Escritura y todas las cosas que enumerabas en tu lista pero has sido negligente en la oración. Con mucha disciplina te has dedicado a las letras pero has descuidado tu comunicación con el Padre a través de Jesús.

Tal vez esta es la única afirmación verdadera de toda la historia. Pero ahora que ya eres conciente de que eres templo del Altísimo y que tu maestro y consejero es el Espíritu Santo, debes saber algo que tu Señor Jesucristo dice:

- Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

Si estudias las Escrituras pensando en que ahí vas a encontrar enseñanza sobre LA VIDA ETERNA, te habrás equivocado de medio a medio. Estudia las Escrituras para conocer el testimonio de tu Señor, pero para conocerlo a Él debes entablar una relación seria y permanente, 24 horas al día, 60 minutos cada hora, y 60 segundos cada minuto. No es menos lo que Él exige de tí.

¿Quieres saber por qué? La razón es muy sencilla. Porque tu eres la única persona que está contigo todo el tiempo, 24 horas al día... y recuerda que el Altísimo vive en tí, es uno contigo. Para poder crecer en LA VIDA, debes entender que YA ERES TEMPLO DEL DIOS VIVO.

- Debes participar de la lucha entre la luz y la oscuridad. Pero sólo puedes hacer daño cuando has sido capacitado.

- ¿Cómo exorcista o algo así?

- No. Primero el Espíritu de Dios debe morar en ti. Y ni un solo día debes dejar la oración. Así tengas las dudas que tengas jamás debes abandonar la oración y la comunión con otros hermanos.

- Pero eso he intentado…

Si bien es cierto que para participar en la lucha contra el maligno debes estar capacitado, queremos hacerte caer en cuenta que todo nuestro esfuerzo ha sido, hasta ahora, que creas que YA ERES TEMPLO DEL ALTÍSIMO, Y QUE FUISTE SELLADO CON EL ESPÍRITU DE DIOS. Esto no es un suceso que va a pasar en un futuro, ES UNA REALIDAD AHORA. Es muy importante que te centres en el Espíritu Santo, porque Él es la palabra de Dios VIVA Y EFICAZ, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

- El diablo sabe algo de lo que Dios puede hacer contigo. Por eso intentará apartarte de Dios cada vez que pueda.

Por último, queremos clamar por tí a nuestro Padre Celestial, para que te de el discernimiento necesario para que puedas vencer en el instante de la prueba, porque astuto es el enemigo, e intentará apartarte aún utilizando las mismas Escrituras. Por lo tanto, la única confianza que puedes tener para vencerlo, es tu propia comunión, bien cimentada, con el Señor Jesucristo. A Él sea dada toda la gloria, la honra y el poder.

Gracia y paz.
 
Re: El creyente que dudaba a pesar de las bendiciones de Dios

Hermano Circonbrillante:

Muchas gracias por su mensaje. Me ha dado mayor claridad y entendimiento.

La historia que escribí es sólo eso: una historia. Por ello escribí que no intentaba argumentar teológica o bíblicamente tanto como exponer una verdad: el creyente que deja de orar es presa fácil del demonio.

Lo que más me gustó de su comentario fue que debemos estar dispuestos a entregar las cosas que Dios nos ha dado cuando Él decida pedírnoslas. Por ello el gozo de Dios tiene que permanecer en nosotros a pesar de las pérdidas y las pruebas de esta vida.

Dios lo bendiga y gracias otra vez por su comentario:lily: