A propósito de Rick Warren
Warren no cree que la mayoría de la humanidad viva en una situación de «tranquila desesperación» sino en una «distracción sin objetivo».
En los últimos años se han publicado en España diversos artículos destinados a analizar el perfil ideológico de George W. Bush. Dado que, en contra de lo que suele pensarse, EE UU es una nación muy mal conocida por los españoles, los aportes han sido escasos y poco sustanciosos.
Se ha pasado por alto una obra que Bush ha mencionado como una influencia decisiva en su trayectoria personal: «The Purpose Driven Life» (La vida impulsada por un propósito), del pastor evangélico de origen californiano Rick Warren.
La razón para esta omisión seguramente re side en el hecho de que el libro (que ha vendido más de seis millones de ejemplares en veinte idiomas) no está dedicado al análisis económico, político o social. Más bien es un ensayo filosófico o, mejor, teológico.
Lo he leído y no me ha defraudado. Tampoco me ha extrañado su éxito. Warren ha ensamblado a lo largo de cuarenta breves capítulos un firme y convincente canto a la convicción de que esta vida no es un absurdo sino que está preñada de sentido. A diferencia de Thoreau, Warren no cree que la mayoría de la humanidad viva en una situación de «tranquila desesperación» sino en una «distracción sin objetivo». Nos movemos, trabajamos, nos afanamos sin encontrar un sentido a nuestra existencia y por ello somos presa de la banalidad y el desaliento. Intentamos acallar los bocinazos de la desesperanza mediante el recurso al placer, la diversión o el exceso de trabajo pero, al fin y a la postre, fracasamos en el intento.
Cubierta de Una Vida con propósito, el libro que ha llegado a ser número en ventas en EE.UU.
Perseguimos la felicidad y se nos escapa. Sin embargo -arguye Warren- no es necesario sufrir esa vana esterilidad. La vida tiene un propósito marcado desde la eternidad que nos permite elevar la mirada muy por encima del mundo que nos rodea. Como el novelista ruso Andrei Bitov, Warren está convencido de que ese sentido para la vida deriva fundamentalmente de la fe en Dios y lo defiende de manera sólida y convincente.
Se necesita mucho valor para escribir un libro con ese contenido cuando parece que la pérdida de peso o el aumento de pecho pueden llenar la existencia. Sin embargo, su lectura es fresca y estimulante. En verdad, resulta totalmente recomendable.
© César Vidal, Suburbios.net
Warren no cree que la mayoría de la humanidad viva en una situación de «tranquila desesperación» sino en una «distracción sin objetivo».
En los últimos años se han publicado en España diversos artículos destinados a analizar el perfil ideológico de George W. Bush. Dado que, en contra de lo que suele pensarse, EE UU es una nación muy mal conocida por los españoles, los aportes han sido escasos y poco sustanciosos.
Se ha pasado por alto una obra que Bush ha mencionado como una influencia decisiva en su trayectoria personal: «The Purpose Driven Life» (La vida impulsada por un propósito), del pastor evangélico de origen californiano Rick Warren.
La razón para esta omisión seguramente re side en el hecho de que el libro (que ha vendido más de seis millones de ejemplares en veinte idiomas) no está dedicado al análisis económico, político o social. Más bien es un ensayo filosófico o, mejor, teológico.
Lo he leído y no me ha defraudado. Tampoco me ha extrañado su éxito. Warren ha ensamblado a lo largo de cuarenta breves capítulos un firme y convincente canto a la convicción de que esta vida no es un absurdo sino que está preñada de sentido. A diferencia de Thoreau, Warren no cree que la mayoría de la humanidad viva en una situación de «tranquila desesperación» sino en una «distracción sin objetivo». Nos movemos, trabajamos, nos afanamos sin encontrar un sentido a nuestra existencia y por ello somos presa de la banalidad y el desaliento. Intentamos acallar los bocinazos de la desesperanza mediante el recurso al placer, la diversión o el exceso de trabajo pero, al fin y a la postre, fracasamos en el intento.
Cubierta de Una Vida con propósito, el libro que ha llegado a ser número en ventas en EE.UU.
Perseguimos la felicidad y se nos escapa. Sin embargo -arguye Warren- no es necesario sufrir esa vana esterilidad. La vida tiene un propósito marcado desde la eternidad que nos permite elevar la mirada muy por encima del mundo que nos rodea. Como el novelista ruso Andrei Bitov, Warren está convencido de que ese sentido para la vida deriva fundamentalmente de la fe en Dios y lo defiende de manera sólida y convincente.
Se necesita mucho valor para escribir un libro con ese contenido cuando parece que la pérdida de peso o el aumento de pecho pueden llenar la existencia. Sin embargo, su lectura es fresca y estimulante. En verdad, resulta totalmente recomendable.
© César Vidal, Suburbios.net