Re: Adventistas del Séptimo Día. Reforma de 1914
Estimado javierandrés. Saludos cordiales.
Tú dices:
Es necesario reformar la Iglesia Adventista y volverse a las escrituras.
Respondo: La Iglesia Adventista va en camino a la reforma y al reavivamiento de la verdadera piedad.
“Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que manan, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová...Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:15-17, 28).
“Un reavivamiento de la verdadera piedad entre nosotros es la mayor y más urgente de todas nuestras necesidades. El buscar esto debe ser nuestro primer trabajo. Debe haber un esfuerzo ferviente para obtener la bendición del Señor, no porque Dios no esté dispuesto a otorgarnos su bendición, sino porque no estamos preparados para recibirla. Nuestro Padre celestial está más dispuesto a dar su Espíritu Santo a los que se lo piden, que los padres terrenales a dar buenas dádivas a sus hijos” (Mensajes selectos t. 1, pág. 121 (1958).
Reavivamiento y reforma ministrados por el Espíritu Santo: “Debe realizarse un reavivamiento y una reforma bajo la ministración del Espíritu Santo. Reavivamiento y reforma son dos cosas diferentes. El reavivamiento significa una renovación de la vida espiritual, una vivificación de los poderes de la mente y del corazón, una resurrección de la muerte espiritual. La reforma significa una reorganización, un cambio en las ideas y las teorías, en los hábitos y las prácticas. La reforma no traerá los buenos frutos de la justicia a menos que esté vinculada con el reavivamiento del espíritu. El reavivamiento y la reforma han de realizar la obra señalada, y al hacer esta obra ambos deben combinarse” (Servicio Cristiano págs. 53, 54).
“Ha llegado la hora de hacer una reforma completa. Cuando ella principie, el espíritu de oración animará a cada creyente, y el espíritu de discordia y de revolución será desterrado de la iglesia” (Joyas de los testimonios t. 3, pág. 254).
“Orad para que las poderosas energías del Espíritu Santo, con todo su poder vivificador, recuperador y transformador, caigan como un choque eléctrico sobre el alma paralizada, haciendo pulsar cada nervio con nueva vida, restaurando todo el hombre, de su condición muerta, terrenal y sensual a una sanidad espiritual” (Joyas de los testimonios t. 2, pág. 100).
La promesa del Señor para su iglesia: “En visiones de la noche pasó delante de mi un gran movimiento de reforma en el seno del pueblo de Dios. Muchos alababan a Dios. Los enfermos eran sanados y se efectuaban otros milagros. Se advertía un espíritu de oración como lo hubo antes del gran día de Pentecostés. Veíase a centenares y miles de personas visitando las familias y explicándoles la Palabra de Dios. Los corazones eran convencidos por el poder del Espíritu Santo, y se abrían de par en par para la proclamación de la verdad. El mundo parecía iluminado por la influencia divina.” (Joyas de los testimonios t. 3, pág. 345).
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo.