En el Nuevo Testamento la Trinidad divina es revelada en un nuevo orden (1:4-7; cfr. Mt. 28:19). Mateo 28:19 se refiere al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Sin embargo, el orden de la Trinidad en Apocalipsis 1 no solamente está cambiado, sino que también es muy complicado. Apocalipsis 1:4-7 dice: “Grada y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono; y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama, y nos libertó de nuestros pecados con su sangre, e hizo de nosotros un reino, sacerdotes para su Dios y Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén. He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén” (gr.).
El Padre como el que esy que era y que ha de venir El que es y que era y que ha de venir es Dios el Padre eterno. Este título se refiere al título de Jehová que se encuentra en el Antiguo Testamento. Jehová es el gran Yo Soy; El es Aquel que es y que era y que será. En Exodo 3, el gran Yo Soy dice a Moisés que El es el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob (vs. 14-15). Jehová es el Dios del abuelo, Dios del padre y Dios del nieto, es decir, el Dios Triuno. El que es y que era y que ha de venir es el Padre; sin embargo, El también denota al gran Yo Soy, Jehová, el Dios Triuno. Tal vez algunos pregunten: “¿Cómo es posible que el Padre sea el Dios Triuno, cuando el Dios Triuno es el Dios completo, y el Padre solamente es una tercera parte?” El pensamiento de la teología de hoy es que el Dios completo está dividido en tres partes: el Padre, el Hijo y el Espíritu. De manera subconsciente, muchos de nosotros nos aferramos a este concepto. Sin embargo, la descripción del título que se da en Apocalipsis al primero de la Trinidad divina es: el que es y que era y que ha de venir. El predicado triple que se usa para el primero de la Trinidad divina implica y aun indica la Trinidad divina. Esto definitivamente se refiere al gran Yo Soy, Jehová, de Exodo 3. El gran Yo Soy que se encuentra en Exodo 3 es el Dios Triuno, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Jehová es el Dios Triuno, el Dios completo. ¿Cómo es posible que en Apocalipsis el Dios completo sea el primero del Dios Triuno? Esto nos muestra el misterio del Dios Triuno, y también nos muestra que no es fácil estudiar la Palabra santa ni estudiar a nuestro Dios infinito y eterno. Nuestra mente finita es incapaz de comprenderlo completamente.
Los siete Espíritus que están delante del trono de Dios son el Espíritu operante de Dios, es decir, Dios el Espíritu. Ahora tenemos que preguntarnos si el Espíritu de Dios es uno o siete. El es el Espíritu siete veces intensificado. Sin embargo, ¿cuál es el propósito de que El esté intensificado? Muchos cristianos tratan de evitar el estudio del último libro de la Biblia. Dicen que es muy difícil de entender, y que no debemos tratar de entenderlo. La Biblia completa ha estado en manos de los hijos del Señor desde el año 397 D.C. Como cristianos todos debemos amar este libro y procurar estudiarlo. Si deseamos entender la Biblia, ciertamente tenemos que entender su conclusión, la cual es la conclusión de toda la revelación divina. No podemos dar por sentado Apocalipsis 1:4-7. ¿Por qué está cambiado el orden de la Trinidad divina en estos versículos, y por qué ha llegado a ser tan complicado, comparado con Mateo 28:19? Aunque esto es difícil de comprender, debemos encontrar el significado. No es lógico saltarnos estos versículos usando el pretexto de que somos demasiado limitados para entenderlos.
Sin duda, los siete Espíritus son el Espíritu de Dios, debido a que figuran entre los tres del Dios Triuno en los versículos 4 y 5. Así como siete es el número que representa el completamiento en la operación de Dios, así también los siete Espíritus deben de ser para el mover de Dios en la tierra. En sustancia y existencia el Espíritu de Dios es uno; en la función y obra intensificada de la operación de Dios, el Espíritu de Dios es séptuplo. Es como el candelero en Zacarías 4:2. En cuanto a su existencia, es un solo candelero, pero con respecto a su función es siete lámparas. En el tiempo en que este libro fue escrito, la iglesia se había degradado; la edad era obscura. Por lo tanto, el Espíritu de Dios siete veces intensificado era necesario para el mover y la obra de Dios en la tierra.
Los siete Espíritus de Dios figuran en segundo lugar en vez de figurar en tercer lugar. Esto revela la importancia de la función intensificada del Espíritu séptuplo de Dios. Este punto está confirmado por el repetido énfasis que se da al hablar del Espíritu en 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22; 14:13; 22:17. Al comienzo de las otras Epístolas, solamente se mencionan el Padre y el Hijo, de quienes la gracia y la paz son dadas a los destinatarios. Sin embargo, aquí el Espíritu también está incluido, de quien la gracia y la paz son impartidas a las iglesias. Esto también indica cuán necesario y crucial es el Espíritu para el mover de Dios para contrarrestar la degradación de la iglesia. El versículo 4 nos dice que los siete Espíritus están delante del trono de Dios. Este modificador “delante del trono de Dios”, indica por qué Dios el Espíritu llega a ser siete, y también nos dice quiénes son estos siete Espíritus.
Hasta aquí, hemos visto que en estos versículos el Padre es designado como el que es y que era y que ha de venir, y el Espíritu se menciona en plural como los siete Espíritus. Además, el tercero de la Trinidad no es designado como el Hijo, sino como Jesucristo. Los dos nombres, Jesús y Cristo, como nombre compuesto, tienen muchísimo significado. ¿Quién es Jesús y quién es Cristo? En realidad, una conferencia de diez días no sería suficiente para describir quién es Jesús y quién es Cristo. Para Dios, El es el Testigo fiel, y para la iglesia, El es el Primogénito de los muertos porque por medio de El, como el Primogénito de los muertos, todos nosotros fuimos resucitados y renacidos para producir la iglesia. Para el mundo, El es el Soberano de los reyes de la tierra. Además, El nos ama y ha efectuado la redención por nosotros por medio de derramar Su sangre, la cual nos lava y nos limpia de todos nuestros pecados. El también hizo de nosotros un reino y este reino es el sacerdocio. El reino es para el dominio de Dios, y el sacerdocio es para la expresión de Dios, la cual cumple el propósito de la creación de Dios del hombre en Génesis 1:26. ¡Finalmente, El viene con las nubes!
Concerniente al primero de la Trinidad divina vemos tres modificadores: “que es”, “que era”, y “que ha de venir”. Con respecto al segundo de la Trinidad divina en Apocalipsis, es decir, los siete Espíritus, el modificador es “delante del trono de Dios”. Para el tercero de la Trinidad divina, el cual es Jesucristo, los modificadores son el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos, el Soberano de los reyes de la tierra, el que nos ama, quien nos ha libertado de nuestros pecados, quien ha hecho de nosotros un reino y sacerdotes para Su Dios y Padre, y quien viene. Todos estos modificadores se usan para modificar a los tres de la Deidad, e indican que la Trinidad divina en Apocalipsis no es la Trinidad esencial sino la Trinidad económica. La Trinidad esencial se refiere a la propia existencia de Dios. En la existencia de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu coexisten y son coinherentes desde la eternidad hasta la eternidad. Para la Trinidad esencial no se necesitan modificadores. Sin embargo, el libro de Apocalipsis no toca la existencia de la Trinidad sino la economía de la Trinidad. Según la economía de Dios, el Padre es el que es ahora, que era en el pasado, y que será en el futuro. Estos modificadores indican una economía. Además, en la existencia de Dios, el Espíritu de Dios es uno, pero en la economía de Dios, el Espíritu de Dios es siete en función. Esencialmente el Espíritu de Dios es uno en existencia, pero económicamente tiene que ser intensificado para cumplir con Su función de llevar a cabo la economía de Dios. En esencia Dios el Hijo es solamente el Hijo, pero en la economía de Dios El es Jesús, Cristo, el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos, el Soberano de los reyes de la tierra, el que nos ama y nos ha libertado de nuestros pecados por Su sangre, el que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes para Su Dios y Padre, y el que viene a ejecutar el gobierno final de Dios. Ninguno de estos modificadores se refiere a la existencia del Hijo, sino al Hijo en la economía de Dios, en el mover de Dios, es decir, en las acciones de Dios. El orden en que se menciona cada modificador del Hijo en Apocalipsis 1:5-7 está relacionado con el mover de Dios, con la economía de Dios. Otra vez digo, Apocalipsis no toca la esencia divina de la Trinidad, sino la economía divina de la Trinidad. En el libro de Apocalipsis el trono de Dios es el centro de la administración de Dios. Lo que vemos en Apocalipsis es el trono de Dios que es para administrar el propósito eterno de Dios. Esto es completamente un asunto de la economía de Dios.
En la esencia de Dios, la Trinidad es simplemente el Padre, el Hijo y el Espíritu. Sin embargo, en la economía de Dios la Trinidad es complicada. Además, en la esencia de Dios, el Padre es primero, el Hijo es segundo y el Espíritu es tercero. Sin embargo, en la economía de Dios, el Espíritu se menciona antes de Dios el Hijo. El Espíritu lleva a cabo la administración de Dios e infunde y escudriña a las iglesias. En los cuatro Evangelios, el Hijo estaba más presente que el Espíritu, pero en Apocalipsis el Espíritu está más presente que el Hijo, así que en el orden de la Trinidad económica en Apocalipsis 1, el Espíritu se menciona antes del Hijo. La Trinidad en Mateo 28 es la Trinidad de la existencia de Dios, o sea, la Trinidad esencial, y la Trinidad en Apocalipsis es la Trinidad en la economía de Dios, o sea, la Trinidad económica.
No obstante, tal vez algunos argumenten que la primera designación del Padre se refiere a la existencia, ya que se refiere al que es y que era y que será. El verbo “ser” quiere decir existir. En Exodo 3, sin embargo, Dios no se menciona como el que es y que era y que será. El se menciona como “YO SOY EL QUE SOY”, el gran Yo Soy. Sin duda, esto denota puramente la existencia de Dios. Dios es el que es, el gran Yo Soy. Sin embargo, cuando Apocalipsis dice “el que es y que era y que ha de venir”, esto denota algunas actividades. Dios estaba allí en la eternidad pasada, en la creación, y con Abraham, Isaac y Jacob; ahora El está aquí con nosotros; y El estará allí en la Nueva Jerusalén por la eternidad futura. Esto no se refiere a la existencia, sino a los hechos, a las acciones. En Juan 5:17 el Señor Jesús dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. El Padre trabajaba en la eternidad, trabajaba en la creación, trabajaba en el Hijo para la redención, y trabajará. Esto nos muestra que el título “el que es y que era y que ha de venir” no se refiere principalmente a la existencia, sino al trabajo del Padre, o sea, a las actividades del Padre en diferentes tiempos. El Padre trabajaba en el pasado, trabaja hoy en día y trabajará en el futuro.
El Padre como el que esy que era y que ha de venir El que es y que era y que ha de venir es Dios el Padre eterno. Este título se refiere al título de Jehová que se encuentra en el Antiguo Testamento. Jehová es el gran Yo Soy; El es Aquel que es y que era y que será. En Exodo 3, el gran Yo Soy dice a Moisés que El es el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob (vs. 14-15). Jehová es el Dios del abuelo, Dios del padre y Dios del nieto, es decir, el Dios Triuno. El que es y que era y que ha de venir es el Padre; sin embargo, El también denota al gran Yo Soy, Jehová, el Dios Triuno. Tal vez algunos pregunten: “¿Cómo es posible que el Padre sea el Dios Triuno, cuando el Dios Triuno es el Dios completo, y el Padre solamente es una tercera parte?” El pensamiento de la teología de hoy es que el Dios completo está dividido en tres partes: el Padre, el Hijo y el Espíritu. De manera subconsciente, muchos de nosotros nos aferramos a este concepto. Sin embargo, la descripción del título que se da en Apocalipsis al primero de la Trinidad divina es: el que es y que era y que ha de venir. El predicado triple que se usa para el primero de la Trinidad divina implica y aun indica la Trinidad divina. Esto definitivamente se refiere al gran Yo Soy, Jehová, de Exodo 3. El gran Yo Soy que se encuentra en Exodo 3 es el Dios Triuno, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Jehová es el Dios Triuno, el Dios completo. ¿Cómo es posible que en Apocalipsis el Dios completo sea el primero del Dios Triuno? Esto nos muestra el misterio del Dios Triuno, y también nos muestra que no es fácil estudiar la Palabra santa ni estudiar a nuestro Dios infinito y eterno. Nuestra mente finita es incapaz de comprenderlo completamente.
Los siete Espíritus que están delante del trono de Dios son el Espíritu operante de Dios, es decir, Dios el Espíritu. Ahora tenemos que preguntarnos si el Espíritu de Dios es uno o siete. El es el Espíritu siete veces intensificado. Sin embargo, ¿cuál es el propósito de que El esté intensificado? Muchos cristianos tratan de evitar el estudio del último libro de la Biblia. Dicen que es muy difícil de entender, y que no debemos tratar de entenderlo. La Biblia completa ha estado en manos de los hijos del Señor desde el año 397 D.C. Como cristianos todos debemos amar este libro y procurar estudiarlo. Si deseamos entender la Biblia, ciertamente tenemos que entender su conclusión, la cual es la conclusión de toda la revelación divina. No podemos dar por sentado Apocalipsis 1:4-7. ¿Por qué está cambiado el orden de la Trinidad divina en estos versículos, y por qué ha llegado a ser tan complicado, comparado con Mateo 28:19? Aunque esto es difícil de comprender, debemos encontrar el significado. No es lógico saltarnos estos versículos usando el pretexto de que somos demasiado limitados para entenderlos.
Sin duda, los siete Espíritus son el Espíritu de Dios, debido a que figuran entre los tres del Dios Triuno en los versículos 4 y 5. Así como siete es el número que representa el completamiento en la operación de Dios, así también los siete Espíritus deben de ser para el mover de Dios en la tierra. En sustancia y existencia el Espíritu de Dios es uno; en la función y obra intensificada de la operación de Dios, el Espíritu de Dios es séptuplo. Es como el candelero en Zacarías 4:2. En cuanto a su existencia, es un solo candelero, pero con respecto a su función es siete lámparas. En el tiempo en que este libro fue escrito, la iglesia se había degradado; la edad era obscura. Por lo tanto, el Espíritu de Dios siete veces intensificado era necesario para el mover y la obra de Dios en la tierra.
Los siete Espíritus de Dios figuran en segundo lugar en vez de figurar en tercer lugar. Esto revela la importancia de la función intensificada del Espíritu séptuplo de Dios. Este punto está confirmado por el repetido énfasis que se da al hablar del Espíritu en 2:7, 11, 17, 29; 3:6, 13, 22; 14:13; 22:17. Al comienzo de las otras Epístolas, solamente se mencionan el Padre y el Hijo, de quienes la gracia y la paz son dadas a los destinatarios. Sin embargo, aquí el Espíritu también está incluido, de quien la gracia y la paz son impartidas a las iglesias. Esto también indica cuán necesario y crucial es el Espíritu para el mover de Dios para contrarrestar la degradación de la iglesia. El versículo 4 nos dice que los siete Espíritus están delante del trono de Dios. Este modificador “delante del trono de Dios”, indica por qué Dios el Espíritu llega a ser siete, y también nos dice quiénes son estos siete Espíritus.
Hasta aquí, hemos visto que en estos versículos el Padre es designado como el que es y que era y que ha de venir, y el Espíritu se menciona en plural como los siete Espíritus. Además, el tercero de la Trinidad no es designado como el Hijo, sino como Jesucristo. Los dos nombres, Jesús y Cristo, como nombre compuesto, tienen muchísimo significado. ¿Quién es Jesús y quién es Cristo? En realidad, una conferencia de diez días no sería suficiente para describir quién es Jesús y quién es Cristo. Para Dios, El es el Testigo fiel, y para la iglesia, El es el Primogénito de los muertos porque por medio de El, como el Primogénito de los muertos, todos nosotros fuimos resucitados y renacidos para producir la iglesia. Para el mundo, El es el Soberano de los reyes de la tierra. Además, El nos ama y ha efectuado la redención por nosotros por medio de derramar Su sangre, la cual nos lava y nos limpia de todos nuestros pecados. El también hizo de nosotros un reino y este reino es el sacerdocio. El reino es para el dominio de Dios, y el sacerdocio es para la expresión de Dios, la cual cumple el propósito de la creación de Dios del hombre en Génesis 1:26. ¡Finalmente, El viene con las nubes!
Concerniente al primero de la Trinidad divina vemos tres modificadores: “que es”, “que era”, y “que ha de venir”. Con respecto al segundo de la Trinidad divina en Apocalipsis, es decir, los siete Espíritus, el modificador es “delante del trono de Dios”. Para el tercero de la Trinidad divina, el cual es Jesucristo, los modificadores son el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos, el Soberano de los reyes de la tierra, el que nos ama, quien nos ha libertado de nuestros pecados, quien ha hecho de nosotros un reino y sacerdotes para Su Dios y Padre, y quien viene. Todos estos modificadores se usan para modificar a los tres de la Deidad, e indican que la Trinidad divina en Apocalipsis no es la Trinidad esencial sino la Trinidad económica. La Trinidad esencial se refiere a la propia existencia de Dios. En la existencia de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu coexisten y son coinherentes desde la eternidad hasta la eternidad. Para la Trinidad esencial no se necesitan modificadores. Sin embargo, el libro de Apocalipsis no toca la existencia de la Trinidad sino la economía de la Trinidad. Según la economía de Dios, el Padre es el que es ahora, que era en el pasado, y que será en el futuro. Estos modificadores indican una economía. Además, en la existencia de Dios, el Espíritu de Dios es uno, pero en la economía de Dios, el Espíritu de Dios es siete en función. Esencialmente el Espíritu de Dios es uno en existencia, pero económicamente tiene que ser intensificado para cumplir con Su función de llevar a cabo la economía de Dios. En esencia Dios el Hijo es solamente el Hijo, pero en la economía de Dios El es Jesús, Cristo, el Testigo fiel, el Primogénito de los muertos, el Soberano de los reyes de la tierra, el que nos ama y nos ha libertado de nuestros pecados por Su sangre, el que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes para Su Dios y Padre, y el que viene a ejecutar el gobierno final de Dios. Ninguno de estos modificadores se refiere a la existencia del Hijo, sino al Hijo en la economía de Dios, en el mover de Dios, es decir, en las acciones de Dios. El orden en que se menciona cada modificador del Hijo en Apocalipsis 1:5-7 está relacionado con el mover de Dios, con la economía de Dios. Otra vez digo, Apocalipsis no toca la esencia divina de la Trinidad, sino la economía divina de la Trinidad. En el libro de Apocalipsis el trono de Dios es el centro de la administración de Dios. Lo que vemos en Apocalipsis es el trono de Dios que es para administrar el propósito eterno de Dios. Esto es completamente un asunto de la economía de Dios.
En la esencia de Dios, la Trinidad es simplemente el Padre, el Hijo y el Espíritu. Sin embargo, en la economía de Dios la Trinidad es complicada. Además, en la esencia de Dios, el Padre es primero, el Hijo es segundo y el Espíritu es tercero. Sin embargo, en la economía de Dios, el Espíritu se menciona antes de Dios el Hijo. El Espíritu lleva a cabo la administración de Dios e infunde y escudriña a las iglesias. En los cuatro Evangelios, el Hijo estaba más presente que el Espíritu, pero en Apocalipsis el Espíritu está más presente que el Hijo, así que en el orden de la Trinidad económica en Apocalipsis 1, el Espíritu se menciona antes del Hijo. La Trinidad en Mateo 28 es la Trinidad de la existencia de Dios, o sea, la Trinidad esencial, y la Trinidad en Apocalipsis es la Trinidad en la economía de Dios, o sea, la Trinidad económica.
No obstante, tal vez algunos argumenten que la primera designación del Padre se refiere a la existencia, ya que se refiere al que es y que era y que será. El verbo “ser” quiere decir existir. En Exodo 3, sin embargo, Dios no se menciona como el que es y que era y que será. El se menciona como “YO SOY EL QUE SOY”, el gran Yo Soy. Sin duda, esto denota puramente la existencia de Dios. Dios es el que es, el gran Yo Soy. Sin embargo, cuando Apocalipsis dice “el que es y que era y que ha de venir”, esto denota algunas actividades. Dios estaba allí en la eternidad pasada, en la creación, y con Abraham, Isaac y Jacob; ahora El está aquí con nosotros; y El estará allí en la Nueva Jerusalén por la eternidad futura. Esto no se refiere a la existencia, sino a los hechos, a las acciones. En Juan 5:17 el Señor Jesús dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. El Padre trabajaba en la eternidad, trabajaba en la creación, trabajaba en el Hijo para la redención, y trabajará. Esto nos muestra que el título “el que es y que era y que ha de venir” no se refiere principalmente a la existencia, sino al trabajo del Padre, o sea, a las actividades del Padre en diferentes tiempos. El Padre trabajaba en el pasado, trabaja hoy en día y trabajará en el futuro.