Jamás tendremos una idea exacta de la humillación de Jesús al venir a la tierra. Ni todas las humillaciones de todos los hombres sumadas llegan a arrimarse a su humillación.
Si Dios por ejemplo nos convirtiera en cucarachas, sería para nosotros una gran humillación, ya que significaría el descenso desde una criatura superior
( hombre), hacia otra inferior ( insecto), pero quedaría dentro del ámbito de la criatura, pero en Jesús el descenso fue de Creador a criatura. No tiene límites.
Además como escribiera W. Nee, en la encarnación: DIOS SE SOMETE A DIOS, es fácil someterse a alguien que sabe más que nosotros o que posee mayor autoridad, pero Jesús poseía igual poder y gloria que el Padre, sin embargo acepta a someterse a su autoridad, y sabiendo que no había autoridad más alta que Él en el universo. Es realmente increíble.
Les dejo una paráfrasis sobre Filipenses 2.5-1,1 escrita por el sacerdote católico Ignacio Larrañaga:
-“ Jesús a pesar de su condición divina no hizo alarde de su categoría de Dios, al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos, y así actuando como un hombre cualquiera se rebajó hasta la muerte y muerte de cruz.
Siendo omnipotente no sonó con omnipotencias, renunciando a todas las ventajas de ser Dios se sometió a todas las desventajas de ser hombre. No tenía imagen inflada de sí mismo, no había en Él adhesión a su yo porque no tenía yo.
Por eso se comportó con tanta serenidad y grandeza durante la pasión. No le importaba nada, ni los insultos ni las injusticias, estaba desligado de todo, por eso libre, y porque era libre fue Libertador. Al máximo despojo corresponde la máxima libertad.
En Getsemaní el Padre asume la voluntad del Hijo, con esa entrega total Jesús se quedaba sin nada, no tenia discípulos, amigos, frutos, vida…. Si no tenía nada, nada tendía que perder, era el hombre más libre del mundo porque era el hombre más pobre del mundo.
Jesús atravesó el escenario de la pasión vestido fe silencio dignidad y paz, porque se había vaciado completamente. Había barrido dentro de sí, hasta el polvo de la estatua de sí mismo. Era la puraza total.
Al final nos amó sin medida porque había llegado al colmo del vaciamiento y de la humildad “-
Si Dios por ejemplo nos convirtiera en cucarachas, sería para nosotros una gran humillación, ya que significaría el descenso desde una criatura superior
( hombre), hacia otra inferior ( insecto), pero quedaría dentro del ámbito de la criatura, pero en Jesús el descenso fue de Creador a criatura. No tiene límites.
Además como escribiera W. Nee, en la encarnación: DIOS SE SOMETE A DIOS, es fácil someterse a alguien que sabe más que nosotros o que posee mayor autoridad, pero Jesús poseía igual poder y gloria que el Padre, sin embargo acepta a someterse a su autoridad, y sabiendo que no había autoridad más alta que Él en el universo. Es realmente increíble.
Les dejo una paráfrasis sobre Filipenses 2.5-1,1 escrita por el sacerdote católico Ignacio Larrañaga:
-“ Jesús a pesar de su condición divina no hizo alarde de su categoría de Dios, al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos, y así actuando como un hombre cualquiera se rebajó hasta la muerte y muerte de cruz.
Siendo omnipotente no sonó con omnipotencias, renunciando a todas las ventajas de ser Dios se sometió a todas las desventajas de ser hombre. No tenía imagen inflada de sí mismo, no había en Él adhesión a su yo porque no tenía yo.
Por eso se comportó con tanta serenidad y grandeza durante la pasión. No le importaba nada, ni los insultos ni las injusticias, estaba desligado de todo, por eso libre, y porque era libre fue Libertador. Al máximo despojo corresponde la máxima libertad.
En Getsemaní el Padre asume la voluntad del Hijo, con esa entrega total Jesús se quedaba sin nada, no tenia discípulos, amigos, frutos, vida…. Si no tenía nada, nada tendía que perder, era el hombre más libre del mundo porque era el hombre más pobre del mundo.
Jesús atravesó el escenario de la pasión vestido fe silencio dignidad y paz, porque se había vaciado completamente. Había barrido dentro de sí, hasta el polvo de la estatua de sí mismo. Era la puraza total.
Al final nos amó sin medida porque había llegado al colmo del vaciamiento y de la humildad “-