Que les parece esto

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11 Junio 2009
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Clínica de milagros o un centro de estafas?
Nacionales 17 Junio, 2009
1 Comentario
TEGUCIGALPA.- María Orellana, es una ama de casa de aproximadamente 40 años de edad, desde hace meses ha venido padeciendo de unos fuertes dolores en el abdomen, una tarde mientras cenaba junto a su esposo y sus cuatro hijos, les advirtió que cada día se sentía peor, por lo que visitaría un médico.

A la semana siguiente, salió de su casa en Comayagüela, tomó un taxi colectivo y se dirigió a una clínica médica privada, ubicada en el centro de la capital.


Los amuletos que ofrecen a los incautos con supuestos poderes divinos.
Una vez, en el sanatorio, los médicos la examinaron sin llegar a conocer el origen de los dolores que había venido padeciendo la joven mujer.

Para diagnosticar la mandaron a hacerse una serie de exámenes, ese día regresó a su hogar sin ninguna respuesta que dar a sus familiares sobre el mal que la estaba perturbando.

Una semana después, dispuso volver al centro médico para conocer los resultados de los exámenes practicados, tomó su cartera y le pidió a una de sus hijas menores que la acompañara, no sin antes encomendarse a Dios, pues temía lo peor, dado que sus dolencias aumentaban cada vez más.

En el centro asistencial, uno de los especialistas le dijo que fuera fuerte para aceptar que cuando nacemos lo único que tenemos seguro es la muerte, además, que las enfermedades son parte de la vida y hay que afrontarlas con calma y con fe.

El médico le informó que en base a los exámenes, determinaron que estaba padeciendo de una enfermedad mortal, el regreso al hogar fue triste, con sus manos sudadas y lágrimas corriendo por sus mejillas, esperó hasta que se reuniera toda la familia para contarles la triste noticia. Sus parientes quedaron boquiabiertas, puesto que María siempre fue saludable, por tanto se rehusaron a aceptar el veredicto de la medicina moderna.

Las semanas transcurrieron, como también las dolencias estomacales, uno de esos días leyó en un diario capitalino sobre un lugar mágico donde curaban todo tipo de males. El lugar se llama “Pare de sufrir” con un corazón fulgurante como logo.

María no lo pensó dos veces para acudir al lugar que indicaba el anuncio publicitario. Anteriormente había platicado por teléfono con unos familiares radicados en Estados Unidos que en tiempos de necesidad siempre le dieron ayuda económica.

A diferencia de la primera vez que fue al médico cuando le informó a su familia, en esta ocasión no le contó a nadie, solamente a una vecina y amiga que le dio ánimos para que buscara alguna solución.

Con el recorte del anuncio en su cartera, se acercó a una clínica llamada “La Cruz del Milagro”.

Al llegar, se entrevistó con un hombre de características y acento extrañas, a quien María le contó sobre su enfermedad y el diagnóstico médico.

Por su parte, el entrevistador la indagó sobre detalles personales, como el lugar de residencia, familiares en el exterior, lugar de trabajo de su cónyuge, además, hizo hincapié en que el poder de la fe es grande y capaz de mover montañas.

De igual forma hizo énfasis en los cambios de la vida, que de la noche a la mañana la suerte de las personas puede cambiar, tanto para bien como para mal, al final de la entrevista este personaje le prometió restaurarle la salud en cuestión de días.

La esperanza de curarse le devolvió la alegría, más los dolores y consecuencias de la enfermedad marchaban como viento en popa. En el hogar los familiares notaron el cambio de estado de ánimo hasta que María le confesó a su esposo que había encontrado un lugar lleno de magos que curarían sus dolencias y que le prolongarían la vida.


Los baners que anuncian el centro espiritual “La Cruz de los Milagros”.
El consorte acongojado por la enfermedad que abatía a su pareja le apoyó con la esperanza de que los tratamientos que estaba recibiendo le permitieran mantenerla a su lado.

LA TRAMA

Pasaron varios meses y la enfermedad no paraba, como también las cantidades de dinero que tenía que entregar casi semanalmente a los supuestos pastores de la “clínica de los milagros”.

Pero sus dolencias continuaban intactas y la enfermedad seguía carcomiendo su cuerpo. Pasaron los meses y los resultados no llegaron, la salud de María iba en detrimento, en eso razonó en que había sido víctima de una estafa y decidió denunciar a los “prometedores de milagros”.

Fue así que María narró a agentes de investigación que en ese centro le ofrecieron hacerle varios milagros en su vida y sobre todo curarle la mortal enfermedad que le había diagnosticado la ciencia médica.

También dijo a la policía que tuvo que pagar de a poco fuertes sumas de dinero.

Aseveró que le hicieron creer que en el terreno de su vivienda existía un ser mágico enterrado, al que se le debían ofrecer grandes ofrendas y este a su vez, curaría el mal.

A este ser divino había que alimentarlo especialmente con espadas, perlas y monedas de oro, por lo que la acongojada mujer empezó a pagar las cantidades de dinero que le solicitaron. Al final dijo que había entregado cerca de 800,000 lempiras.

Según versiones de la policía, los estafadores “trabajan a las personas” los indagan sobre la capacidad económica que puedan tener y sobre todo la necesidad que están pasando.

Los estafadores entierran artefactos en la propiedad de la víctima para hacerle creer la existencia de un tesoro que necesita ser adorado con bienes para que sus milagros surtan efecto.

Entre los objetos que sepultan están; vasijas con testamentos y varias cruces que supuestamente pueden hacer grandes milagros, como aliviarse de una enfermedad incurable, ganarse la lotería, conseguir el amor de su vida, entre tantas promesas que los ingenuos clientes terminan creyendo, y entregando los ahorros de la familia.

Se han dado casos en que algunas personas hasta han contraído deudas, esperanzadas en salir de sus problemas mediante los milagros que prometen estos malhechores.

Resulta difícil de creer que en el siglo XXI o el siglo del conocimiento como lo llaman los filósofos a esta era, existan personas ingenuas capaces de creer en soluciones esotéricas.

Esta situación ha llevado a que la policía emita una alerta para que la gente se abstenga de asistir a este tipo de “clínicas milagrosas”.

El vocero de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), Aníbal Baca dijo a medios de prensa en esta semana que “centenares de personas han sido estafadas”.

Baca, informó que desde el sábado pasado le siguen la pista a dos ciudadanos de origen colombiano acusados de estafa.
 
Re: Que les parece esto

Tristemente de estos estafadores existen muchos y ya hay por todos lados.

Hay que orar para que la gente no caiga en las manos de ellos