Re: ¿Por qué no hay avivamiento?
Estimados hermanos
Para hablar de avivamiento, se necesita primero, saber qué es avivamiento.
El avivamiento es una necesidad para todo creyente… para TODO creyente.
Quizás el error en relación al avivamiento, radica en el concepto que tenemos de esta expresión y que obviamente nos puede llevar a rechazar o poner en tela de juicio tal experiencia, que como digo, todos la necesitamos.
Para algunos, avivamiento es sinónimo de “saltos, gritos, risas, lluvias, caídas”, y etc. etc. etc. etc. por supuesto que esto no es un avivamiento,… aunque lejos no está; pues el avivamiento viene de la manifestación de Dios en Espíritu,... y lo que deja, lo que queda en nosotros de esa manifestación, es el avivamiento, es decir, la VIDA DE DIOS en nosotros.
El avivamiento es VIDA, … es decir, cuando recibimos la vida divina en nosotros, es porque estamos siendo avivados por Dios. Todos necesitamos periódicamente recibir o experimentar la presencia de Dios en nuestra vida, o la manifestación de su Espíritu Santo en nuestro ser.
Nuestro caminar por sobre esta tierra, nuestro trabajo o servicio a Dios, las responsabilidades espirituales, los quehaceres seculares, los afanes de la vida cotidiana, etc. etc. nos van “gastando”, vamos perdiendo aceite, o mejor dicho, vamos “gastando” aceite de nuestras lámparas y necesitamos ser renovados, restaurados, reavivados, llenados de nuevo, esta necesidad, se llama AVIVAMIENTO. Necesitamos recibir VIDA de Dios; recuperar las fuerzas para seguir adelante, necesitamos pasar tiempo a las plantas del Señor, en silenciosa contemplación, para continuar con nuevas fuerzas, nuevos bríos y nuevos propósitos.
Que algunos le llamen avivamiento al alboroto, al bullicio, al desorden etc. producto de la presencia de Dios; que se vive en muchas congregaciones “modernas”; y sin que quede evidencia de lo que se experimentó, siguiendo y viviendo tal cual lo hacían antes de recibir éste tipo de “avivamiento”, …esto,... no quita sin embargo, que el avivamiento de Dios, genuino, real, en su contexto verdadero, lo necesitemos los creyentes.
La presencia de Dios, es sublime, es real, y necesaria;… Dio se manifestaba en su pueblo, periódicamente de acuerdo a la necesidad de su pueblo, de sus hijos, y esto, traía como consecuencia un renovado empuje, gozo, interés, para seguir adelante… ¿Quién no desea recibir la presencia de Dios?.... ¿Quién no desea un avivamiento?
Solo que cuando Dios nos visita y nos llena de vida con su visita o presencia, nosotros no perdemos el sentido, ni el control, ni pasamos a ser autómatas, robots, o marionetas, sin saber que está pasando a nuestro alrededor, Dios no anula nuestros sentidos y nos deja “en blanco”…¡NO!...
Dios nos permite “manejar” (no quiero ser irreverente en este término) su presencia, su manifestación, y hemos de encausarla como realmente conviene y de la manera que conviene. Se necesita entender que no es la presencia en sí que nos da vida (avivamiento) sino es lo que queda en nosotros después de esa presencia divina;…. La manifestación del Espíritu Santo de Dios es pasajera, dura algunos momentos, algunos minutos, pero la VIDA de Dios que nos deja la presencia del Espíritu Santo cuando nos visita; es lo que permanece en nosotros y nos acompañará por siempre.
Esta VIDA, este AVIVAMIENTO, lo necesitamos todos sin distinción, …lo entendamos o no…
Dios les bendiga