Padre Alberto podría ser suspendido
Expertos dicen que no violó el celibato pues no está casado
El Padre Alberto hubiera infligido la tradición sacerdotal del celibato si se hubiera casado, y ese no es el caso.
Por Sandra Caquías Cruz / [email protected]
“El padre Alberto no ha roto su compromiso de celibato porque no se ha casado. Lo que hay aquí es una infidelidad a la iglesia”, sentenció el abogado conocedor del derecho canónico, Ramón A. Guzmán.
La evidencia pública en contra del sacerdote padre Alberto Cutié, relevado de sus obligaciones en la parroquia San Francisco de Sales en Miami Beach y de sus responsabilidades en la emisora Radio Paz, consiste de unas fotos en las que se observa al religioso con una fémina en supuesta actitud romántica.
Guzmán, delegado del Arzobispado de San Juan y profesor de derecho en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, explicó que los actos que se le señalan a este religioso pueden llevar a la Iglesia Católica a suspenderlo, pero el celibato implica haberse casado y ese no este caso.
“Él lo que ha tenido es una conducta censurable... es una falta a su fidelidad a la iglesia. El extremo en esa línea sería el adulterio, pero ninguna de esas fotos probaría un adulterio”, dijo. “En este caso él ha roto su compromiso de fidelidad”, insistió.
El padre Alberto, con quien El Nuevo Día volvió a tener conversación ayer por correo electrónico, aclaró que “no he renunciado”. El religioso, reconocido por sus ‘talkshows’, había pedido perdón por sus actos, reconoció que actuó mal y pidió oraciones.
Por su parte, monseñor Elías S. Morales, vicario judicial del Tribunal Interdiocesano de Ponce y Mayagüez, explicó que el celibato es un “estilo de vida” que asumen los sacerdotes para entregarse totalmente a ese ministerio.
La Iglesia Católica del rito latino establece que aquellos que van a acceder el sacerdocio asumen un “estilo de vida o don” con las implicaciones de no constituir una familia, no sostener relaciones de matrimonio y no tener hijos, explicó. “El celibato no lo miramos como un no hacer, sino como un hacer. El celibato es una forma de amar, es una forma de entrega. El celibato se convierte en un estilo de vida por el que el sacerdote le da plenitud a su humanidad, a su capacidad de relacionarse con otros”, dijo.
Explicó que más que un acuerdo verbal, el celibato es una formación que reciben en el seminario, donde le enseñan a reconocer y vivir ese estilo de vida. Indicó que cuando una persona va a la ordenación sacerdotal va con el conocimiento y con las herramientas básicas para poder vivir el celibato.
¿Qué pasa con el que no lo vive así? “Eso depende de cuáles sean las maneras en que no se viva ese celibato”, dijo. Las sanciones a las que se expone un sacerdote que falta al celibato van a depender de la acción que realizó y pueden acarrear la suspensión. El proceso inicia con un diálogo para que la persona vuelva a la vida célibe y distinga si se trata de situaciones pasajeras o estables y permanentes.
También puede ocurrir que la persona escoge colgar los hábitos, como se le dice comúnmente al retiro de la vida sacerdotal, o que termine destituido. Ha habido casos en que es el sacerdote quien recurre al Vaticano a pedir una dispensa para no tener que estar obligado al sacerdocio y poder contraer matrimonio. Monseñor Elías explicó que el celibato no lo exigen todas las iglesias porque cada una se basa en diversos fundamentos, uno interpretan el sacerdocio de acuerdo a la historia, otros a las Sagradas Escrituras. En el caso de la Iglesia Católica, explicó, es una tradición de asumir la voluntad de Jesucristo, “que para ejercer su ministerio lo hizo célibe, lo hizo sin asumir la realidad del matrimonio”.
Expertos dicen que no violó el celibato pues no está casado
El Padre Alberto hubiera infligido la tradición sacerdotal del celibato si se hubiera casado, y ese no es el caso.
Por Sandra Caquías Cruz / [email protected]
“El padre Alberto no ha roto su compromiso de celibato porque no se ha casado. Lo que hay aquí es una infidelidad a la iglesia”, sentenció el abogado conocedor del derecho canónico, Ramón A. Guzmán.
La evidencia pública en contra del sacerdote padre Alberto Cutié, relevado de sus obligaciones en la parroquia San Francisco de Sales en Miami Beach y de sus responsabilidades en la emisora Radio Paz, consiste de unas fotos en las que se observa al religioso con una fémina en supuesta actitud romántica.
Guzmán, delegado del Arzobispado de San Juan y profesor de derecho en la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico, explicó que los actos que se le señalan a este religioso pueden llevar a la Iglesia Católica a suspenderlo, pero el celibato implica haberse casado y ese no este caso.
“Él lo que ha tenido es una conducta censurable... es una falta a su fidelidad a la iglesia. El extremo en esa línea sería el adulterio, pero ninguna de esas fotos probaría un adulterio”, dijo. “En este caso él ha roto su compromiso de fidelidad”, insistió.
El padre Alberto, con quien El Nuevo Día volvió a tener conversación ayer por correo electrónico, aclaró que “no he renunciado”. El religioso, reconocido por sus ‘talkshows’, había pedido perdón por sus actos, reconoció que actuó mal y pidió oraciones.
Por su parte, monseñor Elías S. Morales, vicario judicial del Tribunal Interdiocesano de Ponce y Mayagüez, explicó que el celibato es un “estilo de vida” que asumen los sacerdotes para entregarse totalmente a ese ministerio.
La Iglesia Católica del rito latino establece que aquellos que van a acceder el sacerdocio asumen un “estilo de vida o don” con las implicaciones de no constituir una familia, no sostener relaciones de matrimonio y no tener hijos, explicó. “El celibato no lo miramos como un no hacer, sino como un hacer. El celibato es una forma de amar, es una forma de entrega. El celibato se convierte en un estilo de vida por el que el sacerdote le da plenitud a su humanidad, a su capacidad de relacionarse con otros”, dijo.
Explicó que más que un acuerdo verbal, el celibato es una formación que reciben en el seminario, donde le enseñan a reconocer y vivir ese estilo de vida. Indicó que cuando una persona va a la ordenación sacerdotal va con el conocimiento y con las herramientas básicas para poder vivir el celibato.
¿Qué pasa con el que no lo vive así? “Eso depende de cuáles sean las maneras en que no se viva ese celibato”, dijo. Las sanciones a las que se expone un sacerdote que falta al celibato van a depender de la acción que realizó y pueden acarrear la suspensión. El proceso inicia con un diálogo para que la persona vuelva a la vida célibe y distinga si se trata de situaciones pasajeras o estables y permanentes.
También puede ocurrir que la persona escoge colgar los hábitos, como se le dice comúnmente al retiro de la vida sacerdotal, o que termine destituido. Ha habido casos en que es el sacerdote quien recurre al Vaticano a pedir una dispensa para no tener que estar obligado al sacerdocio y poder contraer matrimonio. Monseñor Elías explicó que el celibato no lo exigen todas las iglesias porque cada una se basa en diversos fundamentos, uno interpretan el sacerdocio de acuerdo a la historia, otros a las Sagradas Escrituras. En el caso de la Iglesia Católica, explicó, es una tradición de asumir la voluntad de Jesucristo, “que para ejercer su ministerio lo hizo célibe, lo hizo sin asumir la realidad del matrimonio”.