De eso quiero hablar del oscura y poco comentada aberración de la devoción a las reliquias. Normalmente se discute sobre la veneración de imágenes, ¿Pero y de las reliquias que no se dice nada? Veamos.
El Santo Prepucio de Nuestro Señor (Sanctum Praeputium)
Durante mucho tiempo se adoró el Santo Prepucio de Jesucristo, que según la leyenda había sido guardado. Hay controversias de cómo llegó hasta nuestros tiempos, no obstante se encontraba en la Iglesia de Coulombs, en la diócesis de Chartres; pero también en la Basílica de San Juan de Letrán o en Amberes.
Tras las cruzadas llegaron a circular por Europa unos 14 prepucios.
Pero no queda en ésto.
a) Santa Catalina de Siena, en sus esponsales con Jesucristo, se le puso como anillo el Santo Prepucio de Jesucristo. Tal dedo que también se conserva y se expone a veneración tiene al rededor (para las vistas más agudas) el prepucio de Jesús.
b) Sor Agnes Blannbekin, mística del siglo XVIII, comulgaba el Santo Prepucio de Jesucristo; la cual llegó a afirmar que su sabor era carnoso y dulce y que sentía un inmenso gozo.
c) Incluso existió una dilatada discusión teológica entre quienes decían que en la ascensión de Jesucristo en cuerpo a los cielos, el prepucio, ascendió con él convirtiéndose en uno de los anillos de Saturno. (De Praeputio Domini Nostri Jesu Christi Diatriba, de León Alacio)
Iré a medida que sigo investigando completando estas aberraciones de la devoción, verdaderos sacrilegios.
El Santo Prepucio de Nuestro Señor (Sanctum Praeputium)
Durante mucho tiempo se adoró el Santo Prepucio de Jesucristo, que según la leyenda había sido guardado. Hay controversias de cómo llegó hasta nuestros tiempos, no obstante se encontraba en la Iglesia de Coulombs, en la diócesis de Chartres; pero también en la Basílica de San Juan de Letrán o en Amberes.
Tras las cruzadas llegaron a circular por Europa unos 14 prepucios.
Pero no queda en ésto.
a) Santa Catalina de Siena, en sus esponsales con Jesucristo, se le puso como anillo el Santo Prepucio de Jesucristo. Tal dedo que también se conserva y se expone a veneración tiene al rededor (para las vistas más agudas) el prepucio de Jesús.
b) Sor Agnes Blannbekin, mística del siglo XVIII, comulgaba el Santo Prepucio de Jesucristo; la cual llegó a afirmar que su sabor era carnoso y dulce y que sentía un inmenso gozo.
c) Incluso existió una dilatada discusión teológica entre quienes decían que en la ascensión de Jesucristo en cuerpo a los cielos, el prepucio, ascendió con él convirtiéndose en uno de los anillos de Saturno. (De Praeputio Domini Nostri Jesu Christi Diatriba, de León Alacio)
Iré a medida que sigo investigando completando estas aberraciones de la devoción, verdaderos sacrilegios.