Cuando una persona padece un trastorno mental serio se suele decir de ella que está "loca de atar" o "loca como una cabra". Naturalmente, esas expresiones españolas tan castizas no se traducen literalmente a otras lenguas. Por ejemplo, los ingleses tienen varias expresiones para decir lo mismo, pero no coinciden con las españolas. Una de las más usuales es "mad as a hatter", que quiere decir "loco como un sombrerero".
¿Se acuerdan los foristas de leer de niños "Alicia en el País de las Maravillas" o de ver la película de dibujos animados de Walt Disney? Hay una escena en la que la pobre Alicia es invitada a una fiesta de no-cumpleaños. Su anfitrión, que no le sirve té, ni nada, es un sombrerero, y está loco de atar. ¿Saben los foristas por qué ese sombrerero estaba loco? Es mucho más simple de lo que parece. Es que, lamentablemente, en esa profesión había una propensión altísima a la locura y todo tipo de enfermedades mentales. Era una especie de accidente laboral "programado" inevitable. Resulta que, en la confección de sombreros, se empleaban en esa época distintas combinaciones a base de mercurio, elemento sumamente tóxico y peligroso para el sistema nervioso central. Por ese motivo, los que se dedicaban a ese oficio y sus familiares más allegados podían verse afectados muy adversamente por la toxicidad del mercurio.
Y dirán nuestros "amigos" los adventistas a qué viene esto. ¡Muy sencillo! Resulta que el papá de la pobre Elenita se dedicaba precisamente a ese oficio. Ya les adelanto que sabemos que la locura que afecta a tantísimos adventistas contemporáneos se debe a otras causas, pues hace tiempo que los sombrereros trabajan en condiciones perfectamente saludables.
Ahora tenemos una situación muy curiosa. Los adventitas, como muchos otros individuos integrados en sectas, suelen burlarse de la idea de nuestros hermanos católicos según la cual la virgen María fue concebida de forma inmaculada (o sea, que no se vio afectada adversamente por el pecado innato a todos los humanos). En realidad, a muchos adventistas les ofende incluso que el propio Cristo fuese concebido de forma inmaculada. A lo que vamos es que a ellos lo que sí parece gustarles es una forma modificada de la "inmaculada concepción". Esta vez, no de Cristo, ni de María, sino la "inmaculada concepción antimercurial" de Elena de White. Porque ellos nos dirán que, pese a que se sabe que los sombrereros y sus familiares más cercanos solían sufrir demencia en distintos grados, resulta que la tal Elena, que viajó por el "País de las Maravillas", igual que Alicia, con alucinaciones, viajecitos interplanetarios y caídas al suelo, etc., fue salvaguardada milagrosamente del efecto nocivo del mercurio.
Bueno, hermanos, que disfruten de este sencillo pensamiento. En las horribles enseñanzas de Elena sin duda jugó un rol más importante la propia maldad de esa mujer y de los tipos de su entorno, pero en su mala salud física y mental el mercurio puede haber sido responsable de "mostrarle" más de una de las cosas que "vio".
¿Se acuerdan los foristas de leer de niños "Alicia en el País de las Maravillas" o de ver la película de dibujos animados de Walt Disney? Hay una escena en la que la pobre Alicia es invitada a una fiesta de no-cumpleaños. Su anfitrión, que no le sirve té, ni nada, es un sombrerero, y está loco de atar. ¿Saben los foristas por qué ese sombrerero estaba loco? Es mucho más simple de lo que parece. Es que, lamentablemente, en esa profesión había una propensión altísima a la locura y todo tipo de enfermedades mentales. Era una especie de accidente laboral "programado" inevitable. Resulta que, en la confección de sombreros, se empleaban en esa época distintas combinaciones a base de mercurio, elemento sumamente tóxico y peligroso para el sistema nervioso central. Por ese motivo, los que se dedicaban a ese oficio y sus familiares más allegados podían verse afectados muy adversamente por la toxicidad del mercurio.
Y dirán nuestros "amigos" los adventistas a qué viene esto. ¡Muy sencillo! Resulta que el papá de la pobre Elenita se dedicaba precisamente a ese oficio. Ya les adelanto que sabemos que la locura que afecta a tantísimos adventistas contemporáneos se debe a otras causas, pues hace tiempo que los sombrereros trabajan en condiciones perfectamente saludables.
Ahora tenemos una situación muy curiosa. Los adventitas, como muchos otros individuos integrados en sectas, suelen burlarse de la idea de nuestros hermanos católicos según la cual la virgen María fue concebida de forma inmaculada (o sea, que no se vio afectada adversamente por el pecado innato a todos los humanos). En realidad, a muchos adventistas les ofende incluso que el propio Cristo fuese concebido de forma inmaculada. A lo que vamos es que a ellos lo que sí parece gustarles es una forma modificada de la "inmaculada concepción". Esta vez, no de Cristo, ni de María, sino la "inmaculada concepción antimercurial" de Elena de White. Porque ellos nos dirán que, pese a que se sabe que los sombrereros y sus familiares más cercanos solían sufrir demencia en distintos grados, resulta que la tal Elena, que viajó por el "País de las Maravillas", igual que Alicia, con alucinaciones, viajecitos interplanetarios y caídas al suelo, etc., fue salvaguardada milagrosamente del efecto nocivo del mercurio.
Bueno, hermanos, que disfruten de este sencillo pensamiento. En las horribles enseñanzas de Elena sin duda jugó un rol más importante la propia maldad de esa mujer y de los tipos de su entorno, pero en su mala salud física y mental el mercurio puede haber sido responsable de "mostrarle" más de una de las cosas que "vio".