Re: “¡LÁZARO, SAL!”…”¡no gracias, ya estoy en el cielo!”
“consultó Shaulo (Saúl, Pablo) a Iehovah; pero Iehovah no le respondió ni por sueños, ni por Urim, ni por profetas. Entonces Shaulo dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación. Y se disfrazó Shaulo, y se puso otros vestidos, y se fue con dos hombres, y vinieron a aquella mujer de noche; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de adivinación, y me hagas subir a quien yo te dijere. Y la mujer le dijo: He aquí tú sabes lo que Shaulo ha hecho, cómo ha cortado de la tierra a los evocadores y a los adivinos. ¿Por qué, pues, pones tropiezo a mi vida, para hacerme morir? Entonces Shaulo le juró por Iehovah, diciendo: Vive Iehovah, que ningún mal te vendrá por esto. La mujer entonces dijo: ¿A quién te haré venir? Y él respondió: Hazme venir a Shmuel (Samuel). Y viendo la mujer a Shmuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Shaulo, diciendo: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Shaulo. Y el rey le dijo: No temas. ¿Qué has visto? Y la mujer respondió a Shaulo: HE VISTO DIOSES QUE SUBEN DE LA TIERRA. Él le dijo: ¿Cuál es su forma? Y ella respondió: Un hombre anciano viene, cubierto de un manto. Shaulo entonces entendió que era Shmuel, y humillando el rostro a tierra, hizo gran reverencia. Y Shmuel dijo a Shaulo: ¿Por qué me has inquietado haciéndome venir? Y Shaulo respondió: Estoy muy angustiado, pues los flishtím (palestinos) pelean contra mí, y Dios se ha apartado de mí, y no me responde más, ni por medio de profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me declares lo que tengo que hacer.” (1ª Samuel 28:6-15).
Ese Samuel no era el verdadero Samuel, sino un demonio personoficándolo. Dios no se contradice. Dios prohibió toda comunicación con los muertos y el recurrir a mediums.
"Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos,
para prostituirse tras de ellos, yo pondré mi rostro contra la
tal persona, y la cortaré de entre su pueblo. . . . Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de
muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán
apedreados; su sangre será sobre ellos" Levítico 20:6,2627
La información era de origen sobrenatural; pero no procedía de Dios. El había
mostrado su aborrecimiento por la práctica de la nigromancia al condenar a
muerte a cuantos la practicaban (Lev. 20: 27). Aun los que consultaran a
médiums espiritistas debían ser raídos (Lev. 20: 6). De modo que la
comunicación debe haber procedido de otra fuente. Hay quienes sostienen que los espíritus de los muertos vuelven para comunicarse con los vivos. Para
ellos, el espíritu de Samuel respondió a la invocación de la médium. Pero una
comunicación de Samuel, hablando como profeta, indirectamente habría sido una comunicación de Dios, y se declara expresamente que el Señor rehusaba
comunicarse con Saúl (1 Sam. 28: 6).
Saúl fue muerto "porque consultó a una adivina, y no consultó a Jehová" (1 Crón. 10: 13, 14).
"Así murió Saúl por su rebelión con que prevaricó
contra Jehová, contra la palabra de Jehová, la cual no
guardó, y porque consultó a una adivina,
y no consultó a Jehová; por esta causa lo mató, y
traspasó el reino a David hijo de Isaí"
La enseñanza de que los espíritus de los muertos vuelven para comunicarse con los vivos se basa en la creencia de que el espíritu del hombre existe en estado consciente después de la muerte y que, en realidad, ese espíritu es el hombre mismo. La Biblia enseña claramente que, al morir, el espíritu vuelve a Dios que lo dio (Ecl 12: 7), pero el AT enfáticamente niega que ese espíritu sea una entidad consciente (Job 14: 21; Sal. 146: 4; Ecl. 9: 5, 6). El NT enseña la misma doctrina. Jesús indicó que será en su segunda venida, y no en el momento
de la muerte, cuando el creyente se reunirá con su Señor (Juan 14: 1-3). De lo contrario, Jesús podría haber consolado a sus discípulos afligidos con el
pensamiento de que pronto les sobrevendría la muerte y que así inmediatamente irían a las mansiones celestiales para estar con él. Para confortar a los que habían llevado a sus amados al descanso, Pablo declaró expresamente que los que vivieran no iban a preceder a los muertos, sino que todos se reunirían con el Señor en el mismo momento (1 Tes. 4: 16, 17).
Es pues evidente que el espíritu de Samuel no se comunicó en este momento con Saúl. Queda otra fuente para esa comunicación. Las Escrituras revelan que Satanás y sus ángeles pueden impartir informaciones, y también cambiar su forma (ver Mat. 4: 1-11; 2 Cor. 11: 13, 14). La aparición que se presentó ante la mujer de Endor era una personificación satánica de Samuel, y el mensaje impartido tuvo su origen en el príncipe de las tinieblas.
Parece que el espíritu que informaba a la mujer se deleitó desenmascarando el
disfraz de Saúl y se mofó del extraño proceder del rey al pedir ayuda al mismo
poder que antes había procurado silenciar. En presencia del poder satánico
sobrenatural, las bravatas del rey, su justificación propia y sus variadas
excusas se disiparon como tamo frente al viento.
Creer en la inmortalidad del alma es creer y practicar el espiritismo.