Para todas las iglesias que enseñan que sus fieles van al cielo al morir, es muy difícil conciliar el relato de la resurrección de Lázaro con sus doctrinas, de que todos los buenos van al cielo al morir.
Lázaro era un hombre bueno, amigo de Cristo Jesús. ¿Dónde había estado esos días en que estuvo muerto?
¿Qué creían sus fieles hermanas? ¿Que estaba en el cielo con “el señor”, como predican los ministros de la cristiandad de hoy?
Juan 11:24: “Marta le dijo: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día”.
Esto muestra que ella entendía que los muertos no van a ningún sitio, sino que duermen (así lo comparó Jesús) a la espera de la resurrección de los muertos.
Cuando él volvió a la vida, ¿emocionó a la gente contándole cómo era el cielo?
¿La asustó con horribles historias sobre un infierno ardiente?
No. La Biblia no dice nada de eso. En los cuatro días que estuvo muerto, Lázaro no había tenido “conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). Sencillamente, había estado durmiendo en la muerte (Juan 11:11).
Sencillamente: si este hombre hubiese estado en “la gloria celestial”, al lado de Dios, o por lo menos con una parte de él, ya que la otra estaba en la tierra (Dios hijo) según los trinitarios, hubiese sido una falta de bondad de parte de Jesús “regresarlo” a la tierra a sufrir otra vez como ser humano imperfecto. Esto mismo aplicaría a todas las resurrecciones que realizó.
¿Es ingenuo creer en la resurrección?
No, pues Jesús prometió que llegará el día en que “todos los que están en las tumbas conmemorativas” resucitarán (Juan 5:28). Puesto que Jehová es el Creador de la vida en todas sus formas, ¿es tan difícil pensar que pueda volver a crearla? Por supuesto, mucho depende de la memoria que tenga Jehová. ¿Puede él recordar a nuestros seres queridos? Piense en esto: ¡Dios pone nombre a cada una de los incontables billones de estrellas que hay en el universo! (Isaías 40:26.) De modo que Jehová es capaz de recordar todos los detalles de nuestros seres amados que han fallecido, y además está dispuesto a devolverles la vida.
Ahora bien, ¿cuánto interés tiene Jehová en resucitar a los muertos? La Biblia enseña que está deseando hacerlo. Un fiel siervo de Dios llamado Job preguntó:
“Si un hombre [...] muere, ¿puede volver a vivir?”. Job hablaba de que esperaría en la tumba hasta que llegara el momento en que Dios se acordara de él. Por eso le dijo a Jehová: “Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo” (Job 14:13-15).
Piense en ello: Jehová anhela devolver la vida a los muertos por medio de su hijo. ¿Verdad que nos anima saber que Jehová tiene un deseo tan intenso de hacerlo?
Pero ¿cómo será esta resurrección futura? ¿Quiénes resucitarán, y dónde? Al intentar responder estas preguntas la cristiandad ha mentido también a las personas que han confiado en ellos.
Si le interesa la respuesta a estas preguntas, la próxima vez que le visiten los testigos de Jehová, pídales sin compromiso que le expliquen con detalle el asunto. Si no le atrae la idea de recibirlos en casa, pídales que le obsequien el libro “¿Qué enseña realmente la Biblia?”, en el cap. 7 titulado “Verdadera esperanza para los seres queridos que han muerto” se considera el tema y remite al lector a las citas Bíblicas pertinentes.
Lázaro era un hombre bueno, amigo de Cristo Jesús. ¿Dónde había estado esos días en que estuvo muerto?
¿Qué creían sus fieles hermanas? ¿Que estaba en el cielo con “el señor”, como predican los ministros de la cristiandad de hoy?
Juan 11:24: “Marta le dijo: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último día”.
Esto muestra que ella entendía que los muertos no van a ningún sitio, sino que duermen (así lo comparó Jesús) a la espera de la resurrección de los muertos.
Cuando él volvió a la vida, ¿emocionó a la gente contándole cómo era el cielo?
¿La asustó con horribles historias sobre un infierno ardiente?
No. La Biblia no dice nada de eso. En los cuatro días que estuvo muerto, Lázaro no había tenido “conciencia de nada en absoluto” (Eclesiastés 9:5). Sencillamente, había estado durmiendo en la muerte (Juan 11:11).
Sencillamente: si este hombre hubiese estado en “la gloria celestial”, al lado de Dios, o por lo menos con una parte de él, ya que la otra estaba en la tierra (Dios hijo) según los trinitarios, hubiese sido una falta de bondad de parte de Jesús “regresarlo” a la tierra a sufrir otra vez como ser humano imperfecto. Esto mismo aplicaría a todas las resurrecciones que realizó.
¿Es ingenuo creer en la resurrección?
No, pues Jesús prometió que llegará el día en que “todos los que están en las tumbas conmemorativas” resucitarán (Juan 5:28). Puesto que Jehová es el Creador de la vida en todas sus formas, ¿es tan difícil pensar que pueda volver a crearla? Por supuesto, mucho depende de la memoria que tenga Jehová. ¿Puede él recordar a nuestros seres queridos? Piense en esto: ¡Dios pone nombre a cada una de los incontables billones de estrellas que hay en el universo! (Isaías 40:26.) De modo que Jehová es capaz de recordar todos los detalles de nuestros seres amados que han fallecido, y además está dispuesto a devolverles la vida.
Ahora bien, ¿cuánto interés tiene Jehová en resucitar a los muertos? La Biblia enseña que está deseando hacerlo. Un fiel siervo de Dios llamado Job preguntó:
“Si un hombre [...] muere, ¿puede volver a vivir?”. Job hablaba de que esperaría en la tumba hasta que llegara el momento en que Dios se acordara de él. Por eso le dijo a Jehová: “Tú llamarás, y yo mismo te responderé. Por la obra de tus manos sentirás anhelo” (Job 14:13-15).
Piense en ello: Jehová anhela devolver la vida a los muertos por medio de su hijo. ¿Verdad que nos anima saber que Jehová tiene un deseo tan intenso de hacerlo?
Pero ¿cómo será esta resurrección futura? ¿Quiénes resucitarán, y dónde? Al intentar responder estas preguntas la cristiandad ha mentido también a las personas que han confiado en ellos.
Si le interesa la respuesta a estas preguntas, la próxima vez que le visiten los testigos de Jehová, pídales sin compromiso que le expliquen con detalle el asunto. Si no le atrae la idea de recibirlos en casa, pídales que le obsequien el libro “¿Qué enseña realmente la Biblia?”, en el cap. 7 titulado “Verdadera esperanza para los seres queridos que han muerto” se considera el tema y remite al lector a las citas Bíblicas pertinentes.