ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

Tobi

2
21 Noviembre 2000
16.179
10
Copio este estudio histórico y lo haré por etapas a fin de facilitar su lectura.
Los largos escritos desaniman al lector y fácilmente se convierten en lo que yo llamo NANOTRETOS
Atentamente
Tobi




APROXIMACION AL SIGNIFICADOY ALCANCE SOCIAL
DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS DE ESPAÑA EN 1492

Alumna: Silvia Menniti
Historia Moderna
Profesora: Magdalena de Pazzis
Universidad para los Mayores -1º Curso B
UCM – Diciembre de 2008

INDICE
1. Introducción...................................... .............................................
2. La sociedad española a finales del siglo XV
3. La comunidad judía en la España de finales del siglo XV
4. Razones y circunstancias que desencadenan la expulsión
5. Contenidos significativos de la orden de expulsión
6. La salida de los judíos
7. Conclusiones.
8. Bibliografía

Aproximación al significado y alcance social de la expulsión de los judíos de
España en 1492

1. Introducción
La elección del tema del presente trabajo es fruto por un lado de mi
sensibilidad como socióloga, ante los fenómenos de marginación,
desplazamientos y segregación de colectividades, presentes en todas las épocas de la historia, aún en las más recientes y actuales. Mi formación profesional siempre me ha hecho pensar que una sociedad más justa es posible y aunque creo que avanzamos muy lentamente hacia ello, siguen produciéndose procesos de exclusión social que no hacen sino acentuar desigualdades e injusticias poco justificables en el siglo XXI. Por otro lado, la cercanía a familiares y amigos judíos ha incitado mi curiosidad sobre este capítulo de la historia de España, que me resultaba poco conocido y explicable.
El objetivo de este trabajo es el de realizar un acercamiento a esta
página de la historia española para conocer las motivaciones de una decisión que debe haber sido muy difícil de tomar y que asimismo, resulta de difícil comprensión después de siglos de convivencia de las comunidades judías con cristianos y musulmanes, de los que han quedado testimonios ejemplares en diversos puntos de la Península.
Considero obligado resaltar el carácter modesto de este trabajo:
Pretende ser sólo un sintético aporte, como si se tratara de aplicar una lupa sobre los aspectos más significativos de los hechos que
acontecieron en relación a la salida de los judíos de la España de
finales del siglo XV para así tener más elementos de comprensión de este acontecimiento. El tema daría de sí para mucho más estudio y reflexión que el que las condiciones de esta entrega en la
Universidad para Mayores aconsejan.
2. La sociedad española a finales del siglo XV.
La sociedad estamental.
En los albores del Renacimiento, la sociedad no sólo en España sino en el mundo occidental está conformada por estamentos. Estratos sociales bastante cerrados, con escasa movilidad ascendente y con gran diferencia entre unos y otros respecto a sus derechos, riqueza y bienestar.
Se trata de una estructura social marcadamente jerárquica, en la que las diferencias entre un estamento y otro son muy notables y que se distinguen de forma nítida por los privilegios que unos gozan y otros no. Herencia de la sociedad feudal y de la expansión del cristianismo, existen dos estamentos privilegiados: la nobleza y el clero.
La nobleza integrada por los señores propietarios de la tierra, que
contaba con vasallos para cultivarla, que tenían derechos
jurisdiccionales en determinados territorios y que ejercían sobre ellos el poder de administrar justicia. “Los señores ejercían sobre sus vasallos funciones de administración, justicia y hacienda. Se trataba de una evolución del sistema feudal existente en la Edad Media, el cual había ido perdiendo algunos de sus elementos constitutivos de carácter político. Los señores recibían diversos derechos por el ejercicio de sus funciones públicas y una serie de rentas como propietarios de la tierra. (…) era muy frecuente que recibieran una parte proporcional de la cosecha, lo que les permitía realizar buenos negocios.”1
Las características de este estamento variaban significativamente no sólo entre las distintas regiones europeas sino también dentro de
España. En cada uno de los reinos hispánicos surgidos de la
Reconquista (Navarra, País Vasco, Aragón, Castilla) la nobleza
presentaba rasgos diferentes en cuanto a privilegios, riqueza,
posesiones, funciones, etc. Incluso dentro de la propia Castilla se
apreciaban diferencias notables. “…porque no sólo en Navarra, País Vasco y la Corona de Aragón el estamento nobiliario tenía
características propias sino que en la propia Castilla había
diferencias muy notables que dimanaban de la forma en que se había efectuado la conquista y la repoblación del territorio.”
(2)
Los nobles recibían favores reales a cambio de ayudar con sus tropas a defender el territorio o el poder, cuando se veía amenazado por otros aspirantes a reinar; apoyaban a los monarcas en sus conquistas o epopeyas, etc. Este tipo de servicios valían también para ingresar al estamento nobiliario, por parte de otros segmentos de la población, - generalmente comerciantes y personas adineradas-, cuando así lo disponía el rey –o la reina-. La pertenencia a la nobleza era hereditaria.
El otro estamento que gozaba de privilegios era el clero. Su número
era menor que el de los nobles y si bien su poder no estaba respaldado como el de los nobles, por la fuerza física, apelaban a su “poder espiritual” para hacer valer sus criterios y defender el orden eclesiástico. “…en cierto sentido era inferior porque le faltaba la última ratio, la fuerza bruta, pero en determinados aspectos las armas espirituales podían ser no menos temibles que las temporales, y además era frecuente la imbricación de ambos, ya en términos personales ya familiares, porque era habitual que familias nobles contaran con miembros eclesiásticos, lo que aumentaba su ámbito de poder e influencia.” 2Para su financiación, se destinaba el “diezmo”, tributo que debían pagar los campesinos, equivalente a la décima parte de la cosecha.
Además de estos dos estamentos, que según los estudios realizados, alcanzarían en torno a entre el 5 y el 10 por ciento de la población, estaba el “tercer estado”, el resto de la población, segmento muy heterogéneo integrado por el campesinado y por la población urbana.
El campesinado era el sector más numeroso de la población y su
condición económica dependía del régimen de tenencia de la tierra
que trabajaba. La población urbana –la burguesía-, abarcaba desde
ricos comerciantes, profesionales, hasta artesanos e intermediarios en general (arrendamiento de tierras, financieros, arrendatarios de
impuestos…).
Se trata pues, de una sociedad marcadamente jerárquica y rígida, en la que la normativa deja claro en general cuáles son las obligaciones de los súbditos no así en cambio, sus derechos. La existencia de privilegios es el principio rector de la organización colectiva y no se contemplan garantías ni protección para los súbditos, lo cual implica necesariamente un componente de discrecionalidad, cuando no de arbitrariedad, en la regulación de los derechos y obligaciones de éstos.
Brevemente y a grandes rasgos, ésta es la sociedad en la que reinaban Isabel y Fernando y en la que habitaba la colectividad judía objeto de la expulsión de 1492.

Continuará
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

SIGAMOS

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3. La comunidad judía en la España de finales del siglo XV
Los historiadores sitúan la llegada de judíos a España en época del
Imperio Romano. Hay datos fehacientes de su existencia desde el
siglo IV, como es el caso de la carta de Severo, obispo de Mallorca,
escrita en 418, relatando la conversión forzada de los judíos de
Menorca.3
Según Baer “Los primeros judíos que se establecieron en España
formaban parte de la primitiva Diáspora que se desparramó por todo el Imperio romano.”4 En este sentido, España sería la bíblica Sepharad donde según las profecías, los judíos dispersos se congregarían después de la destrucción de Roma (Edom
).
Se trataba por lo general de colectividades de alto nivel cultural,
descendientes de Judea (de allí su designación como judíos), que se dedicaban a actividades diversas, sin ser necesariamente ricos,
ejercían el comercio, poseían tierras que cultivaban o arrendaban, y
en algunos casos, ejercían puestos de administradores de propiedades de cristianos.
Si bien vivían en barrios separados, sus relaciones con los cristianos parecen haber sido normales y fluidas, según indica en su trabajo, José María Blázquez: [I]“los judíos eran en la Bética muchos e …[/I] (3 BAER, Yitzhak: Historia de los judíos en la España cristiana. RIOPIEDRAS, Barcelona 1981. 4 Ibidem, p. 17)…. influyentes y que las relaciones entre ambas comunidades, judía y cristiana, eran fluidas y frecuentes”[/I]5
Las investigaciones apuntan a que los judíos en general se adaptaron con facilidad a las condiciones de vida de los países en los que se radicaron. “…en la práctica, los judíos comenzaron a dar señales de adaptarse a la vida de los países de la Diáspora”.6 Aún así, ya se producen persecuciones y conversiones obligadas, en época de los reyes visigodos (Decreto de Sisebuto del año 612).
La llegada de los árabes a la Península (año 711) sitúa a los judíos, en una posición beneficiosa, puesto que el invasor no ejerció persecuciones por razones de culto y más bien se valió de los judíos para el ejercicio de determinadas funciones. De hecho, eran tolerantes y favorecieron la implantación de comunidades judías en las ciudades que iban conquistando. Ello obedece, según los especialistas, a que los conquistadores tratan de montar un complejo políticosocial que no aspira a la conversión al Islam de los sometidos sino (…) que existe una idea socioeconómica y fiscal fundamental: se trata de provocar pocas conversiones y de tener, en cambio, muchos tributarios (puesto que) el pago de impuestos solamente afectaba a los no musulmanes”.]7( BLAZQUEZ MARTÍNEZ, J.M.: Recientes aportaciones a la situación de los judíos en la Hispania tardoantigua”, Romero, E. (ed.): Judaísmo hispano. Estudios en memoria de José Luis Lacave Riaño. CSIC, Madrid, 2003. P.417
6 BAER, Yitzhak: op. Cit. P. 24
7 EL PAÍS, Historia Universal. SALVAT, Barcelona 2004, Vol. 9, p. 197 a 200.)
En las ciudades conquistadas fueron estableciéndose colonias de
judíos tales como las de Córdoba, Granada, Sevilla y Toledo, por
ejemplo.
Desde el punto de vista cultural, los judíos se acoplaron al esplendor cultural, filosófico y científico que los musulmanes trajeron y desarrollaron. Según Baer “la cultura hebrea alcanzaba en la España musulmana, la cumbre de su esplendor”8. Conocieron a los filósofos griegos, en particular Aristóteles, estudiaron medicina, química, biología, como discípulos de los musulmanes. Maimónides es un buen ejemplo del desarrollo de la vida intelectual entre los judíos.
En la etapa de la Reconquista, se producen cambios que afectarán
necesariamente a la colectividad política, social y espiritualmente. La situación que los príncipes cristianos encontraban en los territorios conquistados les movía a dar a los judíos un papel importante en sus planes de organización del Estado. Los nuevos conquistadores supieron aprovechar la experiencia y capacidad de los judíos, su conocimiento de la lengua árabe y de la naturaleza del territorio conquistado.
Entre los siglos XI y XII las comunidades judías se extienden hacia el norte de la Península y además crecen numéricamente, de forma significativa. “En aquella época (siglo XI) los judíos eran en toda Europa un agente colonizador importante en la fundación de nuevas ciudades. (BAER, Yitzhak: op.cit. p. 41).
Esto es cosa sabida en cuanto a la historia de las ciudades alemanas; y en España la importancia económica de aquellos era aun mayor”9
Los príncipes cristianos se encontraban pues, a unas comunidades
judías organizadas, cultas y éstas a su vez, supieron aprovechar esta coyuntura para ganar un lugar de consideración frente a los nuevos gobernantes. “El judío de la Diáspora pasó a ser un intermediario en lo material y lo espiritual. En la Europa cristiana acabó por hacerse prestamista profesional. Se convirtió en el sirviente leal de los señores feudales, en el banquero, el recaudador de impuestos y el médico del rey”.10
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De Tobi
De aquí, pues, viene la calumnia del judio usurero, pintado como el avaro de nariz aguileña y otras lindezas por el estilo

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Colaboraron asimismo militar y económicamente con los príncipes en la gesta por la reconquista.
En la España cristiana, los judíos vivían en las aljamas, comunidades judías cuyo estatus jurídico era dictado por el monarca y cuya denominación no sólo se refiere al lugar físico donde habitan sino a su organización. La aljama es una comunidad judía, dotada de un cuerpo de gobierno que regula la vida en cada una de ellas.
Dependen en forma directa del rey, tienen sus representantes que son quienes ejercen de interlocutores frente al rey. Poseen autonomía y pueden aplicar la ley hebraica para dirimir conflictos tanto civiles como criminales y religiosos entre judíos.
Los judíos son, en esta sociedad, siervos del patrimonio real. El rey
da protección a sus miembros y recibe a cambio, el pago de tributos
que son aplicables a judíos y mudéjares, por supuesto, más altos que los que tributan los cristianos. 11 Cada aljama tributaba anualmente varios tipos de impuestos: cabeza de pecho, servicio, medio servicio. Los encargados de recaudar estos impuestos dentro de la aljama desarrollaron un poder considerable, pues tenían la potestad para fijar la cantidad que cada familia debía pagar, en función de sus ganancias, podían llegar a adelantar el dinero de otros para cobrárselos más adelante. También aplicaron algunos impuestos, (sisa) dentro de la aljama, sobre el vino y la carne, que utilizaban como fuente de ingresos para la propia aljama, y que se destinaban a financiar servicios dentro de la comunidad, construir o reparar la sinagoga, entre otros.
En esta organización social, los judíos también debían tributar al
clero, a la Iglesia castellana: “los 30 dineros de los judíos”12 Sus relaciones con este estamento son frecuentes y normales, aunque son relaciones individuales, no institucionales, como con el rey.
En ocasiones, los reyes debieron delegar en otros su relación con las aljamas. Esta delegación se hizo en algunos casos en clérigos y en otros casos en nobles. “numerosas comunidades judías quedan, durante el siglo XV bajo jurisdicción nobiliaria, resultado de la expansión de los estados señoriales con el otorgamiento de prerrogativas jurisdiccionales por los reyes”13(11 CASTAÑO GONZÁLEZ, Javier: Las comunidades judías en el Obispado de Sigüenza en la Baja Edad Media. UCM, Facultad de Geografía e Historia. Madrid, 1994, p. 173 y ss 12 CASTAÑO GONZÁLEZ, Javier: op. cit. p. 205.13 Ïbidem, p. 212.)
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

SIGAMOS

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3. La comunidad judía en la España de finales del siglo XV
Los historiadores sitúan la llegada de judíos a España en época del
Imperio Romano. Hay datos fehacientes de su existencia desde el
siglo IV, como es el caso de la carta de Severo, obispo de Mallorca,
escrita en 418, relatando la conversión forzada de los judíos de
Menorca.3
Según Baer “Los primeros judíos que se establecieron en España
formaban parte de la primitiva Diáspora que se desparramó por todo el Imperio romano.”4 En este sentido, España sería la bíblica Sepharad donde según las profecías, los judíos dispersos se congregarían después de la destrucción de Roma (Edom
).
Se trataba por lo general de colectividades de alto nivel cultural,
descendientes de Judea (de allí su designación como judíos), que se dedicaban a actividades diversas, sin ser necesariamente ricos,
ejercían el comercio, poseían tierras que cultivaban o arrendaban, y
en algunos casos, ejercían puestos de administradores de propiedades de cristianos.
Si bien vivían en barrios separados, sus relaciones con los cristianos parecen haber sido normales y fluidas, según indica en su trabajo, José María Blázquez: [I]“los judíos eran en la Bética muchos e …[/I] (3 BAER, Yitzhak: Historia de los judíos en la España cristiana. RIOPIEDRAS, Barcelona 1981. 4 Ibidem, p. 17)…. influyentes y que las relaciones entre ambas comunidades, judía y cristiana, eran fluidas y frecuentes”[/I]5
Las investigaciones apuntan a que los judíos en general se adaptaron con facilidad a las condiciones de vida de los países en los que se radicaron. “…en la práctica, los judíos comenzaron a dar señales de adaptarse a la vida de los países de la Diáspora”.6 Aún así, ya se producen persecuciones y conversiones obligadas, en época de los reyes visigodos (Decreto de Sisebuto del año 612).
La llegada de los árabes a la Península (año 711) sitúa a los judíos, en una posición beneficiosa, puesto que el invasor no ejerció persecuciones por razones de culto y más bien se valió de los judíos para el ejercicio de determinadas funciones. De hecho, eran tolerantes y favorecieron la implantación de comunidades judías en las ciudades que iban conquistando. Ello obedece, según los especialistas, a que los conquistadores tratan de montar un complejo políticosocial que no aspira a la conversión al Islam de los sometidos sino (…) que existe una idea socioeconómica y fiscal fundamental: se trata de provocar pocas conversiones y de tener, en cambio, muchos tributarios (puesto que) el pago de impuestos solamente afectaba a los no musulmanes”.]7( BLAZQUEZ MARTÍNEZ, J.M.: Recientes aportaciones a la situación de los judíos en la Hispania tardoantigua”, Romero, E. (ed.): Judaísmo hispano. Estudios en memoria de José Luis Lacave Riaño. CSIC, Madrid, 2003. P.417
6 BAER, Yitzhak: op. Cit. P. 24
7 EL PAÍS, Historia Universal. SALVAT, Barcelona 2004, Vol. 9, p. 197 a 200.)
En las ciudades conquistadas fueron estableciéndose colonias de
judíos tales como las de Córdoba, Granada, Sevilla y Toledo, por
ejemplo.
Desde el punto de vista cultural, los judíos se acoplaron al esplendor cultural, filosófico y científico que los musulmanes trajeron y desarrollaron. Según Baer “la cultura hebrea alcanzaba en la España musulmana, la cumbre de su esplendor”8. Conocieron a los filósofos griegos, en particular Aristóteles, estudiaron medicina, química, biología, como discípulos de los musulmanes. Maimónides es un buen ejemplo del desarrollo de la vida intelectual entre los judíos.
En la etapa de la Reconquista, se producen cambios que afectarán
necesariamente a la colectividad política, social y espiritualmente. La situación que los príncipes cristianos encontraban en los territorios conquistados les movía a dar a los judíos un papel importante en sus planes de organización del Estado. Los nuevos conquistadores supieron aprovechar la experiencia y capacidad de los judíos, su conocimiento de la lengua árabe y de la naturaleza del territorio conquistado.
Entre los siglos XI y XII las comunidades judías se extienden hacia el norte de la Península y además crecen numéricamente, de forma significativa. “En aquella época (siglo XI) los judíos eran en toda Europa un agente colonizador importante en la fundación de nuevas ciudades. (BAER, Yitzhak: op.cit. p. 41).
Esto es cosa sabida en cuanto a la historia de las ciudades alemanas; y en España la importancia económica de aquellos era aun mayor”9
Los príncipes cristianos se encontraban pues, a unas comunidades
judías organizadas, cultas y éstas a su vez, supieron aprovechar esta coyuntura para ganar un lugar de consideración frente a los nuevos gobernantes. “El judío de la Diáspora pasó a ser un intermediario en lo material y lo espiritual. En la Europa cristiana acabó por hacerse prestamista profesional. Se convirtió en el sirviente leal de los señores feudales, en el banquero, el recaudador de impuestos y el médico del rey”.10
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Colaboraron asimismo militar y económicamente con los príncipes en la gesta por la reconquista.
En la España cristiana, los judíos vivían en las aljamas, comunidades judías cuyo estatus jurídico era dictado por el monarca y cuya denominación no sólo se refiere al lugar físico donde habitan sino a su organización. La aljama es una comunidad judía, dotada de un cuerpo de gobierno que regula la vida en cada una de ellas.
Dependen en forma directa del rey, tienen sus representantes que son quienes ejercen de interlocutores frente al rey. Poseen autonomía y pueden aplicar la ley hebraica para dirimir conflictos tanto civiles como criminales y religiosos entre judíos.
Los judíos son, en esta sociedad, siervos del patrimonio real. El rey
da protección a sus miembros y recibe a cambio, el pago de tributos
que son aplicables a judíos y mudéjares, por supuesto, más altos que los que tributan los cristianos. 11 Cada aljama tributaba anualmente varios tipos de impuestos: cabeza de pecho, servicio, medio servicio. Los encargados de recaudar estos impuestos dentro de la aljama desarrollaron un poder considerable, pues tenían la potestad para fijar la cantidad que cada familia debía pagar, en función de sus ganancias, podían llegar a adelantar el dinero de otros para cobrárselos más adelante. También aplicaron algunos impuestos, (sisa) dentro de la aljama, sobre el vino y la carne, que utilizaban como fuente de ingresos para la propia aljama, y que se destinaban a financiar servicios dentro de la comunidad, construir o reparar la sinagoga, entre otros.
En esta organización social, los judíos también debían tributar al
clero, a la Iglesia castellana: “los 30 dineros de los judíos”12 Sus relaciones con este estamento son frecuentes y normales, aunque son relaciones individuales, no institucionales, como con el rey.
En ocasiones, los reyes debieron delegar en otros su relación con las aljamas. Esta delegación se hizo en algunos casos en clérigos y en otros casos en nobles. “numerosas comunidades judías quedan, durante el siglo XV bajo jurisdicción nobiliaria, resultado de la expansión de los estados señoriales con el otorgamiento de prerrogativas jurisdiccionales por los reyes”13(11 CASTAÑO GONZÁLEZ, Javier: Las comunidades judías en el Obispado de Sigüenza en la Baja Edad Media. UCM, Facultad de Geografía e Historia. Madrid, 1994, p. 173 y ss 12 CASTAÑO GONZÁLEZ, Javier: op. cit. p. 205.13 Ïbidem, p. 212.)



que tratas de decir con todo esto? por que me aburren muchas de las palabrerias que escriben en los foros.dilo al grano
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

dime estas a favor o en contra de los judios,por que no dices las cosas claramente.lo que si se es que las naciones que le dieron la espalda o persiguieron a los judios son los paises que tienen mas conflictos.en cambio guatemala es un pais bendecido por que ellos dieron la ultima firma.para reconocer a israel como nacion.y es por eso que guatemala es el pais con mas pastores cristianos.los espanoles siguen con su estupida idea o complejo de conquistadores.y es por eso que persiguieron a los judios que se quedaron atrasados,por que si no,ellos fueran los mas poderosos.hasta hoy son bien racistas en espana.no fue en un metro de espana donde golpearon a una joven ecuatoriana.me gustaria que ese tipo se fuera a un pais como colombia para que le hicieran lo mismo.
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

dime estas a favor o en contra de los judios,por que no dices las cosas claramente.lo que si se es que las naciones que le dieron la espalda o persiguieron a los judios son los paises que tienen mas conflictos.en cambio guatemala es un pais bendecido por que ellos dieron la ultima firma.para reconocer a israel como nacion.y es por eso que guatemala es el pais con mas pastores cristianos.los espanoles siguen con su estupida idea o complejo de conquistadores.y es por eso que persiguieron a los judios que se quedaron atrasados,por que si no,ellos fueran los mas poderosos.hasta hoy son bien racistas en espana.no fue en un metro de espana donde golpearon a una joven ecuatoriana.me gustaria que ese tipo se fuera a un pais como colombia para que le hicieran lo mismo.

Llevas la cuestión al extremo. Ni Guatemala puede presumir de lo que citas ni tampoco se la puede condenar por ciertas arbitrariedades.
Recuerda que no hay justo ni aún uno.

En cuanto a mi soy pro judio reconociendo el bien que han hecho a toda la humanidad.

Además, de haber leido atentamente estas aportaciones habria visto que la autora es judía.
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

SIGAMOS

La contribución de las comunidades judías a la defensa de los
territorios reconquistados se observó en diferentes acciones tales
como: - Los reyes les confían el mantenimiento de los castillos urbanos.
- Fueron movilizados junto al resto de la población, para la defensa de las fronteras. - Debían hacerse cargo de la vigilancia y protección de las aljamas. - No podían acarrear ni transportar armas dentro de las ciudades.
En esta sociedad del siglo XV, los judíos desempeñaban oficios
diversos. En el ámbito artesanal, trabajaron el cuero, la lana, los
paños… Ejercían el comercio, tanto dentro de la Península como
fuera. Hay constancia de la fundación de una empresa de transporte marítimo por parte de judíos de Barcelona, por ejemplo. Ejercían la medicina y eran recaudadores y arrendadores de impuestos.
Si bien vivían en sus zonas propias, su vida cotidiana se desenvolvía en general en la ciudad, donde mantenían relaciones normales con el resto de la población.
La descripción que se ha realizado hasta ahora no deberá entenderse como si la vida de los habitantes de la España de entonces fuera ideal en términos de convivencia entre comunidades de diferente credo y entre los diferentes estamentos jerárquicos. Sin embargo, se puede hablar de tolerancia entre los grupos religiosos, basada fundamentalmente en necesidades funcionales económicas y sociales.
Aún así, lo cierto es que desde la época de los visigodos, las
comunidades judías que habitaban Sefarad experimentaron presiones, persecuciones y discriminaciones –algunas más violentas que otras que hacen que su historia de convivencia en esta tierra no haya sido en ningún caso lineal.
Como se verá más adelante, los actos de discriminación y las
persecuciones fueron haciéndose más frecuentes y ya en el siglo
XIV se puede hablar de hechos que constituyen los antecedentes que condujeron finalmente a la expulsión de 1492.
A modo de resumen, puede decirse que: - Los judíos habitaban en España desde la época del Imperio Romano - En consecuencia, en el siglo XV llevaban ya varias generaciones –prácticamente 1000 años- como habitantes de Sepharad - Se adaptaron con facilidad a las culturas dominantes - Vivían en comunidades organizadas –aljamas- - Dentro de las aljamas, se regían por la ley hebraica
- Sus conocimientos de medicina y su habilidad con las finanzas les facilitó la cercanía a reyes y nobles - Orgánicamente, dependían directamente del rey Esta posición social será beneficiosa en épocas de bonanza y conflictiva en momentos menos favorables. Cuando falte autoridad, o en épocas de crisis, los judíos estarán expuestos a extorsiones, injusticias y ataques, haciéndose blanco fácil para cargar con la responsabilidad de lo que suceda.
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

SIGAMOS

4. Razones y circunstancias que desencadenan su expulsión
Antecedentes
Durante el siglo XIV se produjeron una serie de incidentes que
culminan en 1391 con violentas persecuciones y ataques a los judíos.
La repulsa por parte del pueblo llano hacia estas colectividades se
hace abierta y manifiesta.
El sentimiento antijudío había ido creciendo a lo largo de este período de forma paralela a las crisis económicas (alzas de precios de los comestibles básicos); sanitarias (epidemias) y políticas.
En 1312, durante el Concilio de Zamora se pide que se segregue a los judíos radicalmente, que dejen de ejercer cargos públicos, que no practiquen la usura, que lleven señales distintivas que permitan
identificarlos como tales y que no puedan ejercer jurisdicción sobre
los cristianos. Aunque estas medidas están más bien sobre el papel
que en la práctica, irán reiterándose a lo largo de los años siguientes en cada crisis que surge. Una de esas crisis es la que se conoce como “deudas judiegas”: Los cristianos deben pagar 33% de interés por sus préstamos, cifra establecida por Alfonso X y que los cristianos consideran abusiva.
La pérdida del favor real se produce hacia 1348, cuando Alfonso XI
prohíbe efectivamente el préstamo con interés, favor que recuperan
con Pedro I. Sin embargo, el sentimiento antisemita ha ido creciendo en la población, y es utilizado por Enrique de Trastámara en la lucha contra su hermanastro Pedro I, para conseguir la adhesión popular.
Las relaciones entre cristianos y judíos entran por tanto en una fase de turbulencias.
La visión del pueblo llano era simple y clara: “Los judíos, enemigos declarados de su fe, protegidos de reyes y de magnates, ejercían prácticamente un monopolio en la administración y percepción de las rentas reales, pero al mismo tiempo eran los que, en caso de necesidad, prestaban a los cristiano dinero, a cambio de un interés
muy elevado”.
15
Esta visión, fomentada desde sectores políticos y eclesiásticos
interesados fue extendiéndose, encontrando un caldo de cultivo que
culminó con el inicio de una serie de ataques violentos contra los
judíos “Los judíos de Castilla sufrieron numerosos atropellos
durante los años 1366 y 1369, como consecuencia de la guerra
fratricida entre Pedro I y Enrique de Trastámara.6
La violencia antijudía crece no sólo en Castilla. Las prédicas de
Ferrán Martínez de Écija extienden el antisemitismo en las aljamas de las ciudades andaluzas, haciéndose más cruentas hacia finales del siglo. “Efectivamente la violencia antijudía estalló, con una furia
incomparablemente superior a la de cualquier otro período anterior,
a comienzos de la última década del siglo XIV, y tuvo su punto de
partida en tierras andaluzas. En las ciudades del valle del
Guadalquivir había juderías muy florecientes. En poco tiempo las
aljamas judaicas de Andalucía habían alcanzado una notable
prosperidad. Es posible que esta situación hubiera creado una
especial animosidad de las masas populares urbanas.”
17
En junio de 1391 comenzaron los disturbios en Sevilla y se
extendieron rápidamente a los pueblos de los alrededores. La
violencia de estos pogromos fue notable: muchos judíos murieron,
sus casas fueron saqueadas y las sinagogas destruidas.
La consecuencia más importante de estos hechos fue la conversión al cristianismo de muchos judíos, “que adoptaron precipitadamente
esta solución como medida para proteger sus propias vidas. De ahí
que el problema judío remitiera considerablemente en el siglo XV, pasando en cambio a primer plano el problema converso, en el cual se dieron cita, una vez más, junto a cuestiones estrictamente
religiosas, otras de índole económica y social.”
Judíos y conversos en el siglo XV
El problema remite durante las primeras décadas del nuevo siglo. Sin
embargo, no tardó en hacerse ver que la conversión no había resuelto
el problema de forma definitiva. Es precisamente, el nuevo problema,
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

Como bien dises Tobi

No hay un solo justo.

¿Que hisieron los judios para que se les expulsara de españa?

¿Que dise, Cecil Roth y Gaertz?
Si lo que pretendes es haser apareser al Judio como el santo que nada hizo y que e los epañoles los corrieron de españa "por Buenos", entonses no sabes de lo que hablas.

La expulcion de los judios de España, fueuna muy misericordiosa forma de castigar a una poblasion que traiciono a su bienhechor, y si bien generacionalemnte no fue la responsable la de 1500, tampoco habian cambiado y se habi arrepentido de traicionar a el pueblo español..
 
calmate superman y no te enojes

calmate superman y no te enojes

Llevas la cuestión al extremo. Ni Guatemala puede presumir de lo que citas ni tampoco se la puede condenar por ciertas arbitrariedades.
Recuerda que no hay justo ni aún uno.

En cuanto a mi soy pro judio reconociendo el bien que han hecho a toda la humanidad.

Además, de haber leido atentamente estas aportaciones habria visto que la autora es judía.

no tengo el tiempo que tienen.como para estar pegado a la pantalla de un computador y leer temas largos y aburridos.tengo cosas mas importantes que hacer.solo me tomo unos minutos para meterme al foro y opinar.
 
Re: calmate superman y no te enojes

Re: calmate superman y no te enojes

no tengo el tiempo que tienen.como para estar pegado a la pantalla de un computador y leer temas largos y aburridos.tengo cosas mas importantes que hacer.solo me tomo unos minutos para meterme al foro y opinar.

¿Entonces, por qué lo haces?

Tus palabras son un calro menosprecio.
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

SIGAMOS

4. Razones y circunstancias que desencadenan su expulsión
Antecedentes

Durante el siglo XIV se produjeron una serie de incidentes que
culminan en 1391 con violentas persecuciones y ataques a los judíos.
La repulsa por parte del pueblo llano hacia estas colectividades se
hace abierta y manifiesta.
El sentimiento antijudío había ido creciendo a lo largo de este período de forma paralela a las crisis económicas (alzas de precios de los comestibles básicos); sanitarias (epidemias) y políticas.
En 1312, durante el Concilio de Zamora se pide que se segregue a los judíos radicalmente, que dejen de ejercer cargos públicos, que no practiquen la usura, que lleven señales distintivas que permitan identificarlos como tales y que no puedan ejercer jurisdicción sobre
los cristianos. Aunque estas medidas están más bien sobre el papel que en la práctica, irán reiterándose a lo largo de los años siguientes en cada crisis que surge. Una de esas crisis es la que se conoce como “deudas judiegas”: Los cristianos deben pagar 33% de interés por sus préstamos, cifra establecida por Alfonso X y que los cristianos consideran abusiva.
La pérdida del favor real se produce hacia 1348, cuando Alfonso XI prohíbe efectivamente el préstamo con interés, favor que recuperan con Pedro I. Sin embargo, el sentimiento antisemita ha ido creciendo en la población, y es utilizado por Enrique de Trastámara en la lucha contra su hermanastro Pedro I, para conseguir la adhesión popular.
Las relaciones entre cristianos y judíos entran por tanto en una fase de turbulencias.
La visión del pueblo llano era simple y clara: “Los judíos, enemigos declarados de su fe, protegidos de reyes y de magnates, ejercían prácticamente un monopolio en la administración y percepción de las rentas reales, pero al mismo tiempo eran los que, en caso de necesidad, prestaban a los cristiano dinero, a cambio de un interés
muy elevado”.15
Esta visión, fomentada desde sectores políticos y eclesiásticos
interesados fue extendiéndose, encontrando un caldo de cultivo que culminó con el inicio de una serie de ataques violentos contra los judíos “Los judíos de Castilla sufrieron numerosos atropellos durante los años 1366 y 1369, como consecuencia de la guerra
fratricida entre Pedro I y Enrique de Trastámara.
La violencia antijudía crece no sólo en Castilla. Las prédicas de Ferrán Martínez de Écija extienden el antisemitismo en las aljamas de las ciudades andaluzas, haciéndose más cruentas hacia finales del siglo. “Efectivamente la violencia antijudía estalló, con una furia
incomparablemente superior a la de cualquier otro período anterior, a comienzos de la última década del siglo XIV, y tuvo su punto de partida en tierras andaluzas. En las ciudades del valle del Guadalquivir había juderías muy florecientes. En poco tiempo las aljamas judaicas de Andalucía habían alcanzado una notable prosperidad. Es posible que esta situación hubiera creado una especial animosidad de las masas populares urbanas.” 17
En junio de 1391 comenzaron los disturbios en Sevilla y se extendieron rápidamente a los pueblos de los alrededores. La violencia de estos pogromos fue notable: muchos judíos murieron, sus casas fueron saqueadas y las sinagogas destruidas.
La consecuencia más importante de estos hechos fue la conversión al cristianismo de muchos judíos, “que adoptaron precipitadamente esta solución como medida para proteger sus propias vidas. De ahí que el problema judío remitiera considerablemente en el siglo XV, pasando en cambio a primer plano el problema converso, en el cual se dieron cita, una vez más, junto a cuestiones estrictamente religiosas, otras de índole económica y social.”
Judíos y conversos en el siglo XV
El problema remite durante las primeras décadas del nuevo siglo. Sin
embargo, no tardó en hacerse ver que la conversión no había resuelto
el problema de forma definitiva. Es precisamente, el nuevo problema,
_______________________________________________
el “problema converso”.
Los judíos que abrazaron la fe cristiana tienen ahora los mismos
derechos y posibilidades de desenvolverse en la sociedad que los
cristianos. Por lo tanto ahora podían ejercer los mismos puestos de
trabajo, moverse libremente por la ciudad, acceder a cargos que como
judíos les estaban vedados. Este nuevo sector social se relaciona por
tanto con cristianos –se bautizan, se ponen nombres cristianos, llegan
a formar matrimonios mixtos- como con judíos –familiares, amigos-.
Pronto serán identificados como los “cristianos nuevos”: desde el
mundo cristiano se considera que su conversión es oportunista, puesto
que muchos de ellos siguen practicando algunas costumbres judías y
desde el mundo judío son vistos como traidores o desertores.
“Muchos judíos se transforman ahora en enemigos de los conversos,
considerados como traidores y renegados. Los conversos por su
parte, abrigan sentimientos parecidos contra sus antiguos
correligionarios.” 19
Nuevamente, observamos cómo un grupo social queda situado en un
lugar conflictivo, dentro del conjunto social, y haciéndose objeto del
rechazo de otros grupos. “Por lo general, son las elites sociales de
Aproximación al significado y alcance social de la expulsión de los judíos de
España en 1492
20 de 34
las aljamas las que se han convertido, empezando a veces por los
mismos rabinos. Los conversos son, pues, gente más bien educada,
instruida, con un nivel cultural superior.” 20 Esto les permitió estar
en una posición social aventajada, provocando el odio de los plebeyos
para quienes “los conversos están tachados por la mancha indeleble
de sus orígenes…” 21
Entre tanto, los judíos recuperan a partir de 1420 su estatus jurídico y
sus derechos, manteniendo unos derechos semejantes a los que
poseían anteriormente. “A los judíos se les concede otra vez un
estatuto que les garantiza una existencia autónoma dentro del reino a
cambio de una presión fiscal superior a la que están sometidos los
cristianos y de determinadas discriminaciones que no siempre se
cumplen rigurosamente.”22
Es importante recordar que estos acontecimientos se están
produciendo en un momento en que el cristianismo afecta a todos los
aspectos de la vida y resulta un elemento vertebrador y unificador
relevante: “… en una sociedad tan profundamente impregnada de
valores religiosos, donde la religión estaba íntimamente mezclada
con todos los aspectos de la vida social y aun cotidiana, el
descreimiento venía a representar una especie de escándalo, hería
19 PÉREZ, Joseph: Historia de una tragedia. La expulsión de los judíos de España. Crítica,
Barcelona, 2004, p. 65
20 Íbidem, p. 67
 
Re: ALCANCE SOCIAL DE LA EXPULSION DE LOS JUDIOS

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La expulsión

Los Reyes Católicos llegan al poder (1474) después de tres cuartos de
siglo en los que los conflictos entre las comunidades cristianas,
conversas y judías se han repetido con cierta virulencia.
Los cristianos, comunidad mayoritaria, miraban con recelo a los
judíos conversos que conformaban casi una clase social media, bien
situada, con medios económicos y con prácticas religiosas que no
eran todo lo devotas que a su juicio, era de esperar. Los judíos
formaban una microsociedad al lado de la sociedad cristiana
mayoritaria, con una autoridad que la Corona delegaba
discrecionalmente sobre sus miembros, lo que hacía que no tuvieran
garantías ni seguridades sobre la continuidad de estos usos. “Los
plebeyos cristianos viejos veían en los conversos, como en otros
tiempos en los judíos, regatones y explotadores que se aprovechaban
de la miseria del pueblo descaradamente, sin piedad, sin
( Íbidem, p. 68
PÉREZ, Joseph: op.cit. p. 87.
Aproximación al significado y alcance social de la expulsión de los judíos de
España en 1492
)
miramientos. … Para los plebeyos los conversos eran, pues, falsos
cristianos.”
Políticamente, hacia finales del siglo XV se está gestando un Estado
de carácter moderno, en el que la frontera sur sólo necesita vencer al
último bastión musulmán en Granada para terminar de afianzar el
territorio. Para ello, los elementos unificadores son de vital
importancia. En este sentido, la existencia de comunidades
autónomas y separadas y en conflicto no parecía compatible con el fin
que se proponen los monarcas.
España, en su necesidad de unidad y en considerar que el cristianismo
constituye un eficaz instrumento vertebrador para los planes de
expansión y de unión, no constituye una excepción en el contexto
europeo. Los judíos ya habían salido de países próximos hacía años
(Francia, Inglaterra, Alemania…)
Desde el punto de vista de la Corona, la conversión no ha producido
el efecto esperado: los nuevos cristianos mantienen muchas de sus
costumbres y al parecer muchos de ellos persisten en la práctica de su
antigua fe, en la intimidad de sus hogares. Se crea entonces la
Inquisición (1478), concebida como instrumento para perseguir estas
prácticas. Este Tribunal no puede actuar contra los judíos puesto que
su misión es perseguir a los herejes, sólo puede hacerlo contra los
cristianos. Los conversos por lo tanto, son objeto de persecuciones y
delaciones.



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