Re: ¿Contradijo Elena White la Biblia más de 50 veces?
Estimado gatomarco. Saludos cordiales,
Hace muchos años atrás, antes que se inventara Internet, visitaba una librería Bautista, y allí compré un libro de Canright en contra del adventismo para estudiarlo. El Señor me preparó en esa época para esto que venía y no ser sorprendido (Como le ha sucedido a varios hermanos). He leído a varios autores que se encuentran en esas páginas y debo señalar que a parte de sus errores bíblicos, el impulso que los mueve es destruir la confianza y los pilares de la fe Adventista, prueba de ello la tenemos aquí donde dos escritores de esa institución participan en este foro.
“El sábado es la piedra de toque de Jehová , y ningún hombre, aunque sea rey, sacerdote o gobernante, tiene derecho a colocarse entre Dios y el hombre. Aquellos que quieren ponerse por conciencia de sus semejantes , se colocan por encima de Dios. Aquellos que se encuentran bajo la influencia de una falsa religión u observa un falso día de reposo, pondrán de lado las pruebas más evidentes concernientes al sábado. Procurarán compeler a los hombres a obedecer las leyes inventadas por ellos en oposición directa a la ley de Dios. La ira de Dios alcanzará a aquellos que se obstinan en este camino. No podrán escapar al castigo a menos que cambien de conducta.” T.S.5. pág. 280
Ahora para entender las figuras que provienen de la Palabra de Dios. Debemos saber que implica ser profeta: “el profeta no prevee cosa alguna. Todo lo que el propala oralmente o por escrito, en virtud de su investidura como profeta, le es anticipadamente mostrado o revelado por Dios. Como profeta el es tan solamente un porta-voz de Dios. Es un mensajero de Dios, portador de un mensaje de poder, de aprobación, de reprensión, de consejo o de previsión del futuro bueno o malo.”
“La profecía nada mas es, según la palabra de Pedro, que "una luz que ilumina en lugar oscuro". Todo el futuro del mundo ha sido iluminado al pueblo de Dios por la palabra de la profecía. Su pueblo, que ha marchado a través de los siglos en demanda de su reino de paz y perfección, no ha andado a ciegas. Todo el futuro le ha sido claro, y esto lo reveló Dios por las profecías infalibles, para que se precaviese en virtud de sus enemigos de emboscadas a lo largo del camino.”
“El Nuevo Testamento concede al don de profecía un lugar preeminente entre los dones del Espíritu Santo, colocándolo una vez en primer lugar y dos veces en segundo, entre los ministerios de mayor utilidad para la iglesia (vea Rom. 12:6; I Cor. 12:28 y Efes. 4:11). Ella estimuló los creyentes a desear de modo especial el don de profecía. (I Cor. 14:1 y 39).
El Nuevo Testamento sugiere que los profetas desempeñen las siguientes funciones: 1) - Que presten asistencia en la función de la Iglesia (Efes. 2:20; 2) - que eleven la extensión misionera de la Iglesia Hechos 13:2-3; 3) - que edifiquen la Iglesia (I Cor. 14:3-4), y a JesúCristo (Efes. 4:11-12; 4) - que unan y protejan la Iglesia de las falsas doctrinas (Efes. 4:14); 5) - que adviertan los creyentes cuanto a los peligros y dificultades futuras (Hechos 20:23; 21:4, 10-14; 6) - que ayuden los creyentes en la confirmación de la fé en tiempos de controversia (Hechos 15:30-35).”
Muchos cristianos creen que el don profético cesó en el termino de la era apostólica. Pero la Biblia revela la necesidad especial de orientación divina durante las crisis del tiempo del fin; eso testifica de la continua necesidad de la provisión del don profético después de los tiempos del Nuevo Testamento. No existe cualquier evidencia bíblica de que Dios habría de retirar los dones espirituales por El concedidos a la Iglesia, antes que completasen Su propósito, el cual, de acuerdo con Pablo, seria llevar la Iglesia "a la unidad de la fé y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo" (Efes. 4:13). Una vez que la Iglesia aún no alcanzó tal experiencia, necesita ella aún de la presencia de los dones del Espíritu. Esos dones, incluyendo el don de profecía, continuarán a operar en beneficio del pueblo de Dios hasta el retorno de Cristo.
Consecuentemente, Pablo advirtió los creyentes a no "extinguir el Espíritu" ni "despreciar las profecías" (I Tes. 5:19-20), aconsejando aún: "procurad con celo los dones espirituales, pero principalmente que profeticéis" (I Cor. 14:1).
No siempre esos dones se manifestaron abundantemente en la experiencia de la iglesia cristiana. Después de la muerte de los apóstoles, los profetas disfrutaron de respetabilidad en muchos círculos, hasta por vuelta del año 300 D.C. Pero el declinio de la espiritualidad de la iglesia y la consecuente apostasía, condujeron a una reducción tanto de la presencia del Espíritu cuanto de Sus dones. Al mismo tiempo falsos profetas ocasionaron pérdida de confianza en el don profético. El declinio del don profético durante ciertos períodos de la historia de la Iglesia no significó que Dios hubiese retirado el don permanentemente. La Bíblia indica que, al aproximarse el fin de los tiempos, el don estaría presente a fin de asistir la Iglesia durante esos momentos de dificultades. Mas aún, ella garantiza que habría un incremento en la actividad de ese don”
“Dios concedió el don profético a Juan Bautista para que anunciase el primer adviento de Cristo. De modo similar, podemos esperar que El envié el mismo don para proclamar el Segundo Adviento, de modo que todas las personas tengan oportunidad de prepararse para el encuentro con el Salvador.”
De hecho, Cristo mencionó el surgimiento de falsos profetas como una de las señales de la proximidad de Su segunda venida (Mat. 24:11 y 24). Si no debiesen existir profetas verdaderos durante el tiempo del fin, Cristo no tendría advertido contra cualquier individuo que pretendiese poseer el don. Su advertencia en lo tocante a los falsos profetas implica que existirían igualmente profetas verdaderos. El profeta Joel anunció un derramamiento especial del Santo Espíritu y del don profético justamente antes del retorno de Cristo. El dijo: (lea en Joel 2:28-31).
El primer Pentecostés testimonió en memorable manifestación. Pedro citando la profecía de Joel, destacó que Dios había cumplido Su promesa (Hechos 2:2-21). Entretanto, debemos indagar si la profecía de Joel encontró su pleno y total cumplimiento en el día de Pentecostés o si aún debemos esperar otro cumplimiento, mas amplio y mas completo. No poseemos evidencias de que los fenómenos en el Sol y en la Luna, mencionados por Joel, ocurrirían antes o después del derramamiento del Espíritu. En la verdad, ellos no ocurrieron sino muchos siglos mas tarde.
El Pentecostés representó, por lo tanto, un preludio de la plena manifestación del Espíritu que deberá ocurrir antes del Segundo Advenimiento. Tal como la lluvia primera de Palestina, la cual caía en el otoño, poco tiempo después que las semillas eran lanzadas al suelo, el derramamiento del Espíritu Santo por ocasión del Pentecostés inauguró la dispensación del Espíritu. El cumplimiento pleno y final de la profecía de Joel corresponde a la lluvia tardía, la cual, cayendo en la primavera, maduraría el grano (Joel 2:23). Semejantemente, la concesión final del Espíritu de Dios deberá acontecer inmediatamente antes del segundo Advenimiento, después de las señales predichas para el Sol, Luna y estrellas (conf. Mat. 24:29; Apoc. 6:12-17; Joel 2:31). Tal como la lluvia primera, esta manifestación final del Espíritu madurará la cosecha de la Tierra (Mat. 13:30 y 39), y "todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo" (Joel 2:32), el testimonio de Jesús, (es lo mismo que, sustentado por Jesús, o sea, constituye el Espíritu de Profecía). Eso define especialmente los hermanos que mantienen el testimonio de Jesús en la calidad de poseedores de la inspiración profética. El testimonio de Jesús equivale en términos prácticos a la testificación de Jesús (Apoc. 22:20). Se trata de auto-revelación de Jesús (que, de acuerdo con Apoc. 1:1, se debe, en última análisis, a Dios, que movió los profetas cristianos).
Por lo tanto, la expresión Espíritu de Profecía puede referirse (1) - al Espíritu Santo que inspiró los profetas con la revelación procedente de Dios, (2) - a la operación del don de profecía y (3) - al instrumento de la profecía.
El don profético - el testimonio de Jesús "concedido a la Iglesia por medio de la profecía" - corresponde a una característica distintiva de la Iglesia remanente. Jeremías vinculó la retracción de ese don a la pecaminosidad. "Donde ya no hay ley, ni reciben visión alguna del Señor Sus profetas" (Lamentación 2:9). El libro de Apocalipsis identifica la posición de las dos características de la iglesia verdadera de los últimos días: ella guarda los mandamientos de Dios y tiene el testimonio de Jesús - el don profético (Apoc. 12:17).
A la iglesia del Éxodo concedió Dios el don profético a fin de organizar, instruir y guiar Su pueblo (Hechos 7:38). "Pero el Señor, por medio de un profeta, hizo subir a Israel del Egipto, y por un profeta fue el guardado" (Óseas 12:13). No debe constituir sorpresa, por lo tanto, el hecho de encontrarnos un profeta en el medio del pueblo que está envuelto con el último éxodo - el escape del planeta Tierra, poluído por el pecado, en dirección a la Canaan celestial. Ese éxodo, que ocurre en seguida al Segundo Advenimiento, representa el cumplimiento último y completo de Isaías 11:11: "En aquel día el Señor tornará a extender la mano para rescatar el restante de Su pueblo, que fue dejado...".
Fue el don profético que produjo la propia Biblia. En el período post-bíblico, el no debe superar las Escrituras o acrecentar algo a ellas, una vez que el canon sagrado ya está completo.
El don profético actuará en el tiempo del fin así como actuó en los días de los apóstoles. Su objetivo es destacar la Biblia como base de fé y práctica, explicar sus enseñamientos y aplicar sus principios al vivir diario. El se encuentra envuelto en el establecimiento y edificación de la Iglesia, habilitándola a desempeñar su misión divinamente apuntada. El don profético reprueba, advierte, orienta y anima tanto individuos como la Iglesia, protegiéndolos de las herejías y unificándolos en las verdades bíblicas.
Los profetas pos-bíblicos actuaron de modo semejante a Natan, Gade, Asafe, Semaías, Azarias, Eliézer, Aías, Obede, Mirian, Débora, Hulda, Simeón, Juan Bautista, Agabo, Silas, Ana y las cuatro hijas de Felipe, los cuales vivieron en tiempos bíblicos, pero no tuvieron sus testimonios registrados como parte del compendio bíblico. El mismo Dios que a través de los profetas que escribieron la Biblia, inspiró estos profetas y profetisas. Sus mensajes no entraron en contradicción con la revelación divina previamente registrada.
El don de profecía se manifestó activamente en el ministerio de Ellen G. White, co-fundadora del movimiento que anuncia la segunda venida de nuestro Señor JesuCristo. Fueron concedidas instrucciones inspiradas de la parte de Dios, en favor de Su pueblo de los últimos días. El mundo, en el inicio del siglo diecinueve, cuando Ellen G. White comenzó a presentar mensajes de Dios, era un mundo del hombre. Su llamado profético la colocó bajo escrutinio crítico. Habiendo satisfecho los test bíblicos, ella prosiguió en su ministerio profético durante 70 años. Desde 1.844, cuando contaba con apenas 17 años de edad, hasta 1915, año de su muerte, ella recibió más de dos mil visiones. Durante ese período, ella vivió y trabajó en la América del Norte, Europa y Australia, aconsejando, estableciendo nuevos frentes de trabajo, predicando y escribiendo.
Ellen White jamás asumió el título de profetisa, pero no se oponía a que los otros así la identificasen. Ella explicó: "Temprano en mi juventud me fue preguntado muchas veces: ¿Es usted una profetisa? Siempre he respondido: soy la mensajera del Señor. Se que muchos me han llamado de profetisa, pero jamás reivindiqué ese título. ... ¿Por que no reivindicó ser llamada de profetisa? Porque en estos días muchos que audazmente pretenden ser profetas, representan un oprobio a la causa de Cristo; y porque mi obra incluye mucho mas que lo que el término profeta significa. ... Reivindicar ser profetisa es algo que jamás hice. Si otros me llaman por ese nombre, no discuto con ellos. Pero mi obra alcanza tantos aspectos, que no puedo llamarme a mi misma sino una mensajera."
Los escritos de Ellen White no constituyen un substituto para la Biblia. No pueden ser colocados en el mismo nivel. Las Escrituras Sagradas ocupan posición única, pues son el único padrón por el cual sus escritos o cualquier otro - deben ser juzgados y al cual deben estar subordinados. 1.- La Biblia es el padrón supremo. Los remanentes apoyan plenamente el principio de la Reforma, la Biblia como su propio intérprete y la Biblia, sola, como base de todas las doctrinas. Los fundadores de la iglesia desenvolvieron sus creencias fundamentales a través del estudio de la Biblia; no recibieron tales doctrinas a través de las visiones de Ellen White. Su principal papel durante el desenvolvimiento de las doctrinas de la iglesia fue orientar la comprensión de la Biblia y confirmar las conclusiones a las cuales se llegaba a través del estudio de la Biblia.
La propia Ellen White creía y enseñaba que la Biblia representa la norma final de la Iglesia. En su primer libro, publicado en 1.851, ella escribió: "Recomiendoos, caro lector, la Palabra de Dios como regla de vuestra fé y práctica. Por esa Palabra seremos juzgados". (Primeros Escritos, pág. 78). Ella jamás modificó ese punto de vista. Años mas tarde, volvió a escribir: "En Su Palabra, Dios confirió a los hombres o conocimiento necesario a la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como autorizada e infalible revelación de Su voluntad. Ellas son la norma del carácter, el revelador de las doctrinas, la piedra de toque de la experiencia religiosa." (Conflicto Cósmico, pág. 7). En 1909, durante su última palestra delante de una sesión de la Asociación General de la Iglesia, ella abrió su Biblia, la levantó delante de la congregación y dijo: "Hermanos e hermanas, os recomiendo este Libro."(Review and Herald 1.937, pág. 30).
En respuesta a los creyentes que consideraban sus escritos como una adición a la Biblia, ella escribió, diciendo: "Tomé la preciosa Biblia y la circundé con los varios Testimonios Para la Iglesia, concedido al pueblo de Dios... No estáis familiarizados con las Escrituras. Si hubieses hecho de la Palabra de Dios objeto de estudio regular, con el deseo de alcanzar los padrones bíblicos y de alcanzar la perfección cristiana, no habría habido necesidad de los Testimonios. Es porque negligenciasteis familiarizaros con el Libro inspirado de Dios, que El procuró alcanzaros a través de testimonio simple y directo, llamando la atención para las palabras de la inspiración que negligentemente obedecer, insistiendo en que vuestra vida se paute de acuerdo con esas puras y elevadas enseñanzas". (Testimonies for the Church, vol.5, págs. 664-665).
2.- Una guía para la Biblia. Ella encaró su trabajo como la conducción de las personas de vuelta a la Biblia. "Poca importancia es dada a la Biblia", escribió ella, y así "el Señor concedió una luz menor para conducir hombres y mujeres a la luz mayor". (El Colportor Evangelista, pág. 125). "La Palabra de Dios", prosigue la autora, "es suficiente para iluminar la mente mas oscurecida y puede ser comprendida por todos aquellos que sienten el deseo de entenderla. A pesar de todo esto, algunos que pretenden estar haciendo de la Palabra de Dios su objeto de estudio, se encuentran viviendo en directa oposición a sus mas claras enseñanzas. Consecuentemente, para que hombres y mujeres queden sin excusa, Dios concede testimonios claros y directos, haciendo con que estas personas vuelvan a la Palabra que habían negligentemente dejado de seguir." (Testimonies, vol.5, pág. 663).
3.- Una guía en la comprensión de la Biblia. Ellen White consideraba sus escritos como una guía para la comprensión mas clara de la Biblia. "No son presentadas verdades nuevas; a través de los Testimonios, sin embargo, Dios simplificó las grandes verdades ya concedidas y según la forma por El mismo escogida, las trajo delante del pueblo, tratando de despertarlos e impresionarles la mente, a fin de que todos ellos queden sin excusa". "Los testimonios escritos no son concedidos a fin de proveer nueva luz, sino para imprimir vividamente sobre el corazón las verdades de la inspiración ya anteriormente reveladas". (Idem, pág. 665).
4.- Una guía para aplicar principios bíblicos. Muchos de sus escritos aplican los consejos bíblicos al vivir diario. Ellen White dijo que ella fue "orientada a presentar principios generales, y al mismo tiempo especificar los peligros, errores y pecados de algunos individuos, a fin de que todos pudiesen ser advertidos, reprobados y aconsejados". (Ibid, pág. 660). Cristo había prometido semejante orientación profética a Su Iglesia. La propia Ellen White observó: "El hecho de que Dios reveló Su voluntad a los hombres por medio de Su Palabra, no hizo innecesaria la continua presencia y dirección del Espíritu Santo. Al contrario, el Espíritu fue prometido por nuestro Salvador para aclarar la Palabra a Sus siervos, para iluminar y aplicar Sus enseñanzas." (Conflicto Cósmico, pág.7).
El libro de Apocalipsis profetiza que el "Testimonio de Jesús" habría de manifestarse a través del "Espíritu de Profecía" en los últimos días de la historia terrestre. Eso representa un desafió a todos, en el sentido de no asumir una actitud de indiferencia o descreencia, sino que "probar todas las cosas" y "retener lo que es bueno". Existe mucho a ganar - o perder - en virtud a la actitud con la cual asumimos esa investigación bíblicamente ordenada. Josafat exhortó en el pasado: "Creed en Sus profetas, y prosperareis" (II Crónicas 20:20). Esas palabras suenan como perfectamente verdaderas, aún en los días de hoy.”
Bendiciones.
Luego todo Israel será salvo